Partida Rol por web

Stephanos desconecta los sensores activos antes de despegar y conecta en una de las pantallas una representación grafica de las señales de radio, de manera que si alguien corta en el arco de saltos de frecuencia establecidos, podrá verlo en la pantalla en forma de graficas y le será fácil diferenciarlo de la posible estática.

Al poco rato, el caza se encuentra en la posición prevista. Los motores estan apagados y Stephanos gira el caza para observar el planeta y al menos tener una vista interesante. El espacio exterior es demasiado oscuro y vacio para observarlo, aunque por desgracia tampoco se está produciendo ningún fenómeno atmosférico que merezca la pena ver. Intenta adivinar por qué zona viajará "La Saltarina" hasta llegar a la zona de despliegue.

Al rato empieza a hacer algunos ejercicios con los pies y con las manos para evitar el entumecimiento por inactividad. La espera es horriblemente aburrida. La gráfica de la radio que habia preparado sigue plana, como ha permanecido todo el rato. Los sensores pasivos no detectan ninguna señal que pueda indicarle que le han barrido con sensores activos. Presta especial atención a la dirección donde presumiblemente apareció una nave de salto cuando venian hacia el planeta, pero no hay novedad. Comprueba el suministro de oxígeno para asegurarse de que todo va bién. Ha tenido que cargar un suministro extra por el largo tiempo que va a tener que pasar en la órbita.

En el caza no hay sitio para armas ni blindajes como llevan los demás, tan sólo su traje, su mochila de supervivencia y una pequeña pistola de agujas.

Stephanos tiene una vista sobrecogedora del planeta, pero al cabo de cinco horas ya se ha cansado de ella. Y cuando pasan otras cinco, ya está harto. Con la ausenia casi completa de nubes, la superficie del planeta se ve de lo más nítido desde su órbita geoestacionaria. La nave de descenso ha vuelto a salir del planeta y ya se ha reunido con él, en absoluto silencio de radio. Stephanos la ha visto desde su carlinga, y seguramente Sabatini se ha colocado en su campo visual precisamente para que supiera que está ahí, junto a su caza. Juntas ambas naves esperan señales desde tierra.

En las largas horas de tediosa vigilancia Stephanos ha descubierto un satélite, también en órbita geoestacionaria, sobrevolando la zona donde se concentran las estructuras de la colonia. Desde tan lejos tan solo es un destello por el reflejo de la luz de la estrella, así que no puede saber si es un simple satélite de comunicaciones, meteorológico, de vigilancia militar, o de análisis del terreno geológico... pero podría acercarse a inspeccionarlo visualmente más de cerca arriesgándose a ser detectado.

Petrakis llevaba un tiempo dándole vueltas al extraño satélite que le descubrió un fugaz destello. Orientó los sensores en esa dirección, pero no recibió señal alguna. Al fin y al cabo los satélites están diseñados para estar orientados hacia el planeta, en su inmensa mayoria. Si fuera un satélite de observación del espacio, probáblemente ya se habrian dado cuenta. Si es un satélite de defensa, puede que estén haciendo un escaner en varios espectros de la superficie del planeta en busca de las unidades fisicamente, o de algún tipo de emisión termica o electromagnética. Las máquinas llevan un reactor en miniatura dentro, las emisiones podría detectarlas un satélite de vigilancia militar. Destruirlo diréctamente sea lo que sea podría ser interpretado fácilmente como el preludio de un ataque y desvelaría la sorpresa antes de tiempo. Tal vez "La Saltarina" pueda efectuar algún tipo de guerra electrónica sobre el satélite interfiriendo su transmisión. Pero al menos se debería verificar si representa un peligro, porque podria ser ignorado, o destruido una vez comience la fiesta, para dificultar la capacidad de respuesta del planeta. Una aproximación por detrás no debería despertar ningún tipo de alarma, ya que no interfiere en el trabajo del satelite.

En seguida, pensó en pedirle permiso a Sabatini para ir a investigarlo, pero eso supondría romper el silencio de la radio. Stephanos tenía que poner en conocimiento del control de la misión la novedad. Se le pasa por la cabeza el reducir al minimo la potencia de la emisión de la radio, pero sin las interferencias de la atmósfera, la señal iría sin duda demasiado lejos y puede que el satélite la detectase, si es que está diseñado para eso. Por desgrácia un caza no dispone del sistema de comunicación por láser que tienen las naves mas grandes, pero al pensar en eso, se le ocurre otra idea.

- Luz... eso es... -piensa al tiempo que suspira. Estira los dedos de las manos y sacude un poco los entumecidos pies. Coge los mandos del Corsair y se aporxima lentamente a la nave de descenso hasta una distancia de unos 40 o 50 metros, colocándose justo delante del ventanal del puente de mando.- Seguro que te estás preguntando qué demonios estoy haciendo. -dice para si mismo en la soledad de su cabina, sólo para escuchar la voz de alguien. Entonces enciende y apaga de forma intermitente las luces de gálibo del caza.- Vamos, te estoy hablando. Dime algo.

Petrakis trata de llamar la atención de la tripulación de la nave con los destellos de las luces, intentando recordar su oxidado código morse, pero tras un rato intentándo hacerse entender no parece conseguirlo. Lo único que consigue es que la nave abra la compuerta de atraque de su Alastor y gire léntamente para colocarse en posición favorable para que el caza entre en el hangar.

- Mierda, no me han entendido... ¡bah! seguro que me he confundido con las luces y el maldito código morse. -dice con cierto cabreo, aunque nadie puede escucharle.

Entonces decide que lo más rapido seria entrar, conectar con la nave y salir de nuevo. Y ya de paso si dá tiempo, cambiar las bombonas de oxígeno, después de tantas horas, si hay algún problema puede que no le dure demasiado.

El Alastor realiza la maniobra de atraque con precisión. El caza entra en el hangar lentamente y frena con los retrocohetes de maniobra unos metros antes de alcanzar la red de seguridad, extendida como siempre que hay una recuperación. En las condiciones de microgravedad de la órbita geoestacionaria en la que se encuentran, el caza lentamente va acercándose al suelo y los garfios de atraque manejados por el personal técnico desde la cabina capturan el tren de aterrizaje y fijan la nave a la plataforma. Luego proceden a girarla para encarar de nuevo al Alastor hacia la compuerta de entrada, que ya se cierra.

La presurización del hangar lleva unos minutos y, cuando se completa, Amy y Bill se apresuran a repostar la nave, recargar las reservas de oxígeno y hacer una revisión rutinaria de todos los sistemas y una exploración visual al fuselaje. Amy le pregunta a Petrakis qué problema ha encontrado. En cuanto hay enlace de comunicación interno, Sabatini salta en el comunicador.

- ¿Qué problema hay, figura?, ¿no habrás roto tu juguetito cuando más falta va a hacer? -hace una pausa, en la que parece consultar algo- En cuatro o cinco horas esperamos los contactos de Cobra y Hurón...

Petrakis solicita un enlace interno mediante señas a su técnico. Amy, que asiente con la cabeza, abre un panel en el Alastor y enchufa un cable que enlaza el caza con la nave de descenso dándole además, comunicación.

Mientras Stephanos selecciona en uno de los paneles de control la conexión externa y selecciona el canal de comunicación apropiado. Tras el ruido de la estática escucha la voz de Sabatini y contesta a su pregunta.

- No Walt, el pájaro está perfectamente, aunque una recarga no le venia mal, la verdad. -hace una pausa para escoger bién las palabras y continua- Queria que te fijaras en el horizonte, hacia levante, a unos 50 o 60 grados del eje de rotación. -dice gesticulando con las manos, como si Sabatini pudiera verle-  Me pareció ver un satélite, pero no se de qué tipo es, está muy lejos. Queria que lo supieras para saber que hacemos con él. Si tenemos esas horas, ¿quieres que vaya a echarle un vistazo?. Además así me distraigo un poco, que me aburro. Dame instrucciones precisas, como qué quieres que haga con él si es militar. No podré hablar por la radio para preguntar, y parece que tengo el morse un poco oxidado.

Durante unos segundos se hace el silencio en el canal, y luego, la voz del capitán vuelve a resonar en los auriculares de Petrakis.

- Negativo. Nos mantendremos en la línea del horizonte, nada de acercarse a la vertical del objetivo. Los radares del espaciopuerto o la base militar te detectarían. Cuando tengamos luz verde y te toque bajar para ganar la superioridad aérea sobre el objetivo puedes pasar antes a echarle un vistazo a ver si es un satélite de comunicaciones, de vigilancia o lo que sea.

Tras otra breve pausa, Sabatini vuelve a hablar.

- Todavía faltarán unas horas para recibir noticias de la superficie, si quieres sal de la cabina y estira las piernas, pero mantente alerta por si hay una emergencia.

- Si, esa es una de las mejores ideas que he oido en las últimas 12 horas. Necesito echar una meada, en serio. -dicho esto, activa la apertura manual de la cabina y se dispone a salir un rato.

Stephanos se dá prisa en evacuar y aprovecha para comer algo rápido y reponer líquidos. Después se queda en la zona de la bodega charlando con sus técnicos al lado de uno de los intercomunicadores de la nave, por si la cosa se anima antes de tiempo. También intercambia con Walter por el intercomunicador algún comentario jocoso acerca de lo aburrido que ha estado todo este tiempo y le pregunta como se está ejecutando el plan.

Su caza está repostado, revisado y listo para volver a salir. En caso de alarma, en menos de 3 minutos estaría saliendo de la nave de descenso.

Las horas transcurren lentas y Petrakis descansa en la ingravidez de la nave, listo para salir si se da la alarma. Deambula por el hangar y comprueba que su Alastor ya está de nuevo a punto y preparado para salir al espacio en cuanto sea necesario. Luego sube al puente y charla un rato con Sabatini para matar el tiempo. Está precisamente allí cuando el marinero Kifimbo, en uno de los puestos de artillería, llama la atención de Sabatini.

¡Click... click... click... click! -suena en la radio, en la frecuencia acordada-

Transcurren unos segundos eternos, hasta que la siguiente secuencia de pulsaciones rompe la estática:

¡Click... click... click... click... click... click!

Sabatini, inclinado sobre la pantalla para seguir visualmente el gráfico sinusoide roto por las pulsaciones en picos de ruido, asiente despacio.

- Cobra ha informado... todo parece ir según lo acordado en el cuartel objetivo -dice mientras consulta el cronómetro de su muñeca-.

Luego revisa los registros del panel de comunicaciones y comprueba que la nave ha actuado correctamente de relé para retransmitir la señal al equipo de la lanza de asalto que espera en tierra.

- Hurón todavía tardará unas dos o tres horas más.

Y luego sigue la conversación con Petrakis donde la había dejado antes, en una misión de patrulla de combate en una zona cercana a la frontera con la Magistratura de Canopus, cuando pertenecía al las fuerzas armadas de la Liga de Mundos Libres. El combate de Petrakis en el simulador le ha despertado viejos recuerdos, cuando pilotaba precisamente un F-90 Stingray en sus últimos años como piloto...

El amanecer en el cuartel de la Planicie de Andrómeda está a apenas unos minutos de producirse, y si en superficie han recibido también esta señal estarán poniéndose en marcha para continuar con el plan acordado. Eso significa que que la guarnición los detectará pronto y probablemente habrá movimiento de tropas.

El Alastor es lanzado de nuevo al espacio, para que espere instrucciones. Las comunicaciones de radio se iniciarán en cuanto se detecte la alarma en alguno de los cuarteles y pueden reclamar su intervención en cualquier momento...

En cuanto se recibe la comunicación de Hurón, Stephanos agarra el casco para que no se mueva y se dirige a la escotilla para ir a la bodega donde aguarda su Corsair.  Lleva el casco enganchado al traje con un pequeño mosquetón para que no salga volando en gravedad cero. Cuando iba por los corredores se acuerda del satélite, pero ya no iba a dar la vuelta. En cuanto llega a su nave, le dice a Amy que no desconecte aún el cable de comunicaciones, y entonces cuando se coloca en la cabina abre la transmisión por el canal interno.

- Una última pregunta, ¿me paso ya a ver ese satélite o me espero a recibir la primera transmisión? ¿y qué hago con él si voy ahora? ¿lo derribo si es peligroso?.

- No te muevas de momento, hay que intentar mantener la sorpresa el máximo tiempo posible. En cuanto soliciten ayuda puedes perder cinco minutos en echarle un vistazo antes de bajar.

- Recibido. En un minuto listo para despegar. Espero luz verde en hangar para iniciar la maniobra. Fin.

En cuanto finaliza, hace unas señas preestablecidas a sus técnicos para que pongan el caza en posicion.

- Bueno, la hora del baile. Vamos allá. -dice una vez mas en la soledad de la cabina.

Petrakis lleva ya unas horas inmóvil en el espacio. Ha dado algunas cabezadas, vencido por el cansancio. El amanecer ha alcanzado ya la zona de la Planicie de Andrómeda y todavía no hay comunicación por radio con las fuerzas de tierra. Dado que la lanza de ataque solo necesita apenas una hora para llegar hasta el cuartel desde su campamento en una hondonada del terreno a unos treinta y tantos kilómetros, es raro que no haya comunicación todavía. O el ataque se está retrasando por alguna razón o el enemigo no ha tenido tiempo ni de dar la alarma y las fuerzas han decidido seguir manteniendo la sorpresa...

- Que raro... tardan demasiado. -mira a la nave de descenso por si le estuvieran haciendo señas con las luces o abriendo la compuerta de la bodega.

- Si quisieran decirme algo me harian señas. Y si fuera urgente, habrian usado la radio. Será mejor que no me preocupe.

De todas formas comprueba los testigos de funcionamiento y que la radio funciona correctamente, por si acaso.

Ya ha amanecido claramente sobre el objetivo cuando la estática rompe el silencio y la voz de Nagato resuena en los auriculares:

Aquí Cobra a Depredadores. El objetivo ha entrado en alerta. Repito: el objetivo ya está en alerta. Se acabó la sorpresa. Informaremos de movimientos. Corto.

No transcurren apenas unos segundos cuando de nuevo la radio vuelve a rugir, esta vez con la voz de Kirkpatrick:

A todo el Zoológico, aquí Hiena, los Depredadores estamos visibles en el tablero. A partir de ahora pasad todas las comunicaciones al canal 666, voy a ocupar el resto con algo de ruido de fondo, para darle un poco de ambientillo a la fiesta que preparamos…

Y efectivamente un ruido infernal comienza a inundar todos los canales salvo el reservado para las comunicaciones de la operación:

Y al poco de comenzar la música, un siniestro mensaje de Kirkpatrick resuena en la radio:

Ciudadanos de Khon Kaen, vuestro planeta está bajo asedio, a partir de este momento todo aquello que orbita esta puta estrella es de mi propiedad y pienso exprimiros hasta la médula. Vuestro pinche culo es mío, hijos de la gran chingala… y voy a follármelo hasta reventar, pendejos…

Y luego la música continúa...