Partida Rol por web

- ¡Faaaith! ¡¿Es grave?! - gritó al ver que encajaba un disparo.

Poco a poco iban cayendo los nazis en medio de aquel tiroteo, y Pete notaba como se le disparaba la adrenalina. Al ver a Steve que volvía a aprovechar el impas de los disparos y avanzaba nuevamente... y el joven Upham lo imitó saliendo de su cobertura, para ocupar la de Steve.

Corrió lo que pudo... y quizás era más distancia de la que él había jurado que había. Llegó hasta ella por los pelos, se tiró contra la pared

- Humpff - se quejó al golpear su hombro dañado contra la pared.

Se asomó como pudo, y luger en mano intentó disparar. El pinchazo en el hombro se le hizo más doloroso y, de repente... ¡Bang! Le pareció que dio en el objetivo y el retroceso del arma le hizo algo más de daño. ¡Bang! Volvió a disparar sin poder apuntar bien, pues los pinchazos se le hacían más intensos. No pudo ver donde se dirigía la bala ya que rápidamente se volvió a ocultar en el refugio de la pared.

Mierda, la situación se poni dificil. Cuando veo que hiren a Faith corro hacia ella mientras dispar a uno de los nazi. - Yo la cubro - digo mientras me pongo entre ella y los enemigos. 

-Cubrase profesor, vamos Steve a por ellos con todo - 

Me cubrí cuando sonaron los primeros disparos y allí en la entrada, miré alrededor para ver si había algo que pudiera tirarle a la cabeza a alguno de esos malnacidos. Encontré una piedra que estaba al lado de la puerta, supongo que la utilizarían para atrancar la puerta y no se cerrase. La cogí y se la lancé con gran acierto a uno de ellos.

¡Arschloch! ¡Uggghhh! -aquel disparo me atravesó el hombro, y la bala entró y salió rozándome la clavícula-. Me dolía muchísimo, y menos mal que no fue en la mano dominante, por lo que pude seguir empuñando el revólver-.

- ¡Faaaith! ¡¿Es grave?! - gritó al ver que encajaba un disparo.

Apreté los dientes, y traté de hablar sin despegar una fila de la otra - Bueno, podría ser peor... ¡DISPARAD! -mi brazo izquierdo estaba colgando, pues traté de dejarlo relajado, mientras apretaba el gatillo contra uno de los restantes (Nazi 3). Aquellas ratas ya no podrían escapar. Entonces, sin saber muy bien porqué, sentí el dolor y la adrenalina en la situación de tensión, y apunté con más precisión (o eso me pareció...)

Tras la sorpresa inicial, y haber resultado herida Faith, el grupo actúa con gran precisión acabando rápidamente con los nazis, hasta el profesor le da con una piedra a uno de ellos. El combate termina con los cuerpos de los cinco nazis ensangrentados en el suelo. Nadie en las proximidades, los nazis llevan cada uno una pistola Mauser.

No tenéis problemas en localizar los dos bultos que habéis visto que dos de ellos habían colocado, y también en ver que hay otros dos cerca de las columnas del interior de la iglesia del Santo Sepulcro. De igual forma, os queda claro que se trata de explosivos, sino los desactiváis su detonación provocará la destrucción de la Iglesia.

Vuestro turno.

Adentro, se dijo Steve. Antes, miró una vez más atrás, a los regueros de sangre alemana en las desiertas calles, a Faith, herida seguía siendo una extraordinaria tiradora; era una gran mujer, sin duda. 

Observó a sus compañeros, que no dudaban ni les temblaba el pulso, en una misión cada vez más peligrosa y difícil. Se sentía orgulloso de todos ellos. Incluso del profe.
Corrió hacia el interior, acercándose a uno de los bultos. Explosivos, bombas, "¿qué haces, Steve?". 

Se agachó a examinar el paquete -¿Quién sabe de esto? No podemos esperar a los expertos. Yo…puedo ayudar, los que no, mejor que salgáis de la iglesia. Y pronto.

Los disparos cesaron y al echar un leve vistazo, Pete vio como Steve corría al interior de la iglesia. Esperó unos instantes, y al no escuchar disparos corrió hacia el interior de ésta.

Pete no se dejó deslumbrar por lo que había dentro, y se fijó rápidamente en el experimentado soldado. Lo pudo ver arrodillado, junto a una mochila... su cara parecía mostrar preocupación, y aún era más extraño, que tras el combate no se hubiera encendido un cigarrillo. Miraba alrededor, como si buscara el que hubiera alguna más. En cuanto le vio que dejó la mirada fija, Upham la siguió, pudiendo ver otra mochila idéntica.

Pete salió corriendo hacia ella, se arrodilló y al abrirla... se cayó hacia atrás, y empujándose con sus piernas mientras arrastraba el culo se alejó un par de metros de ella. El miedo le recorrió el cuerpo... no sabía que hacer con aquella... bomba.

- ¡Eh! ¡Steve! ¡Aquí hay una... una bomba! - gritó entrecortado mientras la adrenalina que se le había disparado comenzaba a bajarle y la respiración se le comenzaba a regular. - ¡Lo tuyo... no será...! - Pete se cayó, y a gatas se fue acercando a la mochila con más miedo que vergüenza.

Cuando llegó hasta ella se puso a observarla, sin tocarla... intentando descifrar cómo estaba construida. Al principio le fue complejo, pero poco a poco fue entendiendo como estaba construida. Se parecía bastante a los dispositivos que llevaban las radios, y parece que esto fue lo que le ayudó de verdad para entender cómo la habían hecho.

Simplemente esperó para que llegase otro de sus compañeros y explicarle que tenía que tener cuidado con los dos cables de la izquierda, que eran los que la podían detonar... e internamente, había otro que estaba haciendo un puente falso, que era para despistar... y otro que estaba estañado solo en una punta, y la otra estaba pelada... si ese cable hacía contacto sobre la pista del circuito... ¡Bum! Con toda esta información estaba seguro de que la podrían desactivar.

Cuando todo acabó, tocaba desactivar las bombas que habían colocado esos malditos nazis. Había cuatro y no teníamos mucho tiempo para anularlas. Me quedé al lado de mis compañeros, mirando a ver quién era el guapo o guapa que las metía mano. Yo no tenía ni idea de bombas, así que solo podía observar y rezar.

-"¿Alguno sabe cómo desactivarlas?" Les pregunté.

Steve se decidió a echar una mano para desactivar el explosivo. Estaba algo oxidado el veterano, pero recordaba el proceso.

-Sí, amigo. "Esto", también es una broma. Digo bomba.-respondió, con cierto aire desenfadado, a Pete.

Bueno, lo mismo se acaba aquí mi historia -se dijo entre dientes.

Estando aún herida, me acerqué a Pete, que había corrido ya hacia el interior y se había detenido delante de una de las bombas colocadas.

Tal vez pueda hacer algo con estos dispositivos... -le dije a mis compañeros-. Eso sí, tendréis que ayudarme a desactivarla antes de que se me duerma el brazo por el agujero de bala o algo parecido... Veamos... -entonces traté de examinarlas sin tocarla aún...-. Tiene un cronómetro inversor conectado al paquete térmico y uhmm... veamos.. -me mordí los labios, aún tragaba saliva por la tensión del tiroteo, y no habíamos tenido ni un segundo de descanso...-. Creo que podré hacerlo, profesor -le respondí-. ¡Steve!, Sujeta aquí... -entonces vi cómo se acercaba para ayudarme a la desactivación-. Lo suyo era inutilizar el contador y tener mucho cuidado con los paquetes de dinamita expansiva...

¡Sujeta! ¡Sujeta que no se mueva el mecanismo! -le insistí-. Y entonces despegué la rudimentaria sujeción de aquel mecanismo, y encontré los dos cables que formaban el puente asíncrono de activación. ¡Click! En cierto moento el estridente sonido de la bomba dejó de escucharse... ¡Parecía haberse desactivado!

Esto está hecho, señores... ¡Vamos con las otras antes de que saltemos por los aires! -y de igual manera traté de dirigirme a las otras bombas para hacer el mismo procedimiento-.

Piero ve con precaución y cautela como sus compañeros se acercan y manipulan la bomba. Un viejo recuerdo del ejército le viene a la mente, un compañero suyo perdiendo una mano.

- Yo lo intentaré, pero no soy bueno - comenta mient aa se acerca a una de las bombas. Intenta recordar sus clases en el ejército, pero ve muchos cables por aquí y por allá 

- Lo siento, no puedo hacer nada - les dice con una cara triste. Mientras que ven que sus ojos están en otro lado.

Tras acabar con los cuatro agentes nazis, os cuesta poco encontrar las cuatro bombas que habían colocado junto a distintas columnas de la iglesia del Santo Sepulcro. Da la impresión de que querían acabar con el lugar, para impedir vuestro avance en la investigación. Y a punto han estado de conseguirlo, tan solo vuestra rápida intervención ha evitado el desastre.

Pete y Steve ayudan a la desactivación de los artefactos, que, aunque simples, entrañan más peligro del que podría parecer. Y son Faith y Piero los encargados de tratar de desactivarlos. No sabéis de cuanto tiempo disponéis antes de que detonen, y por lo que habéis podido ver, los nazis salieron bastante rápido de allí, así que no hay tiempo que perder.

Faith esta habituada a estas situaciones de presión, y no le son del todo desconocidos este tipo de artefactos, se concentra y en un momento logra desmantelar un par de bombas, dejándolas inactivadas.

Piero va hacia las otras dos bombas, y con mucho cuidado trata de hacer lo mismo que ha visto hacer a su compañera. Tras un comienzo un tanto desacertado, que hace perlarse de sudor su frente, da con la clave para desactivar el segundo grupo de bombas. Le ha hecho sudar, pero lo ha conseguido.

El profesor Moore que de bombas nada sabe, se ha quedado a la entrada de la iglesia, y ve como aparecen unos soldados británicos, atraídos por el reciente tiroteo. Cuando piensa que se meterán en problemas, y que pueden interrumpir su investigación. Ve como aparece el Capitán Carter con los paracaidistas que le acompañaban, dos de ellos heridos. Y se dirige hacia donde se encentran los soldados británicos. Uno de los paracaidistas se acerca hasta donde está el profesor Moore.

-Señor, el Capitán Carter me dice que os trasmita la urgencia de la situación, no sabe cuanto tiempo podrá contener a los ingleses. Ha dicho que se den prisa, hay que salir de aquí cuanto antes.-Y tras decir esto, se queda cerca de la entrada de la iglesia, pero se acuerda de algo, y se vuelve a acercar para decirle a Moore.

-Parece que el Profesor Hummels estaba esperándonos, de alguna forma se habían anticipado a nuestros movimientos. Hemos encontrado numerosos agentes, que a punto han estado de acabar con nosotros.-

Una vez desactivadas las bombas, es el momento de continuar la investigación. Este es uno de los lugares más importantes para la cristiandad. Y son muchas las cosas que hay en el recinto. Un enorme altar, numerosos cuadros, estatuas, tallas, grabados, etc.

Entre otras muchísimas cosas, veis en una pared muy vieja, una espiral de Fibonacci, además de numerosas inscripciones, gravados, etc.

Vuestro turno.

Transmití las prisas de los americanos a mis compañeros.

-"Debemos de darnos prisa, no tenemos mucho tiempo antes de que nos echen los británicos de aquí." Les dije.

Me puse a buscar cosas que parecieran desubicadas o raras para ser un templo, como la espiral de Finobacci. Cualquier runa, marca o efigie extraña que no tuviera nada que ver con el cristianismo. Había leído mucho acerca de este sitio y creía que podría encontrar alguna pista en él. Este sí que era mi terreno...