Partida Rol por web

- ¡Amarradle! - Gritó Knox desde su posición y postrado en el suelo al ser atendido por Roger. - ¡Necesitamos que nos diga cómo regresar!

Knox se ponía nervioso por momentos, tan nervioso como blanco. Lo cierto era que se estaba mareando y no le quedaba y demasiado como para la consciencia.

- ¡Por favor, Thomas! - Imploró Konx. - ¡Dinos cómo volver! - Le suplicó.

En un intento desesperado, saco el huevo que cogí en la cueva.

- Thomas. Tranquilo. Tenemos los huevos. Podemos llevarlos a donde quieras. Te ayudaremos, pero antes necesitamos ir a casa. Tu amigo Knox, está herido. Allí pensaremos como hacer realidad tu plan, pero dinos cómo volver, por favor.

Por fin lo teniamos, aquello tenia que acabar ya para poder llevarse a Knox y Al joven Fell a un Hospital.
Dejando mis problemas en segundo plano  y  Siguiendo el ejemplo del señor Cleveland , intente tranquilizar a Thomas para que nos diera la clave de nuestro retorno.

Thomas escuchanos, tanto Knox como Kenneth necesitan un medico debes ayudarnos- le dije entrecortadamente mientras hacia un esfuerzo por mantenerlo sujeto- solo queremos llevarlos a casa, cuentanós cual es tu plan con los huevos y te ayudaremos despues.

De nuevo vuestras palabras lograron lo increíble: devolver la razón a Thomas, que por un momento al menos, dejó de moverse para intentar escapar y sus ojos parecieron recuperar la cordura. Era como si fuesen dos personas habitando el mismo cuerpo, el loco Thomas que había matado y continuaría haciéndolo, y el padre de Ken y Roger, que aún recordaba a sus dos hijos con cariño y a sus amigos que tan fielmente le habían seguido hasta allí.

-Yo... soy Thomas Fell. Soy Thomas.... Tenéis que matarme. Quitadme esta piedra -os dijo, mirándose al vientre -. Con ella podréis volver a casa. Olvidaos de mí. Salvaros... hijos míos.

Una lágrima empezó a caer por su mejilla, demostrando con ella que al menos en sus últimos instantes de existencia, Thomas era él de nuevo.

-R-rápido. Quitadme la... piedra -dijo, tensando el cuerpo, como si estuviese intentando impedir que de Thomas el loco saliese de nuevo.

No, Thomas tiene que haber otra solución-dije viendo en el rostro de Thomas la vieja mirada de un amigo que sufria por loq ue estaba haciendo- dinos  cual es el objetivo de repartir las piedras  por el mundo,¿cuantas has enviado ya? si compartes lo que sabes quizas podamos buscar la manera de quitarte la piedra sin matarte, volveremos todos a casa y alli te curaremos

Thomas no parecía entrar en razón. Estaba diciendo cosas muy absurdas. Pedía que le matasen y le quitaran la piedra. Cierto era que había visto como desde el interior de su estómago de aquel hombre se transparentaban ciertas runas que se asemejaban mucho a los símbolos rúnicos que se encontraban en la estela, pero… ¿Cómo extraer la roca del interior de su vientre sin cirugía?

Konx trató de incorporarse un poco, por tal de hablar con su amigo y tratar de convencerle, pero el dolor le volvió a echar contra el suelo. Roger le miró con desaprobación. Era evidente que el movimiento no era bueno para su hemorragia, por lo que decidió atender a los consejos de su médico. No deseaba morir todavía.

- Roger… - Le dijo al médico. - Ves con Thomas. Eres su hijo. Intenta que entre en razón. Yo seguiré presionando la herida. ¿Ok?

Roger miró a Knox agradecido, pero su lugar estaba con él. Si soltaba aquella herida, Knox moriría. Rápidamente alargó el brazo para recoger el cuchillo que por fin podía utilizar y miró a su paciente.

-No puedo hacer eso. Mi padre... de él se ocuparán los demás, pero ahora usted es mi prioridad. Tenga, muerda esto -le dijo, ofreciéndole un pañuelo -. Aunque le duela, me temo que tengo que sacar la bala. Una vez lo haga, podré cerrar la herida y creo que estará a salvo pero si dejo que se quede en el interior, no sobrevivirá.

Roger se tomó un momento para relajarse, haciendo varias inspiraciones profundas, y para que Knox cogiera el pañuelo.

-Señor Wright, necesito que dispare de nuevo al aire y que pegue el cañón de su revolver a la punta del cuchillo. Es la única forma que se me ocurre de esterilizarlo.

No hay... otra forma. Yo... algo quiere que use las piedras para transportar los... huevos... Es esa criatura.

A Thomas le costaba hablar, seguramente porque la piedra, la locura, o lo que fuese, empujaba su mente hacia la desesperación. 

Tienes que arracármela... ¡AAAAAAAHHHH! ¡SOL-TAD-ME!

Thomas volvió a revolverse, aunque estaba demasiado cansado y lo sujetabais demasiado fuerte como para que consiguiese librarse.

En medio de la locura y el frenesí del momento una idea comienza a abrirse paso en mi mente. Parece que las piedras son como ¿portales? ¿trasladores? y al juntar una con otra se abre una puerta a otro lugar. Según cuenta Thomas, dentro de él tiene una. Y nosotros tenemos otra… o sea que…

- ¿Quién tiene la piedra que encontramos en la casa? Rápido, acercadla al estómago de Thomas. Igual funciona…

Aprovechando que Thomas estaba bien sujeto por cleveland, me movi hacia Knox y Roger ppara seguir lss instrucciones de este ultimo.
- perdona por el disparo, compañero- le dijo al herido agachándome a su lado, después haciendo lo que Roger me pidiera para mirarlo directamente a los ojos- Roger, cuando acabes voy a necesitar el cuchillo, hay que quitar eso del vientre de tu padre, esta sufriendo, parece ser que es la única manera - tendría que cortar a mi antiguo amigo, para acabar con su agonía y salir de aquel sitio, lo tenia claro en aquel momento, ya rendiría cuentas con mi conciencia mas tarde

- Tranquilo Norman, sabes tan bien como yo que mala hierba nunca muere... - Le dijo con la voz entrecortada, pero tratando de quitarle hierro al asunto.

Parecía que Roger tenía muy claro que debían operarle allí mismo para sacarle la bala. Por otra parte, Knox le tenía mucho miedo a las agujas, más aún a un cuchillo que por muchos disparos que recibiera, difícilmente iba a quedar esterilizado. Cuando Wrigth le pidió el cuchillo a Roger para realizar otra burrada, Knox vio su oportunidad de salvarse de aquel trauma.

- Es prioritario eso, Roger. - Le dijo. - Ves con tu padre... sacádle eso y conseguid la clave para regresar a casa. La bala puede esperar a llegar a un hospital. ¡En serio! - Trató de ser convincente.

Lo cierto era que en esos momentos, parecía que el único que conservaba algo de cordura era el señor Cleveland. Thomas evidentemente había enloquecido, Wrigth sugiriendo abrir en canal al propio Thomas, también parecía haber perdido el juicio y... ¿Qué decir de Roger? ¿De verdad pretendía operarle allí mismo? Igual es que estaba más grave de lo que pensaba, pero... Le convencía más la idea de que probara primero con Thomas. Al fin y al cabo, poco quedaba ya de él.

Mire a Knox que estaba un poco blanco , suponía por la perdida de sangre- lo tuyo corre mas prisa amigo, Thomas puede esperar de momento aun sigue manteniendo la cordura y preferiría que Roger estuviera centrado en la extracción de la piedra junto a mi , en vez de preocupado por que te desangres

¡Dejen de hablar de una vez! -ordenó Roger, mirando mal a todo el mundo -. Solo tengo que sacar esta maldita bala y entonces le daré el maldito cuchillo. Ahora, ¿quiere hacer el favor de disparar su arma de una vez para que pueda esterilizarlo?

Roger se limpió el sudor de la frente. Estaba acostumbrado al estrés, pero no a tanto, ni a una situación tan delicada como aquella. No es que la herida de Knox fuese urgente, pero si no sacaba la bala inmediatamente, sí que lo sería. Por lo que había podido ver, podía salvarse si detenía la infección, pero sobre todo, si permitía que el cuerpo empezara a cicatrizar por dentro... si sacaba aquella bala del demonio.

Saque el arma ante el apremio de Roger y dispare

- ¡Oh, mierda! - Exclamó Knox.

No se creía que fueran a hacerlo de verdad. Roger Fell era el médico, pero aún así... seguía sin tener muy claro que no hubiera enloquecido como su propio padre. Fuera como fuera, parecía que iba a pasar y eso no le gustaba ni un pelo. Una operación sin anestesia. ¡Definitivamente estaban locos! Fue en ese momento cuando Knox recordó algo. 

- ¡Espere, en mi bolsa hay brandi! - Dijo entonces Knox. - ¿Me lo alcanza? - Le preguntó a Wrigth y una vez se lo entregó destapó la botella y le dio un buen sorbo. Al menos si estaba borracho podría soportar mejor el dolor. - ¿Le tiro a la herida? - Preguntó. Ya puestos a hacer locuras... - Lleva alcohol... para desinfectar digo... - Suerte que había cogido eso de la cocina fusionada con la montaña nada más llega a ese inhóspito paraje.

Roger no se entretuvo más tiempo. En cuanto Norman disparó, colocó el cuchillo en el cañón y después, cuando Knox sacó su botella de brandi, lo roció.

-¿Preparado? Muerda el pañuelo.

En un rápido movimiento de manos, derramó parte del brandy en los alrededores de la herida, colocó el cuchillo debajo y después, con velocidad, lo introdujo, cuando Knox todavía no había dejado de gritar. No necesitó mucho. Había hecho cosas así, aunque no con aquel instrumental primitivo, docenas de veces, y palpaba perfectamente la herida con la mano. Así que todo fue meter la punta del cuchillo, empujar hacia fuera y... listo, la bala estaba en la mano de Roger en cuestión de pocos segundos.

-Listo. Habría tardado menos si me hubiesen dado el cuchillo antes -dijo, devolviéndoselo a Norman. 

A continuación, rasgó parte de su propia camisa e improvisó una venda alrededor de la herida, que colocó lo más fuerte que pudo. 

-Ahora, no se mueva.