Partida Rol por web

Vaan pasa de largo junto al grupo sonriendo y haciendo un gesto de reverencia con la cabeza al pasar a modo de saludo y se detiene tras el tecnosacerdote.-Disculpad señor,¿me permite pasar?...-Vaan espera pacientemente que el hombre le permita pasar para entrar en el bloque.

La expresión adormilada de la joven va desapareciendo según se acerca al habitáculo, sustituida por una mueca de desconfianza. Siempre ha trabajado en solitario, y desde luego el informe no mencionaba que aquello fuera a cambiar, así que no puede evitar recelar de los que se apiñan en la puerta ¿Debería pasar de largo? duda por unos instantes, pero enseguida rechaza la idea.

¿Quiénes sois vosotros? -pregunta con firmeza, intentando remarcar el hecho de que no deberían estar allí. Ha llegado justo a tiempo para escuchar la cortesía con la que uno de los hombres se ha dirigido al que parece un tecnosacerdote, lo que sin duda no ayuda a calmar sus sospechas ¿Es que se conocían de antes? Su mano se mueve lentamente para aferrar la hoja que cuelga a su espalda, cerrando los dedos alrededor de la empuñadura.

Vaan Escucha una Voz de mujer a sus espaldas y rápidamente se gira y se asombra por su error.-¡Oh,Disculpeme...Me llamo Vaan,¿Y usted?.-Vaan sonríe de manera sincera y natural y le tiende una mano enguantada a la mujer.

Kennard levanto su mano derecha mientras le daba la espalda a aquel hombre que le hablaba indicándole que esperase. Termino de teclear el código y acceso a la información. Había mas gente en el lugar al parecer, desconocía por que estaban allí pero no le importaba gran cosa, no consideraba que tuviera algo que ver con ellos.
Uno de ellos hablo preguntando por las identidades de cada uno, Kennard estuvo a punto de contestar pero su parte lógica le indico que alguien mas contestaría permitiéndole continuar con lo que hacia, mientras esperaba la información hecho una leve mirada a los presentes.

Una mujer rubia vestida con ropas de segunda mano de la colmena aparece a continuación en el pasillo y contempla al Tecnosacerdote que está tecleando el acceso a una puerta.

Al lado del Tecnoadepto un hombre y una mujer están hablando, parece que ella desconfía porque se lleva la mano a la espada que tiene a la espalda, sin embargo el hombre responde educadamente tendiendo la mano.

Rebekah carraspea, esperando que acaben de presentarse para saludar ella, no quería tomarlos por sopresa, dudaba que fuese prudente.

Un sacerdote se acerca con una sonrisa en su gesto, mirando el ambiente encuentra gente de lo mas variopinta. le llama especialmente la atención un hombre que conoció hace poco en un bar.

Observa que entre ellos algunos están hablando, busca alguien que este en silencio para poder charlar un poco y conocerse antes de tener que entrar en acción. Observa como el misterioso hombre que conoció en el bar esta en silencio, se le acerca con un gesto serio. Mientras le da la mano dice con una voz firme y confiada.

No esperaba verte por aquí, esta vez se a reunido gente sera algo mas serio

Grigory se detuvo a escasos metros del grupo congregado alrededor de la puerta a la cual le habían mandado. No era especialmente espabilado, pero era evidente que todos estaban ahí por alguna razón. Para él ya estaba suficientemente clara la situación y mientras se apoyaba en la pared y se cruzaba de brazos se quedó observando al grupo tan peculiar.

Al sacerdote de cabeza pelada ya le había visto el día anterior y parecía un tipo honrado, todo lo que se puede ser cuando tienes la cabeza llena de palabrería. Lo que más le llamó la atención fue el tecnosacerdote. Eran raros de ver por donde el se movía y no comprendía como alguien se puede hacer todos esos implantes. Toda esa chatarrería que llebaban consigo... iba contra la naturaleza del hombre. No comprendía a un ser que si quedaba sin pilas era inútil. Por el poco trato que había tenido con alguno sabía que era mejor no comentar sus pensamientos en alto ya que solían ser bastante suspicaces ante esas afirmaciones.

Como siempre la mejor política era esperar a ver que ocurría,hacer uso de su paciencia, estando atento y observando a los que posiblemente sería sus compañeros. Al final el sacerdote le vió y amablemente se el acercó a charlar.

-Yo tampoco esperaba ver a un hombre espirutual en una taberna, pensaba que sus horas libres se las dedicaban a rezar por las almas de los hombres. - Dijo sonriendo apoyado en la pared con sus brazos cruzados en el pecho - Dime una cosa, tu que eres un hombre de espíritu, ¿qué crees que nos ha podido juntar a 7 personas en la misma puerta y a la misma hora? Es un buen acertijo

Vaan Retrocede Un paso ante el gesto de la mujer y rápidamente se lleva la mano a la cintura,haciendo ver que el también iba armado pero sin llegar a tocar el arma.-Tranquila,Puedes estar tranquila...Soy de fiar.-El tono de voz y la manera en que lo decía sonaban muy profesionales,pero incluso ante el gesto de desconfianza la mano de Vaan seguía esperando ser estrechada y la sonrisa seguía siendo sincera y natural,Tras un segundo un carraspeo llamó la atención de Vaan y por encima del hombro de la joven pudo observar a otra mujer,a la que igualmente sonrió.

Tras una mirada calculadora, la joven acepta por fin la mano que le tiende Vaan- Encantada -dice casi automáticamente, sin revelar aún su propio nombre. El carraspeo de la mujer le ha permitido darse cuenta de que los desconocidos se acumulan tras ella, así que aprovecha el saludo de aquel hombre para desplazarse hacia la pared, apoyando la espalda en ella con deliberada indiferencia No ha sido muy sutil, pero sí necesario.

¿Ha vosotros también os ha convocado Solevan? -preguntó en voz alta, en un intento por que la oyeran todos los presentes.

- No todos los hombres espirituales dejan de lado las cosas mundanas, de hecho mucha gente de calle necesita mas que nadie la fe, y allí estará siempre algún sacerdote. Mas de un hermano se a dejado perder por meditar demasiado y olvidar sus obligaciones mundanas.

Después de decir ese comentario agacha la cabeza, y se rasca su perilla, quizás meditando sobre lo dicho o pensando sobre algún conocido suyo. vuelve a mirar al extranjero que conoció en el bar y con un gesto amable responde a su pregunta.

- La verdad que encontrarnos ayer, no fue casualidad, el emperador todo lo sabe y tiene una misión para nosotros. Seguramente todos nosotros.

Vaan se coloca bien el abrigo y la camisa que debajo llevaba dejando ver mejor el tatuaje del Sol brillante.-Disculpadme señorita.-Y le tiende la misma mano a la señorita de cabello rubio que esperaba,sonriendo de la misma manera afable y jovial.-Perdonadme,he sido brusco con la otra señorita,Mi nombre es Vaan.-Mira de nuevo a la otra joven.-Disculpadme,no he oído vuestro nombre y No,no me ha convocado,pero puede que tengamos el mismo objetivo.

Rebekah escucha las conversaciones entre el clérigo y el otro hombre sin poner ninguna expresión en su cara.

-Yo soy Caeli.-responde al tipo de las manos enguantadas mientras se adelanta y estrecha su mano.-No tengo ni idea de quien es Solevan.- responde a la otra mujer, para a continuación asentir a las palabras del sacerdote.

Hugh se aproxima al grupo... o al menos, hasta unos metros de ellos. Por las miradas que recibe, pareciera que no quisieran ser interrumpidos. Toda gente muy capaz... muy capaz.

A 3 metros del grupo, se encoge contra la pared. Tal vez se equivocó de dirección. Tal vez estamos en lo correcto. Tal vez... Hahahahaha!!! No puede impedir la carcajada, doblándose y tomándose el estómago. 

Pero en cuestión de un segundo se estira, alisando su chaqueta con la mano izquierda. Los demás notan que la derecha permanece dentro de un amplio bolsillo en ese lado. Extiende la siniestra, entonces, a modo de saludo, como si alguien le hubiera hablado. Hugh. Encantado. Necesito llegar a ese lugar... señala la puerta. Pueden, eh... hacerse a un lado?

     No se te pasa por alto la coincidencia de que esteis todos a la misma hora y en el mismo sitio. Incluso pese a las suspicacias iniciales, no es difícil imaginar que esta sea una de las tretas de Nihilus. El tipo no es muy dado a extenderse con la información que entrega y tal parece que disfruta con ponerte en este tipo de aprietos... o quizás sean pruebas, quien sabe.

     Todas tus misiones anteriores habían sido en solitario, pero parece que la cosa ha cambiado. Aunque eres suspicaz por naturaleza (de todo acólito de la Inquisición se espera que lo sea), te queda bastante claro que el resto de congregados están aquí por la misma razón que tu. Algunos de ellos portan placas de datos como la tuya, sin contar al diestro tecnosacerdote que ya está tecleando el terminal de acceso, que pronto se ilumina con una luz verde, franqueando el paso al habitáculo.

     No se te pasa por alto la coincidencia de que esteis todos a la misma hora y en el mismo sitio. Incluso pese a las suspicacias iniciales, no es difícil imaginar que esta sea una de las tretas de Nihilus. El tipo no es muy dado a extenderse con la información que entrega y tal parece que disfruta con ponerte en este tipo de aprietos... o quizás sean pruebas, quien sabe.

     Todas tus misiones anteriores habían sido en solitario, pero parece que la cosa ha cambiado. Aunque eres suspicaz por naturaleza (de todo acólito de la Inquisición se espera que lo sea), te queda bastante claro que el resto de congregados están aquí por la misma razón que tu. Has observado que algunos de ellos portan placas de datos como la tuya. Con destreza tecleas la clave en el terminal de acceso, que pronto se ilumina con una luz verde, franqueando el paso al habitáculo.

Vaan se gira y mira al tipo que se rie solo y lo saluda con un gesto de cabeza para acto seguido seguir los pasos del Tecnoadepto al interior del edificio.-¿Vamos?.-En el marco de la puerta se para mirar  y preguntar a los demás.

Sólo Vaan y Caeli responden de forma directa a su pregunta, pero resulta bastante evidente que a nadie le suena el nombre que Everlee acaba de inventar sobre la marcha No han fingido saber de quien hablo... es posible que verdaderamente sea Nihilus quien los ha llamado a todos Una ligera sonrisa ocupa el lugar que antes dominaba la suspicacia.

He sido bastante grosera -se disculpa bajando la mirada por un instante- Mis vengativos padres me pusieron Arianne, pero podéis llamarme Música, Anne, Musa, o simplemente milady -sus rodillas se flexionan en una pomposa reverencia, una delicada parodia de lo que podría verse en cualquier baile de la rancia nobleza- De mi apellido mejor ni hablemos -añade al final, con cierto tono de complicidad.

Por su manera de presentarse ante los demás, parece evidente que la joven está acostumbrada a ser el centro de atención... ¿Ya está? El ligero ruido la avisa de que la puerta ha sido desbloqueada, pero decide que lo más prudente es dejar pasar primero al que hace unos momentos se reía sin razón aparente Sólo por seguridad se dice a si misma mientras se aparta.