Partida Rol por web

Kaerie, habia llegado hace unos minutos, pero vio desde lo alto a varios hermanos reunidos, busco algunas ruinas y descencio tras ella, adopto su forma humana favorita...

Detras de las ruinas salio para acercarse a sus hermanos...

- Veo que ya estan casi todos, quien falta?...-

Deberemos de encontrar qué ocasiona todo esto.

Respondo sin dejar de mirar al dragón Púrpua. Sonrío levemente.

Muy bien explicado, por cierto, dragón de Cobre, pero no sé si nadie nos explicará nada. Los ancianos no suelen inmiscuirse mucho en las tareas que encomiendan a otros.

Veo entonces aparecer al dragón de Latón y al Bicéfalo y me inclino levemente a modo de saludo, pero sin desviar mi mirada.

Hasta yo querría...

Murmuro al ver la forma que adopta.

Manteneos como dragon si os sentís más cómodo.

Sonrío mostrando los dientes, divertido por la situación. Pero la sonrisa se borra por un gesto más serio mientras espero la respuesta de la dama Púrpura.

Sparkly: No hay problema, es simple falta de práctica. Además, muchos no querrán transformarse y no habría sitio para todos. Lamentablemente soy el único que puede ver su propia cara de todos nosotros.

Bueno, a lo que vamos, ¿cuando empieza la fiesta? A algunos nos gustaría saber qué estamos haciendo aquí.

Con todo el mundo mirando, Gloomy no aguanta más y agacha su cabeza llorando desconsoladamente.

Escucho hablar, y me pongo a hacer recuento mental mientras hablan.

De los convocados a este cónclave faltan... El representante de los dragones Azules, el de los dragones Blancos, el de los de Hueso, el de los de Pantano, el de los Dorados, el de los Plateados y el de los Wyvern.

Respondo.

Al menos de los que sé que hemos sido llamados según los ancianos.

- ¿Y donde estan? ¿No deberian estar aqui ya?.- No me gusta tener que esperar, si nos han convocado ya deberian de estar aqui.

Miro los huesos que descansan bajo nuestros pies y digo: Aqui descansan nuestros antecesores.

Espero, que esta vez, la muerte no tiña de nuevo el cielo, y deje tan solo el vacío en este reino.

Mientras los demás entablan diversas conversaciones, algunas de ellas un tanto absurdas, decido adquirir mi forma humana como me aconsejó uno de los dragones presentes:

Crisophylax sonríe también al dragón sombra y le contesta mientras se le acerca y pone una mano sobre el hombro de el

No te enfades Murmur que estas muy feo así, realmente en lo que me quiero centrar es en ti, tu actitud hace que entre en celo, me gustan los dragoncitos malos, y la verdad teniendo en cuenta que no sabemos por que estamos aquí no se en que otra cosa quieres que me centre

-¿¿quereis dejar de discutir? Asi no hay quien pegue ojo... podriais haber tardado un poco mas en llegar...
Dijo una cavernosa voz mientras vrios de los huesos esparcidos por el suelo se arremolinaron como por arte de magia, reconstruyendo el cuerpo de Tyrillax.
-Soy Tyrillax, portavoz de los dragones de hueso

Miró a los dragones que se habían transformado en aquellas criaturas inferiores y se sintió apenado. Las cosas debían estar realmente mal si el bronce y el agua preferían vestir una imagen falsa y débil en lugar de la propia.

-Veo que hay entre nosotros quien reniega de su verdadero ser. ¿Será acaso qué el Bronce y el Agua se sienten disminuidos ante el resto de nosotros y por eso adquieren tan nefastas formas?-

Observo a todos los presentes en especial a Ignos. El tiempo pasa, la época en la que todo era fácil ha pasado, quizás te parezca mal que asumamos esta apariencia, la esencia no cambia. Ese es uno de nuestros problemas por el que muchos de vosotros habéis sido olvidados. Estar presente entre ellos te hacer eterno y jamas olvidan.

Sparkly: Mira de arriba a abajo las nuevas formas del dragón de agua y el de bronce.
Prefería vuestras figuras antes de la transformación. Lástima no poder seguir deleitándome la vista.

Gloomy: Como sigas así, nuestros huesos serán los próximos en cubrir el suelo.

No se porque renegáis de vuestra forma madre.... esa que os vio nacer... esa de la que se ha de sentirse orgulloso y no ocultarla bajo el velo de la falsa humanidad....
No no me esconderé tras la piel de un humano pera evitar reconocer si se miente o se engaña...

La mayoría estaba en su forma humana, y el dragón de latón se vio tentado a hacer lo mismo, pero le gustaba ver como salía fuego de su boca cuando respiraba como dragón.

-No creo que se nos haya llamado para discutir. Estoy de acuerdo en que hay discrepancias entre muchos de nosotros, ya que somos muy diferentes. Pero no creo que eso lleve a ninguna parte, y menos si ni siquiera sabemos bien lo que pasa.

- No reniego de mi esencia, me he transformado por comodidad, la falta de espacio, así como los restos de columnas y piedras hace díficil acomodarnos aquí -dije mirando a ignos- cuando lo vea necesario, volveré a mi estado natural- dije mientras me acomodaba en la base de una antigua columna-

Cuando Púrpura se acerca a mí permanezco impasible. Me pone una mano en el hombro y me habla, mientras mis ojos continúan clavados sobre los de ella.

No estoy enfadado. No os gustaría verme enfadado.

Aclaro. No obstante le dedico una mirada de arriba a abajo, no sólo a su forma humana, si no a algo que nadie puede ver. Mis ojos brillan vacíos durante un segundo, llenos de malicia.

Y, aunque halagado, insisto que no soy de tu especie... Soy uno de los siete dragones de Sombras que quedamos, el hijo de uno de los ancianos. Tú eres un dragón púrpura, de Magia e Ilusión. Hemos venido a solventar el problema que atañe la ciudad. A investigar y dar con ello...

Veo cómo el dragón de Hueso se forma, consiguiendo que desvíe por un segundo mi mirada del dragón Púrpura y no puedo evitar lanzarle al recién llegado una mirada un tanto... Extraña, aunque no añado nada. Cuando al fin consigo detener la discusión sobre las especies viene la del cambio de forma. Pongo una mano sobre el hombro del dragón Púrpura y muestro mis dientes en una extraña mueca confiada.

He cambiado por que mi tamaño es el mayor de los presentes, siendo comprable al de un anciano entre vuestras especies. Mi presencia dañaría la ciudad y no es lo que pretendo. No obstante, mis poderes, fuerza y magia, no se han visto alterados con el cambio.

La paciencia no es mi virtud, y Púrpura puede ver cómo una ligera vena se hincha bajo mi cuello.

Y ciertamente, majestuosas son nuestras formas reales, compañero Bicéfalo.

Mis ojos vuelven a mirar a la compañera que tengo delante y finalmente mi voz resuena en todo el lugar.

Esperaremos a que caiga la noche antes de hablar y presentarnos, esté quien esté. Explicaré lo que sé y, aunque algunos somos de caos, y otros de ley, nos mantendremos en un paso intermedio, y erguiremos un líder entre nosotros para mantener la calma y el equilibrio que parece faltar en el cónclave. ¿Bien?

Aunque lanzo la pregunta al aire, casi podría evaluarse como retórica.

Dejo escapar un leve suspiro ante tantas cosas sin sentido como se están diciendo.

- Seamos serios. - Digo sin abrir los ojos. - Estamos en "Austrión", la ciudad volante construida por nuestros ancestros, dragones mucho más grandes, más numerosos y mucho más poderosos que nosotros. Construida por ellos, y para ellos, está hecha a nuestra escala, no a la de los hombres. - Busco postura nuevamente en la roca antes de añadir. - Si queréis cambiar de forma, es cosa vuestra, a mi me da igual, pero como sigáis discutiendo por tonterías, me vais a acabar levantando dolor de cabeza. Escuchad a Murmur, que al menos parece que sabe de lo que habla.

Permanecí cayado en una esquina. Aún nada había empezado, y las antiguas rencillas entre las razas saían a la luz.

Era mejor observar y detectar que acusar directamente, como varios ya hacian.

Pero, compañero de Cobre, la ciudad ya no es lo que era, sus columnas son frágiles. Se ha librado una gran batalla aquí.

Repondo sin dejar de mirar a Púrpura, mis orejas se mueven ligeramente, como tras escuchar algo interesante.

Les daremos unos minutos más antes de comenzar a ponernos en movimiento. No es normal un retraso para una cita como esta.

Claramente mis últimas palabras suenan algo, muy ligeramente, enojadas, o quizás impacientes. Por un momento me planteo agradecer las palabras del dragon de Cobre, sin embargo, dar las gracias entre nosotros por lo correcto es algo bastante estúpido y digno de un humano.