Partida Rol por web

Lentamente recobro el conocimiento. Me duele cada uno de los huesos y escamas. Mi forma, aún humana, observa el entorno.

¿Qué diablos...?

Murmuro para mis adentros. Aunque rápidamente localizo a la dragona Púrpura y, sin dudarlo, avanzo hacia ella y pongo mis manos en sus hombros. Todo parecía una pesadilla, incluso para un maestro de las pesadillas como podría llegar a serlo yo.

¿Estás bien?

Pregunto, mientras le miro a los ojos.

Miro desorientada a mi alrededor y lo primero que veo es a Murmurcito a mi lado, me duele todo y no puedo pensar ni hablar con claridad, lo máximo que soy capaz de decir son una pocas palabras aunqué me cuesta un esfuerzo sobrehumano pronunciarlas

Estoy, que ya es bastante...

Sonrío, quizá sincero por primera vez en mucho tiempo, y me siento en el suelo mientras suspiro largamente.

Miro hacia el techo del lugar. Mi sonrisa desaparece.

Y ahora estamos atrapados... Debemos de encontrar el origen de la mancha... Y erradicarlo. O no podremos salir, nunca.

-¿Todos bien? ¿Qué ha sido eso? El dragón negro estaba como una cabra.

Miró a Murmur y a otros, que parecían haber muerto antes.

-¿Y vosotros como habéis salido de ésta? Os creía fiambres, suerte que no es así.

Observo que esta bien y a Murmur correr hacia Crisophylax y sonrío de alivio. Me alegro que todos estáis bien y Crisophylax gracias.

Ese es el problema... No sabemos qué ha pasado. Aunque puedo hacerme una idea...

Señalo hacia donde estaba la estatua.

Ellos dos pelearon en una batalla final en Austrión, quedándose para siempre en el lugar... Pero al abrir nosostros la brecha podían escapar, así que fué lo que el dragón Negro intentó, tras ello, el dragón Dorado, con nuestras energías, pudo enfrentarse a él...

Miro a cada uno de los presentes.

Y ahora nosotros somos parte de su batalla. Algunos malvados, piezas del dragón Negro, intentarán acabar con todas las piezas del dragón Dorado para salir, mientras que las piezas del dragón Dorado intentarán detener a las del dragón Negro. Lo que no sé es... El cómo...

Las palabras de Murmur son reveladoras. Evidente era la traición de Crisophylax.

- Peones como tu, Dragón Purpura. Es evidente en ti la influencia del Dragon Negro. ¿No creeis lo mismo, hermanos?

Sus tentáculos nos alcanzaron a todos...

Comento, triste y nostálgico.

No creo que sea tan idiota de una jugada tan evidente. Es más probable que use a otros peones. Quizá las escamas del dragón Púrpura encierren al dragón Negro pero... -señalo la cúpula- La oscuridad, rodeada, es poco eficaz. Sería un cebo perfecto, eso sí.

Miro sorprendida a Nihilius y le contesto

Me intenta matar y soy un peón suyo????, deja de soñar Nihilius, además creo que me ha maldito, ahora llevaré sus escamas junto a las mias

- O un vil engaño del Dragon Negro, lo mejor seria asegurarse, no podemos arriesgarnos- Digo con dureza mientras miro a Crisophylax.

- Y por ello que portas sus escamas, portaras su maldad.

Miro enfadada y contesto al dragón sardina

Si hay entre nosotros algún hechicero le doy permiso para que lea mi mente para ver si oculto algún oscuro plan en mi interior, estas acusando falsamente y sin razón, tal vez era lo que Draenathor y tu habíais planeado...

Nihilius te equivocas, solo tiene la cicatriz por llamarlo de algún modo.Crisophylax no le hagas caso, no lo merece.

- ¿Y si no es asi? Es evidente que no sois imparciales, vuestro amor por ella es evidente.

Cegados por la dragona, siguen sus pasos. Tal vez en ellos tambien habite la maldad.

Creo que aqui hay quien habla muy poco o nada y otros que no haces si no parlotear, y estos ultimos creo que lo hacen solo para despistar y no me fio de todos aquellos que hablan tanto que no les da tiempo a pensar lo que dicen.

No se que concepto de amor tienes, pero di mi palabra que no se portaría mal y voy a estar a su lado para que lo cumpla. Mi palabra vale algo al contrario que la tuya.

- Esperemos a los demas a ver que esperan de esa..."obra" de la oscuridad. No pienso hablar con quien no tiene puede ver las dos caras del problema.

¿Nuestro?

Pregunto a al dragón Marino. Tras ello una única, cruel, y despiadada carcajada.