Partida Rol por web

Bethel mira el moho ennegrecido por la bola de fuego, luego mira su antorcha y sonrie para poco después soplarlas hasta que se apaga - Bueno, parece que por aquí todo controlado. - Ya lo veo venir, ya veo venir el comentario soberbio del mago. Sin embargo, por una vez viendo al ser carbonizado, lo da por un sufrimiento aceptable.

Acaso alguien lo dudaba? Yo no. Igual que tampoco dudaba que os quedariais todos mirando como pasmarotes. Si os asusta un poco de barro - les recrimina -quizas seria mejor quedaros en la ciudad. Porfa no mateis a los monos! - se burla - barro que se mueve que asco! - suspira mientras ojea los libros - en fin.

a ver que hay por aqui... Pocionova, alquimia para compartir. Arte avanzado de las pociones por Libatius Morage. El Pocionomicon... Bueno, bueno. Esto es una buena paga extra - piensa mientras se los mete al bolso

Joder, Jaali, que esas son las buenas, las que en la primera cita ya tratan de quitarte la ropa. - dice el enano con una sonrisa y un guiño, tras lo que añade. - Y lo de ser ardiente creo que voy a tener que explicartelo de nuevo...

Hace un gesto con la mano, indicando que da por perdido al mago, y señala a Diegen con un gesto de la barbilla.

Venga, muchacho, sigueme, conozco el camino. - tras lo que sigue con la exploración.

Soy un hombre, Dorwas. - dice encogiendose de hombros - Necesito que me den espacio y libertad. Cuando se te ponen a abrazar asi desde el primer momento, agobian. Pero claro, no espero que tu entiendas eso con lo que te gustan los abrazos.

Venga, muchacho, sigueme, conozco el camino.

No le hagas caso, paladin. Una vez se perdio en su propio burdel.

Diegen corta el moho con sus cimitarras ardiendo, dejando profundos cortes negros. El fogonazo de Jaali le obliga a apartar la mirada un segundo, pero cuando vuelve a mirar parece que el peligro ha pasado: la mayor parte del moho está quemado por la acción combinada de las cimitarras y el conjuro del mago, y las partes que no han sido quemadas parecen descomponerse lentamente pero a ojos vista.

Diegen acerca las aún ardientes cimitarras a los restos del moho mientras Jaali se pone en pie y sigue investigando el laboratorio, discutiendo con Dorwas, y aparentemente encontrando un par de libros de interés para él. Lo que queda del moho no reviste mayor peligro, y parece que pronto simplemente habrá dejado de existir. Afortunadamente, ha sido visto y no visto.

Venga, muchacho, sigueme, conozco el camino. 

- Bueno, chicos, seguimos adelante --- dice el semielfo a Morbo y Bethel, para que retomen sus posiciones en la retaguardia del grupo.

Después, Diegen sigue a Dorwas en dirección norte.

El grupo continua explorando lo que queda del monasterio, las criptas.

Las criptas están compuestas por una serie de túneles de 3 metros de ancho escarbados en la roca. Los túneles forman una doble cruz (ver mapa), las paredes están ocupadas por decenas (quizá centenares) de nichos en los que descansan los fieles de Serenrae. La mayoría de los nichos contienen esqueletos intactos, sin embargo en algunas zonas el suelo esta lleno de huesos y los nichos semi-vacios.

Al final de uno de los túneles hay tres cadáveres en el suelo. No visten mortajas, sino armaduras y a sus pies hay armas. Dos de ellos visten lo que parecen restos de túnicas de monjes, el tercero una armadura de cuero amarillenta, no parece un monje. Unos de los monjes protege una caja de madera del tamaño de un libro con el símbolo de Serenrae tallado a fuego.

- Bueno, pues esto ya está. Vamos a enterrar a Dashki y a las alimañas _{(es más de lo que se merecen)}. Tal vez Jonova y Raffius pueden ir a avisar a la princesa Almah... aunque a mí no me importa ir si vosotros preferís echar una mano a limpiar esto...