Partida Rol por web

Balbo solicitó y agradeció la curación al clérigo, que cerró sus heridas de forma notable.

Erevan se acerca al resto del grupo y se desploma en el suelo buscando un lugar donde acomodarse mientras ve a Duhark atender a los heridos - por los dioses, ¡me duele todo! - dice mientras se hecha mano al costado donde sus ropas están empapadas de sangre.

- ¿Qué tal si hacemos un descansito muchachos?

Esperais un tiempo prudencial temiendo que lleguen refuerzos, pero al no escuchar nada del otro lado de la puerta os dedicáis a curar vuestras heridas por turnos.

Obsidian lleva los restos de su sobrino en su abultada mochila y ha permanecido callado y apartado del grupo, no aceptando las curaciones del clérigo cuando se las ha ofrecido. No le habeis visto derramar una sola lágrima, pero tiene los ojos bastante rojos.

Erevan agradece sinceramente las atenciones del clérigo y mientras discuten que hacer registra los cadáveres y busca puertas secretas.

- Creo que deberíamos acabar de investigar la zona, al final del pasillo había una puerta y quizás hayan llevado aquel espejo que hacía de portal, parecía un artefacto interesante, digno de estudio

Las paredes de ambas salas parecen totalmente sólidas, y tus agudos sentidos élficos no detectan nada fuera de lo normal.

Los objetos aprovechables que conseguís reunir de entre los despojos de los hombres rata consisten en equipo mundano, o al menos Erevan no descubre ninguna propiedad especial en ellos, y se tratan de los siguientes:

6 armaduras de cuero
4 lanzas
1 espada corta
1 ballesta de mano
1 kusari-gama (en este caso especie de hoz con látigo acabado en cuchilla)
1 símbolo sacrílego de dios desconocido

- Terminemos con esa pesadilla de una vez.

Sí, acabemos con todos... La voz de Obsidian suena rasposa y sus cejas están tan juntas que parecen una sola. Agacha la cabeza y sale decidido hacia la puerta, apenas dandoos tiempo a seguirle.

- El enano puede cargar con lo que se vea aprovechable - dice señalando al lote de armas esparcidas - avancemos

Al pícaro le llamó la atención la ballesta de mano, y visto que nadie la reclamaba se la quedó. Aunque, por supuesto, los shurikens y las dagas eran armas infinitamente superiores, como todo el mundo sabía.

El enano golpea la puerta con una poderosa patada y esta salta de sus goznes...

Esperabais ver las caras asustadas y sorprendidas de algún hombre rata del otro lado, pero en su lugar os encontrais con una especie de perrera, o al menos su equivalente para los hombres rata: la sala aloja a cuatro grandes lagartos con los dientes muy afilados y cuya saliva, que gotea hasta el suelo desde su boca, sisea al tocar la piedra produciendo pequeñas columnas de humo que pronto se difuminan en el aire.

Las bestias están en pie y alerta, mirandoos amenazantes con sus orejas levantadas, lo que no es de extrañar con los sonoros pisotones de Obsidian mientras se acercaba...

Erevan lanza su nuevo conjuro, haciendo que de sus manos brote una brisa helada que supuestamente ha de atrapar las piernas de sus enemigos, pero tarda tanto que sus enemigos la ven venir con tiempo más que de sobra para esquivarla.

Yo retraso, ya actuaré en cuanto lo vea oportuno.

Los dracos reaccionan acribillando a Obsidian, el blanco más obvio, con sus salivazos ácidos, para luego adelantarse todos hacia él dispuestos a despedazarle con sus afilados colmillos.

El enano por su parte aguanta estoicamente los salivazos, y cuando tiene al primero de los dracos a tiro le suelta tal martillazo con rabia acumulada que casi lo deja en el sitio de golpe. Trozos de piel y escamas salen despedidos junto a algunos de los dientes de la bestia, que pierde pie y balancea el cuello aturdida por el impacto, a punto de caer mientras la sangrea chorrea por su barbilla aún más abundante que el ácido...

- Atrás, a la sala anterior -dice Balbo, y él mismo obedece su propia orden.

El tiflin sonríe al ver que los dracos han seguido la táctica más obvia. Extiende su cetro y un rayos de llamas sale disparado por encima de Obsidian y se estrella en el bicho que acaba de golpear.

- Obsidian retrocede, Duhark hagamos tapón en el cruce y así podremos atacar todos al mismo.