Partida Rol por web

El Bar Luna Pulchra - HLCN

Día 5 - Tonada de Esperanza

Cargando editor
05/11/2013, 05:35
Colette

Colette aceptó el cigarillo que le ofrecía Sharon, y se lo encendió antes de ponerse a hablar. - ¿Que si me siento sola? Cielo, soy la modelo de una asesina muerta, quien se suponía que era mi mejor amiga y mi pilar. Su moda desaparecerá, y aunque pueda ser la musa de otros diseñadores... ¿que me quedará cuando me sustituyan por otra más joven y más guapa? Nada. En cambio tu, ya no es sólo la familia que tienes, tu tienes a tus flores. Tu creas vida y la cuidas, hasta que todo ese amor va para otra persona para hacerla feliz, incluso en sus malos momentos. De mi dentro de no mucho ya nadie se acordará, de ti muchos se acordarán siempre, y con una sonrisa en los labios...

Los hermanos de Sharon entonces aparecieron, también para animarla puesto que habían escuchado la conversación entre ellas. Siguió fumando con la cabeza gacha, cuando de repente... él también regresó a la vida. Se apartó de Sharon y salió a una distancia prudencial, para ver los acontecimientos mientras el cigarillo se iba consumiendo. Pasara lo que pasara, ella ya no tenía más influencia sobre ellos, y no quería volver a inmiscuirse. Cuando Sharon salió maquillada y arreglada para recibirlo, una media sonrisa apareció en el rostro de Colette. Aunque también estaba algo nerviosa, ya que a fin de cuentas, aún no se había enfrentado a la posible bronca del ministro por haber intentado manipular sus sentimientos... si, en verdad, había hecho eso con ellos.

Cargando editor
05/11/2013, 09:42
Kana

Una nueva resurrección apareció ante ellos, se trataba de William. Sin embargo, Kana sabía que no volvería a ver a su hermano, que al parecer podría haberles traicionado a todos.

-Señor William, sé que no cambian las cosas, pero lamento haberle señalado... Nicholas nos tenía engañados en ese momento.

Se permitió mirar de soslayo al mencionado, seguía sin gustarle y si de ella dependiera no estaría allí. Al menos se alegró de haber actuado contra él el día anterior... pues casualmente hoy habían terminado los asesinatos. Más tarde se fijó en Sharon, arreglada aunque algo abatida.

-Señorita, sé que no es de mi incumbencia, pero creo que tiene motivos para alegrarse- su hermana y su amor platónico seguían con vida- si algo me ha enseñado esta pesadilla es a atesorar los buenos momentos mientras se tienen, a disfrutar de la vida. Pues nunca se sabe cuando vamos a dejar de disfrutarlos.

No obstante, parecía que ella no tenía mucha amistad ni relación con ninguno de los vivos... necesitaba un abrazo para llorar todas las penas que le quedaban, para afrontar la realidad. Por desgracia, no parecía haber nadie dispuesto a hacerlo. Quizá fue su culpa por ser tan dura los días que habían pasado juntos, sospechando de los demás.

Cargando editor
05/11/2013, 17:37
William Cox

Al encontrarme de vuelta me quité el sombrero y lo sostuve entre mis manos algo nervioso.

-Lamento si anteriormente no fuí del todo sincero con los presentes... Tenía mis motivos, y mucho me temo que el guardarlos no han hecho nada, o casi nada por mejorar la situación.- Dije con voz queda mientras me frotaba mi cuello. Tras asentir para mi alcé de nuevo la mirada mas sereno, pero no mas seguro.- La mujer de la fotografía que encontramos junto a Stephen Richards es... Era mi secretaria. Se llamaba Helen... Sostuvimos un romance hace mucho tiempo. Antes de conocer a mi esposa, Jane. Stephen... Él es hijo mío.

Volví a bajar la vista al suelo. Aun no sabía con seguridad si era o no cierto lo que decía el muchacho, pero no tenia motivos para dudar de él. Mi mirada vagó entre los presentes fijandome en una en particular. Sharon había aparecido radiante como una estrella de Broadway. Noté la urgencia de acercarme y decir algo ingenioso, pero no sabía que pensaria de mi. El miedo anidó en mi estómago como una serpiente, petrificando mi lengua. Sin otra cosa que hacer me giré a la barra y cojí un vaso de vodka que vacié de un trago.

-Sin embargo...- Dije volviéndome lentamente.- Sin embargo quiero darles las gracias. Si no fuera por ustedes y sus dudas yo no lo habría sabido... Por supuesto no puedo guardarles rencor cuando yo mismo me e guiado por el miedo, la incertidumbre y mi mal juicio.- Sonreí ante la gracia.- Un ministro de justicia con mal juicio...

Cargando editor
05/11/2013, 18:37
Nathan Monroe

Ver cómo todos salvo, quizá, mi hermana Sharon, parecían compartir un estado de buen humor me alegraba a mí también, a pesar de lo preocupado que estaba por ella. Parecía que estábamos a salvo, y a estas alturas se hacía casi increíble.

Al verla salir del excusado arreglada de nuevo y dirigirse al ministro, casi de forma tímida, no puedo evitar una sonrisa de medio lado. Hago un gesto a Chloe para que no pierda detalle, antes de hablar en voz baja.

- ¿Qué opinas, hermana? ¿Tendremos otra boda en la familia?

El ver que el ministro no dirige una palabra a Sharon me hace suspirar. Quizá todavía no era el momento. O puede que el hombre se sintiese más culpable que sentimental, y quisiese disculparse con todos. Al fin y al cabo era una figura pública. En cualquiera caso, miro de nuevo a Chloe, encogiéndome de hombros, observando lo que sucede alrededor y esperando a que se abrieran al fin las puertas.

De vez en cuando no puedo evitar una mirada cómplice con Natasha. Ella había permanecido fuerte para nosotros, impartiendo nuestra justicia día tras día, y no hay duda de que lo habría hecho aunque el elegido fuese alguien querido para ella.

Cargando editor
05/11/2013, 19:08
Edward Olson

Edward no dejó de sosprenderse. Todas las muertes o, al menos, casi todas parecía que no se habían producido.... Seguramente todo aquello no es más que una pesadilla que asaltaba su mente y aún tenía la esperanza de despertarse en su cama.... Aunque... qué demonios... la pesadilla no acababa tan mal... Los sin rostro habían sido derrotados... Joder... aquello sí merecía la pena por muy pesadilla que hubiese sido.

Cuando vio aparecer al señor Cox no pudo sino pasar al lado de él y poner una mano en su hombro.

Señor Ministro... me alegro de verle de nuevo. Todos tenemos secretos y era justo que usted quisiese mantener los suyos a buen recaudo. Es un placer tenerle de vuelta.

Mientra dirigía aquellas palabras al Señor Cox reparó en la cara de Kana, triste, abatida... Dio unas palmadas cariñosas en el hombro de Cox y se dirigió a la barra, llenó dos vasos con una botella semivacía de vodka y de dirigió a la joven.

Le tendió un vaso y mirándola a los ojos dijo:

¿Brindamos?

Cargando editor
05/11/2013, 20:15
Sharon Monroe

 Al ver que Williams ponía tanta atención en mi como en el decorado de las murallas y las expectativas que su llegada causó me sentí aun más abatida. Que humillación ser ignorada por él así "bueno para algo eres la amante y nada más, probablemente ni eso" quien sabe quizás el había superado esos sentimientos que yo como toda niña testaruda me esforzaba por mantener. Ya ni modo Kana y Colette tenían razón ellas estaban peor que yo sentimentalmente hablando aunque a kana se le estaba arrimando el detective.

- Si es que la gente no estaba tan equivocada solo erraron en la generación- un futil intento de broma mientras me dirigía a la barra para servirme uno de esos cocteles a los que les había estado haciendo el quite.- Dulce nectar de los dioses- bebí la copa sonriendo para no arruinarle la fiesta a todos. Mi consciencia estaba tranquila ahora y aunque seguía igual de amargada al menos podía mantener la nada de dignidad que me quedaba y fingir que estaría bien.- Señor Ministro me alegra que resultara ser inocente- dije sin despegar los ojos de la copa.- al menos en eso no mintió y eso es lo único que me importa.

 

Cargando editor
05/11/2013, 20:43
Chloe Monroe

Pongo los ojos en blanco durante un segundo ante el comentario de mi hermana sobre Nathan. - Ya hablaremos los tres de eso...

Entonces, vuelvo a darme cuenta de algo y me giro hacia donde imaginaba que debería estar encerrado el cuerpo del ministro. Una parte de mí se alegraba. La otra... Miro a mi hermano después de que Sharon fuera a arreglarse al baño, y suspiro. - Espero que no, sinceramente. Decía la verdad cuando pensaba que no merecía ser segundo plato de nadie, aunque ya ha quedado claro qué fue lo que pasó entre ellos. De todas formas, es adulta, y aceptaré cualquier cosa que le haga feliz, como a ti. - Al decir estas últimas tres palabras, le sonrío, aunque probablemente no fuera mi sonrisa más convincente.

Me acerco, como el resto, al ministro. - Señor Cox. Me alegro de que haya vuelto y le pido disculpas de nuevo, al igual que hice en alquel lugar, por haber dudado de usted y haber defendido su culpabilidad. Me equivoqué, descubrir sus secretos me hizo creer que ocultaba algo más, aunque no era así, y me alegro de que se haya hecho justicia. Procuraré cuidar de su mujer y hacerle compañía mientras esté en ese lugar. No quiero que ninguno de los otros que se encuentran allí traten de manipularla por si volviera.

Me siento al lado de mi hermana y, sin decirle nada, tomo su mano, le doy un beso en ella y me quedo a su lado.

Cargando editor
05/11/2013, 20:57
Nicholas Reynolds

Cuando mis ojos logran ver a William Cox no me lo podía creer. Esta vivo, esta vivo. Quería gritar, quería saltar, quería correr... Aun me sentiría culpable por haber provocado que alguien lo envenenara, pero ahora estaba vivo. Aquello me liberaba en gran medida. Alguien había reparado mi error... totalmente... Mi mirada corrió hacia Tania... ¿Cómo podré pagarle todo lo que ha hecho por mi? ¿y por todo lo que le he hecho? 

Corro ligeramente hacia Tania y la abrazo por detrás, sintiéndome totalmente liberado.

- Gracias... no se como podré compensarte por todo... - susurro en su oído. Beso su oreja y no tardo en apartarme para ir junto a James y Dean con una sonrisa que no podía borrar de mi rostro.

- Estamos vivos, esta vivo. - levanto una mano para borrar un par de lagrimas. - Siento haberte acusado, Dean. Espero que podamos olvidar todo esto...- lo último iba referido a los dos. Y no quería hacer mayor hincapié sobre mi acusación a Dean ni sobre su pertenencia a los "sin rostro". Él y yo sabíamos la verdad, no esperaba que fuera a rebatir ninguna de mis palabras, aunque quizás en privado quisiera recriminarme cualquier cosa.  -Me he quitado un peso de encima. No me sentía bien estando aquí sin que... sin que estuviera el señor Cox. Joder, vamos a tomar algo. - serví un par de copas, pero recordé lo que había sucedido con ellas y tire el contenido para dejarlas a un lado. - O mejor no... - estaba agitado y en gran parte feliz, me sentía enormemente afortunado porque William Cox estuviera vivo. Ahora podría perdonarme porque las consecuencias de mis errores habían sido enmendadas. Me quedaría una espina por haberme dejado engañar y manipular, por no haber sido suficientemente valiente, pero esperaba que pudiera olvidarlo algún día. Y quizás... quizás Tania me ayudara... quizás aun pudiéramos formar esa familia... 

Cargando editor
05/11/2013, 21:05
William Cox

Verla ahí, tan cerca de mi se me hizo insoportable. Me acerqué a la joven de la barra que me había recibido no por mi profesión, ni mi apellido. Sino por mi nombre. Con suavidad aparté a la señorita Monroe de su lado.

-Ya me disculparán por lo que voy a hacer.- Dije a nadie en particular.. Una vez a su lado pasé un brazo por su cintura para atraerla hacia mi, mientras buscaba con la mirada esos ojos que ya me habían echo perder el sentido y la razón tiempo atrás.

-Al cuerno con todo...- Murmuré entre dientes mientras depositaba el beso que tan arduamente había guardado durante tiempo en esos labios seductores y apetecibles que me tentaban de una manera en que Eva no podría haber tentado a Adán en el Edén. Durante un segundo la imagen de mi esposa apareció en mi mente, pero rápidamente fue descartada. Era una buena mujer... Pero no la amaba. Hacía tiempo que la pasión que me llevaron a enamorarme de ella se había esfumado, diluida en la rutina que había conformado el día a día. Tras unos instantes mi rostro se distanció del de la joven solo unos centímetros mientras la miraba fijamente y una tímida sonrisa me invadía el rostro. En un suspiro susurré unas palabras solo para Sharon.- Supongo que así es como empieza la historia de mi divorcio...

Cargando editor
05/11/2013, 21:10
Sharon Monroe

Mi pulso se aceleró al sentir su mano en mi cintura, durante nuestras conversaciones a solas jamás habíamos tenido contacto y aunque había fantaseado mucho al respecto para escapar de esta horrenda pesadilla nunca creí que se sentiría tan bien, mucho menos que sucedería en público. Después de todas las locuras que había hecho y dicho, esto solo era un pequeño detalle rodee su cuello con mis brazos correspondiendo de forma ardiente sin poder reprimir un suave gemido de gusto que esperaba solo el escuchara. Otra vez mi corazón latía al ritmo que me gustaba.

- En teoría ahora eres viudo- señalé en un murmuro luego de escuchar sus palabras cogiendolo de la camisa para besarlo de nuevo, había esperado mucho para sentirme viva de nuevo. Además todos estaban muy ocupados en sus propias escenas de amor.

Recuperé la compostura y como pude arreglé mi traje sonriendole como la primera vez que nuestras miradas se cruzaron. Acaricié su rostro con ternura abanicandome con la otra mano esperando que el intenso color rojo de mis mejillas desapareciera.

-en estos días me han dicho de todo, pero definitivamente ahora vale la pena.

Cargando editor
05/11/2013, 23:02
Kana

Kana se encontraba sumergida en sus propios pensamientos solitarios cuando el agente le tendió una copa. Ella había llegado a sospechar de él, y se alegraba de que no le guardara rencor.

-Salud- dijo la actriz chocando las copas. Aunque dejó la copa en una mesa- aunque yo no bebo alcohol.

Ella había tenido razones de sobra para sumergirse en el alcohol para huir de la realidad, como alguno de los presentes, pero si había aguantado sobria ese tormento podría aguantar muy bien ahora. No obstante, se permitió una sonrisa irónica, pues ya el primer día brindó igualmente para dejar la copa a un lado. Parece que acabaría la estancia en ese bar de la misma forma en la que había empezado.

Cargando editor
05/11/2013, 23:24
Edward Olson

Edward miró a la chica... Sin duda no sólo era exótica por su belleza... ¡¡¡Tampoco bebía alcohol!!!

Bueno... quizá hagas bien en no beber alcohol... Quizá, cuando salgamos de aquí, pueda invitarte a una coca-cola y... ¿un perrito caliente? ¿Cómes perritos calientes? En la ciudad hay un puesto donde los hacen riquísimos... 

Cargando editor
05/11/2013, 23:35
Colette

Colette no pudo reprimir una sonrisa cuando William agarró a Sharon y la besó, y esta le devolvió el beso. Con el cigarillo ya consumido, se fue a por una copa bien cargada - Tranquila Kana, algunos ya beberemos por los demás - le dijo mientras alzaba la copa y se ponía a beber en soledad.

Cargando editor
06/11/2013, 22:28
Nathan Monroe

- Bueno, vamos a quedarnos con lo bueno. - digo a mi hermana con una sonrisa sincera, poniendo una mano en su hombro - Los tres estamos bien, y eso es lo que importa.

Luego, cuando se acerca a dejar las cosas claras al ministro continúo observando, y cuando se da toda la escena entre Sharon y el hombre simplemente miro alrededor, sin poder evitar sentirme un poco satisfecho. No es el hombre que elegiría para ella, pero es el que ella ha escogido. Al menos ahora que la elección es suya, pienso con dureza, echando una mirada a Colette.

Después me dirijo a las puertas, para comprobar su estado y ayudar en lo que pueda para salir de aquí cuanto antes. Me muero por un poco de comida de verdad. Ternera con patatas. De camino echo una mirada cómplice a Natasha, guiñándole un ojo. Esto está a punto de terminar, y desde luego ha acabado mucho mejor de lo que parecía hace sólo veinticuatro horas.

Cargando editor
07/11/2013, 01:25
Directora

El servicio del bar estuvo trabajando fuertemente para quitar el sello que los separaba de su libertad, hasta que entrada la tarde, lo consiguieron. Ninguno podía mostrar la ansiedad que sentían de saborear la libertad que se veía tan lejana en estos cinco largos días. Decidieron mantener aparte a Nicholas y a Dean para entregarlos a la policía, a pesar de las protestas de James, pero todos sabían que era lo correcto.

Se requiere de un esfuerzo conjunto pero al fin, todo el sello había sido quitado. Con la ayuda de todos, las puertas ceden y por fin la brisa de la libertad golpea sus rostros. Al abrirse las puertas, sus ojos son cegados por las brillantes luces de la ciudad de Nueva York, en contraste con la tenue luz del bar a la que se habían habituado.

A medida que van recuperando la visión, sus sentidos se sienten confusos con el ruido de la calle, además de estar rodeados por una gran cantidad de periodistas esperando para bombardearlos a preguntas. Algunos recuerdan al joven Richards, quien yacía en uno de los cubículos del bar y por primera vez, el peso de los sucesos anteriores se siente sobre sus hombros.

Los dos músicos se entregan a la policía pero sólo les asignan una fianza y trabajo comunitario, diciendo que no son los primeros en ser convencidos por los Sin Rostro para hacer el trabajo sucio, pero que serán vigilados durante un período de tiempo que un juez determinará.

Al ser todos personalidades importantes, todos reciben entrevistas de todos los diarios de la ciudad, contando el testimonio, aunque todos deciden omitir ciertas partes que sólo servirían para clasificarlos de locos. A todos se les asigna un vehículo para ir a sus hogares en la compañía de dos oficiales y todos respiran profundo de poder descansar.

Pueden ver cómo los cuerpos de sus caídos son retirados del bar con cuidado y todos aprovechan para darles el último adiós, sintiendo que con esto, enterraban los pasados eventos y podían volver a su vida normal nuevamente. Habrán amarguras pero lo más importante era el hecho de haber sobrevivido.