Partida Rol por web

Me sonrojo ante el saludo de Kana, retiro mi mano con premura e imito su movimiento de la forma más respetuosa posible. -Namasté... Disculpe mi torpeza, jejeje. ¡La idea de Dylan me parece fantástica! Quizás podríamos organizarlo para dentro de un par de semanas, ¿no? - Miro a mi prometido, animada. - ¿Qué dices? Mis hermanos, tu familia, aunque tu padre siempre está muy ocupado, y ellos dos. ¿Te parece?

Parezco acordarme de algo y me llevo la mano a mi boca. Me dirijo a los cuatro que están allí presentes, ya que mi hermano aún no se ha acercado. - ¡Oh! ¡No he saludado a tu madre aún! Vuelvo en seguida, no os valláis, jejeje.

Me acerco a la señora Flynn, con una sonrisa amable. - Buenas noches, señora Flynn. Qué velada tan agradable. Sin duda es la fiesta que su hija se merece. La cual, por cierto, está radiante. ¿cómo se encuentra usted?

Asiento cuando Chloe responde a Sharon - No tendrás problema en encontrar a alguien, ya lo verás. - le digo, guiñándole un ojo - Además, ningún amigo mío es lo suficientemente bueno para ti. - bromeo con una enorme sonrisa. - Ahora, si me disculpáis... - les pido antes de ausentarme durante unos instantes, metiéndome en la zona privada del local.

A la vuelta hago un gesto de satisfacción a Natasha. Todo va según lo previsto. Permanezco tratando con la gente cerca de Cassandra entonces, listo para saludar al ministro y tratar de asegurarme de que tenga una buena velada cuando él y su esposa se hayan desocupado.

Agradezco la llegada de mi madre. Sabía que cumplir la mayoría de edad supondría muchos cambios en mi vida, pero nada me prohibiría disfrutar del cariño que me daba Natasha. Le cojo la mano cuando me acaricia la mejilla en aquel gesto tan suyo. Sonrío por cortesía cuando el señor Gordon hace referencia a un futuro amor, aunque la verdad es que no sé si quiero pensar en eso.

Al poco se acerca el que parece ser el señor Richards; había escuchado a mis padres hablar acerca de él. Me apunta con la cámara, y veo como los que me rodean se alejan para dejarme sóla ante el objetivo, así que sonrío esperando a que el hombre dispare la máquina.
Cuando vuelvo a mirar, mi madre se había ido hacia el lugar donde estaban los chicos de la banda. Un poco apenada, me animo a coger un nuevo cóctel que un camarero llevaba en una bandeja. Cuando le iba a dar el primer sorbo, se me acercan Antonella y Colette. Me quedo atónita al recibir su regalo.
- Es... ¡es precioso! Ha debido suponerle mucho trabajo, Antonella... Aunque el resultado final es verdaderamente espectacular -digo mientras miro los vestidos de ambas muchachas y el que me han regalado, todos espléndidos. Me apresuro en avisar a un camarero cercano para que lleven el vestido al guardarropas, pues lo último que deseo es que se estropee aquella maravilla textil. Agradezco a las dos mujeres su presencia en la fiesta.

No me da tiempo a mirar a otro lado cuando el señor Ministro y su esposa se dirigen hacia mí.
- Muchas gracias a ambos por asistir. Como Ministro y esposa deben tener la agenda muy apretada diariamente, por lo que agradezco que hayan podido reservar un hueco para asistir a esta fiesta. Estoy segura que mi familia se encuentra tan complacida como yo misma de que hayan venido -digo amablemente. Agradezco el presente del matrimonio cortesmente. Veo que Nathan se acerca, supongo que para hablar con el señor y la señora Cox, por lo que me disculpo con ambos, dejándolos libres para que Monroe pueda hablar con ellos.

Extraño a mi hermano, con el que no he tenido ocasión de hablar en toda la noche, y cuando lo encuentro descubro con sorpresa que está charlando con una muchacha que parece ser ¡la señorita Kana! La reconozco de varias obras, por lo que no dudo en acercarme a ellos.
- Dylan, ¿dónde te escondías? ¿Descuidando de tu hermanita pequeña? Es un acto deplorable... -bromeo cariñosamente. - Disculpad mi intromisión, pero... ¿es usted la señorita Kana? ¡Encantada de conocerla personalmente! -digo entusiasmada mientras le tiendo la mano a ella y a su hermano.

La actriz accede de buena gana a las proposiciones del joven Flynn y su prometida... le vendría bien conocer a una familia tan asentada en la sociedad como aquella. Y cuando la propia Cassandra se acerca a ella para hablarle no puede evitar una sonrisa.

-Felicidades, señorita Flynn- dijo dándole la mano a Cassandra, aunque aquel tipo de saludo fuera más bien occidental- esta fiesta es estupenda- aunque en realidad ella sabía bien poco de fiestas dado su carácter algo retraído- el placer es mío. Veo que esta noche está muy ocupada... sin duda debe sentirse muy querida.

- Gracias, Tania. Espero tenerla un poco más bajo mi techo... Pero sí, es una joya que cualquier hombre debería valorar- esbozó una sonrisa, y suspiró, aliviada, al ver que Nathan confirmaba que todo iba bien- Terminad vuestras copas, disfrutadlas, y tocad de nuevo cuando hayáis terminado-dijo, dirigiéndose a la banda en general.

Se dio la vuelta entonces, al escuchar a la prometida de su hijo- Clhoe, estás radiante, querida-dijo, observándola- Estoy bien. Satisfecha, quizá, sería la palabra adecuada. ¿Te lo estás pasando bien? ¿Dónde has dejado a mi hijo Dylan? 

Mi prometida se va de forma tan apresurada como antes. La vuelvo a ver marchar y entonces es cuando la veo. Nunca la había tan radiante y eso que Cassandra siempre va perfecta a todas partes. Pero ese día especial y todo en ella le sentaba genial. Me atrevería a decir que le hacía competencia a Chloe, y que yo piense eso es todo un halago que no está al alcance de cualquiera.

-Nunca me descuidaría de semejante joya, hermana.-Respondo con una sonrisa.-Te he visto tan bien acompañada que he decidido no molestarte, ¿Qué tal va la fiesta? Justo ahora estábamos hablando de ti y de la fiesta. Espero que te guste, yo se de una que se ha volcado en ella.-Digo mirando hacia mi madre con una sonrisa traviesa, que se encuentra hablando con Chloe. Espero que no ocurra nada. Me da miedo que mi madre asuste a Chloe. Si no se la sabe llevar puede resultar algo cortante.

Bebo un trago de mi copa antes de continuar.-Nos contaban que querían hablar contigo, pero que al verte tan solicitaba han decidido esperar a que todo se calmase. Muy considerado por su parte. Ya les he propuesto que se pasen una noche a cenar por casa, sé lo mucho que te gustan sus obras.

Miro por último a Sharon y noto el rubor de sus mejillas causado por el exceso de alcohol. La sonrisa traviesa vuelve a mis labios mientras cojo una copa y se la tiendo. Está muy graciosa cuando bebe de más.-Tome, señorita, no permitiré que una dama como usted pase sed en nuestra fiesta.

Mis hermanos me habían vuelto a dejar sola lo cual era un poco deprimente, solo atinaba a sonreir a todos sin tener idea de que hablaban. Afortunadamente Dylan notó mi turbación o al menos eso creo porque encontró unos segundos entre tanta diversión para acercarme otra copa. Me deshice de mi vaso vacío y procedi a beberme lentamente el coctel.

- jijiji eres un hombre encantador- una dulce risita cubierta apenas por mi mano fue el agradecimiento que le dí.- cuando eres así no parece tan malo compartir a mi hermana contigo.

Cassandra apareció aunque creo que no notaba mi presencia con tanto brillo  a su alrededor. Por la conversación deduje que Kana si era la actriz que yo pensaba.

- Cuando yo era niña quería ser actriz o cantar pero subir a un escenario es algo aterrador. No se como lo hace señorita Kana, he de decir que de buena manera siento envidia de usted por ser tan talentosa.

Estaba muy emocionada por haber conocido finalmente a la famosa estrella india Kana. Sin duda había supuesto una revelación, y el hecho de estar hablando con ella, justamente el día de mi cumpleaños, hacía de ese momento un recuerdo inolvidable.
- Muchas gracias, Kana -le digo con una sonrisa en mi rostro. - Me alegro de que esté disfrutando de esta noche con nosotros. Supone mucho para mí que tanta gente haya venido... Es más de lo que podía esperar -confieso tímidamente.

Sonrío ante las palabras de mi hermano. Estar a su lado me reconforta, y siempre ha sido así desde que tengo uso de razón. Cuando habla de nuestra madre, dirijo la mirada al mismo sitio que Dylan. Veo que Natasha está hablando con Chloe, por lo que vuelvo a mirar nuevamente a Dylan, cuyo rostro se ensombrece fugazmente. Para alguien ajeno a nuestra madre, la reacción de Dylan podría pasar desapercibida... pero no para mí. Así que me agarro a su brazo, mientras sigue contando la conversación que ha tenido con Kana previa a mi llegada.
- ¡Es estupendo! Así podremos charlar más tranquilamente... Me gustaría preguntarle tantas cosas, Kana... -me quedo callada, esperando no haber sido muy descortés. - Si no le importa, claro... -le digo con una sonrisa tímida.

Veo como Dylan le ofrece otra copa a Sharon. Conozco el humor de mi hermano, y también él ha bebido de más, aunque lo disimula mejor. Sonrío ante la picardía de Dylan y me dirijo hacia Sharon, a quien cojo del brazo.
- No caigas en el juego de mi hermano, Sharon. Deberías conocerlo ya -digo mientras río. - Vamos a picar algo, ¡me muero de hambre! Con Sharon del brazo, me despido con un gesto de cabeza de Kana, su hermano y Dylan, mientras nos encaminamos hacia la barra.

No fue nada querida, ojala tenga la oportunidad de mirarte usandolo. respondio con una gran sonrisa antes que la cumplañera pasara a otro asunto.

Cerca de las amigas paso un mozo que les ofrecio mas cocteles, en ese momento Antonella observo a Collete con una mirada complice muy comun entre ellas. Hemos terminado nuestra mision, creo que toca divertirse. dijo alegre mientras le pasaba una copa a su amiga y se agarraba una para ella. Luego de un brindis tomo un poco mas, comenzando a sentir los efectos alegres de la bebida. Que hacemos ahora? parece que todos los jovenes lindos estan ocupados...le susurro luego de acercarse a su amiga para que solo ella escuche sus palabras. Aunque... dice de inmediato cuando nota a Nathan volver de la zona privada. Probamos si los rumores de él son ciertos? pregunto con una sonrisa traviesa.

Cassandra estaba encantada con el regalo, y no podía ser menos. Hoy no parecía el día que la podrían ver con semejante obra de arte, aunque en parte no la culpaba. Entre la música y el alcohol, ella misma iba a tener problemas para no manchar el que le había hecho Antonella para ella. Y la noche parecía taaaaan larga...

Tras el brindis, Antonella comentó que los jóvenes y guapos parecían ya todos pillados. Colette se mordió el labio intentando poner cara de pena, pero su amiga siguió susurrándole y una amplia sonrisa apareció en su rostro para no querer desaparecer. No tienes ni que pregúntarmelo dos veces jijiji.

Cóctel en mano, Colette se acerca junto a su amiga hasta donde se encuentra Nathan - Hola guapo. ¿Cual es tu país europeo preferido? - le pregunta antes de tomar un lento trago de su bebida sin apartar su mirada del hombre.

Aun sonriente y tras un par de preguntas a la agraciada esa noche, las cuales apunto raudo en su libreta y se despidió amablemente, para buscar un nuevo objetivo. En un principio pensó en las diseñadoras, quien como decían sus fuentes, eran mujeres a la caza del hombre. Sin duda ahora mismo su victima era ese Hombre. Nathan según sus notas, el segundo dueño del local. Observo un instante las espaldas de las mujeres que se marchaban raudas en busca de ese pobre hombre antes de clavar la mirada en la hermosa Woods, pero su padre era demasiado protector, si quería saber de los nuevos negocios de la familia debería esperar todavía.

Por otra parte la banda estaba descansando en la barra, no muy lejos de su propio sombrero, aunque de su copa no había rastro. Sustituyo el flash, preparo la cámara y mientras caminaba hacia ellos, centrando la lente en la guapísima Tania disparos su arma.

-Que deliciosa oportunidad para este humilde reportero.-Dio la mejor de sus sonrisas, mientras caminaba hacia ellos.-Ahora que están descansando ¿Pueden presentarse? El publico solo conoce a la señorita, pero todos son importantes, tienen una oportunidad conmigo. Díganme, ¿Como llegaron a tener tanto éxito unicamente tocando en este lugar? ¿Como encontró la Señora Flynn a un grupo tan heterogéneo y a la vez exitoso. Fue ella quien les encontró o fueron ustedes los que se acercaron a ella? ¿Es verdad lo que dicen de ustedes? Y de ser así, ¿Tendré éxito en mi carrera?-Esta ultima pregunta fue directamente dirigida a la cantante. Siempre en tono alegre y claro. Siempre sonriente.

Saco finalmente su libreta de nuevo, dejando atrás un par de hojas previamente escritas esperando que hablaran. En lo que reparo que eran mas de una persona. Él era rápido con la pluma pero, tenia algo mucho mejor para esa ocasión. Hechando mano del bolsillo mas grande de su gabardina, saco un pequeño micrófono unido a un largo cable, que se perdía en ese bolsillo y lo hacerlo lo máximo posible a aquellos miembros de la banda.

-No tengan miedo de hablar. Por favor.

Tania asintió a la señora Flynn.

- Gracias, señora Flynn. En cuanto terminemos seguiremos amenizando su velada. - Le digo sin perder la sonrisa. Suspiró aliviada al ver que se iba. Esa mujer la ponía algo nerviosa. Miró de soslayo al resto de la banda, suponiendo que compartían esa sensación de agobio cuando la jefa daba órdenes. Pero jamás se había portado mal con ellos y les pagaba religiosamente, además de estar contribuyendo sustancialmente a su éxito social, lo cual era algo que no podían dejar de agradecer. Era solo que su mirada dura le recordaba historias tristes y llenas de rabia. 

Al volver a mirar al frente y recruzar sus piernas, vio al periodista acercarse con la cámara, por lo que no tardó en componer una pose cándida con una amplia sonrisa que mostrara sus dientes blancos y sus labios encendidos de carmín contrastando con el negro de su piel. Al menos el contraste no se perdía en las fotografías, así que por eso gustaba de mostrarlo siempre que un objetivo se le acercaba.

- Uy, cuántas preguntas para estos sencillos músicos, ¿eh? Ahora tendrás que decirnos qué es lo que se dice de nosotros... ¿Es bueno o malo? - Se rió un poco, a sabiendas de a qué se refería pero queriendo hacerse la misteriosa. - Bueno, yo soy Tania, la cantante de la banda, y tengo el honor de acompañar la preciosa música de mis queridos hermanos Carlson, James al piano y Dean a la trompeta, y el rico pulso sensual del contrabajo de Nicholas Reynolds. - Los voy señalando. - Sobre cómo llegamos aquí... bueno, fue una cadena de fortunas, ¿no es así, chicos? - Dejó que ellos siguieran hablando con el periodista.

Apuré mi vaso mirando horrorizado el micrófono que nos tendía el reportero... Seguro que a James le encantaría sonreír a la cámara y contarle mil historias a aquél periodista, pero no era algo que me hiciera ilusión ninguna.

- Quien quiera conocer a la Banda del Luna Pulchra, lo mejor es que acuda al local y compruebe de primera mano... lo que se dice de nosotros.

Dejé la copa en la barra y me dirigí al escenario.

- Vamos, chicos... ya os dije que no podíamos relajarnos demasiado.

Saqué mi trompeta de su estuche y la limpié cariñosamente con una gamuza para que brillase reluciente, coloqué la boquilla con cuidado en su sitio y esperé tranquilamente a mis compañeros, preparado para la acción.

El dueño del local sale de su despacho y mira a su mujer. Le sonríe y luego mira a sus hijos. Complacido por la respuesta del público, baja con cierto aire de satisfacción en su rostro y saluda amablemente al ministro William Cox, su esposa y luego saluda a su hija. Le toma la mano y le da un beso, como todo un antiguo caballero. La mira con una sonrisa y con eso le expresa lo feliz que se siente.

Aunque él había pedido que la banda hiciera su pausa, ve cómo Dean se dispone a esperar a sus compañeros para reanudar la interpretación y su semblante cambia a un tono más serio. Además, el periodista estaba acosando a sus invitados y él quería que todos los invitados se sintieran cómodos.

Sin mayor espera, el hombre detiene la pianola por un momento y toma el micrófono del escenario. Haciendo un gesto a Dean para que se detenga, comienza a hablar - Bienvenidos a todos los invitados y amigos en esta noche. Hoy galardonamos a mi hija, Cassandra Flynn, en su mayoría de edad. Como padre me honra esta fecha pues una mujer como ella sólo la he visto en una ocasión y de la cual me enamoré en el pasado: su madre - Robert señala a Natasha y vuelve con su discurso. - Será una joya valiosa para esta sociedad y sé que se dará a conocer en nuestro medio como la mujer fuerte que es. Feliz cumpleaños hija - los meseros pasan ofreciendo unas finas copas de champaña para dar inicio a la fiesta con el tradicional brindis.

Los meseros hacen llegar las copas a cada uno y aunque algunos ya algo alicorados no esperaron para el brindis, una atmósfera de alegría inundó el bar al todos decir "Salud". Incluso los meseros se sentían parte del agasajo y se unieron a estas dulces palabras.

- pero a mi me gustan los juegos- dije mientras Cassandra me arrastraba lejos de su hermano para llevarme a la barra de comida. No pude evitar reírme mientras la seguía, tenía mucha energía. Me estaba hartando a bocadillos junto a ella pensando en que decirle cuando su padre se apoderó del micrófono dedicándole unas palabras.- Eres muy afortunada- murmuré  dejando de lado los bocadillos- se ve que tus padres te quieren mucho.

Agarro otra copa, la otra ya estaba medio vacía, me juro que será la última de la noche la levanto como todos los demás y con una voz tenue, acompaño el vigoroso "Salud" que llena el lugar en ese momento. Aplaudo con emoción, aunque desearía poder festejar de esa manera me alegra mucho que Cassandra pueda ser la protagonista de su cumpleaños, yo nunca sabría lo que se sentía eso.

- Bravo!!!.- aplaudo con una radiante sonrisa- que hable la cumpleañera!!

En el momento donde la alegría llegaba a cada rincón del bar, hay algo que corta la calma. Las luces del bar comienzan a titilar y la puerta se cierra fuertemente tras sí.

El señor Robert es el primero en mirar al servicio para que inspeccionen la situación. Dos meseros se dirigen a la entrada del bar rápidamente y volviendo al escenario para dar su anuncio, sus caras reflejan gran preocupación. Al acercarse al dueño del bar, intenta decir con la voz más suave que puede pero el silencio ronda y todos pueden escucharlo con claridad - Señor, los accesos del bar han sido sellados - un suspiro colectivo llenaba la habitación. El dueño también mira a sus invitados y la preocupación se ve en su rostro. ¿Qué podía hacer con unos invitados como ellos? Llama a Nathan para que vaya con él y le dice - Alista los cubículos para que, si vamos a pasar aquí la noche, todos los invitados puedan acomodarse - le era poco agradable la idea pero era necesario tomar las medidas adecuadas para asegurar el confort y la seguridad de los presentes.

A pesar de los murmullos y el pánico que comenzaba a rondar en la habitación, el dueño del bar se sobrepone a todas esas voces y dice - Por favor, conserven la calma. Nuestro equipo se encargará de organizar los cubículos para garantizar su seguridad. Pronto trabajaremos para resolver este problema - sabía que debía encargarse él junto a Nathan pues Dylan no sabría manejar esta situación.

El cuerpo de meseros comenzaba a abrir las puertas que había tras las mesas de los costados y habilitándo los cubículos por familia o grupo. Pero un suceso más rompe los intentos del señor Flynn de conservar la tranquilidad en el bar pues las luces comienzan a titilar una vez más y terminan por dejar al bar en una total oscuridad.

A pesar de los gritos, hay un sonido de fondo que se escucha en el bar. Podría sonar infantil pero su sonido en una situación como esta acaba con los nervios de los invitados, quienes paralizados escuchan una caja de música que no está en ninguna parte sonar fuertemente. Cuando la canción acaba, las luces regresan pero hay algo diferente y al buscar a todos los presentes, el único perdido es el señor Robert Flynn.

A pesar de la tensión, Natasha y Nathan se encuentran en medio de la angustia y comienzan a organizar al personal para buscar al desaparecido. Después de mirar en cada cubículo, el escenario y el despacho, a uno de ellos se le ocurre ir a la entrada y un grito llega a oídos de todos los presentes. El cuerpo del señor Flynn se encuentra atado a la puerta cerrada, formando una cruz y su rostro ha sido arrancado de su piel. La sangre borbotea en grandes cantidades de sus músculos expuestos y el olor de la carne comienza a inundar sus narices con gran intensidad. ¿Cómo había sucedido?

Todo era alegría. Se notaba que la clase alta disfrutaba con este tipo de fiestas y por Dios y por la Virgen que sabían como montar una!!!!.

Edward observó atentamente como el señor Flynn daba su discurso. Un hombre serio, de buen porte, elegante y sin duda con una vivacidad en su hablar que le hacían ser el gran señor que era.

De repente todo quedó a oscuras y Edwar se puso alerta, el pánico empezaba a cundir y él se temía lo peor....

Las luces volvierón a su ser y después volvieron a fluctuar para terminar apagándose en una sucesión de segundos que parecía no tener fin... Joder... aquello era demasiada casualidad para ser precisamente eso, una casualidad.

Cuando la luz volvió, los peores temores de Edward se hicieron realidad.... Tras unos breves instantes de desconcierto, el señor Flynn yacía muerto en una pose reivindicativa que Edward conocía demasiado bien... Lo "sin rostro" habían actuado....

Rápidamente corrío a la zona del bar donde se encontraba la familia Flynn.

Por favor, manténganse cerca de mí y digánles a los invitados que permanezcan cerca de ustedes en todo momento. Que podamos vernos todos los que estamos en el local. De momento debemos comprobar que nadie más a muerto para después descolgar al Señor Flynn. Si cunde el pánico puede ser terrible..

Natasha palideció por completo, paralizada y enmudecida durante varios segundos. Incapaz de apartar la mirada del cuerpo de su esposo, su rostro fue convirtiéndose en un cuadro de angustia y terror a partes iguales. Un temblor incontrolable acudió a su cuerpo, y de pronto, llevándose las manos al rostro, comenzó a sollozar y a gritar- ¡ROBERT! Robert no... ¡¿QUIÉN?! ¡NO! ¡No,no,no,no,no!- comenzó a retroceder, abrazándose a si misma.

La fiesta y la algarabía se vieron interrumpidas de golpe. Al comienzo pensé que había un problema con las luces tampoco presté atención al hecho de que la puerta se cerrara de golpe. Los accesos del bar habían sido sellados, no necesitaba ser un genio para saber que nos habíamos quedado encerrados, mis dedos se aferraron a la copa de champaña "Debe ser una broma, algún juego que prepararon para hacer mas emocionante la noche" aunque intentaba calmarme pensando aquello, las palabras del padre de Cassandra demostraron que no estabamos jugando. "Bueno pasar la noche aquí no es tan malo podría hasta suceder algo interesante"

Nuevamente mi calma fue arrancada por completo de mi cuando las luces se apagaron por completo. Grité por la sorpresa, mi copa cayó al suelo quebrandose con un ruido estremecedor que en nada ayudaba a mejorar el ambiente. Sujeté la mano de Cassandra no para darle valor si no porque era un reflejo cuando tenía pesadillas y recurría a la mano de Chloe para que calmara mi espiritu. Sin embargo lo peor estaba por venir...

Cuando las luces se encendieron y tuvimos al cadaver frente a nuestros ojos estuve a punto de desmayarme. Apoyé mi mano en mi frente sintiendo como todo me daba vueltas. Solo me recompuse al recordar que junto a mi estaba Cassandra quien en su cumpleaños tendría que observar semejante espectaculo. La abracé impidiendole que siguiera mirando a su padre. Un asesinato demasiado macabro... innecesariamente cruel. Con la respiración agitada incapaz de pronunciar palabra alguna busqué a mis hermanos con la mirada sin soltar a la cumpleañera.

- no mire

Me encuentro cerca de Cassandra, y sonrío abiertamente al ver que zanja la conversación con el ministro y su esposa.

Sin embargo, al ser abordado por las dos jóvenes dejo correr por ahora el asunto del ministro. Ya habrá oportunidad más adelante. Estoy a punto de responder a Colette hablándole de Francia, de París... cuando el señor Flynn comienza a hablar y detengo las palabras que aún no han salido de mi garganta de inmediato, escuchando su discurso.

Cuando termina aplaudo junto a los demás, y una sonrisa se forma en mi cara al escuchar a mi hermana. Sí que ha bebido, sí... pero al menos no se pone violenta o emotiva, sino graciosa.

Luego, de repente y sin previo aviso, parece que las cosas comienzan a ir mal, y dejo de lado mi actitud social para hacer mi trabajo. Asiento ante la orden del señor Flynn y me dispongo a prepararlo todo, cuando las cosas van a peor. En cuanto escucho a Natasha acudo a ella, cogiéndola por los hombros y buscando a Dylan con la mirada. Miro alrededor, haciendo un gesto al servicio para que no dejen a los invitados ver el cuerpo del señor Flynn. Es demasiado impactante.

- Cuida de tu madre. Llamaré a la policía. - digo a Dylan antes de salir hacia el teléfono del local.*