Partida Rol por web

Aún en estado de shock me dejé llevar por mi hermano mientras oía sin terminar de comprenderlo, cómo la señora Flynn me despedía por tocar a difunto en honor de su señor esposo.

La verdad es que odiaba el tabaco, desde aquella vez que mi hermano me incitó a fumar hasta obligarme a hacerlo entre toses; el cigarrillo es el gran enemigo de la trompeta pero aun así le cogí un cigarro a mi hermano, lo encendí y pedí un whiskey doble con hielo en la barra.

Dejé la trompeta en la barra en vertical y me senté en un taburete, desolado y conmocionado por todo lo sucedido en cuestión de pocos minutos.

- Menuda noche... 

Escuché realmente sorprendido cómo la señora Flynn despedía a mi hermano, pero no dudé en apartarlo de allí. Es cierto que quizá no era el mejor momento para tocar, pero lo hizo como una forma de honrar al pobre hombre. En cualquier caso no podía preocuparme de eso ahora, después de la imagen macabra que acababa de ver. Seguro que lo arreglaríamos de alguna manera más adelante.

Me quedé con Dean en la barra, mirando a mi alrededor mientras fumaba en silencio, asegurándome de que toda la gente que conocía estaba bien, hasta que el señor Monroe se subió al escenario y nos dirigió a todos unas palabras.

Cuando vi que nos hacía gestos para que subiéramos a tocar pensé que podíamos considerar que eso anulaba el despido de mi hermano, o al menos lo aplazaba por el momento, así que me incorporé y le hice un gesto cariñoso, frotándole el hombro antes de hablar con voz seria. - Vamos, Dean. Tenemos que trabajar. 

Empecé a caminar hacia el escenario, buscando con la mirada a Tania y Nicholas, haciéndoles un gesto hacia el escenario con la cabeza e intentando borrar el miedo de mis ojos por la escena del señor Flynn. Respiré hondo antes de sentarme frente al piano y poner los dedos sobre él, acariciando lentamente las teclas mientras esperaba a mis compañeros, y me esforcé por relajar mi expresión y parecer lo más normal posible dadas las circunstancias.

-Padre... - Repito aún aferrada al hombre que me ha dado todo desde que nací, al hombre que siempre ha protegido - ¿Hay un asesino entre nosotros? - No es que con mis palabras trate de destacar verdades, ni informar, simplemente... trato de oírmelas decir al hombre que sé que me puede proteger de lo que sea, para que de alguna forma pierdan importancia.

-Yo... si lo hay, tenga cuidado... no podría perderle también... - Me aprieto contra él en un intento de buscar su protección.

-Un hombre... muerto... ha muerto un hombre... - Repito intentando hacerme a la idea de ello.

Saliendo de mi ensimismamiento y de mi copa de whiskey miré a mi hermano como si no lo conociera...

-¿Qué...? Oh, vaya... Bien. Vamos, James.

Agarré mi trompeta y me subí al escenario mirando temeroso alternativamente a la señora Flynn y al señor Monroe, que parecía llevar la voz cantante intentando poner algo de orden en todo aquel caos.

"Esto es de locos..."

Posó sus ojos sobre Nathan, con la mirada perdida. Le escuchó hablar, hacer un llamamiento a la calma, amenizar en lo posible la situación.

Nathan siempre sabía cómo se debía actuar. Por eso era su mano derecha. Por eso confiaba en él. Y en aquel momento, el hecho de que le ahorrase a ella el tener que hacer esas cosas en su estado, supuso un alivio difícil de describir a pesar de que la situación impedía que fuera del todo balsámico. 

No se opuso a que el cadáver de su esposo fuese conducido a uno de los cubículos. Después de todo, sabía que no habría podido dejar de mirarlo, y que cada vez que lo viera se habría sentido aún peor. Sintió angustia, y las nauseas acudieron a la boca de su estómago cuando volvió a mirar al lugar en el que antes se encontraba Robert. Pero sin duda era mucho menos cruento no verle ahí colgado sin... Sólo de pensarlo sentía vértigo. 

Vio a Nathan de nuevo a su lado, e incapaz de hacer otra cosa, escondió el rostro en su pecho, y lloró, permitiéndose un momento de debilidad muy poco habitual en ella. Se preguntaba cómo estarían sus hijos, pero no tenía fuerzas para mirarles a la cara. Tenía miedo de lo que pudiera encontrar. 

Las palabras de Nathan la calmaron un poco, aunque seguía alterada por aquel grotesco acontecimiento.

-¿Un detective?- la actriz posó la mirada entre los presentes, esperando que el detective se revelara- es la mejor opción para resolverlo todo.

Sin embargo, hasta que saliera algo en claro en la investigación no se sabía si aún había peligro. 

Edward se acercó al señor Nathan Monroe y asintió a sus palabras de aliento y ánimo. Parece ser que la alta nobleza sólo escucha a los que son como ellos dado que nadie hizo caso a la advertencia que realizó Edward anteriormente de mantenerse todos juntos.

Sr. Monroe, lo mejor es que llevemos el cuerpo del Señor Flynn lejos de la vista de esta parroquia.

Mientras ayudaba con el traslado del cuerpo no pudo evitar fijarse en la cara del difunto. Los "Sin rostro" habían vuelto a actuar, en las propias narices de Edward y, por lo que parecía ser no sería la última vez que lo harían durante el transcurso de la noche.

Sr. Monroe. No me cabe duda de que han sido los sin rostro y, mucho me temo que volverán a actuar esta noche. Hay claros indicios de ello. Las salidas selladas, el corte de la conexión telefónica... Lo más prudente es que todas las personas del local permanezcan juntas y que evitemos, por todos los medios, que nadie se separe del grupo. Toda esta gente está en peligro y debemos mantenerla vigilada mientras tratamos de descubrir a los asesinos. 

Edward sacó de su pitillera unos cigarrillos y le tendió uno a Nathan. 

¿Está claro Sr. Monroe?

Aún en mitad del shock, las palabras de Nathan llamaron su atención, en especial cuando les dijo que subieran a trabajar.

- Pero... pero... - Miró a Nicholas. - ¿Eso no dará mal yuyu? - Pero viendo cómo estaba toda la situación, confió en que la situación fuera una excepción y empezó a caminar con algo de miedo hacia el escenario. Llegó al micrófono y lo cogió entre sus manos, temblorosas.

- En primer lugar... - Comienzo, mientras espero a que mis compañeros se coloquen. - La banda del Luna Pulchra quiere darle su más sentido pésame a la familia Flynn. Al señor Flynn le agradeceremos siempre que haya sido nuestro patrón junto a su esposa. Y esperamos con nuestra música... mostrar nuestros respetos. - Miro hacia los chicos. - ¿Bye, bye, Blackbird? Vamos allá...

La gente empieza a moverse mi alrededor y la música vuelve a sonar tras el discurso de Nathan. Miro anonadado a la banda tocar, me parece una falta de respeto enorme hacia mi padre. Lo acaban de asesinar y pretenden que nos relajemos y escuchemos música? Es que todo el mundo se ha vuelto loco? Acaso no se dan cuenta de lo que ha pasado? No puedo seguir más tiempo en la sala. Tengo que salir, pero parece que las salidas han sido bloqueadas. Miro a mi madre, esperando que haga algo para parar aquella locura pero la veo llorando en el hombro de Nathan. No puedo evitar torcer el gesto.

Incapaz de aguantar más me dirijo a mi hermana y a Chloe con gesto serio.-Yo me retiro. No puedo seguir con la noche después de lo que ha pasado. No entiendo que haya alguien que pueda hacerlo. Acaban de matar a mi padre, nos han dejado encerrados y actúan como si nada hubiese pasado. Menuda falta de respeto, creo que mi padre se merecía más que esto. Dicho esto me dirijo a un habitáculo con el gesto serio. Todo atisbo de mi habitual sonrisa y optimismo ha desaparecido por completo.

Tal vez estoy siendo débil. Tal vez debería actuar como Nathan e intentar mantener la calma y tranquilizar a los presentes, pero sencillamente soy incapaz. Tal vez por eso tanto mi padre como mi madre se fiaban más de Nathan que de mí, porque es capaz de permanecer sereno en esta clase de situaciones. Pero mi padre acaba de ser asesinado delante de mis narices y a mí lo último que me apetece es fingir que todo sigue en orden cuando obviamente no lo está. Solo quiero olvidarme de todo, dormir y esperar que todo esto sea un mal sueño.

Edward observa como uno de los jóvenes Flynn intenta retirarse, sólo, a uno de los habitáculos así que se encamina hacia él y le intercepta cuando termina la conversación con su hermana y Chloe.

Le agarra suavemente por el brazo y se dirige hacia él con educación y en voz baja, poniendo sus labios en uno de los oídos del Joven Flynn.

Sr. Dylan Flynn. No es lo más oportuno retirarse sólo a ningún sitio de este local. Los "sin rostro" han atacado el bar y sinceramente, creo que ya tenemos bastante con una muerte como para dejárselo fácil a esa banda y que comentan más de un asesinato. Le sugiero que si quiere intimidad, al menos vaya acompañado por alguien de su confianza. Las puertas están selladas y eso fue antes del asesinato lo cual quiere decir que quien quiera que asesinó a su padre, aún continúa con nosotros... Por favor, no se lo ponga fácil.

Veo como descuelgan a mi padre, llevándolo a un cubículo apartado y cerrando su acceso. Demasiado irreal, demasiado irónico.
Mi madre llora sobre el pecho de Nathan. Me siento disgustada por un momento, pero luego le quito importancia. Nathan aportaba la firmeza y seguridad que ninguno de sus hijos podría darle.
Ya no lloro, y de mi rostro desaparece cualquier expresión. Me limito a contemplar la escena.

Sin embargo, la orden de Nathan hacia la banda cambia mi semblante. ¿De verdad? ¿Música, ahora? Hago un esfuerzo por entender que Monroe sólo quiere apaciguar el ambiente; la situación era caótica, y el hecho de que los que allí estábamos sucumbiéramos a un estado de histeria colectivo no ayudaba mucho. Pero se trataba de mi padre... "Es absurdo..." Igualmente, no tengo fuerzas para expresar mi descontento, así que me limito a mirar hacia la banda sin ninguna emoción aparente.

Veo que Dylan piensa lo mismo que yo, y se dirige a un cubículo cuando un hombre en el que hasta entonces no había reparado lo para. Escucho lo que dice, y pensando fríamente, aquel hombre tenía razón. En cualquier caso, me quedo donde estaba. Quizás en otras circunstancias me habría ido con él, pero la situación es complicada y no quiero agobiarlo.
Además, yo también necesito un poco de tiempo a solas para pensar en todo lo que acababa de suceder...

El oficial había hecho acto de presencia, lo que tranquilizó un poco a la actriz. Además parecía saber quien era el culpable, pero a Kana todo le sonaba a galimatías... aunque el detective conociera bien a esos "sin rostro" ella no sabía a qué se refería.

-Señor detective- le dijo a Edward, sin levantarse de su asiento ya que aún seguía nerviosa- ¿quienes son esos "sin rostro? ¿qué pretenden? ¿han cometido ya otros crímenes así?

Lo último no la tranquilizaba, si la policía conocía a una banda o lo que fuera que actuaba de esa forma y aún no la habían desarticulado significaba que eran profesionales. Cosa que haría más difícil el atraparlos.

Edward miró a la joven. Era guapa, exótica y desde luego, no pasaría desapercibida por ningún hombre, ni en este local ni en ningún lugar del mundo....

Sin embargo ahora mismo su cara denotaba preocupación. Desde luego, era para estar preocupados sin duda alguna.

Señorita, los "sin rostro" son una banda de asesinos con una larga tradición en esta ciudad. Entiendo que usted acaba de llegar hace poco puesto que esta banda acapara titulares de prensa sin cesar.

Son una banda de asesinos crueles y sanguinarios. Son la lacra de esta ciudad y, aún no han podido ser detenidos. Pero tenga por seguro que esta noche se acabará la dictadura de los "sin rostro". Las puertas están selladas y, eso quiere decir, que están entre nosotros....

Antonia siempre trato de parecer la mas fuerte de ambas tanto por sus palabras y modales. Pero en ese momento le era complicado con el asesinato y con Colette abrazada a ella a punto de llorar. Ella también queria llorar en ese momento aunque se mantuvo y se fue apartando a la barra lo mas lejos del difunto.

“Tranquila…” le susurro a su amiga con la fuerza que le quedaba en su alma. Pero supo que no bastaria por eso la abrazo fuerte.

Miro alrededor algo aliviada que no cundiera el panico, aunque le preocupaba que algunos parecieran demasiados tranquilos con la situación. Cuando escucho que la banda volveria a tocar no pudo evitar torcer el gesto “Están locos.” Volvio a susurrarle su amiga, pero también presto atención al detective que parecia saber bien de que se trataba todo. “Porque hacen esto los sin rostros?” pregunto interesada en un tema que desconocia al detective.

“Como piensa capturarlos?” pregunto esperando una buena respuesta que le ayudara a calmar a su amiga y a ella.

Edward miró a Antonella... Parecía que ahora la gente sí que se dignaba a prestarle atención... en fin, gajes del oficio pensó Edward.

Señorita los "sin rostro" no necesitan razones. Matan por puro placer de matar así, sin más.

¿Cómo los capturaremos? buena pregunta señorita. Lo que tengo claro es que esa banda de desalmados, al igual que nosotros, no puede salir del Luna Pulchra así que sólo será cuestión de tiempo el que logremos descubrirlos.

Me sorprendo al escuchar lo que supuestamente nos pide el señor Monroe. Respiro hondo mientras me hacía a la idea de tocar en aquella circunstancia, otra copa de whiskey me hubiese venido genial. Junto a mis compañeros subo al escenario, aunque con dudas de si era correcto en tal macabra situación.

Cojo mi contrabajo de donde lo había dejado y me coloco para empezar a tocar, más cerca de Tania de lo que normalmente lo hacía. La preocupación por su seguridad me rondaba por la cabeza de forma incesante, y más desde que oí de boca del detective que era posible que el asesino, o asesinos, estuviesen aun por el local.

Al ver la expresión en todas las caras de las personas asistentes, su voz empezó a temblar como estaba haciendo ella por dentro e hizo gestos al resto de la banda para que dejaran de tocar, parando la canción a la mitad.

- Lo siento, lo siento... - Dijo, con la voz amplificada por el micrófono. Tenía las manos temblorosas y los ojos algo nublados por las lágrimas y los nervios. - Perdón, señora Flynn, señor Monroe, señor y señorita Flynn. - Fue mirando a todos. - No... yo no puedo cantar cuando está el señor Flynn aún de cuerpo presente, me parece muy irrespetuoso con el difunto, y estoy muy nerviosa... Han matado a alguien aquí entre nosotros. Espero que me comprendan. - Sacudió las manos, muy nerviosa, como intentando quitarse el mal yuyu de encima. -  Lo siento... Estoy muy afectada. Ruego me disculpen. - Sin poder aguantar más aquellas miradas y la sensación de culpabilidad por haber hecho caso a Monroe, se apuró a bajar del escenario y a volver a la barra, donde se sentó a llorar por el mero nerviosismo. Le hizo un gesto al barman.

- Otra menta, por favor, cariño... 

Mientras abrazaba a Cassandra tratando de protegerla de la horrible visión que implicaba el cuerpo de su padre. Busqué con mis ojos Chloe, Nathan se hacía notar, al menos ambos estaban bien. Mientras buscaba hubo una mirada que me dio tranquilidad y seguridad al mismo tiempo, no se exactamente porqué, pero me sentí mejor cuando noté su presencia. Algo de música sonó en el lugar sacandome por completo de mis pensamientos, incluso solté a Cassandra.

- Cassandra deberías ir a descansar... aunque ...- tengo miedo pero no se como decirselo sin alterarla. Yo tampoco quiero quedarme sola- vamos a un cubiculo, podemos pedirle a mis hermanos que nos acompañen después de todo sería peligroso quedarnos solas.

"Los sin rostro" había escuchado historias de ellos que me hacían tener pesadillas por la noche "Dios quiera que los descubran pronto" 

- Chloeee- le hice señas para que viniera conmigo- No te preocupes Cassandra no te dejaré sola, aunque quizás eso no sea mucho consuelo.

Me acerqué al detective con la mirada seria.

-¿No cree que la gente ya está bastante asustada? Hablar de Los sin Rostro... Es muy precipitado y tampoco tiene pruebas sólidas de que eso sea así. Deberia procurar calmarse un poco antes de hacer hervir los animos y miedos de estas personas. -Cojo un cigarrillo de mi pitillera tranquilamente y lo enciendo con calma.

-Si bien existe la posibilidad de que sean ellos, ¿No hay que darlo por sentado no cree? Lo único que podemos hacer es permanecer juntos y mantener la calma...- Me giro y miro a Cassandra y Sharon.- Y eso también va por ustedes señoritas. Lo mejor sería que no se apartasen del grupo... 

Las respuestas del agente le habían puesto, como supuso, más preocupada. Al parecer eran profesionales, asesinos que no necesitaban razón para matar... sin duda en esos momentos se arrepentía de haber abandonado su patria para ir a un lugar tan peligroso. No obstante, de nada servía ya el lamentarse.

-Espero que los encontremos pronto, o...- no era capaz de terminar la frase, la imagen del millonario muerto aún estaba grabada en su mente. Y sería difícil olvidarla.