Partida Rol por web

-El señor Cox era el asesino, y el amante de tu hermana. Ella ha matado a mi padre envenenándolo. - Digo de forma rotunda mirando a Chloe - Tú no has visto nada, así que no vengas como si supieras todo lo que ha pasado. Alguien envenenó al ministro y a tu hermana, por haberse confirmado que era un asesino después de que Nicholas lo viese inentar matarle esta noche, y que, gracias a mi, siguiese con vida. Tu hermana sobrevivió, y en venganza mató a mi padre, llevándose por delante a tu prometido y a la señora Cox.

Tomo aire.

-Y dime una cosa - Continúo mirando a Chloe - ¿Sigues defendiendo que votaste a mi padre porque creías que nadie más lo haría? A estas alturas, después de que hayas muerto, te creo, pero tu querida hermana dijo que no había sido por eso sino porque realmente sospechabas de él.

Edward se quedó congelado cuando escuchó hablar de la foto y... ¿una carta? Aquello no lo había visto.... esa era la pieza del puzzle que, quizá, sólo quizá, le faltaba de encajar... ahora veía las cosas un poco más claras.

Bien señoras y señores pues aquí tenemos un serio problema.... Muchos de ustedes se obstinan en pensar que el señor Cox era un sin rostro pero, sin duda alguna, creo que no lo era. Yo mismo tuve mis ligeras sospechas incluso antes de entrar al Luna Pulchra. Pocas cosas sé de los sin rostro pero lo que se sabe seguro es que se ocultan a plena vista y por eso pensé en Cox como primer sospechoso, al fin y al cabo era el Ministro de Justicia. ¿Qué mejor disfraz para ocultarse? 

Sin embargo, cuando Stephen murío y dejó caer la foto supe claramente que el Ministro no era culpable... Cierto que me mintió sobre la identidad de la mujer pero, sospecho que sólo por salvar su matrimonio y su posición... ¿Alguien me puede proporcionar la carta que antes se a mencionado?

En ella se menciona que el señor Cox tuvo un... ¿hijo? Quizá el envenenamiento no haya sido obra de los sin rostro... sino ese hijo hecho ya hombre que, por odio hacia su padre, envenenó unas cuantas copas al azar, pensando que así podría acabar con su padre...

En el momento en que Sharon se acerca a Krista, poniéndose a su disposición, Krista llena de ira le responde. Esta situación parece sin control alguno.

El detective Olson intenta calmar y en un tomo más tranquilo interviene, pero no es eso lo que llama la atención de los presentes. Todos se encuentran intentando seguir la discusión entre las dos jóvenes, pero la pianola se dispara por sí misma a sonar nuevamente. Generalmente los sorprendía en las mañanas pero aún siendo mas tarde, logra hacerlos saltar por un momento.

Todo parece normal por un momento, hasta que Nicholas comienza a temblar levemente y sus ojos parecen desorbitados. No entienden qué sucede pero sus temblores continúan, mientras Tania llama su nombre para hacerlo reaccionar. La cantante, ya con lágrimas en sus ojos, lo sacude. Cuando la música termina, Nicholas para de temblar pero debilitado, debe tomar firmemente a Tania para no caer. Aún desorientado, mira a los presentes, sin comprender muy bien lo que le ha sucedido.

Cuando la música comienza a sonar, todo en tu alrededor se torna blanco y te pierdes en un espacio vacío, donde el ruido de los internos del bar se pierde.

Entre el sonido de la música puedes escuchar algo más, algo que está unido a cada nota de esa melodía. Cuando logras concentrarte lo suficientes, logras sentir la voz de Niraj hablando, con una terrible tristeza en su corazón.

" - Nicholas, pese lo que me hizo Kana traicionandome no debeis matarla. Os pido que no vayais por ella, al menos por el momento. Ten cuidado tambien con Chloe, esta conectada en ambos mundos...."

Al dejar de sonar la canción, vuelves a la normalidad y te encuentras apoyado en Tania, quien te mira preocupada.

Miro a Krista, con la misma severidad que antes. - Voté a tu padre por lo que dije que le había votado. Tengo la consciencia tranquila de no haber mentido en ningún momento. Tienes toda la razón: yo no estaba aquí. Por ese mismo motivo sé más que cualquiera de vosotros, y eso te incluye a ti y a tus teorías. He hablado con los que han muerto, con los afectados directamente, y eso incluye a tu padre. Me da igual lo que haya dicho mi hermana, o más bien lo que le hayas presionado a decir con tu dedo acusador. Sé que no eres una de ellos, y más aún tras decirme que fuiste tú quien ayudó a mi prometido, pero esto se te está yendo de las manos. ¿Ahora resulta que es más lógico que hubiera dos personas con veneno? Que uno intentó envenenar a mi hermana y a su amante y, después ella envenenara a tu padre y a dos personas más por venganza... Claro, eso es más lógico que el hecho de que las copas o los licores contuvieran el mismo veneno, proveniente de la misma persona... 

Me giro hacia el detective. - No se tome a mal esto, señor Olson, pero es curioso que usted precisamente sea el único que defienda a alguien que todos concluimos que es un asesino. Recordemos que la foto no la soltó el señor Richards, sino que se le cayó una vez había muerto de su bolsillo. Partiendo de esa base, ¿usted fue a preguntarle directamente al señor Cox sobre la mujer de la foto sólo por una mirada? Mire, mi percepción de la realidad de lo que está ocurriendo aquí cambió mucho desde que me arrancaron la cara y me colgaron de una pared, así que disculpe si soy directa, pero si antes ya no me daba miedo la muerte, ahora que he visto lo que es, aún menos. Yo no me creo que tuviera una simple corazonada. Además, el señor Richards me planteó una pregunta en ese lugar que me gustaría que usted contestara... ¿Por qué un detective, que busca saber la verdad de lo que está pasando aquí, pide que maten a alguien porque hace preguntas para esclarecer los hechos? Él dice que entendería que le solicitara que se mantuviera al margen o le requisara su grabadora, pero de ahí a votarle para que muriera... Siceramente, haciendo memoria, no recuerdo que aún se haya demostrado su propia inocencia, y como dice usted: ¿qué mejor manera de camuflarse que diciendo que se está investigando a la banda? Tenga por seguro que, si demuestra su inocencia, le defenderé a capa y espada, pero como Nicholas ha señalado, sólo hay pruebas que exculpan a algunos, entre ellos, la señorita Woods, o mi hermana - miro a Krista durante un segundo con seriedad - Y personalmente, confío en mi hermano, la señora Flynn y Cassandra. Eso me limita mucho la lista, por lo que no espere que finja que no sospecho de usted, señor Olson, hasta que algo me demuestre lo contrario, porque si hay algo seguro, es que aquí hay un asesino y tiene que ser alguno de los presentes.

Miro lo que le ocurre a Nicholas y me sobresalto, temiéndome lo peor al haber bebido una copa. Cuando parece encontrarse mejor, me acerco a él, tratando de darle aire con alguna carta del bar o algo que encuentre a mano. - ¿Se encuentra bien? ¿Qué ha pasado? ¿Cree que ha sido por lo que ha bebido...? Creo que nadie más debería beber nada aquí... - Miro a Krista. - Ahora dirás que también ha sido mi hermana, que tenía otro frasco de veneno y ha tratado de matar a alguien que ha dicho que es inocente, ¿no?

Escuchó las discusiones absurdas entre todos. Ahora era difícil saber quién era un miembro de los Sin Rostro, y aunque los sueños proféticos de la actriz pudieran ser fiables, seguía habiendo muchas incógnitas. En cualquier caso, había demasiadas cosas que le daban dolor de cabeza. Cuando vio aparecer de nuevo a Chloe no se alegró tanto como sucedió con Dean, pero algo pareció aliviarse en ella al verla por un lado, aunque conforme la seguía viendo hablar se iba preocupando más. No le gustaban sus palabras, y se notaba, pero se mantuvo callada. No quería meterse en una pelea, y ya había visto que Krista no se tranquilizaría. Era normal: su padre acababa de morir.

Pero entonces algo pasó con Nicholas. Se giró hacia él y se inclinó para ayudarle.

- ¡Nick! ¡NICK! ¡NO! ¡Cariño, Nick! ¡No! - Lo abrazó, llorosa, sintiéndolo irse entre sus brazos. Desistió por unos momentos, entregándose al llanto desconsolado, pero cuando vio que reaccionó, abrió los ojos y la boca con desconcierto. - ¿Nick? ¿Nick? ¡Estás vivo! - Lo besó en los labios sin pudor ninguno y lo abrazó, apretándolo entre sus brazos con fuerza. Pero mientras notaba el corazón acelerado de su amado junto al de ella, no pudo evitar el enfado y se levantó. - ¿Quién? ¡¿Quién ha hecho esto?! ¡Que hable!

Apretaba las manos. Toda la vulnerabilidad y la preocupación que la habían llenado esos días estaba transformándose en pasos agigantados en furia.

- ¿Quién ha sido? - Miró a Nathan. - ¿Ha sido usted? ¿Eh? ¿Está vengándose por votar a su hermana? ¡Pues créame que la volveré a votar! ¡Y a usted si no paran las muertes! ¡Sucios ricos bastardos! ¡Os creéis que podéis tenerlo todo y dirigir nuestras vidas como si fuéramos nada! Aquí mismo os maldigo a todos. - Escupió en el suelo tres veces. - ¡Os maldigo! ¡Maldigo el día en el que pisé este desgraciado bar! ¡Maldigo a los Sin Rostro! ¡Os maldigo a todos los que habéis venido solo a hacer daño! - Fue hacia la barra y cogió la primera copa que vio sin fijarse de quién era, y la llevó hasta una de las velas y virtió el alcohol sobre ella. - ¡Y así me oiga cualquier espíritu! ¡Os maldigo a todos los que habéis dicho una sola mentira entre estas cuatro paredes y como se os ocurra volver a hacer daño al hombre más bueno que hay sobre esta Tierra, prometo que sufriréis las leyes del hombre y las de Dios!

Observo la ejecución, y no puedo evitar preguntarme qué sucederá cuando al revólver se le acaben las balas. Comienzo a acostumbrarme a este momento del día, y no es algo que me guste. Sin embargo, cuando todo ha concluido, ayudo a los hombres del servicio a llevar el cuerpo con los demás.

Aún no he vuelto cuando las luces parecen irse de nuevo, y durante unos instantes temo que pueda pasar lo peor. Sólo espero que no se hayan llevado a Sharon. El sonido de la pianola me eriza la piel, y en el momento en que el lugar vuelve a estar iluminado me apresuro a llegar al salón con los demás.

Cuando veo a Chloe me quedo paralizado de inmediato. Yo había comprobado que se trataba de ella. Había revisado los lunares y marcas de sus brazos, me había asegurado... Esto no es posible. No hay ningún tipo de explicación.

Comienzo a sentir un sudor frío al ver cómo se desarrollan los acontecimientos, al ver a mi hermana así, hablando... Durante un momento mis rodillas llegan a temblar, pero decido dejar de plantearme qué puede haber pasado y acercarme a abrazarla como la ocasión se merece.

Sin embargo, cuando me dispongo a ello algo parece sucederle a uno de los músicos. La cantante se dirige directamente a mí y la miro unos instantes, desconcertado, mientras ella termina.

- Vamos a ver, señorita. - digo, recuperando el temple - A mí no me gusta que nadie vote a mi gente si la consideran sospechosa, pero no por eso voy a andar tomándome la justicia por mi mano. - respondo - Sólo advertí a la señorita Krista, y lo mantengo, - aclaro - porque ella sólo quería votar por venganza. Y si por ella hubiera sido, mi hermana ahora estaría muerta, y Niraj vivo.

- Además, si pudiera vengarme de alguien, ¿cree que lo haría con él? ¿Aquél que nos ha señalado ya a dos de los Sin Rostro? - le pregunto - Entiendo que esté nerviosa, yo mismo he perdido los papeles, - admito - y por eso no tengo ningún derecho a decirle que no se deje llevar.

- Sin embargo - añado después - lo que yo entiendo de esto es que o bien alguien está colaborando con ellos, o bien su único medio para atacarnos no es sólo cuando las luces están apagadas. Y ahora, si me disculpa, - le digo al final, enfrentando toda la tranquilidad del mundo a su pronto - tengo una hermana a la que abrazar.

Y dicho esto me dirijo a Chloe, ignorando todo lo que sucede alrededor. La rodeo con mis brazos y la sujeto con fuerza, mientras hago un gesto a Sharon por si se quiere unir.

- Gracias al cielo... - murmuro en el hombro de mi hermana.

No estaba ofreciendo nada de resistencia a Krista, por el contrario lo único que hacía era proteger mi rostro aunque algo me dice que una flacucha como yo aunque hubiera querido no hubiese podido contra el espiritu de una negra. Aún así me hacía ilusión pensar que si quisiera podría darle una paliza. En eso estábamos cuando escuché el piano, el cual ya empezaba a odiar y luego pude ver como Nicholas se convulsionaba. "Pero que clase de idiota se atreve a tomar un coctel con todo lo que ha sucedido" Aprovecho la distracción para huir de las garras de Krista y correr a ayudar a aquella persona que en realidad ha podido ver a los asesinos. Eso hasta que Tania decide gritarle a mi hermano...

- ¿Y tu quien te crees para acusar a mi hermano? Nicholas ni siquiera votó por mi, votó por...- me quedé muda unos segundos como si temiera causar revuelo con mis palabras pero estaba segura de que no sería así- Nicholas votó por Natasha.

Me quedo un poco sorprendida creía que Nicholas y Tania solo eran amigos muy cercanos, al parecer también eran amantes, eso explicaba la confianza ciega el uno en el otro, pero por supuesto su amor no sería juzgado como  el mio, que envidia.

- Nathan no ha hecho nada y es injusto que cada vez que pase algo las acusaciones caigan sobre nosotros como si no hubiera nadie más aquí. Nicholas me declaró inocente y aún así cree que mi hermano iba a envenenarlo como venganza, ¿en serio?  

Mientras ella nos maldecía llené un vaso de agua bebiendolo yo primero en frente de todos para asegurarme de que estaba limpia y eliminar las sospechas, luego se la di a beber a Nicholas, como Colette hiciera conmigo en su momento.

-Sigue con tus maldiciones yo mientras tanto haré algo útil. Bebe Nicholas, a mi me hizo sentir mejor y no te mueras... necesitamos a todos los inocentes vivos.

Mi rostro se ilumina al ver a mi hermano, pero me contengo hasta que termina de hablar con Tania. Es entonces cuando me lanzo a sus brazos y vuelvo a derrumbarme, llorando de alegría al ver que está bien. - ¡Hermano! ¡Dios, estaba asustada por si te había pasado algo! ¡Todo esto es una locura! No tiene ningún sentido, acusan a Sharon pese a que se demuestra su inocencia, afirman que el periodista envenenó los vasos aunque varias personas bebieron tras su muerte y no pasó nada, te acusan a ti de vengarte de la señorita Evans intentando matar a alguien que sabemos que es inocente y que, al menos yo, no sabia que mantenía una relación sentimental con ella... No entiendo nada... Encima Dylan, sigue allí sin merecerlo... Quiero que volvamos todos juntos a casa... Que salgamos de este bar juntos, los tres, como siempre hemos estado... - Me quedo un rato, protegida por los brazos de mi hermano.

Corro hacia donde está Nicholas y tiro el vaso que le da Sharon de un manotazo.

- Ni se te ocurra volver a hablarme en esos términos, asesina y zorra robamaridos. - Agarro a Nicholas y lo ayudo a levantarse. - No se te ocurra poner tus sucias manos sobre mi hombre porque te arranco los pelos esos de fulana, ¿está claro? - La señalo con el dedo tembloroso y los ojos enrojecidos y llenos de lágrimas.

Cojo la cara de Nick entre mis manos.

- Cariño, ¿estás bien? - Lo beso. - ¿Quieres algo? Ven conmigo... La zorra ésta no te hará daño.

Como si le hubiera leído la mente, Chloe le transmitió las palabras de Antonella en el otro lado. Colette se sintió reconfortada, y al igual que ella quería creer que realmente era inocente. Pero entonces Kana terminó de explicar los sueños, y se le hizo bastante difícil no creer en la culpabilidad de su amiga. No quiso entrar en las acusaciones de Krista, porque pese a ser inocente ya había demostrado que su buen juicio no era el mejor. Y ahora menos, con la triste muerte de su padre. No pudo dejar de prestar atención las palabras del detective, no sabía si era otro que no terminaba de enterarse de como estaban las cosas... o algo peor.

Dejó esas cosas a un lado cuando Nicholas se desmayó, aunque afortunadamente pareció que sólo era un ligero desvanecimiento. Como el que sufrió James cuando oyó tocar a su hermano cuando estaba muerto. Sharon se acercó a ayudarle, como Colette había hecho con ella. Pero Tania reaccionó de forma totalmente desproporcionada y fuera de lugar. Colette se adelantó hasta ponerse bien cerca de la cantante.

Claro, acusa a la pobre Sharon. Olvidemos el hecho que no consumaron ese amor, ni tuviera ella intención de hacerlo al estar el ministro casado. Olvidemos el hecho que era el ministro quien estaba engañando a su esposa. Olvidemos el hecho que ya había hecho eso antes a su esposa, incluso dejando preñada a otra. Olvidemos también que todo apunta a que era un sin-rostro. Acusemos a la pobre joven, en vez de verla como una víctima. De alguien que la sedujo para manipularla, que hizo que mataran a la hermana de ella, y que incluso debía pretender que ella muriese de pena si le pasara algo.  - el tono y el rictus de Colette habían tomado cada vez una actitud más seria y dura - Yo no voy a pedirte que uses la lógica deslenguada, porque aquí esto parece escasear. Pero si te recomiendo que más que preocuparte por Sharon, te preocupes por James. Por el bien común que Kana acertara con su hermano. - no añadió nada más, esperando que ya se diera por supuesto el resto.

- ¿Y acaso he defendido yo en algún momento al ministro? - Hinchó el pecho e hizo aspavientos con el dedo índice extendido. - Mira, niñata, que estés dolida porque tu amiga era una asesina me parece perfecto. Lo siento muchísimo, pero déjate de tonterías ya, ¿vale? El ministro era un asqueroso y un asesino, y tu amiguita Sharon no se cortó en estar a su ladito. ¿Que la sedujeron? ¿Pero qué pasa? ¿Es tonta y si la seducen pierde todo el autocontrol? ¿Es que acaso las mujeres somos tontas y con dos palabras bonitas se nos hace agua la va-jay-jay? Anda, por favor... Le estás haciendo un flaco favor a tu amiga la robamaridos con esa defensa; la estás llamando tonta. - Se siguió alejando de Colette y Sharon, y empezó a llorar desconsolada. -  Largaos, ¡largaos! ¡Dejadnos en paz de una maldita vez! ¡Solo veníamos a trabajar, joder! ¿O te crees que me gusta estar ahí arriba mientras todos me miran como si fuera un trozo de carne y se creen mejor que yo porque creen que soy un animal que solo ansía que los señoritingos le digan a qué ritmo se la chupo? Qué fácil es la vida para vosotras, niñitas guapas y blanquitas... Qué fácil es... Casi matáis al amor de mi vida y pretendéis que encima os deje ser vosotras quien lo cuidéis. ¡Zorras! Sucias zorras... - Sus últimas palabras no tenían fuerza ninguna, casi no eran insultos, sino lamentos, mientras hundía la cabeza en el pecho de Nicholas.

Asentí a las palabras de Nicholas sobre sus conclusiones, sin prestar atención a la pelea entre las señoritas presentes en el bar, pero antes de que me diese tiempo a hablar sobre ello mi amigo pareció sufrir un mareo y me acerqué rápidamente a él, aunque Tania ya se estaba encargando. - Nick, ¿estás bien? ¿Qué ha sucedido? - Pregunté a mi amigo preocupado mientras a nuestro alrededor la mayoría de las mujeres empezaban a sacar las uñas unas contra las otras.

No podía evitar al escuchar algunas de las intervenciones, como la del detective o las palabras de Chloe, tener la sensación de que todo el mundo parecía tener más información que yo sobre lo que sucedía y finalmente, cuando Colette me nombró me decidí a intervenir, aunque manteniéndome apartado de las señoritas para no recibir algún arañazo.

- Yo creo que Sharon es inocente, como ya dije esta mañana. Y sé que yo lo soy, pero comprendo que ustedes no me conocen de nada y es lógico que puedan sospechar de mí. No sé qué podría hacer para probarles mi inocencia, estoy dispuesto a que me vigilen, me aten o me encierren durante la noche, si creen que con ello podrían disipar las dudas sobre mí. Y sólo puedo decirles que yo nunca le haría daño a mi hermano, siempre he intentado protegerlo. Nicholas lo sabe bien. Pero después de que la señorita Kana acusase al suyo, supongo que eso no tiene mucho valor. - Finalmente me giré hacia Nicholas de nuevo. - Te agradeceré que me vigiles esta noche, para que puedas confirmar mi inocencia. 

Ante el estallido de Tania, me aparté, dejando intimidad a mis dos amigos en su abrazo y me dirigí de nuevo hacia la barra, donde pedí un mechero al camarero para encenderme un cigarro. A cada minuto los nervios parecían estar más tensos y yo me sentía cada vez más perdido.

Agradecí que Chloe y Sharon se acercaran a mí. Las noticias de Chloe sobre los que se encontraban en el más allá me reconfortaron en cierta medida... Al menos, no tenían que soportar el infierno que estábamos viviendo. La delicadeza de Sharon al traerme las flores me deja abrumada, y mientras todos siguen acusándose entre ellos, permanezco en la barra, dándole vueltas a una flor por el tallo.

Sin embargo, cuando Nicholas sufre aquel altercado me giro en su dirección en el taburete, y contemplo la escena horrorizada. Es la reacción de la señorita Evans la que me hace saltar de mi asiento.
- ¡Por el amor de dios! ¿De verdad hemos llegado a este punto? ¿En serio? -digo con tono elevado mientras miro a la pareja de la banda. - Entra en razón, Tania. ¡Lo que ahora estás diciendo está completamente fuera de lugar! No dudo que hayas tenido una vida difícil que probablemente ni siquiera pueda imaginar, y por supuesto que no me regocijo en ese hecho. Tu situación hace tres días era completamente distinta a cualquiera de los que estamos aquí. Pero desde que cayó la primera víctima por obra de los Sin-Rostro, ¡mi padre!, todos estamos al mismo nivel. ¿Crees que por tener más dinero o más poder estamos más a salvo de esos asesinos?
Hago una pausa para tragar saliva.
- No debemos perder los estribos, ¡no podemos! Porque mientras tú sufres, los verdaderos culpables mostrarán el rostro compugnido, pero en su interior sentirán que todo marcha según lo previsto.

Después de que James hable, me atrevo a confesar mis inquietudes.
- Yo también pienso que Sharon es inocente. De igual manera, confío en Nicholas, tal y como dejé ver durante la primera votación. Así, todos los inocentes a su juicio, lo son también a mi parecer. Añado a mi lista a Dean y Chloe, por razones más que obvias. La actitud de la señorita Kana con su hermano me pareció bastante cuestionable, pero al tratarse de una acusación de tal magnitud la que realizó, creo que puedo tomarla como inocente.
Esto no implica que el resto sean culpables para mí, sino que no tengo pruebas que los descarten como tales. Jamás dudaría de mi madre, por ejemplo, pero entiendo que no tengo razones más allá de mis sentimientos que me impidan acusarla como miembro de los Sin-Rostro... lo cual valdrá poco a ojos de ustedes.

Natasha había permanecido apática, entristecida y en silencio desde que se había levantado.Escuchaba acusaciones aquí y allá, y de vez en cuando se le escapaba alguna lágrima al recordar que tanto su marido como su hijo estaban muertos. A penas fue consciente de que Chloe había vuelto, aunque cuando se percató mostró cierta sorpresa, apagada por el pesar de su pérdida. 

Miraba de cuando en cuando a Nathan, perdida, aún más entristecida al ver cómo otros lanzaban acusaciones sobre él, y la decepción asomaba a sus ojos cada vez que escuchaba hablar a Tania. Siempre había tratado a los músicos con respeto, y no creia que ni ella ni su socio mereciese aquel trato por parte de la cantante.

Se sirvió ella misma un vaso de whiskey, y lo tomó, despacio, mientras acariciaba la pistola de Robert. Aquello iba a ser una fiesta. La fiesta de cumpleaños de Cassandra, su pequeña, su orgullo. ¿Cómo demonios había acabado así? 

Abandonando el vaso sobre la barra, se acercó a Casandra, y besó su mejilla- Hablas igual de bien que tu padre, cariño. Seguro que él estaría orgullosa de ti- dijo, con la voz temblorosa.

Miró entonces al resto, visiblemente disgustada, y habló- He perdido a mi marido, y a mi esposo, en menos de tres días. Y mi socio, el señor Monroe, ha sufrido otra pérdida igual de importante. ¿Insinuáis al acusarnos que somos capaces de acabar con nuestras propias familias? ¿Por qué clase de monstruos nos tomáis? ¿Me señaláis porque ejerzo la justicia? ¿VUESTRA justicia? -su tono fue volviéndose más severo a medida que avanzaba su discurso- Debería daros vergüenza. Pues ninguno de vosotros ha sido capaz de asumir este papel, y aún así señaláis al final de cada día a alguien. Hipócritas. Eso es lo que sois. Y todos tenéis las manos manchadas de sangre.

La pianola vuelve a sonar. Esa melodía que pocas veces conllevaba algo bueno y empezaba a odiar. Al principio no parecía ocurrir nada hasta que mi visión empieza a nublarse, las fuerzas empiezan a abandonarme y noto como mi cuerpo tiembla sin que pueda impedírselo. - Me muero. - fue lo primero que se me venía a la cabeza. - veneno. - No debería haber bebido aquel vaso... Me aferro al cuerpo que sentía cerca, sin saber a quien pertenecía, negándome a caer, negándome a morir. Entonces la música se detiene y poco a poco vuelvo en mi. Miro alrededor con la mirada perdida, identificando a cada uno de los presentes. Respiro de manera agitada sintiendo cada pulsación en mi cabeza. Había estado más cerca de la muerte que la noche anterior... y sentía un pánico terrible. Apenas me da tiempo a volver la mirada sobre Tania, en quien me apoyo para no caer, cuando me besa y me abraza con fuerza. 

- Estoy bien.- respondo, casi sin creérmelo. Intentando estabilizarme por mi mismo, notando como recupero las fuerzas poco a poco.

El contacto con Tania me ayuda a luchar por seguir con ella. Pero entonces me suelta para arremeter contra todos, lanzandoles maldiciones e improperios. Yo apenas me tengo y me llevo una mano a la cabeza, intentando mantener alejado un pequeño dolor de cabeza. Siento como Sharon se acerca ofreciéndome algo de agua pero Tania la aleja de mi y vuelve a mi para ayudarme. 

- Si, si, estoy bien. - le respondo de nuevo y me dejo arrastrar por ella, quien no tarda en volver a guerrear para buscar finalmente refugio en mi pecho. La abrazo con fuerza acariciando su espalda y su pelo para intentar tranquilizarla. 

- Tranquila, saldremos de aquí. Hoy descubriré a otro y con suerte sera el último.- susurro en el oído de Tania a la vez que un escalofrío recorre mi cuerpo al pensar en enfrentarme de nuevo a la muerte...-  Conseguiremos salir y nos iremos lejos, todos nosotros, los cuatro. Tenemos que aguantar. Lo conseguiremos. - La beso. - Lo conseguiremos. - repito mirándole a los ojos. Transmitiendo más confianza de la que en realidad tenía. Agarro su mano, ya bastante más recuperado, y la guío hacia un lugar un poco apartado para sentarnos. Mantengo su mano en la mía y poso la otra encima, acariciando la suya con ternura. Y tras esperar unos segundos vuelvo a a hablar. - No quiero que los enfades, cualquiera podría ser el asesino. Y... yo no quiero perderte. Yo... no puedo...- Llevo mi mano hacia su rostro para borrar sus lagrimas con delicadeza y vuelvo a mirarla directamente a los ojos, pretendiendo acaparar toda su atención. - Vigilare a James para demostrar su inocencia y me asegurare de que nadie se atreve a ir a por ti. Nadie hará daño a la mujer más preciosa del mundo. - 

Con los ojos como platos, contemplé cómo se iban perdiendo los nervios, las formas y muchos de los presentes dejaban aflorar sus sentimientos a raudales... La situación se había ido de las manos y yo no entendía casi nada de lo que se tiraban unos a otros a la cara.

" Santo Dios... ¿Qué vamos a hacer ahora? Demasiadas conjeturas y muy pocas certezas... Y nadie parece hablar claro sobre nadie. "

Aun así, había algo que iba entendiendo y algo que no terminaba de comprender.

" Aquí parece que hay gente que ve, siente, sabe o hace cosas que están fuera del alcance de los demás. Si tan tan tan tan seguros están de la inocencia de algunos... Por descarte, ¿Por qué no dicen abiertamente de quién sospechan? Así acotamos, argumentamos y será más difícil equivocarnos... "

- Creo que lo único que estamos consiguiendo es que nos matemos los unos a los otros. Creo que es justo lo que quieren los asesinos, deben estar frotándose las manos. Y hablo por todos. Más nos valdría tranquilizarnos todos e intentar llegar a un acuerdo sobre lo que sabemos y lo que sospechamos intentando que sea lo más claro posible... O acabaremos muertos.

Sabía que sería casi imposible que tal y como estaban las cosas consiguiéramos dejar de lado nuestros sentimientos, como había hecho la actriz con una frialdad que no se veía ni en las películas, para poder pensar con claridad y razonar con lógica.

No era fácil para mí hablar en público, siempre fui tímido y eso siempre me ha limitado bastante, mucho más frente a la alta sociedad como era en aquella ocasión.

- Recordad que los gritos y los insultos restan credibilidad a nuestros argumentos, y eso no nos favorece para nada.

Me acerqué a mis compañeros de banda para intentar reconfortarles, apreté el hombro de Nick tras comprobar que todo había sido un susto y estaba bien, acaricié la mejilla de Tania para después besarla, y revolví el pelo de mi hermano mientras le robaba el cigarro de sus labios.

- James, estoy muy muy perdido y no sé a quién creer, ni qué hacer...

Era consciente que mi hermano en poco podría ayudarme, pero es que verlo tan desorientado y... tan poco como es él, me hacía sentirme aún más perdido.

Las palabras de Nick me dejaron más tranquilo, sabía que mi hermano era inocente y él lo demostraría. Vaya si lo demostraría.

Me quedo más de un minuto entero abrazando a mi hermana mientras ella habla. Cuando termina, susurro en voz baja, tratando de darnos algo de la intimidad que no tenemos. - Tranquila, volveremos a casa... Pronto volveremos. - le digo, mientras nos balanceamos levemente.

A nuestro alrededor escucho Sharon y Natasha me defienden. Normalmente me interpondría y se lo impediría, pero ahora sólo puedo sentirme agradecido.

Cuando finalmente suelto a Chloe la miro durante unos instantes a los ojos, tratando de asegurarme de que está bien, de que lo que sea que le ha pasado no la ha herido más que encontrar lo que ha encontrado a su vuelta.

Luego me dirijo hacia Sharon. De camino busco a mi socia con la mirada, y vocalizo un mudo gracias, esperando que lo entienda. No sólo por defenderme, sino porque si ella no hubiera tomado la determinación de tomar ese revólver probablemente no habríamos tenido cómo defendernos.

Al llegar adonde se encuentra mi otra hermana me doy la vuelta, dirigiéndome hacia todos antes de hablar. Suspiro una última vez, recuperando la compostura, y alzo mi voz para que todos puedan escucharla sin problemas.

- Está bien. - comienzo, haciendo un gesto con las manos para que me presten atención. Me habría subido al escenario, pero ahora ese parece un lugar de muerte - Creo que todos nos estamos dejando llevar demasiado. La situación es difícil para todos. Hemos perdido amigos y familiares, hemos visto la muerte de queridos y desconocidos de cerca, y nos hemos sentido heridos, atacados y en ocasiones incluso humillados. Pero tal y como dicen otros, es hora de que los que hemos caído en dejarnos guiar por los sentimientos lo aparquemos y sigamos buscando a los asesinos.

- Por ello, - continúo después, mientras mis ojos buscan a Krista - me gustaría pedirle disculpas, señorita Krista. Yo habría destripado al señor Cox aquí mismo si hubiera podido en cuanto vi a Chloe muerta. Si usted creía a mi hermana responsable de lo de su padre quizá fuese demasiado pedirle que no la votara. Espero sinceramente que él vuelva, como han vuelto Chloe o el señor Carlson, y como espero que otros - Dylan - hagan lo mismo.

Sonreí cuando mi hermano me robó el cigarro de los labios y fingí mirarlo mal durante unos instantes para después sacar otro y empezar a jugar con él entre los dedos. - Mira el que decía que no le gustaba fumar... - Dije empujándolo amistosamente en el hombro. Me sentía orgulloso de él y de que hubiera sido capaz de hablar así en público a pesar de su timidez. 

Después me puse más serio y le hice un gesto al camarero para que nos trajese una copa. Dean había dado un gran paso y decidí ser el primero en responder a su petición, con la esperanza de que los demás se animasen después. - No sé qué decirte Dean, yo confío en Nicholas, en ti y en Tania, eso lo tengo claro. Lo demás lo baso todo en función de eso. Lo que dice la señorita Kana encaja con las palabras de Nick, y por eso creo que dice la verdad. Pero si te soy sincero, me siento como si todo el mundo viese cosas que yo no puedo ver. No sé de dónde sacan tanta información la mayoría, ni comprendo por qué no explican sus razonamientos. Dicen que "ese ha hecho esto" o que "aquel es inocente, yo lo sé", pero salvo unos pocos ninguno explica cómo ha averiguado todo eso. - Guardé silencio unos instantes, mientras me inclinaba por encima de la barra, buscando el mechero que me habían dejado antes para encender mi cigarrillo y aspiré el humo lentamente antes de seguir hablando. 

- Creo que Sharon es inocente, no es una certeza ni nada, sólo una sospecha. Y entonces, siguiendo los sueños de Kana y las vigilancias de Nick... Colette, la señora Cox, Sharon y tú sois inocentes. - Enumero, alzando un dedo con cada nombre. - El señor Cox, Niraj y Antonella eran culpables. También creo que Krista es inocente, pues sus palabras concuerdan con las de Nick. Así pues, estoy más o menos seguro de la inocencia de varios de los presentes: Nick, Tania, Kana, Colette, Sharon, Krista y tú mismo. - Me detuve de nuevo para volver a llenar mis pulmones lentamente con el humo y soltarlo despacio por la nariz. - Del resto, no sé nada, no puedo sospechar ni confirmar nada. Espero que la señorita Kana vuelva a soñar esta noche y que Nick vigile de nuevo y vea a alguien y todo eso nos ayude. Pero las palabras del detective y de Chloe me han dejado con la mosca detrás de la oreja, hermano. Ella defiende a Antonella y él al ministro, pero Nick dice que vio a ambos, ¿por qué ellos creen que son inocentes? No tengo la menor idea.

Suspiré, bastante frustrado con toda la situación, antes de encogerme de hombros. - No sé, Dean, yo sólo quería tocar el piano y pasarlo bien en la fiesta de Cassie. Y de repente mira en qué se ha convertido todo.

Edward miró a James y una sonrisa se dibujó en sus labios.

Ese es un punto interesante. Efectivamente creo que el Señor Ministro era inocente y lo curioso de todo este asunto es que eso, a ojos de muchos de los presentes, me hace culpable...

Una pequeña carcajada sale de su boca mientras aspira un cigarrillo y expulsa el humo.

Si de verdad fuese culpable no defendería al señor Ministro, me uniría a la mayoría y le culparía pero realmente estoy convencido de su inocencia. Dudé de él eso es evidente ya que su posición me pareció la más "cómoda" para ser un sin rostro. Pero luego la foto de aquella chica me hizo pensar y le vigilé atentamente después de aquello, incluso intenté que confesase quien era la mujer pero el no quiso, supongo que por respeto a su mujer y a su amante quizá. Que un hombre o una mujer tenga secretos no es suficiente para catalogarle de ser un sin rostro...

En cuanto a mi inocencia o culpabilidad como la de del resto de nosotros me temo que sólo se podrá comprobar si morimos y los crímenes continúan... Salvo que todos unamos nuestras fuerzas y compartamos nuestra información, dudas e inquietudes... Creo que eso es lo único que puede salvarnos...