Partida Rol por web

EL BLOQUE III

TUNEL HACIA EL BLOQUE.

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24/09/2014, 18:07
Samuel Lerman

Lerman no varió la expresión de su rostro ante los comentarios del mercenario, siempre dispuesto a regatear como si de un mercader de zoco se tratara.

-Enseñaré a uno. A ella o a ti. No elegiré yo. Decidid quién tiene más posibilidades de sobrevivir y de regresar llegado el caso. En cuanto a la puerta de la cabina, podéis arrancarla de sus goznes si con ello os sentís más tranquilos. Creo que hemos dejado claro que nos interesa un armisticio y el tiempo corre en nuestra contra. Ahorrad saliva y la necesidad de quedar por encima. No es la mejor forma de sacar adelante este barco. Puede que no tengamos idénticos intereses, pero vamos en la misma dirección -señaló con firmeza, ausente de toda emoción, la fría mirada fija en el panel de mando-. Nos ponemos en marcha.

Dicho aquello, comenzó a maniobrar la aeronave, poniendo rumbo a su destino. No iba a demorar más la salida. Si la pareja no tení aclaro lo que debían hacer, él sí lo tenía.

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24/09/2014, 22:53
Director

Notas de juego

Han pasado unos seis o siete minutos desde que Liss se fué al aseo.

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25/09/2014, 10:44
Paul "White" Dorsey

White se extrañó ante la respuesta de Lerman ¿dónde quedaba su discursito de hace unos minutos sobre lo de salvar a la gente y todo eso? No se lo creyó ni un por instante, pero era bueno confirmarlo.

Tampoco entendía sus reticencias, mientras más supieran, mejor, más posibilidades había de que regresaran. Hablaba de colaborar pero se negaba a hacerlo, era, cuanto menos, paradójico. Quizás fuera demasiado orgulloso, algo malo en su negocio, y era posible que White se hubiera equivocado en su percepción y fuera menos inteligente de lo que había aparentado en un principio. Mientras más datos tuviera sobre su personalidad, mejor.

Yo aprenderé.

Hizo un gesto a Isabella, moviendo la mano para quitarle importancia, sólo tenía que enseñarle luego a ella.

Quédate cerca de la puerta, la dejaré abierta y si puedo echar una mano rápida en caso de que suceda algo.

Se metió en la cabina y se sentó junto a Lerman, dispuesto a escuchar sus lecciones. 

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25/09/2014, 17:43
Samuel Lerman

Lerman dedidó una breve mirada al mercenario y asintió.

-El manejo es relativamente sencillo. La energía no será un problema. Diría que la nave podría mantenerse en vuelo de forma indefinida. Una isla en medio de la nada. Somos simples náufragos a la deriva -señaló-. Habrá que estar atento a cualquier obstáculo y evitarlo. Y puede que no estemos solos. Antes de que os rescatáramos -afirmó sin inflexión alguna, evitando cualquier interpretación a dicha afirmación- sufrimos un intento de asalto del cual logramos escapar gracias a la inversión de la gravedad. Un grupo armado a bordo de helicópteros de origen árabe. Si lo intentaron una vez, debemos esperar un segundo ataque aunque las circunstancias hayan cambiado dramáticamente. Siempre hay que pensar en la capacidad de recuperación del enemigo. Y ante la realidad presente, no puedo pensar en la presencia de amigos ahí fuera dispuestos a ayudar.

Se tomó un tiempo, el suficiente para que White absorbiera la información. A continuación procedió a enseñarle el manejo de los aparatos de vuelo de forma concreta y expeditiva, sin escatimar detalles. Algo que no llevó demasiado tiempo.

-Mi petición de un solo instruído -comentó repentinamente-, se debe a que en mi formación militar siempre tuve claro que la diversificación no conduce a nada. La torpeza en el aprendizaje por parte de uno contamina la capacidad del otro. Además, estoy convencido de que tendrás preguntas que hacer. Es la ocasión idónea si es el caso. Evidentemente, yo también tengo preguntas. Evitemos asuntos de índole personal. No responderé a nada de ese ámbito. Tampoco te las formularé. Hablo de un quid pro quo. Si no deseas responder tampoco preguntes. Si preguntas, deberás responder.

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26/09/2014, 10:15
Isabella Pars

Isabella abrió la boca para contestar que entrara White y punto. Primero porque era el que quería Lerman, segundo porque no podían estar discutíendolo durante todo el trayecto, y tercero, bien pensado, salir dos veces viva de ellí era demasiada esperanza para una joven que llevaba cinco años sin una poquita de buena suerte.

La cerró cuando escuchó al hombretón y se limitó a sentarse en un asiento cercano, mirando hacia la cabina. Se cruzó de brazos, mirando hacia ellos pero con esfuerzo, su mente tendía a dispersarse del todo, y era mal momento para perder la concentración.

Reprimió un bufido, cuando escuchó la parte de las preguntas, a ella se le ocurrían veinte mil, pero ninguna era constructiva ni realmente útil en la situación, eran más bien producto de la rabia que le provocaba la mierda de empresa que se había cruzado en su camino.

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26/09/2014, 18:52
Director

Estáis a lo vuestro cuando desde el grupo de civiles que estaban racionando tanto la comida de los equipajes de mano y la própia del avión cuando escucháis a una mujer gritar histérica.
¡¡Se hunde se hunde!!! la desesperación con que pronuncia aquellas palabras es tan profunda que desgarra.
Ayudadme, ayudadme!!
No véis que pasa por que el propio grupo de civiles os lo tapa, pero por la reacción de los demás, que instantaneamente parece apartarse, está claro qeu es algo malo. Muy malo.

Notas de juego

Diez minutos desde que Liss se fué al servicio.

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29/09/2014, 09:25
Paul "White" Dorsey

White no era ningún novato a la hora de volar, de hecho estaba bastante familiarizado con todo lo que Lerman le fue indicando. El avión era fácil de manejar, eficiente en su control y en la forma en la que se deslizaba por el aire de aquella manera tan fluida. Había que reconocer que estaba bien construido. De cuando en cuando, su mirada buscaba la de Isabella, para asegurarse de que todo iba correctamente.

Con respecto a sus motivos sobre la instrucción, el mercenario disentía, pero no dijo nada, puesto que ya había comprobado que era inútil razonar con él, así que se limitó a asentir, como si comprendiera, aunque en realidad no lo hiciera un absoluto.

La única pregunta que tengo es acerca de la seguridad del lugar a donde vamos, supongo que, dada la situación, dudo mucho que haya una secretaria a la que pedir cita con el tal Aaron.

Era importante conocer lo mejor posible a que se enfrentarían una vez en el "suelo", por llamarlo de alguna manera, porque aún no tenía del todo claro como podrían entrar en el edificio desde el avión. Claro que ese podría estar ubicado bajo tierra, lo que haría más factible esta incursión, una, en la que por otra parte, no tenían porque verse implicados, simplemente con encontrar el sitio cumplirían su parte de la colaboración.

Apenas tardó diez segundos en encontrarse junto a Isabella, mano en la pistola, sin desenfundarla, e intentando ver que es lo que cojones sucedía. No tenían ni un pequeño respiro. 

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29/09/2014, 11:16
Isabella Pars

Isabella se levantó en cuando empezaron los gritos, por pura inercia, como llevaba haciendo ya tanto tiempo. Era sorprendente que su corazón todavía se alterase y reaccionara, sin acostumbrarse cuando ya era su pan de cada día, sobre todo desde que todo se había jodido de nuevo.

No le había dado tiempo a enterarse de una mierda cuando comprobó que White ya estaba al lado suya, lo miró durante un par de segundos y enseguida empezó a andar hacia el lugar de los ruidos, aunque por estatura estaba segura de que él se enteraría de que iba la movida mucho antes que ella.

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29/09/2014, 13:53
Samuel Lerman

Negó con la cabeza.

-No es una pregunta para la que tenga respuesta. No sé a dónde vamos ni qué podremos encontrarnos allí. En ese sentido, estoy como vosotros. De modo que quizá sea la pregunta que haya que formular a la señora Liss. Además...

En ese momento los gritos reclamaron la atención de Lerman que vio cómo el mercenario reaccionaba de inmediato. Sus manos se mantuvieron firmes en los mandos y tan solo su voz se elevó.

-¿Qué está ocurriendo, White?

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29/09/2014, 13:59
Samuel Lerman
Sólo para el director

Lerman volvió la mirada hacia el capitán del avión y le hizo un gesto para que tomara los mandos. A continuación, el hombre de la mirada azul, entornó la puerta de la cabina de modo que impidiera la visión y la escucha de las palabras.

-Hágase cargo de los mandos, capitán. Mantenga el rumbo fijado. Es nuestra única posibilidad de salvarnos. Cerraré la puerta cuando salga. Oiga lo que oiga más allá, no abra hasta que yo se lo pida. ¿Entendido?

Dicho aquello, Lerman salió de la cabina cerrando tras de sí.
 

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29/09/2014, 14:05
Samuel Lerman

Lerman cerró la puerta de la cabina tras de sí. No parecía dispuesto a esperar a que el mercenario le respondiera, preveyendo quizá una crisis que exigiera de su presencia. A diferencia de White, no portaba arma alguna en sus manos. Sus ojso escudriñaron al frente, entre los viajeros, antes de avanzar por el pasillo en pos de aquellos gritos.

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29/09/2014, 22:28
Director

Los tres os dirigís corriendo hacia los gritos, apartáis a la gente con facilidad, de hecho la misma visión de lo que estuviese sucediendo ya había conseguido esa reacción.
Lo que véis es como un niño afroamericano se va hundiendo lenta y letalmente, en el suelo. Como si el suelo de metal se hubiesen convertido en arenas movedizas, aunque visualmente no muestra ningún canvio. Su madre está arrodillada delante de él, intentando sacarlo, pero sus manos lo atraviesan como si fuese un fantasma. En el suelo, un móvil L-Block última generación, en su pantalla aún se puede ver algún tipo de colorido juego.
La madre sigue gritando mientras el niño sigue hundiéndose, la mitad del ocho de su camiseta deportiva ya ha desaparecido, convirtiéndose en un pequeño cero. El chico mueve los manos hacia sus madres y, cuando el miedo le deja, pronuncia su nombre. Porque si algo tenéis claro es que sea lo que sea que le está sucediendo al chico no le es doloroso.
Al menos no aún.

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30/09/2014, 15:52
Samuel Lerman

Su mirada registró cuanto ocurría, analizando, decidiendo. La madre y su comprensible histeria ante aquello que no podía entender, la inmaterialidad que parecía afectar al niño, el juego en el móvil de última generación.

-No sé a qué puede deberse eso -dijo a la pareja-, pero si tuviera que achacarlo a algo sería a la máquina -señaló el móvil-. Si la destruimos, quizá el niño vuelva a recuperar su corporeidad, pero en ese caso lo dejaríamos fusionado al fuselaje del avión. No hay una solución fácil, al menos si obramos con precipitación. Entiendo que bajo nuestros pies se halla la bodega de carga, hacia la cual cae el muchacho. La única opción viable que veo -afirmó con notable frialdad- es destruir el móvil cuando el crío se halle a medio camino, cayendo en el aire de la bodega. Y eso presuponiendo que esté en lo cierto en mi juicio, cosa que dudo seriamente. Pero es un riesgo aceptable. Uno de nosotros debería acceder a la bodega, advertir de cuándo el niño ya ha cruzado el fuselaje y quien permanezca aquí debería destruir el móvil. En cualquier caso, el tercero de nosotros debería buscar a la señora Liss. Ella es quien más podría ayudarnos en este sentido. Si estáis de acuerdo, White, te pediría que llegaras a la bodega cuanto antes y a ti, que buscaras a la señora Liss. Yo me encargaré de destruir el móvil. Vosotros diréis si veis lógico o no mi análisis o si tenéis algo mejor que proponer.

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01/10/2014, 09:32
Paul "White" Dorsey

Y de nuevo parecía que Lerman se erigía como el salvador de todos. Era incoherente, y eso le preocupaba, porque a veces parecía que de verdad le importaba el resto de la gente del avión, pero otras no. Y eso White no lo entendía, y le preocupaba.

No es que el mercenario no le importara el chico, pero de nuevo aparecía ese interés por parte de Lerman en separarlo de Isabella, cualquiera puede ir a la bodega a dar ese aviso, no necesitaban que fuera la persona que probablemente podía oponerse al piloto con mayor posibilidad de éxito del avión.

Estoy de acuerdo en que destruir el teléfono es la mejor opción.

White también lo había pensado, pero no fiarse, y con esta gente que se había cargado a Mike era mejor ser un puto paranoico, lo había mantenido con vida más años de los que hubiera imaginado en sus difíciles comienzos.

llamó a una de las azafatas, él no conocía el avión, así que no sabía donde estaba exactamente la bodega de carga baja a la bodega y avísanos era más lógico, la azafata tardaría mucho menos en abrir las puertas y situarse en el punto donde más o menos debía aparecer el muchacho.

Iremos a buscar a Liss.

Eso podían hacerlo y tenía sentido, así que el mercenario buscó los ojos de Isabella para que confirmara que estaba de acuerdo con él y lo acompañara en busca de la mujer que lo había contratado. 

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01/10/2014, 12:47
Isabella Pars

Isabella iba todo lo rápido que podía hacia el nuevo desastre, masoca que es la muchacha, pero se quedó parada en seco cuando vio la grotesca situación, digna de las que provocaban los del bloque con sus gilipolleces. Se tapó la boca horrorizada... Dios mío, pobre niño.

Miró al único de los responsables que tenía delante, que ahora iba de super preocupado por todo y por todos, dando órdenes y suavizándolas en el último momento, como arreglándolo, ella no era nueva en eso, ya había tratado con un soldado entrenado por el bloque, iban de buenos porque no les quedaba más cojones, porque necesitaban ayuda o por ser minoría, no porque le importara o sintiesen lo más mínimo sobre lo que pasaba a su alrededor.

A mí no va a engañarme.

Asintió a White, enfadada por el sufrimiento del crío, -Vamos...- lo cogió de su camisa, por el brazo y empezó a tirar de él hacia el baño para que fuese a buena velocidad, el otro iba a seguir siendo un mueble para ella todo lo posible, ya demás veía más lógico darle más protagonismo en la situación a la histérica madre del niño o a personas allegadas, no ellos que no eran nadie en absoluto para el pequeño que estaría pasando los peores momentos de su vida.

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01/10/2014, 16:51
Samuel Lerman
Sólo para el director

Los vio alejarse en busca de la señora Liss y sólo entonces su rostro se rompió, la sardónica sonrisa cruzando su cara en una muestra de contenido desprecio. Había percibido el mudo mensaje corporal de White, su incomprensión ante lo que hacía y pedía, había escuchado sus palabras, torpe y vano esfuerzo por negarse a aceptar una petición que no una orden y había comprobado que aquella pareja sería una rémora, en su celo por no separarse. Vivían con miedo y encubrían su miedo con la suficiencia de quienes se creen superiores. 

La sonrisa se desvaneció y el frío rostro de Lerman regresó. El destino del niño le era indiferente, pero no así las causas de lo ocurrido ni la histeria de la madre. Dio dos pasos, tomó a la mujer de los hombros obligándola a mirarlo y le propinó una seca bofetada. El chasquido se impuso a cualquier otro sonido. Tras ello llegaron las palabras.

-Tranquilícese. La necesito calmada. Él la necesita calmada. Está asustado y necesita que su madre lo tranquilice, que le dé consuelo, que le diga que todo va a salir bien. Es su voz y no la de otro la que debe oír -la voz de Lerman era suave, cadenciosa, la de un hombre acostumbrado a emplear todos los recursos disponibles para obtener de los demás cuanto necesitaba. 

La histeria era una emoción contagiosa. Y peligrosa. Algo de lo que White no parecía haberse dado cuenta. La azafata era necesaria allí, por su conocimiento de cómo desenvolverse ante una crisis que exigiera calmar a la tripulación. Pero no era más que una estúpida masa de carne que demostraba que su entrepierna mandaba por encima de su cerebro. Se había implicado emocionalmente y aquello podría acarrear su perdición haciéndolo además poco fiable. 

-Los demás, siéntense. Dejen espacio libre y dejen que nos encarguemos de esto. Y que nadie toque ese móvil -ordenó acercándose al teléfono, listo para destruirlo en cualquier momento. Hizo un gesto a una segunda azafata para que se acercara-. Asegúrese de que ocupan sus plazas y sirva algo de bebida. Señora, venga aquí, que él la vea

Se sentía seguro como siempre que trabajaba por conquistar el orden. No miró a aquella pareja solo preocupada por sí misma y que miraba por encima del hombro a todos. Era muy consciente de que ella padecía el síndrome que afectaba a tantas víctimas y que consistía en asumir el rol de sus maltratadores. Y White se había visto infectado en un tiempo demasiado breve. En su mente era capaz de imaginar un escenario donde una azafata era incapaz de sacar el ruido necesario, de advertir de forma adecuada o de carecer de la fuerza necesaria para sujetar a aquel niño materializado en la nada si realmente ocurría. Reiría si una fractura o un mal golpe enturbiaban el estúpido rostro de aquel mercenario que se creía moralmente superior y poseedor de la verdad. Aquello era el fin del mundo y Lerman se sentía como una de los cuatro jinetes.

 

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01/10/2014, 18:30
Director

La mujer te mira con aire llorosos, sin entender, pero tu retórica ataca el lado más indefenso de su cerebro y consigues que actue en contra de sus instintos, haciendo aquello que le dices.
La azafata a su tiempo se calma y empieza a apartar a la gente, a mandarlos a sus asientos, con algo que casi se podría llamar empujones pero que, con la experiencia de alguien acostumbrada a tratar con gente nerviosa, llevan la forma de abrazos, de forma que casi parece que los esté ayudando a ellos y no al revés.
El ambiente se tranquiliza dentro de lo posible, el resultado és que el niño deja de hundirse, aunque su cuerpo sigue siendo etéreo, ya que las manos de su madre siguen sin poder hacer contacto con las del niño, atravesándolo.
Todo saldrá bien Evereth Consigue articular, más tranquila... y dicha tranquilidad parece que contagia al chico.
De alguna manera, les has convencido de que sabes lo que haces.

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02/10/2014, 09:05
Samuel Lerman
Sólo para el director

Lerman fue testigo de cómo la situación iba normalizándose en la medida de lo posible y a un tiempo se permitió el lujo de sorprenderse al comprobar que aquel niño había dejado de hundirse aunque su condición de inmaterial e inaprensible continuaba. ¿Era posible que la histeria y el miedo y no aquel pequeño aparato que reposaba en el suelo fueran los causantes de aquel peculiar estado material que afectaba al llamado Evereth?

La azul mirada de Lerman recorrió rostro por rostro los de los pasajeros, una mirada aséptica que trataba de descubrir más que de comunicar. Observó la esperanza, la necesidad de sentirse seguros, la necesidad de tener a alguien que velara por ellos... Nada de aquello era alimente importante a ojos de Samuel, pero era muy consciente de que mientras avanzaban hacia su destino era importante dar con una solución a aquel problema que quizá pudiera extenderse a otros. 

-Señora y señores, les pido un momento de silencio y ante todo, de calma. Sí, demasiadas cosas en poco tiempo y además difíciles cuando no imposibles de comprender. Pero les necesito. A todos ustedes. El miedo, la histeria son contagiosos y no nos benefician. Algunos de ustedes habrán sido testigos de que nuestro pequeño Evereth ha dejado de hundirse, algo que ha coincidido con el momento en que todos ustedes se han calmado un tanto. No pretendo entenderlo, simplemente ha ocurrido -su voz adquirió una tonalidad suave, acorde con aquello que pretendía suscitar-. Ahora quiero que me presten atención. Quiero que cierren los ojos y tomen aire profundamente. Por la nariz. Y expulsarlo por la boca. Y en su mente, una imagen relajante. Una playa paradisiaca, el mar acariciando sus pies mientras la brisa agita las palmeras. Respiren de nuevo. Suelten el aire. Sientan cómo la tensión va desapareciendo de sus hombros -se agachó un instante y miró a Evereth directamente a los ojos-. Tú también pequeño y si lo haces bien, luego te llevaré a la cabina y te enseñaré a pilotar esta nave, ¿de acuerdo? -se alzó no sin antes lanzar un guiño de complicidad, una complicidad que no sentía en absoluto-. Tomen aire una vez más y expúlsenlo suave y lentamente. 

Y mientras el pasaje respiraba, Lerman bajó la mirada hacia el móvil para comprobar qué imágenes proyectaba. 

Notas de juego

Gasto un bloque de cara a lograr que el pasaje se tranquilice. Y me gustaría saber qué juego hay en el móvil si es que Lerman podría llegar a conocerlo. 

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03/10/2014, 22:56
Director

La gente escucha tu tono de voz, tu confianza contagiosa y tu dominio de una situación que a ellos les sobrepasa.
Te hacen caso en todo lo posible, incluso Evereth... y su cuerpo empieza a emerger, muy lentamente, pero de manera constante.
La imagen del móvil mostraba un juego de un mono disfrazado como de indiana jones. En la pantalla ponía Game Over! y dibujado a modo de cartoon el monito aplastado por una enorme piedra. El efecto queda gracioso al estar todo pixelado.

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06/10/2014, 17:13
Samuel Lerman
Sólo para el director

La mirada resbaló sobre la pantalla del móvil. Lo que veía carecía de sentido para él y era incapaz de establecer algún tipo de conexión entre aquella máquina y lo que había ocurrido con el chiquillo. Lo que sin embargo sí lo tenía era que una vez derrotada la histeria, domeñado el miedo, el joven Evereth emergía como una Venus del Bloque de entre el fuselaje del avión.

-Lo están haciendo muy bien -su voz irradiaba seguridad. No en vano años de interrogatorios a prisioneros, de espionaje entre las filas enemigas le habían proporcionado la experiencia necesaria, las técnicas de control mental para engañar y para hacer creer a otros en aquello que podía interesarle-. Les voy a pedir un pequeño esfuerzo más. Miren por un instante a nuestro pequeño Evereth, nuestro joven héroe, emergiendo, volviendo a nosotros. Es nuestra paz, nuestra calma la que lo ayuda. Tómense de las manos, cierren los ojos una vez más, respiren profundamente siguiendo mi compás. Inspiración, expiración. Inspiración... Aguanten un poco. Expiren. Imaginen en su mente un lago de aguas tranquilas, bordeado de prados y bosques, en un día de sol y cielo azul, con la brisa acariciando su rostro. Tú también, Evereth. Lo estás haciendo muy bien. Inspiren. Expiren.

La atención de Lerman estaba centrada en el muchacho, listo para tenderle una mano si todo aquello tenía éxito.

Notas de juego

Nuevo bloque en intentar generar un clima de serenidad.