Partida Rol por web

Me pongo la armadura completa, todo, casco, chaleco antibalas y pantalones, y de paso le cojo las botas a alguno de ellos, que supongo que las mías estarán algo deterioradas después de que las hayan tiroteado. Me reviso de paso el pié y me hago un vendaje rápido con la camisa de algún cadáver.

Cojo tambien un cuchillo que me oculto entre la ropa y munición suficiente (tanto para la pistola como para el subfusil) como para ejecutar a todos los presos políticos de la China de Mao.

Finalmente, oculto los cadáveres y el resto de objetos en alguna esquina poco iluminada.

Mientras me quedo embobado mirando hacia los dormitorios, noto que algo me toca por detrás, me giro lentamente y observo tal dantesca y esperpentica escena... Santiago, mi compañero de sueño, puedo decir ya que mas que un compañero, un amigo... totalmente masacrado... Que cojones ha pasado, pienso...
Veo como se acerca Isabella, la observo, por un instante, dandole a entender que estoy bien, y acto seguido me giro y evitando mirar la no existencia de los miembros inferiores de Santiago, me acerco mas a el, y le cojo de la cabeza... No soy un puto mentiroso, no le puede decir que va a salir de ésta, porque es imposible!!!Pero necesito decirle una cosa...
- Lo siento mucho amigo. Siento mucho haberte arrastrado a la cocina conmigo, por mi puta cabezonería. MALDITO PUTO EDIFICIO DE LOS COJONES!!!!!, de repente Santiago se pone a gritar, tiene que estar delirando, aunque lo que dice es de alguien bastante cuerdo para su situación... está a punto de morir...
Sin embargo, de repente se calla... ha muerto... le cierro los ojos lentamente mientras me repito una y otra vez... Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento!!!!!
No puedo impedir que una pequeña lagrima recorra mi mejilla... Pero no le pienso defraudar! Saldré vivo de este puto infierno aunque para ello tenga que matar uno a uno a cada soldado de la organización!!! Y salvaré a todos los demás!!!.
Recojo su fusil y me lo echo a la espalda... En esos momento recuerdo la dichosa maleta del padre Alan, la que ha provocado toda esta situación...
- Vamos Isabella, vayamos a los dormitorios para ver que hay en la mochila..., sin embargo, en ese mismo instante se escuchan disparos, parece ser que de la trampilla...

Muerdo el labio inferior cuando Santiago se apoya en mi, parpadeando pesadamente, entristecida por lo que viene, por lo evidente. Escucho su dolor y su despedida, llorando como pocas veces en mi vida. ¿Por qué tiene que ser así? Uno detrás de otro, no parecen haber muchas más opciones.

Suspiro cuando Miguel se levanta, viendo entonces la escena que ha sucedido paralela, el cese de la canción, de la enfermera y Daniel. Esto no va a acabar, parece que sobrevivir sólo es la continuación de la agonía.

Sé que tengo que ir, luchar… pero… -No quiero dejarlo aquí….- Me cago en todo. Acaricio la cara del hombre inerte, una caricia cálida y rápida, levantando como un resorte la cabeza cuando empiezan los disparos, con, otra vez, la cara desencajada por la aprensión.

¡¡¡PUTA MIERDA!!!

Miro alrededor, incorporándome rápidamente, temblando, otra vez empieza todo sin que haya terminado lo anterior. ¡¡Joder…. Joder!!!.... de puta madre, ¡¡estoy desarmada!! La pistola se fue a tomar por culo en la explosión. Zarandeo los brazos, corriendo hacia Miguel –¡¡Dámelo!!!... El cacharro ese… ¡el puto fusil!- con un tinte histérico en la voz que no presagia nada bueno. No lo entiendo… no me cuadra…. Nosotros recibiendo de todos por todos lados… ellos no. Le grito al soldado –¡Joder! ¿Por qué cojones el bloque no les ataca a ellos?- ¡¡¡A tus puñeteros compañeros!!! Ojalá los reventaran. Coño.

Espero a que me dé alguien un arma, para encañonar hacia la puta puerta, rezando por qué André esté bien. Y que los pare. ¿Qué cojones estará pasando en esa habitación? Nada bueno, eso seguro.

El soldado avanza hacia Isabella y le alarga la mano, lejos de querer estrecharle la mano lo que le ofrece es la pistola que se le cayó. La culata de la misma hacia arriba, el soldado se la ofrece cogiéndola el por el cañón.

Sí nos atacan El soldado le indica a Liss, luego sus propios cortes y luego a la cocina, donde M Paz y otros se equiparon del cadaver de otro soldado.
Lo que pasa es que vamos mejor preparados, o eso nos hacen creer cuando nos ponen los chalecos con agua bendita en su interior y nos sueltan aquí. Este lugar solo quiere una cosa, más y más víctimas. Nuestros cuarteles están por debajo de la planta ocho y allí si estamos a salvo, hasta que nos envían a hacer las guardias aquí. Al infierno.

Mira a Miguel, No creo que sea momento de ponerse a mirar nada... deberíais ir a ver que sucede. Si me dais el arma sin munición puedo hacerlo yo mismo.

Un arma sin munición... ¿Le habrán registrado bien a este tipo? Igual conserva la munición y tan solo quiere un arma para recargarla y matarnos... Ahora solo nos queda él para salir de aquí ya que liss ha muerto

Mari paz anda perdida en sus meditaciones pese a haber escuchado los disparos pero decide acercarse a la habitación donde estaba el gran andré preguntándole en voz baja si se encuentra bien mientras llama suavemente a la puerta y se asoma lentamente para observar la situación.

¿André? ¿Como estas? ¿Que ocurre?

Iba a ceder a Isabella la pistola que logré coger del soldado del helicoptero hacer ya una eternidad... o por lo menos eso me parece ahora...
Sin embargo, se me adelanta el soldado... y acto seguido, el me pide una pistola descargada...
Acaba de devolver la pistola a Isabella... cuando podría habersela quedado perfectamente..., esta reflexion me hace pensar sobre la veracidad de su testimonio y de su palabras para sacarnos de este infierno y revelarse contra el resto de los soldados... Aunque ahora lo tengamos imposible al no poder contar con Liss.... Por ello, descargo la pistola, incluyendo la bala de la recamara, y le cedo la pistola si decir absolutamente nada...
Tiene razón el soldado, no es el momento de mirar en la mochila del padre Alan... por lo que cargo con ella, fusil en mano...Y me dirijo hacia donde está André y por tanto la trampilla...

André se asoma y sonríe mostrando orgulloso su recientemente adquirido uniforme militar y dice:

- Nada, tranquila.

Unos soldados querían conocerme y yo les dije que no podía ser ya que no habíamos sido debidamente presentado y uno es un chico honesto. Como insistieron yo tambien tuve que insistir, pero vaya, que ya no serán un problema.

Mari paz respira aliviada al escuchar la voz del gran andré. Se vuelve hacía sus compañeros y repasa los que quedan con vida: isabella, miguel, el soldado, andré y ella misma. Cada vez son menos, muchos menos...

Eh, andré, ¿Crees que el camino ese es seguro? Ahora que hemos perdido a liss no se que vamos a hacer pero salir de aquí me parece un plan excelente.

Me pongo tensa en cuanto el soldadito se me acerca. Seria. Y la expresión pasa a estupor cuando me tiende el arma. Mi arma, la que está cargada. Lo miro a los ojos mientras escucho lo que dice, cuadrándome (ahora sí) por qué no les pasa nada a ellos, cojo la pistola.… -Bi… bien.- Me niego a darle las gracias por nada a un tío que hace las cosas que él ha reconocido. Joder, aquí nunca pasa lo que te esperas…. ¡me la ha dado!

Increíble, un pequeño alivio, algo parecido a una tregua. Escuchar a André (que tío, como si nada) es una alegría. Su sangre fría me vendría bastante bien.

Suspiro mientras me froto los ojos con la mano libre y después, intentando no mirar a los fallecidos, me agacho a coger la linterna de Daniel. Él no la va necesitar más… y yo, por lo menos un rato, sí. Enfoco hacia las camas y cojo el forro polar que le presté a Abigail, parece que hace mil años de eso, guardando la pistola en el bolsillo del vaquero roto. Me lo voy poniendo mientras voy hacia la puerta de la habitación.

-Pues sí, Mari Paz, lo sería.- Estaría de puta madre salir, la verdad. -Sin el código ese… ¿Tenemos un plan alternativo para escapar de este sitio?- Me asomo por la puerta a la habitación, esperando ver cualquier cosa. Volviendo a sacar el arma, claro, mejor tenerla lista...

- No se, pregúntale al soldado.

Mari Paz ve a André con un casco militar, gafas blindadas, un subfusil, dos chalecos antibalas, uno puesto delante y otro puesto del revés, ya que al no poder cerrarlos le dejaban un hueco. También tiene unos pantalones de kevlar y botas militares. Parece una fortaleza andante.

El soldado os había escuchado hablar.

Si no salimos por esa trampilla dependemos de las escaleras, si nos sale bien puede ser muy rápido. Vamos abriendo puertas hasta llegar a la planta septima... pero no creo que vaya a ser tan facil.

El soldado se había acercado donde estaban Mari Paz y André. Este observa a tres soldados muertos en el suelo. Dos con disparos en la cara y cabeza y otro con el cuello aplastado.
Tras eso ve el tanque en que se ha convertido André.

Creo que he cambiado de bando en el momento oportuno. Bromea por primera vez el soldado,no parece que le altere o le moleste nada ver muerto a sus excompañeros. Si tu abres el paso hacia abajo y los demás vamos en una fila organizada, moviéndonos rápido podriamos conseguirlo. Tio el verte... me a devuelto la esperanza, quizá podamos, quizá podamos.

Mari paz observa la situación y a sus compañeros. Tras percatarse de que miguel ha vuelto con la maleta que fue a buscar se dirige hacía los compañeros que están en la salida y les dice:

Vayámonos de una vez de aquí

- Bien, tu solo indícame el camino a seguir.

Le dice André al soldado.

Escucho el plan del soldado, apretando los dientes para controlar los malditos nervios. Inspiro profundamente. Muy bien a jugársela otra vez, así hasta que llegué la última. Para bien o para mal.

Bien, ¿Cuál va a ser el orden de la fila?- resoplo, no parece que esté especialmente emocionada con la idea, pero claro, si no se puede hacer otra cosa…

El soldado piensa rápidamente.

Creo que será mejor que vaya yo delante. Y no no me hace ni puta gracia pero con André detrás creo que no debemos temer nada. Al menos nada que esté vivo. Yo iré delante abriendo las puertas y bueno, si están esperando y disparan creo que no me hecharéis a faltar, además de que como es normal no os fiaréis de mi, así me tendreis todos a tiro siempre. El orden sería yo primero, luego Miguel, Isabella, M Paz y cerrando la comitiva André.
Os mira una última vez, ya que voy a ir de escudo humano, ¿al menos me dejais que me ponga el chaleco antibalas que queda de los tres soldados que ha matado André?.

Observa la habitación por última vez, algo similar a coger aire antes de sumergerte durante más tiempo del que crees que vas a aguantar.

Y nos vamos. Ya.

- Por supuesto, todo tuyo.

En el caso de que no esquivases alguna bala ... ¿Qué debemos hacer para salir vivos de aquí?

Dice André mostrando su faceta de tipo práctico.