Partida Rol por web

Llegais al hospital sin encontrar una sola persona por el camino, habeis ido lo mas deprisa posible entre los cascotes de una ciudad tan silenciosa que asusta. Nisiquiera hay pajaros en el cielo, ni hormigas....

El edificio esta medio derrumbado pero no parece que sea muy peligroso entrar en el.

Por dentro se mantiene mas o menos en pie, las escaleras y la estructura, aunque hay muchas cosas por el suelo y cascotes por todos lados.

Avanzamos rápido hasta el hospital, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Por dentro, voy rezando porque la estructura esté allí y que todavía funcione.

Llegamos y el edificio aún está en pie, apenas destruido. Mis esperanzas renacen nuevamente.

Quizas adentro la destrucción sea leve, seguramente podremos hallar alguien que salve a mi chiquita.

Miro extrañada hacia los lados. Es raro que no haya gente intentando llegar al centro de salud. Después de semejante catástrofe sería lógico que el lugar estuviese saturado, pero aparentemente somos los únicos en el exterior. Una leve preocupación comienza a corroerme las entrañas... ¿Será posible que todos los demás... hayan muerto?

-¿No les resulta muy extraño que no nos hayamos cruzado con nadie... aún?

La estructura desmoronada, las calles vacías, la ausencia de insectos... Todo encaja.

- Sólo los elegidos tienen abierta la puerta de los cielos. No hay insectos, no hay animales... ellos no han sido elegidos pero... ¿De qué viviremos, Di_s? ¿Cuál será nuestro sustento en este paraíso que nos has otorgado?

Avanzo hacia el interior del hospital, ya convencido de que no habrá nadie.

- Sólo unos pocos serán los elegidos, Katerina, por algún motivo hemos sido... salvados. Sólo...

- Contente, Albert, cierra la boca. El señor te ha otorgado una misión difícil... Babilonia ha caído y los supervivientes, dispersos, viven todavía en conocimiento del pecado. Deberás conseguir que lo olviden, antes de comunicarles... la palabra.

- Avancemos... quizá haya algún médico... o fármacos para ayudar a tu hija.

Los nuevos fieles, los seguidores de Su palabra... ignorantes del regalo del cielo, ciegos a la verdad de su propia salvación. El dolor por no predicar su palabra, por no permitirme ser libre en mi fe, me llena por completo.

- Señor, perdóname. No niego tu nombre, pero lo temo. Los elegidos no saben quién son... no te conocen. Hacer entrar tu palabra en sus cabezas es un trabajo arduo, que debo realizar poco a poco. Perdóname, Di_s, si no grito tu nombre a los cuatro vientos, si no me permito llorar de alegría delante de estas gentes simples que no comprenderían... dales tiempo... dame tiempo... y perdóname, Señor.

La estructura semi desmoronada me impresiona, pero no tanto como la falta de gente, de animales, de insectos; pero no tanto como el cielo rojizo que nos vigila. Mi cabeza bulle de actividad, rechazado el sueño para siempre.

Atrás quedaron las tapas de los bolis, el trabajo basura, Cote de Pablo y las revistas para-militares israelís. Algo ha cambiado en el mundo y, en algún sitio, he leído al respecto...

- ...sólo unos pocos serán los elegidos, Katerina, por algún motivo hemos sido... salvados. Sólo...

Cayo abruptamente, tratando de ordenar mis ideas mientras avanzo hacia el interior del edificio. Hago un gesto a mis compañeros.

- Avancemos... quizá haya algún médico... o fármacos para ayudar a tu hija.

Por un momento, me detengo, mirando al cielo, y una lágrima recorre mi mejilla. Mi sonrisa ha desaparecido, mi euforia se ha extinguido. Camino como si llevara al hombro una cruz de cien kilos.

Ois unos pasos rapidos corriendo por el pasillo nada mas cruzais el portal. Asi, tras mucho tiempo sin ver a otro ser humano os la encontrais. Una mujer muy hermosa con una bata blanca donde podeis leer Doctora Judit Stavans.

Nada mas veros toma una camilla y ella misma la empuja para que pongas a la niña sobre ella.- ¿Que le ha pasado?.- dice sin preocuparse por mas. Sacando una linternita con la que mira la retina de la pequeña.- ¿Usted es su madre? ¿Como se a cortado la pierna?¿Cuanto tiempo hace que lleba este torniquete?¿Es alergica a algo?

La chica rubia entra y comenta.- Creo que fue aqui donde me trajeron cuando lo del coma etilico... ¿o fue para ponerme las tetas?.- pregunta a si misma.- En todo caso era un buen hospital.

Qué alivio! hay una doctora viva... El alma me vuelve al cuerpo al ver a esa mujer. Por fin Tasha tendrá una oportunidad.

Estoy por responderle a la doctora cuando la rubia del 3º piso interrumpe. ¡Qué poco sentido de la ubicación que tiene esta mujer! Ignorándola totalmente, contesto a la doctora lo que me ha preguntado.

-Doctora soy la madre. Su pierna quedó atrapada bajo los escombros del edificio dónde vivíamos cuando todo se vino abajo. Tuvimos que improvisar la amputación. No tengo muy en claro cuanto tiempo ha pasado desde entonces, pero al menos debe ser una media hora. Por favor, dígame, ¿podrá hacer algo por ella? No tiene alergias, pero hace poco estuvo en tratamiento por una mordedura de rata.

Mi voz refleja la ansiedad que siento en ese momento. Allí puede estar la salvación o la condena para mi hija. Señor, por favor, permite a esta doctora curar a mi hija.

- Hare lo que pueda pero soy la unica doctora del hospital, necesitare que me ayuden. Hay un quirofano que se a salvado de derrumbe, necesitare que sean mis enfermeras. Hay batas esterizadas en ese armario. Por favor ponganselas.- dice mientras toma el pulso a la pequeña.

Sin pensarlo dos veces, corro hacia los armarios y tomo las batas, una para cada uno de los presentes. Cuento con que mis vecinos, incluso la rubia, Amanda creo que se llame, ayudarán en lo que puedan.

Sin emitir palabra, me coloco la prenda y me quedo expectante, quiero que comencemos cuanto antes con la cura de mi niña, pero la doctora es quién dirá cuándo comenzar.

Guzmán se deshace gustoso de la niña. Le ha dejado manchas de sangre por todas partes.

Sangre viscosa y pegajosa, tiene un asqueroso regusto metálico en la boca.

- ¿Sabe que ha pasado? ¿Dónde están los demás pacientes?
¿Esto no debería de estar lleno de gente herida?

Mira alrededor, cada vez más nervioso.

- ¡Joder! ¿Somos los únicos a los que les importa que haya habido un terremoto?
¿Qué pasa? ¿Hoy había fútbol por la tele y no me he enterado o qué?

Las palabras de Guzmán me chocan y me hacen sentir un tanto avergonzada y furibunda.

-Discúlpame Guzmán por ser tan distraída. En este momento me importa tres carajos si el mundo se ha venido abajo. Si Tasha se salva, ya me ocuparé de averiguar que pasó en esta ciudad... pero si no llegara a pasar eso... ¿qué más da?- mi voz está furibunda. El enojo se trasluce en todos mis gestos. -Gracias por traer a mi hija. Ahora, si no vas a colaborar, por favor deja el camino libre.- Estoy siendo muy dura con él, pero la situación me ha vuelto bastante borde.

- No solo tienes el camino libre, tienes la puta ciudad enterita libre para ti.

(entre dientes)

- Jodidas homonas ... ¡Pues si tanto quieres a tu hija podrías donarle una de tus piernas!
Pero noooooo ... es no lo harás ¿Eh? ¡Hipócrita! ¡Egoista!

Se supone que escucho lo último que dices? para reaccionar en consecuencia :)

Mi reacción no se hace esperar.

-¡Hijo de puta!- una cachetada surca la cara del grandote. -¿Qué sabes tú acerca de lo que soy capaz de hacer por mi hija? ¡Hasta mi vida le daría!- el odio que siento en ese momento por él es evidente. -Pero ¿qué se puede esperar de una masa de músculos sin corazón? Jamás... vuelvas a insinuar lo que has dicho recién, jodido cabrón. O te arrancaré los ojos con mis manos- mi razón está totalmente nublada. El dolor por la pérdida de la pierna de Tasha y la angustia de no saber si vivirá me llevan a decir lo primero que se me viene a la cabeza. Las lágrimas vuelven a asomar a mis ojos pero con un gran ezfuerzo logro contenerlas.

Ok, pensé que todo iba dicho entre dientes XD