Partida Rol por web

El Bromista

Acto I - Bromas Pesadas

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18/08/2022, 02:07
DIRECTOR

En el pueblo de Lubrecht solo se oía el sonido metálico del dinero cambiando de manos, los gritos de aquellos que vendían la mejor cebada del siglo y el traqueteo de los aperos y carretas llevando, trayendo y cargando el grano.
Situado entre las colinas de Kurst y la densa frontera de árboles de hoja perenne que hace de frontera del país vecino de Kislev, Lubrecht es un pueblo medio aislado, con una única vía de entrada y salida a excepción de los caminos y senderos a través de los bosques que tan bien conoce Gustav, un cazador oriundo de allí al que se le apoda "el osero" llamado así por la muerte de su padre a manos de un oso del que ha jurado vengarse.

Pero no fue sino la recompensa lo que os ha llevado hasta allí, a ese pueblo de la frontera. El despacho del alcalde estaba mejor adornado que muchas oficinas estatales y una gruesa alfombra cubría la zona donde estaba situada su mesa. Su barba recortada y buen porte le hacía parecer de buena familia. Seguramente un primo lejano del Conde Eléctor de Ostland o de algún noble acaudalado. 

Desde su sillón os miró a los tres, con los dedos apoyados sobre los de su otra mano, mientras sopesaba las posibilidades.

Alcalde -¿Entonces...- Comenzó a decir sin cambiar su actitud dudosa hacia vosotros. -...creeis que podéis atrapar a este individuo?.- Las dudas estaban patentes según os miraba de arriba a abajo a cada uno de vosotros. -Gustav es quién mejor conoce estos bosques, y solo ha encontrado algunas trampas de carácter mortal, pero ninguna pista de quien las ha podido estar poniendo.- Dijo mientras incluía al hombre que estaba de pie, cerca de la mesa del alcalde con un arco de caza y ropas pardas, mirándoos fijamente. -¿Alguna sugerencia?.  

Estaba claro que no os veía competentes para el trabajo, y vosotros no podíais por menos el preguntaros que demonios le pasaba a este tipo para no atrapar a un bromista, ¿acaso le agrió la leche del desayuno con un susto a su vaca?. 

Notas de juego

Podéis comenzar.

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18/08/2022, 02:37
Director

Notas de juego

Lo que sabes tu personaje:

Hace unas semanas que parece ser alguien viene haciendo judiadas a las gentes del pueblo. Pone trampas, pero no trampas cualquiera, sino trampas mortales. Agujeros con estacas, troncos afilados que se deslizan desde la altura cayendo sobre la cabeza de quien la activa, cepos...

De momento solo ha matado una vaca (invéntate como lo hizo) y a otro del pueblo casi le pilla un lazo que con un contrapeso de una roca gigante lo hubiera lanzado contra una pared de roca afilada causándole la muerte. 

Por mas que has buscado no se han encontrado huellas pero si que se encuentran mensaje grabados en los árboles con cuchillo del tipo: "Estás muerto" o "así aprenderás". Por eso se le ha empezado a llamar "el bromista", pero debido a la estupenda cosecha de cebada y la cantidad ingente de gente de fuera se teme que algún desgraciado quiera acaparar todo el mercado metiendo miedo a los compradores, que sea un ajuste de cuentas entre dos comerciantes, o algún envidioso de un pueblo vecino que quiera quitar el protagonismo a Lubrecht.

Todas las hipótesis se han barajado. Has encontrado dos trampas en el camino y otras dos en medio del bosque.

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18/08/2022, 04:35
Gustav

Mi rostro permanece impasible mientras observo a los tres tipos sentados delante del alcalde. No los conozco de ningún lado así que han de ser todos viajeros de algún otro lugar, a saber cual. El buen alcalde organizó la reunión para conseguir gente dispuesta para atrapar al "Bromista" aunque yo ya he estado siguiéndole la pista por semanas.

"Si yo no he podido encontrar nada que sirva para identificarle, no sé hasta donde podrán ayudar estos tipos... Sobre todo ese."

Pienso mientras miro a un anciano con pésimo aspecto. Los otros dos me parecen tipos normales, uno parece más entrenado en combate que el otro pero ambos parecen curtidos en cierta forma.

Intento disimular después de que se me arranca un suspiro pues en el fondo tampoco soy realmente un experto. Soy probablemente el mejor cazador del pueblo pero eso no es precisamente la mejor referencia pues no he salido de este en toda mi vida y el resto de los colegas no son precisamente maestros del arte.

"La verdad es que cualquier tipo con alguna habilidad medio decente sea un gran aporte para los que estamos acá."

Pero son fechas importantes y no podemos permitir que alguien salga herido o muerto por lo que sea que motive a ese enfermo. Debemos encontrarlo y ponerle fin a esto de una vez por todas. Si nos llenamos los bolsillos en el proceso, mejor que mejor, por lo que permanezco en silencio esperando que alguno de los nuevos demuestre merecer la recompensa que está acá para obtener.

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18/08/2022, 11:45
Ándor

Desde la última aventura, la vida de Kurt y mía había cambiado bastante. De salir vivos de milagro de aquel maldito torreón a salir igualmente vivos de milagro de cada pueblo donde intentamos cambiar las monedas conseguidas en él. Aún repiqueteaban en la bolsa mientras encontrábamos a quien fuera lo suficientemente temerario como para aceptarlas. Eso o encontrar a algún culto oscuro que las quisiera como reliquias a las que adorar.

Miré a Kurt mientras el alcalde dudaba de nuestras aptitudes y el cazador nos miraba con suficiencia desde su posición cerca de él. El chico al final había resultado no estar poseído por ningún ente maligno o al menos había estado latente desde que salimos de la isla. De todas formas había creado una especie de confianza ligera hacia él. Además, la mitad de lo que valían aquellas monedas era suya, así que...

No es por parecer aquí que somos los mejores, pero si conocieras de donde venimos sabrías que somos capaces de solucionar esto si disponemos de los medios y la información.

Señalé al viejo

A él no le conozco, pero Kurt y yo salimos indemnes de un encontronazo con entes malignos y yo antes de conocerle participé en la destrucción de una criatura traída del Averno en el Salz. Creo que estamos más que capacitados para encargarnos de un mequetrefe que se esconde en los bosques.

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19/08/2022, 01:52
Kurt Boehm

   Kurt no se encontraba a gusto en aquella habitación. Acostumbrado a vivir en tiendas de campaña o ruidosos barracones cuartelarios toda esa suntuosidad que se desplegaba ante sus ojos le hacía sentir incómodo y fuera de lugar. Además, las miradas que les dedicaba el alcalde no ayudaban a mejorar la situación.
   Tampoco es que pudiera culpar al pomposo hombre. Llevaban semanas transitando por senderos y caminos polvorientos, para poner distancia entre ellos y las patrullas de los Vigilantes de Caminos, y el aspecto que presentaban era más el de unos zarrapastrosos que el de unos avezados cazarrecompensas.
    Y luego estaba el viejo. Tenía un aspecto aún más lastimoso que ellos y no se le veía en muy buenas condiciones físicas como para ir persiguiendo a nadie por ahí. Pero solo ellos tres se habían presentado para el trabajo y eso dejaba al alcalde con no muchas opciones.

   Había un último hombre en la habitación al que el alcalde presentó como Gustav, un cazador local que ya estaba tras la pista del misterioso individuo al que los habitantes de Lubrecht habían empezado a llamar el "Bromista".
   - Estará bien contar con alguien que conozca el lugar. Y, si como dice el alcalde es el mejor cazador del pueblo será un buen rastreador y sabrá desenvolverse ahí fuera. Sin duda mejor que yo. - pensó Kurt recordando lo mal que se las había apañado durante su atropellado viaje.
   Kurt devolvió la mirada a su camarada y dejó que él hiciera las presentaciones. Mientras Ándor hablaba volvió a echarle un vistazo al alcalde; el hombre, con sus aires y mirada altiva, le caía cada vez peor. 
   - Quizás podamos empezar por hablar con el vecino que sobrevivió y luego deberíamos de echar un vistazo a esas trampas. Gustav ¿Qué podéis decirnos de ellas? - 

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19/08/2022, 06:57
Cenizo

Cabizbajo chepudo, lleno de trapos sucios y otros limpios, con un montón de objetos que no encajan entre sí. Se ve a simple vista que este viejo senil no ha tenido suerte en su vida. Todo lo suyo lo consiguió con su esfuerzo y es lo único que aplica, aunque no va más allá de su supervivencia. Los años que muestra en su arrugado rostro le dan la razón. Solo, sin nadie a quien amar ni un hogar donde volver, uno no podría sobrevivir ante las adversidades de esta época.

Esta vez, el destino quiso que se encontrara en las cercanías de Lubrecht, aprovechándose de aquéllos que no le conocían. Un osamentero que tirando de su carro se ha recorrido todo el Imperio, soportando bandidos y niñatos, entre burlas y agravios. Inmune de tanto repetirse, disfruta cuando otros pasan por lo mismo. Su oficio principal consistía en cambiar sus baratijas por dinero u otros objetos que facilitarían sus posteriores estafas. Luego, algunos robos y mañerías, pedidos extraoficiales, favores de los bajos suburbios y posterior chantaje. Se las apañaba bien y estaba contento. Un vejestorio inquebrantable.

—Oh... ah... —le sorprendía ver tanto lujo en un solo lugar. Eran piezas no solo lujosas, también antiguas, lo que sumaba su valor. Los bobalicones daban valor a objetos decorativos y el viejo se aprovechaba en el trueque—. Jijijijijiji. Mucho valor, sí señor, es una casa con mucho valor. Jijiji, ¿vende algo?, ¿compra algo?, o mejor hablamos del bromista... —El señor de aspecto aristocrático se centró en el cometido y fue directo al grano.

Escuchó los detalles del tal bromista y lo que estaba haciendo en los bosques. Cenizo estaba acostumbrado a los bromistas, puesto que él solía ser víctima de muchos, sin embargo suele aprovecharse de ellas. Su mismo nombre, adoptado como propio con mucho gusto, le fue otorgado por las burlas. El señor viril con el arco en su espalda debía ser Gustav, a los demás no les conocía.

—¿Trampas? ¿Mortales? y... y... ¿A quién está cazando ese bromista? ¿Es humano? —Miró al hombre con el arco. Si él era el cazador, no tenía sentido que el bromista cazara algo, a menos que hubiese más de un cazador en ese pequeño pueblo—. ¿Usted es humano, cazador? —le preguntó a Gustav. Su aspecto invitaba a otra raza de más gentileza. No tenía vergüenza en preguntar la procedencia de los demás. Tampoco era significativo, pero quería saberlo.

Los otros dos comentaban sus historias y Cenizo les observó con desconfianza. Le pareció los típicos cazafortunas que se inventan cualquier cosa para conseguir el siguiente tesoro. A estos jóvenes los tenía calados, él era el rey de los engaños. Dio golpecitos con su bastón sobre la gruesa alfombra antes de hablar.

—¡Ja! Menudas historias de fantasía os traéis, jóvenes greñudos. Jijijiji. No hay quien se lo crea —les replicó entre risitas agudas y estriadas. Tosió de la risa, llenando la habitación de ruidos entre otros olores desagradables de la edad—. Yo he vivido más que ustedes, sé dónde se mueven los delincuentes, que es lo que es ese bromista. ¿No? ¡Ja! Claro que sí —Volvió a toser—. Daremos con él enseguida, hay que usar los ooojoooos. —Con su dedo arrastró el párpado inferior, mostrando los nervios rojos de su ojo redondeado, lo que le daba un aspecto más achacoso.

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19/08/2022, 11:19
Alcalde

El alcalde puso los ojos en blanco cuando el osamentero comenzó a delirar...

-Pueden usar lo que quieran,- dijo con voz cansina -pero no se les ocurra increpar o malmeterse con uno de los comerciantes que vienen al pueblo. Por lo demás pueden hacer lo que les plazca y si quieren campar a sus anchar por el pueblo pueden hacerlo.- En un segundo el alcalde se levantó despachándoos con la mano que presentaba un gran anillo con un pedrusco rojo que brillaba con los destellos del sol que atravesaba la ventana invitándoos a salir. -Por desgracia tengo cosas que hacer que requieren mi atención. Gustav estará encantado de guiarles. Adiós.-

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20/08/2022, 20:35
Ándor

Al marcharse el alcalde, me levanté dispuesto a empezar a buscar al bromista ese. No esperaba demasiados problemas ya que todo parecía obra de un demente y sería fácil de atrapar.

Aqui el amigo Kurt tiene razón. Deberíamos a ver a algún superviviente y poder ver alguna de las trampas. Para ver si son muy elaboradas o más bien chapuceras.

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21/08/2022, 18:15
Gustav

La reunión transcurre sin que ninguno de los individuos recibidos por el Alcalde  se  presente, por lo que a excepción del cual llaman "Kurt", no tengo como referirme a ellos de forma apropiada. No soy un hombre educado pero me hierve la sangre cuando me llaman "osero", tanto por lo burlesco del apodo como porque tengo un nombre.

Uno de ellos, que tiene aspecto de matón no muy militar, habla haciendo alusión a unas gestas de las que no creo ni una sola palabra. Entrecierro los ojos cuando dice haberse enfrentado a esos terrores.

"Seguro que si ve de frente a esos entes que menciona se caga en los pantalones. Todos son el puto Sigmar cuando hablan de lo que han hecho."

El extraño anciano pregunta por mi raza, lo que me parece muy extraño pues no creo tener aspecto de enano o elfo. Le respondo seco:

 - "Humano como cualquiera, anciano."

Luego me giro al tal Kurt, que me pregunta acerca de las trampas, igual que el anciano, por lo que les respondo a ambos:

 - "Todas son trampas hechas con materiales que principalmente se pueden encontrar en el bosque pero definitivamente no esperaba que sus víctimas salieran vivas de ellas: Fosos con estacas, enormes rocas deslizantes, troncos con púas directo a la cabeza. Luego se encuentran mensajes burlescos en las escenas. Nadie ha muerto todavía pero es cosa de tiempo."

Pero el Alcalde no está dispuesto a continuar con la reunión, por lo que nos despacha rápidamente y debemos abandonar su despacho para continuar con nuestra conversación en el exterior. Una vez ahí, el otro joven habla al grupo, por lo que le respondo:

 - "Puedo guiarlos a donde las encontramos pero puedo asegurarles que el que las hizo, tenía conocimientos para ello. Sin usar muchas cosas, pudo armas grandes amenazas para cualquiera."

Pienso en el que sobrevivió a la roca y supongo que podría llevarlos a entrevistarlo una vez más pues yo tampoco le pregunté mucho, concentrándome más en recorrer y buscar en la intemperie que en recabar su testimonio.

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22/08/2022, 02:17
Cenizo

El grandullón respondió a la pregunta y le miró dudoso. El señor realmente tenía un aspecto heroico, como de elfo, pero también como de gigante. Se preguntó si estaba viendo con sus propios ojos un verdadero heredero de Sigmar y no un humano cualquiera, como los otros cuatro. Tenía cierto sentido que un heredero del dios más poderoso se dedicase a la caza en los bosques.

—¡Aah! Un humano como otros —carraspeó, mirando a los otros con la misma mirada incierta—, entonces me fiaré de ti y de ti y de ti. Jijijiji —Una risita afinada que escondía sus secretos.

El fortachón anunció lo que sucedía en los bosques y el anciano le atendió curioso. Iban a atrapar a un gamberro a cambio de una fortuna, era un trato muy bien pagado, una ganga. Pensó en que podría considerar a Lubrecht como su nueva residencia una buena temporada, hasta que los negocios dejasen de ser tan generosos. Rumbo al pueblo, investigaría sobre precios y trueques y tomaría su decisión.

 

Despachados con prisa, una vez fuera se abrió una conversación para ver dónde irían primero. La investigación para atrapar al bromista acababa de empezar. Les miró con el entrecejo fruncido antes de dirigirse a ellos.

—Necesito que el pueblo me conozca por mi nombre, llamadme Cenizo —les dijo con voz cortante—. Ese bromista, ¿no necesita materiales?, ¿fabrica sus bromas él mismo? Seguro que alguien le vende todo eso, alguien ambulante o ilegítimo —Para él, sus palabras tenían mucho sentido—. Me gustaría comprobar alguna de sus trampas.

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22/08/2022, 17:33
Kurt Boehm

   Mientras el anciano hacía su excéntrica intervención, Kurt no pudo evitar pensar si aquel hombre no estaría mejor en algún asilo shallyano en espera de que le llegara la hora de entrar en los jardines de Morr. 

   Dejó pasar tales pensamientos y centró su atención en lo que les contaba Gustav sobre las trampas pero apenas era posible obviar la presencia del vejestorio que no daba tregua con sus tosidos y risitas. Y eso por no hablar del olor que el anciano desprendía.

   Gracias a Ranald tuvieron la suerte de que el alcalde pusiera fin a la reunión. Kurt se despidió con una ligera inclinación de cabeza y salió de la estancia tras Ándor soltando un suspiro de alivio. Ya tenían un par de hilos por donde empezar a tirar así que lo mejor era ponerse a la faena. 

   Una vez fuera del despacho, Gustav se ofreció a mostrarles las trampas. Kurt quiso preguntarle por el nombre del paisano superviviente pero justo en ese momento el vejete tuvo a bien presentarse.

   Cenizo dijo llamarse, usando un tono bastante hosco en comparación a su anterior comportamiento, y se mostró muy interesado en que se lo conociera por el pueblo. Además, no parecía haberse enterado mucho de lo hablado en el pasillo pues propuso ir a echar un vistazo a las trampas.   - ¿La sordera también forma parte de la colección de achaques de este hombre? -  Se preguntó el nordlandes mientras intercambiaba miradas con Ándor. 

   Cuando el viejo terminó con sus preguntas, Kurt intervino. - El vecino que sobrevivió a la broma, ¿vive muy lejos de donde vamos? De camino podemos parar a hablar con él y también deberíamos hablar con el dueño de la vaca. No descartemos que alguien esté cobrándose viejas rencillas y las disfrace de chuflas. - 

   Era hora de dar una vuelta por el ajetreado y pintoresco pueblo de Lubrecht.

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24/08/2022, 21:56
Gustav
Sólo para el director

¿Director, conozco al sobreviviente de la trampa? ¿Nombre, ocupación y donde vive?

Lo mismo del dueño de la vaca, igual xD.

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25/08/2022, 07:29
Director

Notas de juego

Este es el pueblo de Laubrecht. Debido a que es fronterizo con Kislev tiene una muralla de madera con base de piedra (unos dos metros de piedra más 1 metro y algo de madera en la parte alta). Las trampas se han detectado a la izquierda del pueblo, entre los árboles del bosque que casi rodea al pueblo.

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25/08/2022, 07:32
Director

Notas de juego

Y esta es la posición del pueblo (en la parte central de la imagen) respecto a Kislev y los pueblos de alrrededor.

Como ya mencioné, las trampas han sido colocadas en el bosque y prados (de ahí la vaca muerta de Borför el granjero) de momento no ha atacado a comerciantes de caminos... pero el alcalde teme que en algún momento vea un botín suculento y aproveche la oportunidad.

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26/08/2022, 01:21
Director

Notas de juego

¿Director, conozco al sobreviviente de la trampa? ¿Nombre, ocupación y donde vive?

Lo mismo del dueño de la vaca, igual xD.

Por supuesto, eres del pueblo asique eres libre de inventarte nombre, oficios y lo que quieras. Adelante, imaginación.

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27/08/2022, 00:34
Gustav

El anciano se presenta como Cenizo, lo que me parece más un sobrenombre despectivo que un nombre real, pero no me opondré a llamarlo de aquella informal manera si esa es su voluntad y, supongo que como es esa la denominación propia que nos enseña, eso es lo que desea.

Respondo a sus palabras, entendiendo que considera el abastecimiento del Bromista comom su punto débil para ser ubicado:

 - "Muchas de sus trampas las fabrica con cosas de los bosques, como piedras y troncos, pero sí he encontrado un par de cepos, que debe haber conseguido de un comerciante."

Luego Kurt pregunta por el vecino que logró sobrevivir a una de las trampas, a lo que le contesto:

 - "Sí, se llama Wilhem y es un curtidor del pueblo, que vive cerca de la muralla occidental, que nos queda de camino hacia el bosque. Por poco se salvó de un lazo unido a un contrapeso con una piedra enorme que lo habría lanzado contra un muro de piedras afiladas."

Pienso en el dueño de la vaca y le respondo igual:

 - "La vaca murió por un enorme tronco suspendido en la altura y asegurado con una vara. La vaca probablemente pasó a llevar la vara y el tronco le reventó la cabeza. Su dueño es un granjero local que saca a sus animales por los campos antes del bosque. Su nombre es Borför y vive en el campo, más allá de las murallas."

Comienzo a caminar en dirección a la muralla occidental, para así poder salir de la ciudad misma después de pasar a hablar con el curtidor, por si sabe algo que nos pueda ayudar.

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28/08/2022, 00:40
Ándor

Caminaba junto a ellos escuchando las explicaciones de Gustav sobre la tipo logía de las "bromas" que preparaba nuestro bromista. No estaba seguro de las intenciones del tipo ese, pero las trampas no parecían ir dirigidas a nadie en concreto, sino al primer despistado que pasara por allí.

Me preguntaba si preveía que no afectaría solo a personas, sino que también el ganado podría ser víctima de la trampa.

Una pregunta. ¿Parece que hubiera escogido a sus víctimas deliberadamente? Me refiero si las trampas llevaban tiempo preparadas o se ven recién preparadas. A lo mejor estamos ante un asunto de simple ajuste de cuentas entre vecinos. ¿Alguna relacion entre Wilhem y el granjero?

No sería de extrñar que alguna rencilla pasada, grande o pequeña, qué mas daba pudiera ser el origen de aquellos episodios de trampas en los bosques. Quizás fuera más simple que un alborotador azaroso.

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28/08/2022, 03:18
Cenizo

El anciano Cenizo paseaba junto a los jóvenes en camino hacia el primer testigo. A pesar de su vejez, cargar con sus utensilios y apoyarse con un bastón macizo, no se quedaba atrás, mantenía el mismo ritmo que los otros tres, dándole un aire de viejo enérgico. Hablaban sobre las bromas y teorizaban sobre los verdaderos motivos que había detrás.

—¿Vaca? ¿Aplastada? ¿Por qué querría cargarse una vaca? ¿Y el otro señor? —preguntó, confuso, puede que no entendía nada o que tuviera los oídos taponados de tanto pelo, o atrofiados por la vejez—. ¡Ya no sabéis divertiros! Antes era diferente... ¡Las bromas se hacían cara a cara! Con cuchillo en mano, sí señor. Cortar una oreja, arrancar un dedo a mordiscos, nada de esconderse. ¡Eso sí que eran bromas! —Miró al greñudo y asintió, dando validez a sus palabras—. ¡Desde luego que sí! Debe ser un ajuste o un pirado... ya verás.

Cenizo partía de cero en esta investigación, necesitaba de pruebas y testimonios si quería sacar algo en claro, aunque de un principio sospechaba que el bromista no actuaba solo. Su carroza se encontraba en las puertas de la ciudad, resguardada en el estacionamiento, había suficiente espacio para montarles a todos si tenían que abandonar la ciudad.

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29/08/2022, 03:40
Kurt Boehm

   - Más muros con pinchos, que bien…- dijo Kurt mirando a Ándor y recordando la diabólica trampa en la que cayeron en aquel maldito torreón. La herida recibida por Kurt, que había cerrado mal y dejado una fea cicatriz, palpitó dolorosamente. 

   El joven se frotó la cicatriz por encima del pantalón y prestó oídos a Gustav para alejar los recuerdos de aquel funesto día. 

   Por lo que contaba el cazador aquel bromista era alguien muy afanoso y no carente de habilidad y de un ingenio retorcido. 

   - Gustav, ¿había restos de pisadas de algún animal de tiro cerca de las trampas? Si el Bromista se las apañó él solo para levantar rocas o suspender troncos tiene que ser un tipo muy fuerte. -

  Mientras cruzaban Lubrecht las ideas, propias y las que expresaban los demás, se arremolinaban en la mente del muchacho.

   El solo era un soldado entrenado para cumplir órdenes; "no penséis" no se cansaban de repetir los instructores. Así que todo esto de recopilar pistas y teorizar le turbaba. 

   Pero ahora no estaba con su unidad. No había nadie que diera las órdenes así que tendría que pensar por sí mismo, confiar en sus habilidades y como había dicho Cenizo tener los ojos bien abiertos. 

   Kurt miró al anciano mientras contaba su particular sentido de lo que era una broma. El talante loco del viejo hombrecillo, que hasta ahora le había dado algo de grima, consiguió arrancar una carcajada al atribulado muchacho. 

   Más animado observó a las buenas gentes de Lubrecht que iban de aquí para allá dedicados a sus asuntos. En un momento dado se cruzaron con un grupo de muchachas. Kurt se fijó en una de ellas, una beldad de largos cabellos oscuros y ojos pardos, y le dedicó una sonrisa pero la chica no pareció darse cuenta, entretenida como estaba con sus amigas. 

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02/09/2022, 08:49
DIRECTOR

Mientras caminabais hacia el taller de wilhem, contemplabais el bullicio que un pueblo, escondido en la frondosa frontera, era capaz de tener. Las tierras de cultivo al norte y oeste habían tenido cosecha excepcional, y los cerveceros de todos los rincones de Ostland, Nordland y Reikland deseaban su parte. Por supuesto los habitantes de Lubrecht demostraron no ser tan tontos como pensaban y aprovechaban cada ocasión. Por aquí y por allí se oían las voces vendiendo enseres de cocina para las señoras y aquellos que gustaban de comer bien durante sus viajes. Cucharas, cucharones, cuencos, y morteros daban paso luego al ruido del metal y su cacharrería. Rayadores, tazas, pinchos para la carne y embudos de chapa llamaban la atención a golpes contra las ollas y canecos  que vendian los caldereros; "¡su estómago notará la diferencia!." Gritaba uno mientras golpeaba suavemente un pequeño caldero de cobre con sus nudillos.
Pero no solo aquellos que vendían menaje se aprovechaban de la ocasión. Aquellos que poseían mas tierras vendían los productos sobrantes de sus huertos y cultivos, los peleteros hacían trueques con los curtidores y estos ultimos arreglaban los arreos de tiro, rotos durante los viajes, o unos nuevos a quienes pudieran pagarlo. Desde Nordland venían a vender su cañamo y cuerdas, famosas por aguantar los rigores de los mares mas embravecidos y lo que antes eran establos y cuadras se habían convertido, con algunas tablas grandes apoyadas sobre barriles a modo de barra, en tabernas y posadas que albergaban a todos los viajeros vendiendo en cada rincón su excepcional cerveza bendecida por el mismísimo Sigmar. Aunque de ser así, se necesitaría toda la extensión de Bretonia solo para campos de cebada.
Y así pasábais entre mercaderes y labradores, mozuelas que lucían prendas adornadas con margaritas y lavanda sus bustos apretados como reclamo para maridos que las sacaran de aquél pueblo en busca de una vida mejor, moviendo gracilmente sus faldas dejando entrever pantorrillas y dejando lo demas a la imaginación de los jovenes guardaespaldas como Kurt, que no perdían detalle como si de perros perdigueros en busca de presas se tratase.
Wilhem estaba en su taller, con ambas puertas de roble abiertas, dando vueltas a un palo ennegrecido mientras cocía pieles. Al ver acercarse a Gustav, le saludó con un gesto de su cabeza.

Notas de juego

Perdonad el retraso.