Partida Rol por web

En el campamento, se os ha ordenado la búsqueda de un santuario druida en los alpes, del que se tienen rumores en el que los bandidos galos planean sus ataques. Estáis explorando el terreno. Todo está envuelto en el silencio, mientras el frío viento no tiene piedad con vosotros. Las llanuras y los bosques se alternan formando un extraño paisaje.

El capitán púnico, el líder que os comanda, se dirige hacia vosotros:

- Bien, señores, yo soy vuestro capitán en esto. Se me ha ordenado que os acompañe y os sirva de guía ante lo que pueda pasar. Y ahora, vamos a buscar ese santuario de druidas. Estad atentos, yo no me fiaría de esos brujos, y probablemente no esten solos...

Bueno, pues pillo mis armas, mi petate (manta, comida, cantimplora, yesca) y me pongo en marcha.

un puñado de druidad no podran contra el acero de cartago!!

cojo mis posesiones, algo de abrigo por si hace mas frio y me dispongo a seguir a mi capitan despues de afilar las últimas flechas... tenemos alguna información sobre el santuario? o de los peligros que nos pueden acechar en el camino?

El capitán mira a Amílcar y le responde con cierta tranquilidad:
- Puede que un pequeño grupo de bandidos proteja a los druidas, pero no me han confirmado nada. Ese puede que sea el único de los peligros al que nos tengamos que enfrentar. En cuanto al santuario, está escondido en pequeño bosque, no se me ha dicho nada más... ¡venga, avancemos, seguidme, soldados de Cartago! ¡Estad atentos a los arbustos y demás! ¡En formación dispersa, así si nos atacan no seremos presa fácil!

Maharbal ansía combatir, pero eso no le nubla el juicio.

- Señor, sabemos donde vamos o hemos de encontrar un guía nativo "voluntario"?

- No, Maharbal, me temo que no tenemos ningún aliado en estos parajes que nos sea de ayuda. Nos la tendremos que apañar nosotros hasta que al menos, encontremos a alguien que se presente ''voluntario''.
Tras decir esto, el capitán lanza una sonora carcajada.
- Sera mejor que rastreemos la zona...

Tras coger mis cosas, me uní al grupo en el camino, en busca de los druidas, la verdad, es que esto no me gusta. Tener que ir por aquí sin conocer el terreno y sabiendo que nos preparan una trampa. pensaba, mientras miraba por los arbustos en mi camino.

avanzo un poco separado del grupo para no ser presa facil (pero sin perder de vista al grupo) pero no consigo ver nada sospechoso....

Parece que hoy no he dormido muy bien, y sin soltar prenda observo a mis compañeros sin prestar atención a las marcas del camino.

No es nuestro día, no...

El capitán púnico resopla mientras aún intenta encontrar algo de manera desesperada. Al final, os mira con gesto enfadado y dice en un tono bastante agresivo:
- Menudo fracaso. No parecemos encontrar nada. Aníbal cuenta con que encontremos el santuario. Si seguimos fracasando, vais a pasaros una buena temporada recogiendo excrementos de elefante en la retaguardia...

Sin embargo, el capitán púnico calla de repente y mira al norte. Un jinete galo parece acercarse. Se detiene a unos 5 metros de vosotros. Va armado con una jabalina, una espada y un escudo. Su armadura parece bastante buena.

El jinete galo, permanece quieto en su lugar y os habla de forma cínica:
- ¡Vaya, vaya! ¿Pero qué hacen un par de soldados africanos por aquí, solos? ¿Acaso estáis rastreando el terreno? Supongo que estáis buscando el santuario druídico... yo solo soy un mero bandido de esta zona, pero creo que os podría servir de ayuda... aunque estoy algo amnésico, quizás unas 60 monedas me devuelva la memoria...

Me tapo más con mi capa (joé que frío hace por estos andurriales!) y apreto mi puño sobre la lanza hasta que se me ponen los nudillos blancos.
Espero a ver qué dice el capitán.

me dirijo en púnico al capitán:

- Señor, no se fíe de ese bárbaro.

en druídico:perdon! en púnico! k se me va la olla! XDDD
a mi tampoco me da buena espina... creo que puede ser una trampa...

voy sacando una flecha del carcaj mientras me giro para mirar la retaguardia...

Entorno mis ojos hasta que son sendas rendijas y me detrás del capitán, a una distancia prudencial.

-¡Ratas africanas! Es vuestro problema... No tenéis nada que hacer... Veo que no queréis concederme el dinero... De todas maneras lo conseguiré, una vez que os mate a todos y os despelleje como a puercos...Alza la jabalina apuntando al capitán...

El capitán parece amedrentado y con voz autoritaria pero débil dice: Soltad el dinero... 65 monedas cada uno... ¿Te parece bien, galo? Os mira con una cara muy seria.