Partida Rol por web

Ves que hay jinetes con oscuras armaduras montando a los dragones. En total, logras contar unos diez dragones con sus jinetes.

Ves que hay jinetes con oscuras armaduras montando a los dragones.

Alcanzas a reconocer los rasgos de los jinetes...

Ves a quien parece dirigir a los dragones. Un enorme orco, montando a uno de los mayores dragones del grupo.

El segundo y tercero del grupo...no alcanzas a verlos muy bien.

Tercero en la linea, montando a un dragón algo más pequeño pero muy veloz, ves a un jinete embosado en una negra armadura. De la montura, una larga lanza sobresale, aun más larga que el esbelto cuello del dragon.

Luego, logras ver a una mujer sobre el quinto dragon...

Es una mujer elfo oriental

El septimo dragon, está montado por un enano de rostro despiadado...

Y asi, van pasando los jinetes negro...por ultimo, logras avistar a uno cuyo rostro está oculto tras una extraña mascara....

Un gñomo? El ultimo de la larga tropa es un gñomo?...Al menos, eso es lo que te pareció ver durante un giro de su montura....

Un gran guerrero de raza negra monta a otro de los dragones....

Por ultimo....una mujer, mulata, le flanquea....

A lo lejos...el sonido de cientos de orcos, se escucha...todo parece vibrar con la implacable invasión que avanza hacia Ginea! Si hay alguna oportunidad de detenerlos...es allí...en la fortificada capital.

El mundo estaba cambiando. Alguien había conseguido levantar un ejercito que amenazaba con destruir al mundo. Ryo echo un vistazo a los dragones y a sus jinetes . Tras echarles un vistazo se dio cuenta de que debían entrar o acabarían viéndolos.

Vamos dentro.- dijo en voz baja, como si temiera que la pudieran oir

EL suelo vibra cada vez más fuerte, ustedes bajan unos escalones para ocultarse del ejército.
Sin embargo los sientes encima de ustedes, las tropas orcas caminan por las torres en ruinas sin detenerse.
Sin duda, de quedar sobrevivientes en el poblado cercano, han sido masacrados.

Es imposible calcular el número de orcos, pero pueden estimar que se trata de millones de hombres, máquinas, caballos... Vaya a saber cual es la envergadura de este ejército, desde aquí abajo sólo pueden sentir el retumbar de los pasos incluso pareciera que el techo se les caerá en la cabeza.

Según lo veo tenemos dos opciones y las dos son dificiles. Una es la de ir siguiendo a los dragones, que es evidente que van a la batalla y ahi luchar hasta el fin, con la intención de que nuestro pequeño aporte pueda decantar la balanza, la otra opción es limpiar el mal que se ha apoderado de mi templo y que impide que Hécate nos pueda ayudar como es debido. Según lo veo alguien se ha tomado muchas molestias por apartarla de escena ¿ De que tienen miedo ?

En medio de la marcha orca una voz se escuchó mas abajo.

De quien tienen miedo... Es verdad, de que nos temen Ryo... Los dioses nos temen, temen al cambio, temen a perder su poder, temen a que todos vean la verdad.

Escucharon pasos claros desde abajo, todos prepararon su armas pero lo que vieron los tranquilizaba o los ponía más nerviosos eso no era parte del relator definirlo.
La bruja como muchos la llamaban subía peldaño a peldaño hacia ustedes, su vestido largo de color negro pegado a su hermosa silueta apenas si se podía distinguir en la oscuridad de aquel pasillo en escalera.
Subió unos escalones más y se sentó en uno de ellos sin casi mirarlos.

El mundo va a cambiar, ya está cambiando, y en sus decisiones estará el cambio, los orcos ganarán? Bueno, tampoco se puede saber en este momento.
Claro, los adivino podrán determinarlo, error, nada es determinable por ustedes son aquellos que marcarán el futuro.
Perdón por anticiparme a alguna pregunta suya...
Yo? Yo no puedo cambiar nada, no es mi deber.

Elara era hermosa en donde se la mire, perfecta, sus facciones, su piel, su pelo, sus uñas negras, todo era una obra de arte viviente, y sus palabras eran claras y sinceras.
Si bien sentían que no les decía todo, esto era por algo o al menos para ella tenía algún sentido que no comprendían ahora.

Derrotar a Unglar y sus jinetes tal vez sea un paso, pero serán enemigos por siempre?
No, los dioses hace tiempo que no pueden escucharme pero si lo hacen con ustedes.
No, tampoco les teman porque ellos no podrán intervenir directamente, bueno... Esto corre por mi cuenta, aunque muchas veces lo han hecho. Pobre Pometeo... Murmura.
Hasta cuando podré estar con ustedes? No por mucho más... Los dejo a ustedes que me pregunten que marquen su camino ya que eso, y gracias al no destino, eso... no puedo manejarlo.

La mente de Ryo trabajaba sin parar, las preguntas le acudían en tropel. Había deseado tan activamente tenerla delante para aclarar todo este asunto, que ahora que la tenía ahí mismo casi no podía ni creérselo. Se acerco a ella. 
-Te respeto, y te ayudare.-Si Hécate te ha ayudado, y ha estado dispuesta a sufrir el castigo que ha sufrido por ayudarte, es que te debe tener en gran aprecio, eso es suficiente para mi.- Dio unos pasos mas hacia Elara , acercándose

No te voy a engañar, ahora mismo tengo muchas preocupaciones, una de ellas es como devolver a Hécate  a su estado normal, y saber como derrotar a esa criatura, esa larva onírica, que ahora yace en los sótanos de una de las torres.

- Los de ahí arriba son los jinetes negros, los líderes del ejército orco, seguramente los más poderosos guerreros con las más poderosas monturas que tiene el enemigo. Tienen un punto débil, y quizás llegado el momento debamos tratar de explotarlo, uno de ellos no es un ser malvado. Pero no veo como podríamos hacer nada ahora mismo. Saludos Elara, que no te he saludado y eso ha sido impertinente por mi parte. ¿Qué temen los dioses? Lo ignoro, yo temo ese ejército que está ahí fuera, temo que arrase con todo, y temo que todos parezcan creer que nosotros decidiremos esta guerra, es mucha responsabilidad esa, cuando no tenemos ni idea de lo que podemos o debemos hacer, y las ayudas que recibimos son insinuaciones inconcretas.

Ryo se acerca a Elara, cuando esto suceda ella se sienta en uno de los peldaños y hace una seña para que se sienten junto con ella.

Ryo... Podríamos liberar a Hecate pero como haríamos para que el dios de dioses no hago lo mismo que ha echo una vez?
Debemos ser invisibles a los dioses, yo lo soy y ustedes estando cerca mío también lo son.
Acabar con la larva? Puedo hacer eso con facilidad, incluso creo que ustedes están capacitados para hacerlo solos.
Pero si te deja contenta tu diosa le tendió una linda trampa a aquel psionico que intentó engañarla. Un artefacto fue traído por un paladín devoto a Hecate en el momento que Jackings leía el pergamino, ese objeto anula los poderes psiónicos, el Anhilus tal vez hayan oído hablar de él, bueno, Dominic, tal artefacto te hubiera dejado fuera de combate a ti también.

Luego miró a Akin.

Tienes razón Akin, su intervención en la guerra será fundamental, ya han hecho una parte al tener a Ohrin de su lado.
Pero con él solo no podrán vencer a tal ejército, por cierto más se les unirán y allí la batalla tal vez cambie.
Creo que es un buen primer paso... Ganar la guerra, después de todo ganar usualmente es lo mejor.

El clérigo no podía hacer otra cosa que mantenerse al margen de todo aquello y poner atención a lo que allí se discutía, no entendía el por que aquel grupo de aventureros podía creer mas en una sola diosa que en todo un panteón, no entendía como podían estar dispuestos a luchar contra un ejercito formado por todas las razas del mundo, de alguna forma algo no parecía estar bien en todo aquello y le comenzaba a preocupar no encontrarse del lado correcto...

Debo pedirle que me permita usar mi poder para conocer sus verdaderas intenciones... El clérigo dio alguno pasos adelante mas se detuvo en seco. No eso sería estúpido, es evidente que no se trata de ninguna improvisada, es evidente que es poderosa y con la ayuda de una diosa seguramente lo es mucho mas, no tendría problema en esconder su verdadero objetivo, ni aun yo lo tendría, pero entonces... ¿Que hacer?

Usualmente el dios de la guerra no es alguien que se detenga en conocer si una empresa es sublime o deleznable, esta de nuestro lado pero eso no prueba nada, el rey de los dioses bien pudo corromperse, ya he comprobado yo la facilidad con que las deidades se dejan inundar por sentimientos terrenales, sin embargo no entiendo que logre engañar a todos, menos aun el que todos le sigan, como es que solo esta diosa entre todos logra ver la verdad, ¿Sera acaso lo contrario?...

Pese a todas sus dudas el clérigo se mantiene con el grupo y guarda sus pensamientos para si, después de todo el es un extraño en aquel lugar y desconoce el movimiento de las causes de su historia, ya sus instintos le habían fallado cuando la persona que creyera su amiga le traiciono...

Dominic no pudo menos que sobresaltarse cuando escuchó a Elara.

TU!
Por supuesto. Como no. ¿Qué sucede? ¿Acaso nos hemos desviado de tu bonito camino y has venido a enderezarnos?

Pese a todo. Dominic no estaba realmente enfadado con la bruja. Si bien es cierto que había trastornado su vida con unas simples palabras hace escasamante un día, siendo justos también tendría que darle las gracias por haberlo puesto en antecedentes de los acontecimientos.
Así que simplemente se obligó a calmarse y escuchó atentamente lo que tenía que decir.

Aunque seguramente no será nada que nos ayude realmente en nuestra actual situación.

Casualmente me alegro que ustedes tomen su propio camino y nunca será mi intensión decirles que hacer, eso es patrimonio de ustedes.
Pero aquí la pregunta es otra... Que es lo que ustedes quieren hacer?

Luego miró al gigante clérigo y le dijo.

Akden tu no has dicho nada, sin embargo veo que estás dubitativo frente a mi presencia.
No me gusta hablar con acertijos pero el confiar en mí o no también es parte de su elección, pero repito como dije antes yo no haré nada que ustedes no quieran, en cambio los dioses, cuanto han hecho ellos que la Nueva Tierra no ha querido?
Sólo diganme que quieren.

El clérigo se sorprende al darse cuneta que la criatura conoce su nombre, sin embargo se relaja al suponer que para alguien que puede hablar con los dioses de tu a tu aquello debía ser una tontería, sin cohibirse el clérigo da un par de pasos al frente y responde. En efecto, no dudo de tus palabras o intenciones y sin embargo tampoco las doy por ciertas, mi vida me ha enseñado a dudar de todo y de todos pero también me ha enseñado a darle una oportunidad a cada uno, en efecto lo que nos relatas es muy extraño, me es difícil entender el por que debemos creerte a ti y auna diosa cuando todo un panteón esta en su contra, por que unirnos a un puñado de hombres cuando todo un ejercito de todas las razas del mundo parecen ponerse de acuerdo con un mismo fin... Aun hay mucho por ver de este cuadro...

- Yo en cambio tengo alguna cosilla ya clara. Por ejemplo, que si los jinetes negros van en una dirección, mi ruta es la contraria. Tengo algunas cosas, no muchas, un tanto claras, y oponerme al mal es una de ellas, y entre un ejército orco y una civilización como la que conozco tengo muy claro dónde se establecen mis lealtades. Nos preguntas qué queremos Elara, y me respuesta también es sencilla: quiero ganar esta guerra y evitar un mundo reinado por los orcos ¿Qué debo hacer para conseguir ese fin Elara? Porque no tengo muy claro qué debo hacer para conseguir algo así.

Primero Elara se dirigió al clérigo.

No Akden, no pido que confíes en mí ya que yo nada te propongo, bueno, no ahora, pero llegará un momento en el que debas elegir creerme a mí o los dioses.
Los dioses son distintos, cada uno de ellos es inigualable al anterior, Hecate me ha ayudado pero no ha sido la única que ha participado en sus vidas hasta ahora. Incluso han hablado con Hades y Perséfone... Como tu lo has dicho, deberán seleccionar sus aliados incluso entre los dioses.

Luego le intenté responder a Akin.

La respuesta a tu pregunta es simple, para ganar la guerra debes pelear pero lamentablemente para los elfos la lucha que podrán ganar es en Ginea lo cual deja a Qualinost a merced de Unglar y los suyos.

Ryo observaba en silencio, dando vueltas en su cabeza a las palabras que iba escuchando.  Dime, oh Elara ¿ que es lo que pretenden los dioses? Si tal como dices, y en eso estoy totalmente de acuerdo  ¿Cuál es el papel de cada uno de ellos en esta gran obra de teatro? Si tal como dices vamos a necesitar tomar una decisión,  vamos a necesitar todos los datos que podamos . – El mundo parecía haberse detenido para Ryo, ahora centraba su atención en sus compañeros y en Elara

Ojalá pudiera saber todo lo que pretenden los dioses.
Lamento decirte de que esos papeles de los que hablas los descubriremos todos en poco tiempo.
Ahora bien, te responderé a tu pregunta con una respuesta intemporal.
Que quieren los dioses?
Los dioses quieren que les rindan culto porque en ello son lo que son, dioses por sus adoradores, ahora bien... Si los dioses no existirían que pasaría con el mundo? Ah! Si, responderán que los clérigos no tendrán sus poderes, nada más lejos de la realidad, los poderes del los clérigos buenos vienen del bien del mundo así como los de los clérigos malignos viene del mal, hablar de la neutralidad, la ley, el caos ya creo nos iremos por otro lado.
Yo más bien me preguntaría...
Que son los dioses?
Son seres muy poderosos que han alcanzado la divinidad.

Te comprendo, entonces la pregunta es que queremos nosotros, ya que ellos quieren lo que mas les favorezca, y luego queda la pregunta ¿Qué es lo que quieres tu? ¿ Por que te ayudo Hécate a un sabiendas de que sería castigada por ello?
  Compréndeme, te respeto, si Hécate te ayudo yo también lo haré, pero necesito respuestas. Son tiempos difíciles y parece que las cosas van a empeorar, y si he de solucionar este asunto, necesito los máximos datos posibles.

- A mí toda esa parte me da un poco igual. ¿Qué quieren los dioses? Unos unas cosas y otros otras. Si son dioses del bien querrán lo mismo que intento querer yo, aunque no siempre me sale, y mientras nuestros objetivos sean comunes no me importa tanto el status social. Aunque lo cierto es que esto de conocer dioses empieza a ser bastante común, igual termino por cambiar de opinión. Por el momento, mi mayor felicidad ha venido de una diosa, en concreto de una renuncia que en su momento hizo una diosa, no tengo queja de como me han tratado.