Partida Rol por web

Tras lograr, no sabía muy bien como lograr sacar la nave a un rango lo suficientemente lejano como para que la explosión no acabase con todo el mundo en la zona, la capitana salío como alma que llevaba el diablo hacia la esclusa de evacuación. Los recuerdos se agolpaban en su mente cada vez que avanzaba rauda por los pasillos de la nave, más no podía hacerles mucho caso. Había pasado buenos momentos en aquel lugar, pero no podía despistarse con aquellos recuerdos. Ahora lo prioritario era salir de allí. 

Ya en la Daisy, aceleró los motores y empezó a alejarse desesperadamente de la onda expansiva. Sin embargo, no tenía todas consigo de que podría alejarse a tiempo.

Vamos pequeña, no me falles- dijo mientras mantenía el rumbo recto intentando alejarse. De pronto la explosión y la onda expansiva hicieron impacto en la Daisy y Millar intentaba mantener el control...

El sintético sonríe, mas como respuesta a la sonrisa de su compañera que como un gesto propio de él mismo. De nuevo, habían sobrevivido por poco a una muerte segura, pero aun quedaban otras dentro de la Coronus, pues ahora poner en marcha esta nave era su única posibilidad.

- Debemos encontrarnos con Wilson ...  una mueca de odio aparece en la cara de Cham ... aunque nos dejase tirados mientras Leah suspiraba su último aliento, lo mejor es que hagamos frente común. 

Miller intentó mantener firme a Daisy mientras esperaba el impacto de la explosión. Pero cuando este sobrevino lo hizo brutalmente. La nave entera comenzó a vibrar antes de comenzar a sacudirse con violencia mientras el fuego la envolvía por completo. Todas las alarmas de la nave comenzaron a saltar mientras el ordenador escupía información de los sistemas.

>> DAÑO CRÍTICO EN SISTEMA MOTOR
>> DAÑO CRÍTICO EN SISTEMA  VITALES
>> DAÑO CRÍTICO EN SISTEMA DE ENERGÍA
>> ¡ALERTA! ¡FALLO CRITICO INMINENTE!

No podía verse los nudillos por el traje pero podía jurar que estaba apretando los dedos con todas sus fuerzas para mantener la nave firme. Pero era un esfuerzo fútil y lo sabía y fue esta certeza la que provocó que el miedo la invadiera y con ello, sus manos empezaron a temblar sin control.

>> DAÑO ESTRUCTURAL GRAVE. ABANDONAR LA NAVE, ABANDONAR…

Con todo su cuerpo temblando y los terribles temblores en sus manos se quitó el cinturón y comenzó a levantarse ¿Qué podía hacer? Le costaba mantener el equilibrio por como se agitaba todo y su cuerpo golpeaba contra tuberías, máquinas y lo que tenía alrededor. En las pantallas, todos los gráficos anunciaban el futuro funesto que la esperaba y con lágrimas en los ojos, se giró y miró a través del cristal para echar una última mirada La Cronus, la nave maldita que tanto le había costado. Las alarmas sonaban, las llamas habían atravesado el casco y habían comenzado a consumir el interior de La Daisy. Entonces cerró los ojos y con un fuerte estruendo, la Daisy estalló, envolviendo a la capitana en llamas y lanzándola con fuerza. Pero hubo una cosa buena, perdió el conocimiento antes de que le llegara el final. Todo se volvió negro…
 

Cham y Rye estaban felicitándose por su buen hacer y dispuestos a irse cuando vieron como la explosión de La Montero alcanzaba a La Daisy envolviéndola con sus lenguas de fuego. Impotentes ante lo que ocurría, veían como la nave de carga intentaba mantenerse firme, con rumbo fijo hacia la Cronus. Sin duda la capitana era una tipa dura y parecía que iba a salir de aquello. Pero entonces, una nueva explosión iluminó el espacio y contemplaron con horror como la Daisy se desintegraba entre fuego y luz. Cuando el brillo se apagó, solo quedaron restos retorcidos y quemados de metal de las dos naves. Y así, La USCSS Montero se perdió para siempre en el cruel vacío del espacio. 

Dolor, le dolían todos los huesos ¿No decían que la muerte no dolía? Cogió una bocanada de aire ¿Por qué necesitaba respirar? Entonces se dio cuenta de que tenía los ojos cerrados. Lentamente los abrió. Al principio no vio nada, solo negritud a su alrededor ¿Dónde estaba? El pánico amenazaba con volverla loca. Pestañeó nuevamente y la vista se le aclaró y diminutos puntos brillantes y distantes aparecieron ante ella. ¿Qué eran?  Su mente se encontraba aturdida y confusa y tardó unos segundos en ser capaz de entender lo que veía. Eran estrellas.

El cuerpo le volvió a doler y entendió que era su cuerpo el que dolía. De pronto, como flashes, recordó se empujada con violencia contra el cristal frontal por la explosión antes de que la Daisy explotara del todo. Contra todo pronóstico, contra toda suerte… había sobrevivido. Su cuerpo había sido expulsado de la nave a tiempo y su traje espacial había evitado que las llamas la alcanzasen. Se sintió exultante y casi no podía contener las lágrimas de la emoción, pero pronto se recompuso pues su situación distaba mucho de estar bien. Su cuerpo seguía moviéndose hacia La Cronus pues al salir despedida hacia delante, la ausencia de gravedad permitía un movimiento constante. 

Pero estaba en medio del espacio y quien sabe sin con comunicación con el interior. Los sistemas del traje parecían fritos y sus niveles de oxígeno estaban bajo mínimos. Primero estaba el riesgo de golpearse contra La Cronus, que podría rasgar su traje y después, el conseguir entrar dentro antes de que el oxígeno se agotase.
 

No había terminado de decidir qué hacer cuando la segunda voz volvió a hablar

- ¿Pero que coño? ¿Otra explosión? ¿Qué clase de locos han abordado La Cronus? –

Entonces fue la tercera voz la que le contestó, claramente nerviosa.

- Unos locos, claramente. Vamos, pregunten rápido a MU/TH/UR que quiero ir a la armería de inmediato. – 

Wilson se extrañó, ¿De que segunda explosión hablaban?
 

-Mierda, ¿es que nadie me oye? ¿Qué coño ha sido esa otra explosión? Chicos, ¿estáis ahí? ¡Que responda alguien! Aquí hay tres personas que quieren ir a la armería. Piensan que somos piratas, no me han visto, pero me van a ver, así que tengo que moverme. Seguramente son los despertados. No sé qué cojones está pasando, pero no puedo quedarme aquí. Cambio. 

Susurró Wilson por el comunicador para no hacer ruido. Aquel mensaje retrasó su acción y las voces volvieron a hablar. No podía perder más tiempo, así que avanzó hacia el lugar lo más rápido que le permitía su sigilo. 

La situación ya era terrible pero una voz en el comunicador dio esperanzas al duo. La esperanza se fue cuando oyeron a Wilson hablar.

-Mierda, ¿es que nadie me oye? ¿Qué coño ha sido esa otra explosión? Chicos, ¿estáis ahí? ¡Que responda alguien! Aquí hay tres personas que quieren ir a la armería. Piensan que somos piratas, no me han visto, pero me van a ver, así que tengo que moverme. Seguramente son los despertados. No sé qué cojones está pasando, pero no puedo quedarme aquí. Cambio. -

y la comunicación se cortó

-Vaya que si tenemos que encontrarle se va a entera-empezó a decir Kayla cuando le interrumpió la comunicación de Wilson.

-¿Wilson? ¿Wilson me recibes?-le dijo por el comunicador cercano- Mierda, Cham, tenemos que ir a la armería. Con todo lo que ha pasado es imposible que quieran "dialogar". Yo no lo haría. Necesitamos conseguir armas antes que ellos-le dijo al androide mientras comenzaba a quitarse el aparatoso traje.

Que hubiese mas tripulantes en la nave significaba que los problemas de la anterior tripulación de la Montero estaban en peligro, un peligro de falsas acusaciones, conllevando un disparo cuando menos se lo esperasen. - Vamos por esas armas, tras eso buscaremos al chupatintas. El sintético prefería dejar morir al enlace de la empresa, pero sabía que era un blanco mas a la hora de recibir disparos. - Ahora mas que nunca debemos reunirnos con Wilson, sin la capitana y con un mayor número de posibles enemigos, necesitamos todos los "aliados" posibles. 

Intentando hacer el menor ruido posible, Wilson comenzó a recular varios pasos hacia atrás buscando alejarse del puente de mando. Cuando vio que estaba lo suficientemente alejado, comenzó a caminar más rápido. La armería no estaba muy lejos de donde se encontraba. Eso le daba una ventaja para llegar antes que nadie, pero también provocaba que cuando la gente del puente decidiera ir hacia ellos, le alcanzarían rápidamente.

Justo giró la esquina y se encontró con dos siluetas frente a él que le hicieron dar un respingo. Frente a él, Rye y Cham se sobresaltaban al encontrarse de golpe con él. No había rastro de Miller. Wilson no pudo evitar el líquido blanco que resbalaba por el brazo cercenado de Cham. Al parecer, era un androide. ¿Por qué la compañía no te había dicho nada?

Decididos a llegar hasta la armería que se encontraba en la cubierta B, Rye y Cham descendieron las escaleras hasta la sala de conexión entre puentes por la que habían bajado. Según los mapas que habían recibido de La Cronus, si salían por el acceso del oeste, llegarían hasta la armería, una sala pequeña junto a las cápsulas de salvamento. Y fue al salir por la puerta que su corazón casi da un respingo al encontrarse de golpe con una persona que también se sobresaltó al verlos.

Wilson, con la pistola en la mano, parecía respirar aliviado al verlos, aunque en su mirada podían adivinar que se preguntaba dónde estaba Miller.

Frente a ellos, se encontraba la armería, la puerta estaba abierta y el lugar parecía completamente vacío salvo por un rifle Armat M41A que había tirado en el suelo, y una caja de proyectiles de escopeta sobre uno de los armarios. La sala estaba completamente a oscuras, salvo por una luz titilante debido al disparo de un proyectil.

Miller sabía que su supervivencia dependía de no morir aplastada contra La Cronus por lo que centró todos sus esfuerzos en prepararse para el impacto. Aprovechando la inercia, intentaba girar su cuerpo para asegurarse de que no golpeaba con alguna parte crítica. Era importante pues un mal golpe, aunque no fuera mortal, si provocaba una rotura en su traje moriría igualmente.