Partida Rol por web

El Caso de la Granja de Herbs

Capítulo 8. Siguiendo las Pistas.

Cargando editor
18/10/2020, 09:38
Catherine Penwater

Catherine miró algo extrañada al agente Daeric cuando éste le devolvió el saludo. Luego miró a su marido y acto seguido se acercó a la ventana para comprobar como, efectivamente, seguía siendo de día. Entonces tragó saliva, rebuscó entre sus bolsillos y sacó un paquete de tabaco, para inmediatamente sacar un cigarrillo y un mechero y tratar de encenderlo. Sus manos estaban temblorosas y le costó un poco, pero finalmente pudo hacerlo. Dió una larga calada y luego miró de nuevo a los agentes.

Espero que no les importe que fume... - Les comentó. Al final estaba en su casa. - Ella no tenía novio.  - Comentó con un tono de voz que indicaba cierto ¿rencor? - De haberlo tenido... - Negó con la cabeza. - Igual estaría vivo.  Marie tenía  muchos novios. Le gustaba demasiado... - Tomó aire.  - ...ya saben. Era una... puta... - Dijo aquel calificativo en voz baja, pero todos lo oyeron.

Cargando editor
18/10/2020, 09:51
Thomas Penwater

- ¡Kath! - Le recriminó Thomas a su mujer. - ¡No hables así de la niña! 

Catherine se dio media vuelta y comenzó a sollozar contra la pare mientras no paraba de fumar de forma compulsiva. Sin duda, la muerte de su hija la había trastornado y no era para menos en realidad.

Si quieren, yo les responderé a sus preguntas. Vengan conmigo... - Les dijo a los agentes. El señor Penwater les llevó a la cocina. - Perdonen a mi mujer. Está muy afectada. Sólo decirles que ella no fumaba antes de... - Tomó una larga bocanada de aire. - Bueno, pues les responderé a lo que me han preguntado. Verán, Marie había sido siempre una buena niña. No quiero decir que ahora no lo fuera, pero ya han oído a mi mujer, le gustaba demasiado la marcha. - Tragó saliva. - La noche en la que todo sucedió quería que le acompañara a ese lugar de moda, Doxton. Decía que había quedado con unas amigas. Es cierto que tenía solo veintiún años, pero aún vivía con nosotros y en casa había unas reglas. No se había sacado el carné y todavía estaba estudiando. Mi mujer es muy tajante con las normas... era... - Rectificó al recordar el trágico desenlace que sufrió su hija. - Esa noche le castigó con no ir a Doxton. Había sacado malas notas, casi había perdido el cuatrimestre y bueno... es caro, a saben. Se estaba perdiendo.  Dijo que iba a ir con la hija de Marvin y con  Nancy Clark, pero tampoco le dejamos y finalmente se escapó. - Negó con la cabeza. - Si la hubiera llevado ahora... - Rompió a llorar. Él también parecía destrozado. 

Cargando editor
18/10/2020, 10:20
Chandrelle Jones

Contemplar aquella escena, la de un padre y una madre profundamente heridos, mortalmente diría, por la pérdida de su hija, creó la conexión con mi propia experiencia.

Como madre, ver a mi pequeño crecer era al mismo tiempo, mi esperanza y mi maldición, porque jamás lo vería de otra manera que no fuese mi pequeño, sin importar cuántos años tuviese o lo que hiciera, e igual les ocurría a los  Penwater. Su pequeña era... y seguiría siendo, su pequeña. Intentarían echar culpa a sus costumbres, amigos, vicios, y finalmente, a ellos mismos como padres, por no saber criarla y cuidar de ella, pero al final, el resultado se mantendría.

El destino se los había arrebatado, simplemente porque sí, por una red intrincada de caminos que habían acabado en su muerte.

No se trataba solo de la pérdida, sino de la culpa y de la frustración por no poder remediarlo. Aquello no era como una partida a cualquier juego, en el que podías volver a intentarlo aprovechando tu experiencia anterior.

No.

Si fracasabas, o simplemente las cosas salían mal, no había segunda oportunidad.

Noté como empezaba a respirar más rápidamente, pero procuré controlarme. Me concentré en nuestra tarea y dejé mi propio sufrimiento para después.

Me acerqué lentamente a la madre y coloqué una mano sobre su brazo.

-Yo... también perdí a mi hijo. Es como si un millón de cuchillos te atravesaran el corazón y no pudieras hacer nada para evitarlo. Sé lo que es. En mi caso, simplemente desapareció y desconozco que ha sido de él; no pasa ni un solo día sin que me pregunte qué he hecho mal, en qué me equivoqué y si podía haberlo evitado. Pero lo cierto es que el destino que nos espera, nunca podemos verlo ni tampoco esquivarlo. No fue culpa de su hija, ni tampoco de ustedes. Todos tenemos derecho a equivocarnos y aprender, porque así es como funciona la vida. Solo podemos... aceptarlo y luchar contra lo que se nos viene encima. Ahora mismo, debemos intentar acabar con quien quiera que... esté ahí fuera, para que nadie más sufra como nosot... como ustedes. 

Era un discurso que todos los que habíamos sufrido pérdidas, conocíamos casi de memoria, pero no teníamos nad más a lo que agarrarnos. Nuestro clavo ardiendo era ayudar y conseguir que otros no sufriesen como nosotros, y aprender a vivir con el dolor, como si formase parte de nosotros, porque jamás desaparecería.

Cargando editor
18/10/2020, 11:41
Catherine Penwater

Catherine se giró rápidamente hacia Chandrelle. La miró con dureza durante unos segundos. La agente pudo notar como la estaba psicoanalizando con la mirada. Finalmente su rostro se alteró relajando si expresión tensa hasta que rompió a llorar y se derrumbó abrazando a la agente Jones. 

No dijo nada, solo lloró en su hombro mientras apretaba a Chandrelle y ésta hacia lo mismo con la señora Penwater. Encontrar a otros seres humanos con la misma desgracia que ellos, en muchas ocasiones ayudaba a cicatrizar las heridas que quedaban a uno en la mente y en el alma.

Cargando editor
20/10/2020, 23:22
Kharis Daeric

Una puta... hasta su madre lo decía. Ahora solo quedaba ver si se dedicaba a ello o si era lo habitual: el hombre que se acuesta con una mujer distinta cada día es un macho, la mujer que se acuesta cada día con un hombre una puta. Aquello en la ciudad estaba cambiando, pero en los pueblos la mentalidad no era tan abierta. De todas maneras aquello me decía que Marie se iba con cualquiera, conocido o desconocido. Un dato importante a tener en cuenta.

Ni respondí al tema de fumar. Era su casa. No tenía nada que aportar allí. Ya tomaría aire fresco cuando saliese al exterior y unas cuantas inspiraciones fuertes junto con un te de tomillo y romero me ayudarían a limpiarme los pulmones de aquel humo.

Entonces el padre nos dio más datos, como que el lugar de moda era el Doxon y se había escapado saltándose el castigo por sacar malas notas, quedando con la hija del agente Marvin y Nancy Clark. Apunté aquello en la libreta y en ese momento escuché la voz de Jones abrirse paso sobre las otras. Contó el doloroso relato de la pérdida de su hijo y la miré con un gesto de sorpresa y dolor, para tomarla de la mano a continuación y que supiese que no estaba sola en eso.

Mientras seguía hablando, acariciaba su mano con mi dedo pulgar. Quizás no fuese lo más apropiado en aquel momento y menos aún entre dos compañeros de trabajo ejerciendo la función del mismo, pero yo era humano y tenía sentimientos. Quizás era de los hombres más débiles y sensibles que nadie encontraría en su vida jamás. Por eso me ocultaba bajo tantas capas de conducta amable y bromista. Pero mi compañera era importante para mí y su dolor me afectaba.

Vi como la señora Penwater la observaba y cuando se acercó a ella, con los ojos llorosos, solté a Jones y me aparté de ellas. Sabía lo que vendría ahora y yo sobraba en ese momento. El poco apoyo que le pudiese dar a Chandrelle con mi mano, quedó en nada con aquel abrazo y el llanto de una mujer desconsolada por la marcha de su hija.

Miré al hombre y me acerqué a él, lloraba solo y puse la mano sobre su hombro para hacerle un gesto con la cabeza y que viese a su mujer por fin desahogándose con alguien. Algo me decía que ella había retenido todo ese dolor en forma de rabia y que hasta ahora no había llorado. Y si estaba en lo cierto, al señor Penwater le agradaría ver que ella también amaba a su hija y sentía dolor por su pérdida.

Luego me acerqué a una de las ventanas, dejándoles espacio a todos y miré hacia el exterior. En cuanto se recuperasen un poco seguirían las preguntas. Pero ahora necesitaban algo de tiempo para recomponerse. Incluída Jones.

Cargando editor
29/10/2020, 18:26
Chandrelle Jones

El dolor era algo muy curioso. Constituía una moción que podía camuflarse en forma de rabia, empujándonos a volcar dicho dolor en otras personas, e incluso a dejarnos llevar por él, olvidándonos de cualquier atisbo de razonamiento; pero también podía unir a la gente bajo una conexión tan fuerte, que parecía imposible de romper.

En la soledad de algo que nos estaba demostrando la fragilidad de nuestra propia existencia, e incluso el deseo, a veces desconocido, de acabar con ella, simplemente por poder dejar de sentirnos de aquella manera, solo aceptábamos la compañía de otros que fuesen capaces de comprendernos. Era un acto de egoísmo compartido por el que todo lo que no fuese dejar que fluyese hacia fuera, era considerado como una ofensa que obnubilaba cualquier palabra, frase o gesto que recibiésemos para intentar calmarnos.

El abrazo de aquella mujer, sus lágrimas, eran las mías, y sabía que también correspondían a lo pensábamos cada noche, en lugar de abandonarnos al sueño. Yo no había podido descansar ni una sola noche desde la desaparición de mi pequeño, porque el corazón roto no era capaz de recomponerse y seguir latiendo como si nada hubiera ocurrido.

Me separé de ella, le sonreí, cogiendo sus manos con las mías y dejando que nuestros ojos mantuviesen aquella conexión durante unos momentos más, quizás porque una parte importante de mí no deseaba volver a la soledad de mi propio yo, hasta que supe que todo debía continuar.

-Yo... -empecé a decirle, al separarme de ella, sin saber muy bien lo que quería hacer. Me recompuse como pude y finalmente, logré volver al motivo por el cual estábamos allí -. Su hija no era nada de eso. Simplemente, quería vivir, como lo hacen los jóvenes hoy en día, sin preocuparse por nada, porque para ellos ningún obstáculo es insalvable.

Inspiré profundamente unos momentos antes de continuar. Si me detenía demasiado tiempo, quizás no pudiese volver a hacerlo.

-Alguien se aprovechó de eso, de su ingenuidad, y debemos encontrarlo. Todo cuanto puedan decirnos sobre sus costumbres, a qué lugares solía ir y a qué horas, nos ayudará a atrapar al hijo de puta que acabó con ella.... disculpen mi lenguaje. Tengan en cuenta, señor y señora Penwater, que seguramente es así como actúa, ganándose su confianza y atacando cuando menos se lo esperan. Su hija no está aquí hoy porque fuese... una puta, sino porque era una joven que no veía maldad en lo que hacía.

Me costó sacar aquel último comentario, primero porque podía no ser cierto, aunque prefería darles aquel atisbo de respeto que arrebatárselo; y en segundo lugar, porque estaba a punto de venirme abajo. Notaba como el temblor en mi mano izquierda aumentaba de intensidad, así que me la agarré con fuerza para sostenerla y mantenerme entera el tiempo que todavía debía estar allí.

Por si acaso no lo conseguía, retrocedí un paso y busqué la mirada de Kharis.

Cargando editor
31/10/2020, 16:04
Catherine Penwater

- Gra... Gracias... - Dijo sinceramente y entre sollozos la señora Penwater. 

Aquellas palabras de aliento reconfortaron a Catherine en lo más profundo de su ser. Ella sabía que su hija no era una ramera. Si era cierto que Marie era una joven "alegre", que quizás únicamente buscaba llamar la atención. Quizás se habían equivocado en algo con ella y lo estaba demostrando con cierta rebeldía, pero si algo era cierto, es que Marie no era culpable de su triste final y que el causante de todo aquel dolor seguía ahí afuera, pudiendo hacerle lo mismo a otra chica.

Necesitaba oírlo. - Confesó.

Cargando editor
31/10/2020, 16:20
Thomas Penwater

Siento decir ésto... - Thomas bajó la mirada. - De verdad lo siento... - Dio un largo trago a su copa. - Y siento no poder serles de más utilidad. Me da la impresión de que ustedes si quieren ayudarnos a encontrar a ese...  ​​​​

Penwater apretó los puños. Una vena se marcó en su cuello producto de la rabia y la impotencia, a la vez que apretaba los dientes. Entonces la copa le estalló en las manos y su contenido se derramó en el suelo. Thomas se había cortado en la mano y Catherine al instante acudió junto a él para preocuparse su estado. 

Tranquila Kath, no es nada. No me duele... - Le dijo mientras se tapaba la herida con un paño que se encontraba sobre la mesa del comedor. - Ya no puedo sentir nada... - Comentó por lo bajo. - ¡Mi pequeña!

Catherine y Thomas se abrazaron. Por suerte al menos se tenían el uno al otro. Chandrelle en cambio, no tenía a nadie y lo más parecido a un amigo que tenía en esos momentos era Khaeris Daeric, un hombre al que apenas conocía y con el apenas tenía nada en común salvo quizás si trabajo y ni en sus métodos coincidían. 

Lo que tenía que decir es que siento no serles de más ayuda. - Continuó Penwater una vez pudo recomponerse gracias en gran parte al abrazo de su mujer. - Como ya les hemos dicho, en los últimos tiempos nos distanciamos de Marie. Aunque vivía en casa, apenas hablábamos. Éramos como unos extraños. Por supuesto no nos hablaba de con quién iba, salvo con sus amigas de siempre. Pero bueno... - Resopló. - Sabíamos que sea una etapa y que pasaría y ahora... - Negó con la cabeza. - Ahora ya no está...

Cargando editor
31/10/2020, 18:30
Kharis Daeric

Cuando todo volvió a la normalidad, cuando las voces se alzaron de nuevo, me di la vuelta y volví a prestar atención al matrimonio, no sin mirar con preocupación a Jones. No sabía lo que era perder a un hijo. No tenía ninguno, al menos que supiese y nunca sabría que sería aquello. Había tirado la toalla en cuanto a relaciones sentimentales y me había centrado en el trabajo. Sabía que era un error, puesto que cuando me retirase, si es que lo hacía y no moría antes en acto de servicio, me quedaría solo y sin nada.

Entonces sentí ese vacío en mí que de alguna manera me hizo empatizar más con aquella familia y Jones.

No era lo mismo, pero para mí era lo que más se acercaba a una gran pérdida. Casi como cuando retiraron a mi compañero unos días atrás. Mis ojos estaban fijos en Jones cuando escuché el vaso romperse y aproveché el jaleo para acercarme a Chandrelle. Me senté nuevamente a su lado y puse mi mano sobre su hombro. - ¿Estás bien? - Susurré mientras oía decir al hombre que se encontraba bien. - Acabas de sacar a una mujer de su infierno particular. Espero que pronto encuentres la salida del tuyo. - Apreté su hombro, queriéndole decir con aquel gesto que estaba ahí para luego centrarme en el matrimonio.

Quería sacar el tema de "la puta". Pero tras las palabras de Jones y devolverles algo de esperanza con su hija y una nueva manera de verla, no podía hacer eso. No podía rascar en la herida. Tendría que guardarme esa baza para otro lado y más adelante. No podía usarla con esos padres. - ¿Saben si su hija escribía algún tipo de diario? No sé... en papel... en el ordenador... Quizás poesías o dibujos. - Aunque si se había convertido en una desconocida para ellos, dudaba mucho de que supiesen responderle a eso.

- Nos gustaría echar un vistazo en su cuarto y si nos dan permiso, revolverlo un poco. Quizás encontremos algo allí que nos diga algo más sobre su hija. Para ustedes quizás se volviese una desconocida, pero por lo que tenga guardado y conserve, nosotros sacaremos lo que le importaba, a donde iba... - Miré entonces al marido.- ¿Ve como aún pueden ayudarnos? Su dormitorio, sus libros... su ordenador, nos dirán mucho.

Cargando editor
31/10/2020, 19:35
Chandrelle Jones

Las respuestas emocionales siempre tendían a ser exageradas, porque provenía de nuestros temores, anhelos y frustraciones más profundos. Afortunadamente, la señora Penwater reaccionó con alivio, reconfortada porque hubiese hallado una manera de considerar lo que le había ocurrido a su hija como algo que no dependía tanto de cómo actuara ella, sino el malnacido que acabó con su vida.

Me recorrió una enorme satisfacción, porque aliviar su sufrimiento era también hacerlo con el mío. Las pérdidas buscaban culpables y a veces, no los había. Simplemente, sucedía, aunque en su caso, se podía individualizar y ya nos encargaríamos de hallar al culpable.

Al ver su respuesta, logré relajarme y controlar mi propia tensión y vi como Kharis nos prestaba atención, aproximándose a nosotras... a mí.

Su mano en mi hombro hizo que me volviese para mirarle y sus palabras, me llegaron a lo más profundo de mi ser y una sonrisa afloró inconscientemente. Sabía que era sincero y que estaba a mi lado, lo cual significaba mucho más de lo que él suponía... o yo misma.

Fueron unos segundos nada más, pero suficientes para volver a reunirnos como un extraño equipo en el que él constituía la parte razonada y yo, la emocional, sabiendo que una sin la otra, no podían funcionar. Se equivocaban aquellos que no deseaban trabajar con Kharis, porque más allá de sus excentricidades y creencias, había un gran investigador, inquisitivo y dedicado, y una persona leal y que verdaderamente, se preocupaba, en este caso, por mí.

Era un gran compañero.

Pero ahora, debíamos obtener información. Un diario podía llevarnos a muchas cosas. La mayoría de las chicas llevaban uno, y a veces dos, el que nos regalaban nuestras madres para controlarnos... y otro que manteníamos a salvo de cualquier mirada, y en donde dejábamos nuestros verdaderos pensamientos.

-Estoy segura de que habrá un diario. En él podría haber cosas importantes, como citas, chicos que le gustaban... y ese tipo de cosas. Eso podría darnos más pistas -concreté.

Cargando editor
02/11/2020, 19:09
Thomas Penwater

- Claro. - Accedió el padre de Marie a la petición de los agentes. Acto seguido miró a su esposa y está realizó un leve cabeceo dando también su permiso. - Está como cuando lo dejó. - Comentó. - Salvo la cama, que estaba deshecha cuando se marchó y Kath la hizo y el polvo y eso. También lo hemos quitado... - Tomó aire. 

Aquel hombre sabía que era inútil mantener el cuarto como si Marie siguiera viva. Aquello solo alimentaría una esperanza vana de que algún día regresara, algo que no pasaría nunca. No obstante, era muy pronto para llevar todo a un trastero y comenzar a asumir la triste realidad de que su hija ya no volvería. 

Síganme... - Les dijo a los agentes.

Cargando editor
02/11/2020, 19:13
Narrador

Thomas guío a los agentes al primer piso a través de las escaleras. Mientras tanto, Catherine se quedó en el primer piso y salió al balcón a fumar otro cigarrillo. Sería difícil que se quitara aquel vicio en lo que le quedaba de vida, pues falsamente creía que de esa forma se relajaba y con ello se mitigaba si dolor.

El cuarto de Marie a simple vista era como el cuarto de cualquier adolescente. Una cama, una mesa para el estudio con un flexo, estanterías con libros, álbumes de fotos, peluches, marcos de fotografías de Marie con sus amigas, un incensiario y otros objetos decorativos.

Lo más importante, sobre la mesa se encontraba un ordenador portátil dentro de su funda. Allí, posiblemente encontrarían los datos más importantes que pudieran hacer referencia a la investigación. 

Notas de juego

Hacedme las tiradas que creáis oportunas!

Cargando editor
05/11/2020, 01:42
Kharis Daeric

- Muchas gracias. Intentaremos dejarlo todo como estaba. - Dije mientras sacaba unos guates de latex de mi chaqueta. Miré el ordenador. - Seguramente esté protegido por contraseña y dudo que la descifremos, aunque se puede intentar. - Le dije a Jones encogiéndome de hombros.

La verdad es que no era nunca agradable registrar la habitación de un adolescente. A veces te encontrabas con cosas que quizás no debieran estar allí. Drogas, pornografía... Recuerdé en ese momento el caso de un registro en un dormitorio donde encontré un dildo y lubricante anal en la habitación del chico. Sus padres no se lo creían a pesar que lo saqué delante de ellos. Por su mirada, hubiesen preferido que encontrase un alijo de drogas.

- Voy a empezar a registrar el lugar. - Informé a Chandrelle, mirando en los lugares más evidentes donde ocultar cosas, para luego ir mirando en los menos evidentes. Se me notó que miré con cierto desagrado o más bien pudor, el cajón de la ropa íntima de la joven, pero era mi trabajo aunque algunas cosas simplemente me seguirían avergonzando pues era difícil hacerme a ellas.

Buscaba cualquier cosa que me diese algún cabo para tirar. Ojeé libros, por si había notas en su interior, apuntes de clase y los libros que tenía del instituto. Era frecuente dejarse llevar por el corazón y el aburrimiento en clase y hacer anotaciones en los márgenes de los libros y los apuntes, como el nombre del chico que te gusta o dibujos que dijesen algo importante. Aunque eso era más frecuente encontrarlo en los apuntes.

La verdad era que no sabía si encontraríamos algo de utilidad allí. - Si el ordenador está bloqueado, pediré permiso a la familia para llevarlo a la OFI, se quien se podrá encargar de él con fiabilidad. - El otro monstruo de la OFI. No había nadie mejor que él y como tenía que ir a verle igualmente podía llevarle el ordenador.

Saqué fotografías de los libros, de las fotografías de Marie con sus amigas, puesto que no recordaría todas las caras ni los títulos de los mismos. Revisé con cuidado los albumes de fotos, buscando a las amigas que exponía en su cuarto en ellos y a las que faltaban en el exterior también. Cualquier detalle era importante... aunque no lo pareciese. Y más aún cuando partíamos de cero gracias a la poca colaboración de la OFI en aquel momento.

- Tiradas (1)
Cargando editor
09/11/2020, 13:58
Chandrelle Jones

Dejé a la mujer y seguí a Daeric hacia el piso superior. Había sido un momento difícil para las dos, pero el trabajo podía ser, en mmi caso, lo que necesitaba para dejar de lado mis emociones y conseguir, finalmente, dominarlas. Al menos debía aprender a usarlo como una pantalla, o más bien, la sujeción que necesitaba para no caer.

El cuarto era más o menos lo que esperaba, pero la mirada de ambos se dirigió hacia el portátil. A pesar de todo, y de que en aquellos tiempos, un ordenador, como un móvil, contenía toda la vida de cualquier adolescente, me resistía a pensar que no hubiese un diario escrito.

-Si no le importa, señor Penwater, miraré un poco por si pudiese encontrar un diario en papel. Es muy de chicas, por lo que podría haber uno, aunque no supieran ustedes de él -le dije, esperando a que me diese permiso para registrar, debajo del colchón, de los libros e incluso, de la mesita de noche.

Mientras tanto, intenté meterme un poco en la piel de aquella chica, que a pesar de sus costumbres y movimientos, no dejaba de ser, por lo que estaba viendo, una adolescente normal y corriente, con las mismas inquietudes que muchos otros: crecer.

Cargando editor
10/11/2020, 03:19
Narrador

Registraron la habitación durante casi una hora. Lo hicieron a conciencia, aunque de forma cuidadosa y recogiendo todo lo que iban sacando una vez estaba comprobado. No querían tener que volver, por lo que era necesario hacer un registro meticuloso, pero tampoco querían que fuera violento para sus padres, que ya tenían suficiente con la desaparición de su pequeña.

Lo primero que encontraron fue gracias al olfato y es que la marihuana era difícil de esconder por mucho que una lo intentara. Debajo de la mesa había un pequeño mueble de cajones. Allí, dentro de un estuche y rodeada de lápices, bolígrafos y otros utensilios de escritura, encontraron una bolsita de plástico cerrada de forma hermética. En su interior se encontraban tres cogollos de marihuana, sin duda para consumo propio.


Sorprendentemente el ordenador portátil que estaba sobre la mesa, se encontraba aún con carga, aunque poca y sin contraseña. El agente Daeric se encargó de revisar el portátil y lo primero que le llamo la atención fue el fondo de pantalla. La imagen central era de un chico joven, quizás de la edad de Marie o incluso algo más joven. 

Siguió indagando hasta que encontró una carpeta con conversaciones guardadas de la aplicación de chat que estaba de moda entre los jóvenes, instantmessage. Había muchos archivos con diferentes personas, desde el padre o la madre de Marie, pasando por muchas amigas y un tal Johnny. No le costó mucho descubrir que ese chico no era otro que el de la foto, pues adjuntas en la conversación había diversas fotografías del chico, algunas de Johnny con Marie en la feria, saliendo de cine, en un restaurante y con otros amigos e incluso algunas fotografías subidas de tono. Marie en sujetador, el torso musculoso de Johnny, ella desnuda y en penumbra, por lo que poco se veía y hasta unas cuantas "fotopollas" de él. Nada del otro mundo.

Leyendo parecía que unos meses antes de la muerte de Marie, Johnny y ella dejaron de verse. Ella celosa, le acusaba de estar viéndose con una tal Christie y él lo negaba todo. Fuera como fuera, quedaron en dejarlo de mutuo acuerdo, aunque no dejaron de verse por completo, ni de escribirse. En otras conversaciones, con Elisabeh Marvin y Nancy Clark, se trataba el tema de Johnny. Sin duda, aquellas chicas eran sus mejores amigas y se contaban todo entre ellas. Hablaban de lo mal que se había portado Johnny y al parecer había sido Nancy quien le había descubierto con Christie en una fiesta. Frases como: "es un cerdo", "será por chicos" o "esa zorra verá lo que es bueno", no faltaban en las conversaciones.

A partir de dos meses antes de su muerte, fue cuando Marie empezó a salir del hoyo en el que estaba, pues fue conociendo a otros chicos a los que les enviaba fotografías mucho más eróticas que las que les enviase a Johnny y parecía quedar con muchos chicos para tener relaciones, aunque, viendo el fondo de pantalla que aún tenía, sin duda no se había olvidado aún de Johnny y todo lo que hacía era por despecho y por aparentar frente a sus amigas. 

De entre los muchos chats que tenía abiertos con diferentes chicos, destacaban tres de ellos, con los que había una cantidad de mensajes muy significativa y muchas fotografías de Marie y también de ellos e incluso videos eróticos. Los alias de estos chicos eran: #eric69, #jdmcnamara y #bigpaul. Había otros chicos, pero para un análisis más minucioso, tendrían que llevar el ordenador al laboratorio.


Tampoco le costó a Chandrelle hallar un diario personal de Marie. Las entradas que coincidían con el tiempo que pasó con Johnny quien resultó tener el apellido Maslowe, eran todas alegres y optimistas, mientras que las que eran posteriores a tema que sucedió con la tal Christie Channing, todo lo contrario.

Chandrelle sólo pudo leer por encima el diario, necesitaría mucho tiempo para leerlo todo, pero si pudo hacerse una idea general de como era la relacion entre Johnny y Marie.

Al parecer, Johnny fue el primer novio de Marie. Con él experimentó relaciones sexuales por primera vez y según describía en su diario, "ha sido maravilloso y mágico". Hablaba de las citas que tenía con él y de lo maravilloso que era estar a su lado. Decía que estaba enamorada de Johnny y que se notaba que él también lo estaba y que deseaba un futuro juntos, algo que bajo su punto de vista, era imposible que no acabara sucediendo, porque según había escrito, "somos la pareja perfecta".

Todo se ensombrecía cuando apareció el tema de Christie. Decía que su amiga Nancy vio como se besaban en una fiesta. Lo cual concordaba con la versión del chat. De escribió como Johnny lo negaba, pero ella creía a pies juntillas lo que decía su amiga Nancy. Al fin y al cabo era su mejor amiga junto con Elly y nunca le engañaría. Poco después dejó de escribir en el diario. La agente Jones supuso que empezó a tener las manos ocupadas con otra cosa, posiblemente las cosas de los chicos el instantmessage. 

Una nueva foto se encontraba dentro del diario. La cual era de las pocas que conservaba sin romper, pues en sus álbumes, muchas de las fotos en las que salía con Johnny, estaban rotas o le había desfigurado la cara con un bolígrafo.

Finalmente, Chandrelle encontró algo interesante, volviendo a ojear las páginas del diario y era que no le había dicho a sus padres que estaba con Johnny, pues creía que no se lo tomarían bien, puesto que Johnny era mulato y creía que eso no les gustaría a sus padres.

Notas de juego

Ya tenéis mucho que asimilar.

Y ahora qué?

Cargando editor
10/11/2020, 20:47
Chandrelle Jones

Sonreí al encontrar la bolsita con marihuana, mirando de reojo al padre. No sabía si ellos conocían aquella faceta de su hija, pero tampoco es que fuese lo más importante del mundo mundial.

-Cuando era joven, fumar marihuana era lo más transgresivo. Es un clásico de la rebeldía adolescente -le dije, quitándole importancia.

Vi como Daeric registraba también la habitación y como se detenía en el portátil. La foto de aquel chico ya indicaba que debía haber cosas personales en su interior, porque de otra manera, no lo habríamos visto. ¿Un novio? ¿O sería tan solo alguien que le gustaba? No, no. Si tenía su foto como salvapantallas, debía ser algo más que eso o no habría permitido que cualquiera, incluidos sus padres, lo viesen en un momento dado.

El ordenador concentró buena parte de nuestra atención. El chico de la foto era, efectivamente, alguien importante para él. Aquel simple descubrimiento me decía mucho de Marie; era todo lo contrario a lo que nos habían vendido, porque el enamoramiento que demostraba se ajustaba al de una chica de su edad, con sus esperanzas y juegos, y también, sus frustraciones. Los mensajes hablaba de amor, traición y celos. Johnny puede que no fuese un ejemplo de virtudes, pero también parecía ajustarse al tipo de los hombres que se sabían atractivos para las mujeres y eran incapaces de mostrarse fieles. Sí, era un cerdo, efectivamente, pero nada del otro mundo.

Eso también creaba la base que explicaba el comportamiento de Marie. No era una "puta" como su madre se había atrevido a llamarla, u otros habían insinuado. Para olvidar a su Johnny, Marie se había abierto al mundo, seguramente, intentando demostrarle que era deseable, sobre todo para que volviese con ella, porque si había mantenido aquel retrato no era solo porque su recuerdo era agradable, sino porque todavía lo quería.

Sí, aquella relación la había marcado para siempre, un "siempre" demasiado corto.

Mientras Daeric examinaba con mayor atención el ordenador, yo proseguí un poco con el registro de la habitación, hallando su diario escrito. Johnny Maslowe estaba en él, y había sido su primer amor. De ahí aquel sentimiento que no podía evitar, seguramente, en parte de culpa por sentirse responsable de haberlo alejado, o por no haber sido lo suficientemente buena para él. Marie era una chica que como todas, soñaba con una vida perfecta, al lado de alguien le hiciese sentir perfecta, pero al no suceder, su propia vida perdió aquel orden que había establecido, llevándola a buscar un rumbo que jamás logró encontrar.

No, definitivamente, Marie era una chica normal, con problemas normales, que únicamente necesitaba sentirse amada y que no dispuso de tiempo para reencontrarse a sí misma.

Para mi sorpresa, en el diario dejaba constancia de que no había hablado de su relación con Johnny. Los secretos eran, en estos casos, excitantes y llenos de aventura, pero para ella también habían supuesto un enorme problema, al hacer que se aislara todavía más en casa.

-Dígame, señor Penwater. ¿Conoce a este joven de la fotografía? ¿Alguna vez nombró a su hija a un tal Johnny? -le pregunté a su padre, mostrándole la foto de Johnny que había encontrado.

Sabíamos quién era, pero ¿cuánto sabrían sus padres realmente?

Cargando editor
12/11/2020, 16:34
Catherine Penwater

Catherine se sonrojó avergonzada cuando encontraron aquella bolsita de hierba. No sabía que su hija fumaba y menos que fumaba aquella mierda. Ella tampoco era fumadora, no al menos hasta que pasó lo que pasó con su hija. Ver que su hija consumía marihuana volvió a hacer que se  le cayera el alma a los pies y todo el mundo lo percibió en su expresión y en su mirada. 

Pero nada dijo. Tan solo bajó la mirada y se prometió a si misma que no volvería a probar el tabaco. Que lo consiguiera o no, ese ya era otro tema.

Cargando editor
12/11/2020, 16:39
Thomas Penwater

Es... - Frunció el ceño y miró bien la foto. - Si, es un compañero de clase de Marie. - Dijo sorprendido. - No sabía que ella y él... - Tomó aire. - Tuvieran algo. Es un buen chico. - Miró a su mujer. - ¿Por qué no nos lo contó? - Bajó la mirada. Se le notaba defraudado y seguramente estaba pensando en que era lo que habían hecho mal.

Cargando editor
12/11/2020, 19:15
Chandrelle Jones

Miré a sus padres con gesto comprensivo.

-Seguramente, porque los secretos son excitantes y hacen que una chica de su edad se sienta especial y única. Su hija no era como ustedes pensaban. Simplemente buscaba a alguien que la quisiera, como muchas adolescentes, y en aquella búsqueda estuvo con chicos muy distintos, esperando encontrar lo que necesitaba. Ustedes no hicieron nada malo. Es solo esa sensación que tienen los jóvenes de esta edad de que nadie más puede comprenderles -les dije, intentando, de nuevo, calmar sus ánimos y sospechas.

Había mucho de cierto en todo lo que les había dicho, pero me había guardado la decepción que había sufrido y que había causado que saliese más y seguramente, distinguiese menos.

Puede que todo aquello hubiera tenido algo que ver con su muerte, o puede que no. Solo la investigación podría decirlo.

-Tendremos que hablar con él, agente Daeric -le dije a Kharis, que seguía examinando el contenido del portátil.

Cargando editor
18/11/2020, 12:30
Thomas Penwater

Pues si han acabado aquí, agentes... - Intervino Penwater. - Les pediría que me dejen a solas con mi mujer. Tenemos mucho de que hablar...

Notas de juego

Algo más en casa de los Penwater, o hemos terminado?