Partida Rol por web

Iba a responderla con que nos habían tendido una trampa, pero cuando sacó aquella pistola y me la ofreció escuché atónito aquellas palabras tan dolorosas, me odiaba y eso me partía el corazón en dos, jamás pensé que puede aquellas palabras salir de su boca pero endurecí mi mirada e ignoré la pistola.

-¿Y qué es lo que realmente sabes Eara? Si has perdido parte de tu memoria ¿Como sabes que por egoísmo lo que hice, es que te lo ha dicho alguien, la jodida Triquel? ¿Cuáles son tus circunstancias? ¿Sabes lo que he sufrido durante estos años?-le pregunté con voz grave clavándome el dedo índice en le pecho perforando su mirada con mis ojos.

-Perdí a la mujer que amaba y eso me destrozó, a cambio volvió una niña que era su viva imagen pero que no recordaba nada y tuve que convertirme en un padre viudo de una hija que no había nacido de un vientre materno, hacer de tripas corazón, apartar el amor que sentía por tí y convertirlo en cariño por una pequeña... ¿Tienes idea de lo que ha supuesto eso para mí? Cada día desde que te perdí me he maldecido, pensando que podría haberlo evitado, deseando ser yo el que murió en vez de ti, pero no, NO. Me tocó cargar con ese pesada losa de dolor y tristeza desde que expiraste en mis brazos..-el corazón me latía rápidamente desbocado y nervioso, pero no por la posibilidad de morir sino por tener de nuevo a mi amada ante mis ojos. Cogí la pistola con violencia apuntando con el cañón al suelo y con los ojos enrojecidos a punto de llorar.

-¿Es personal? ¿Tanto me odias y soy un problema en tu vida? Pues bien...-en un rápido movimiento descargué el arma tirando la pistola a un lado de la habitación y el cargador al otro con desgana-Si tanto me odias prefiero morir aquí y ahora, no lo soporto más Eara, vivir sin tí ha sido una tortura durante demasiado tiempo y verte ahora viva y... odiarme, me supera, así que...dispara, si eso te hace más feliz, adelante-dije reduciendo el tono a uno más triste, agotado y derrotado. Simplemente me había cansado de luchar...-Pero antes de que dispares concédeme el último deseo del ahorcado...deja que ponga una cosa, es el móvil-dije sacando el dispositivo del bolsillo, quería poner una canción que siempre había significado mucho para mí, pulsé el play en la pantalla táctil y lo dejé sobre la mesa.

-Bien, ahora ya puedes ejecutarme, nada de lo que diga o haga te hará cambiar...-fue lo último que dije escuchando aquella melodia.

https://youtu.be/x1PnutlbCCM

-No pretendo que lo entiendas, pues es difícil. -comentó levantándose del asiento sin apartar la vista de Ulthred, quien parecía gravemente afectado por la situación.

Al tirar el revólver al suelo como si fuera un cachivache, Eara lo miró con indiferencia. ¿Por qué? Si le había dado una oportunidad de vivir, su pase para seguir. ¿Por qué se rendía sin más ante ella? Eso le causaba cierto enfado. Odiaba que las personas se rindieran sin luchar.

-Triquel no existe.

Le apuntó.

No pudo contemplar la escena cuando disparó el gatillo. En aquel entonces, la música que Ulthred había puesto con total licencia, la distrajo. La bala le alcanzó el hombro.

El impacto en el hombro me pilló por sorpresa, esperaba caer fulminado de un tiro en la cabeza pero en cambio solo noté el dolor punzante y ardiente de la herida de bala, salí despedido hacia atrás chocando contra la pared. Aunque el dolor seguía siendo mucho más duro el de mi pecho que el del hombro...

Aquello me hizo enfurecer, desconocía por qué, pero mis ojos se clavaron en los de Eara con odio, ¿por qué, por qué me pasaba esto a mí? Apreté los dientes y me lancé hacia ella como una locomotora con un alarido sin control para embestirla y tirarla al suelo.

Eara cayó al suelo embestida por él, quien le dio un bloqueo en el rostro. Sintió como un hilo de sangre se desprendía de su nariz. Así que, aprovechando que tenía el brazo inestable, Eara hundió el dedo en su herida y, tras ello, le otorgó un golpe también.

-¡Aggghhh...maldita sea, te sacaré esa memoria pérdida aunque sea a golpes!-aquel dedo en la herida me hizo gritar de dolor pero no podía aguantar más castigo, mi amigo entrenamiento seguía en mi cuerpo y mente...

Aún con el radiante dolor generado por mí herida conseguí propinarle un bue puñetazo en el rostro-Vamos Eara, recuérdame, ¡Recuérdanos!- grité tras aquel fuerte puñetazo.

Aquel otro golpe desvió el golpe de Eara que propicionó a la paz

La joven asintió mostrando su acuerdo con su compañero de misión, aunque su mirada parecía bastante tormentosa, e insinuaba que otro asunto la preocupaba, aunque no lo mostró abiertamente, observaba al anciano como si midiera la información y luego suspiro. 

-sería conveniente hablar con ellos o que alguien de la organización los interrogara, como poco: deberían saber algo que nos aclarara el paisaje.

-No hay que perderles de vista. -comentó el pequeño de los Romasanta.- ¿Y si os hacéis pasar por sus policías? ¿No sería una buena idea?

Pude desviar el golpe de Eara con facilidad, ésta vez la había pillado al contragolpe y me aseguré de apresar bien sus muñecas con toda la fuerza que pude, aún con el hombro herido y acerqué mi cara a la suya hasta casi rozar nuestras narices, clavando de nuevo mis ojos en sus pupilas color esmeralda-¡Maldita sea quieta! ¿es que no entiendes que lo hice todo porque te amaba? ¡no quería perderte Eara! siento haberte hecho perder parte de tu memoría...¿pero realmente no recuerdas nada? cuando nos conocimos, las misiones que compartimos...todo lo que hicimos juntos, tu me odiarás por haberte hecho eso, pero no estaba preparado para que me abandonases ¡tu habrías hecho lo mismo!-grité practicamente rozando nuestras pieles.

-Te quería...y muy a mi pesar, te sigo queriendo...-dije cargando todo mi peso sobre ella, esperando cualquier reacción tanto violenta como calmada.

Al escuchar al policía mi cara se redibujó en confusión ¿estaba aceptando dejarme escapar o solo se estaba haciendo el tonto? No dije nada aunque le miré extrañada aún cuando unos guardias llegaron para llevarme, esta vez de una forma suave, me mostré reacia a que me sedaran aunque fue inevitble y no comí más de lo que exigieron... temía que pudiese tratarse de una trampa... y quizá tenían razón, estaba alterada... paranoíca; pero ¿a caso no era lo normal en mi situación? Y así fue como tras unos días bajo vigilancia había acabado en el hospital.

Me levanté de la camilla y miré alrededor, no parecía haber nadie, no al menos en la sala aunque suponía que podía haber alguien vigilando la puerta así que me acerqué a esta y piqué desde dentro, esperando a ver si obtenía respuesta.

Es complicado, ya nos han visto con el grupo estariamos fuera de lugar, ¿sabemos si los van a soltar? es probable que si los sueltan vuelvan a juntarse con nuestro grupo y los podamos mantener vigilados-comente pensativo