Partida Rol por web

El viejo se pone al lado del extranjero.

- Soy Unk'ha. Superviviente de Babuka. Los demás supervivientes se marcharon a otros poblados. Así que se podría decir que soy el líder de Babuka y espero que respetes las leyes de Babuka.- dice en clara referencia al extranjero.

El viejo mira a Nikolai y le hace el gesto de levantarse.

-Recoge tus cosas.- dice esta vez mirando a las chicas.- Vosotras... sois las chicas que compartisteis casa con Leros el comerciante no? La misma noche del ataque, no? Él era también un extranjero, y el pueblo lo apreciaba mucho. Le dió mucha prosperidad a Babuka con sus mercancías.- en su cara, una sombra de tristeza y pesimismo aparecen por un momento.

Las hermanas se miran entre si y miran al extranjero. Contrariadas, dejan pasar al extranjero. No es que tuviesen miedo de él, pero faltarle al respeto podría iniciar una mala relación entre su tribu y las demás tribus. Lira se aparta del camino del extranjero y se va al lado de su hermana.

- Si le echáis la culpa al extranjero, es que no visteis quién atacó Babuka.-le dice a las chicas antes de dirigirse a los demás- A qué se debe tanta visita hoy?

Kitnawa saludó al anciano con respeto; si era el "jefe" de Babuka, al menos se lo debía

- Saludos, Unk'ha. Mi nombre es Kitnawa Karume, de los Rakusian. Estoy aquí porque los ancestros me han hablado en sueños y me pidieron que viniese a este lugar.

Al recoger sus pertenencias, Nikolai vigiló a las hermanas para que no intentasen nada raro. Aunque el anciano al fin y al cabo se había mostrado amable con él aún no estaba totalmente predispuesto a fiarse de todo ellos tras lo que había ocurrido, tal vez por eso no se mostró tan agradecido como debería.

- Puede llamarme Umar - dijo una vez recuperó sus cosas, no era su primer nombre pero las hermanas le habían demostrado hasta que punto aún era salvaje aquella parte del mundo, y tal vez aquél simple nombre le ahorrase problemas en el futuro - he venido en nombre de una persona que estuvo aquí cuando Babuka fue atacada, para saber que fue lo que ocurrió en realidad.

Incluso desde mi privilegiada posición, fui incapaz de ver como el anciano se acercaba hasta donde estaban los demás, y su repentina aparición me sobresaltó un poco... pero aun así, aprecié su llegada.

Esto se pone interesante- pensé mientras le escuchaba hablar, sonriendo al ver como les reprochaba su actitud a las gemelas. Además, los otros dos hombres empezaron a contar sus motivos para estar aquí -¿Le hablaron en sueño?... eso promete- me dije al escuchar al que decía ser de los Rakusian.

Las cosas se ponían interesantes, así que me quedé allí arriba, esperando a ver como se desarrollaba todo, olvidando la idea de lanzarles algo.

- En nombre de una persona que estuvo aquí cuando fue atacada? De parte de Leros? Que es de ese buen hombre?- dice contento al escuchar esa noticia.- Y porqué no ha venido él?

Al parecer la noticia le ha gustado bastante y empieza a caminar.

- Venid conmigo, tengo algunas frutas frescas en mi casa. Así me explicaréis que está pasando. Si queréis.

Pero Unk'ah no da dos pasos cuando delante vuestro, aparece un chico también acompañado por una pantera. Parece que va algo despistado y aún no se ha fijado en vosotros.

Unk'ah se para observando al chico que anda algo despistado.

- Kanu?!- dice Lira algo sorprendida.- Qué haces aquí?

Lira había reconocido al chico al instante.

Cuando te giras de donde ha venido la voz, observas como todo un grupo de gente te esta mirando. Las hermanas Mafumbo, Lira y Nira, un hombre ya viejo, un extranjero y otro chico con una pantera a su lado. Todos te miran.

Kitnawa miró con el entrecejo fruncido a aquel chico y su pantera. ¿Sería el chico de su visión?

¿Leros? - pensó. No recordaba a nadie con ese nombre, o bien el anciano hablaba de otra persona, o utilizó otro nombre mientras se encontraba por allí.

Apenas había llegado a esa conclusión cuando otro de los indígenas apareció acompañado por su propia pantera. No se movió, no sabía hasta que punto aquellos hombres habían 'domesticado' a los animales, y aquellas panteras tenían que ser bastantes peligrosas. De hecho comenzó a observar por el rabillo del ojo a la otra, de la que no se había preocupado mientras estaba luchando por liberarse de las cuerdas.

Te fijas en el chico, no recuerdas el sueño con el detalle suficiente, pero la pantera... Es muy parecida a Usiku. Podría ser ese chico. De hecho, si los sueños te hablaban de Babuka, y de un chico con una pantera, qué posiblidades hay que no fuese este el chico que buscas?

El mundo a tu alrededor se veía bastante normal. A pesar de unos ligeros rastros de la magia que habías obrado hacía sólo hace unos segundos, no había magia en ninguna de esta gente.

¿Se van a su casa?- pensé al escuchar las palabras del anciano, maldiciendo por lo bajo -Si entran en una casa será más difícil escuchar lo que dicen- me dije, pero mientras pensaba como podía solucionarlo, alguien más llegó al claro -¿Kanu? Parece que le conocen- pensé al oír a Nira ¿o era Lira? -Esto parece toda una reunión- no para de venir gente- me dije mientras cambiaba de posición para poder ver bien al recién llegado.

El tipo parecía algo despistado, como si hubiese llegado allí por casualidad... y además, al igual que el Rakushian, este también iba acompañado de una pantera. Lo cual me molestó... al fin y al cabo, si todos tenían panteras, ¿por qué yo no? -Seguro que es por algo especial... si no, yo también tendría una pantera acompañándome- pensé enfurruñado mientras me concentraba en ver que tenían esos dos de especial.

Kanu se sorprendió de ver el antaño gran poblado de Babuka en aquel estado tan lamentable. Era triste ver como un pueblo otrora prospero y generoso, hubiese acabado de esa manera por una fuerza peligrosa y siniestra; ni todos los guerreros de Babuka habían podido frenar a aquella criatura.

Sin embargo, el auténtico susto se lo llevo cuando, caminando tranquilamente por las ruinas se encontró con gente. El sobresalto fue tal que ni reconoció a Lira cuando la vio.

El joven estaba a punto de saltar para ponerse a cubierto en algún lado cuando las palabras de la Lira controlaron sus reflejos defensivos.

-¿Lira? ¿Qué  haces aquí?- preguntó casi en grito, todavía sobresaltado y con el corazón a mil por hora- ¿Y quiénes son los demás? ¿Guerreros de tu tribu?- la pregunta obviamente se refería al otro nativo. Todavía recordaba la aversión de Lira y Nira por los extranjeros. El hecho de que Lira estuviera acompañada pacíficamente de un extranjero, debería haberle llamado la atención, pero el aprendiz de Shaman todavía estaba intentando calmarse.

No cabía duda posible; ese chico tenía que ser el joven de su visión, y si las visiones eran correctas, estaba en grave peligro.

- No, provengo de otra tribu. Vine aquí guiado por una visión. ¿Quien eres, muchacho?

-Soy Kanu aprendiz de Caraazul, el Gran Shamán.- dijo el joven con el pecho cargado de orgullo- Vine aquí buscando a mi maestro.

-Hombre!!! Un aprendiz de Caraazul! Cuánto tiempo sin verle. Que tal se encuentra tu maestro?- dice todo sorprendido e ilusionado. Pero de repente se recompone. - Uy, pero no os quedéis aquí, acompañadme a la cabaña. Que tengo algunas frutas que podéis disfrutar.

Aquella noticia había cogido a Unk'ah algo desprevenido, pero parecía que le había alegrado. Empezó a caminar hacia un edificio bastante grande y circular donde la mitad del muro había caído dejando el aspecto de un edificio en ruinas, totalmente deshabitado. Pero el hombre trepó fácilmente por las runas y se coló por detrás de ellas. Cuando pasáis al otro lado observáis que en ese lugar, Unk'ah se ha improvisado un refugio aceptable y espacioso.

-Bueno, por donde íbamos? El chico... - pasa unos segundos algo dubitativo.- Kitnawa. Dices que vienes guiado por visiones? Qué visiones son las que te traen por este lugar? Babuka no es lo mismo desde que la bestia-serpiente esa apareció. El hombre que le acompañaba no paraba de exigirle a nuestro querido Kilombo la localización del colmillo. Je, qué estúpido que era si no podía encontrar el colmillo de la serpiente que le acompañaba no? Bueno, me estoy yendo por las ramas.

Con que el tal Kitnawa tenia visiones y el otro, Kanu, era aprendiz del Gran Shamán- pensé al escucharles -Normal que puedan tener panteras como compañeras- me dije… aunque claro, saber eso no me impedia querer yo también una. Pero mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando el anciano propusso de nuevo que fuesen todos a su casa, y no me quedó más remedio que seguirles.

Espero que haya algun lado donde pueda esconderme- pensé mientras buscaba algun sitio donde pudiese escuchar sin ser visto.