Partida Rol por web

Te fijas en los dos chicos de las panteras. Es algo realmente raro, pues entre ellos dos hay un vínculo muy fuerte. Puedes ver el lazo. Un lazo que acostumbras a ver con tu mentor con los espíritus a los que reverencia. Sin embargo, el lazo que hay entre los chicos y sus panteras es mucho más fuerte y sólido. Casi tangible. De hecho, te da la sensación de que compartiesen ambos la misma alma.

Por lo demás, no parecen muy diferentes. Humanos como tú al fin y al cabo.

- ¿Un monstruo serpiente? - pregunta intrigado - ¿no fue eso lo que causó la destrucción del pueblo?

Al fin y al cabo aquello era para lo que había ido hasta allí, tenía que enterarse de lo que había ocurrido.

- Vi a un monstruo serpiente en mis visiones -afirmó Kitnawa- Y también vi a Kanu en ellas.

Miró al chico con seriedad. Es posible que estuviera en peligro, y que el propósito de su visión fuese que lo protegiese

Cuando el anciano le preguntó, Kanu se mostró sombrío durante un momento. 

-Mi maestro anda desaparecido señor. Más tiempo del habitual- Respondió previendo el comentario acerca de las habituales desapariciones de su maestro. Luego el joven se presentó ante el individuo que no se había presentado, que venía de otra tribu que no era la de Lira y que parecia interesado en él -Yo vi a la criatura, pero de lejos- dijo Kanu- pero puede que me vieras porque creo que entré en contacto con su espíritu por medio de mi magia.

- ¿De veras hiciste eso? -preguntó Kitnawa sorprendido- Pues en la visión no parecía nada bueno

- Si señor Umar, una bestia causó la destrucción del poblado. No recuerdo demasiado excepto salir de casa y notar la mordedura de una serpiente. Mientras caía vi a la bestia esa y a otro sujeto más. Era de los nuestros... Milagrosamente me pude recuperar de la mordedura de la mamba negra. Debería estar muerto, pero el gran espíritu del clan quiso que yo cuidara de Babuka.

El hombre remueve unos trozos de tela y saca unas cuantas frutas típicas de la zona y os las ofrece.

- Realmente, no sé porqué habéis venido hoy todos aquí. Parece algo propiciado por los espíritus. Si no, cómo explicaríais el hecho que Kitnawa haya encontrado a quien buscaba en su primer día en Babuka? Sin duda los espíritus querían que estuvierais aquí hoy... -después de una larga y profunda expiración prosigue- No sé qué has venido a buscar Umar, pero no tengo nada que ofrecerte. No tengo más información que el paradero de los otros supervivientes, quizá ellos sepan algo más. En cuanto a ti Kanu, tu maestro no ha aparecido por aquí. Ha sido siempre muy sabio, pero nunca supo cómo borrar sus huellas correctamente y si hubiese estado aquí, lo hubiese sabido. Vosotras chicas... No sé qué haceis aquí.

-Señor, hemos venido aquí a buscar información sobre lo que atacó Babuka. Vamos a cazarlo.-dijo segura de si misma Lira.- Es la única forma de recuperar el honor perdido.

Su hermana asintió sutilmente. Esa bestia les había hecho perder su gran oportunidad. Habían tenido que estar un año entero entrenando para poder recuperar su honor, y no tenían intención de dejarlo pasar.

- Pues yo no sé demasiado... creo que Unu, una chica invitada por un clan ajeno a Babuka también sobrevivió y ahora está buscando pistas sobre lo que sucedió. Hace tiempo que dejó Babuka, sin más pistas que encontrar. Y no sé su paradero, pero sé de dónde proviene, quizá podáis encontrar información en su pueblo... No lo sé.

El hombre se quedó pensativo, la verdad es que había mucha gente allí. Los espíritus trataban de decirle algo?

Desde fuera, habías estado atento a lo que sucedía dentro. No hablaban demasiado bajo, y los sonidos lejanos de la jungla no te molestaban a la hora de escuchar desde un lugar seguro, así que en ese momento disfrutabas de una vista privilegiada.

Por suerte, la casa del anciano no era sino las ruinas de un antiguo edificio donde se había procurado un refugio, así que tenía una buena vista de lo que pasaba dentro. Además, como tampoco es que hablasen muy bajo, podía escucharles claramente sin necesidad de descender al suelo, donde me arriesgaba a que me viesen. Y desde luego, la conversación era, cuanto menos, interesante.

¿Un monstruo serpiente? ¿Visiones y espíritus? Esto promete- me dije, con el entusiasmo de un niño ante lo que prometía ser una gran aventura... y por supuesto con la misma inconsciencia ante el peligro que esta podía conllevar.

- será suficiente con eso, tal vez alguno de esos supervivientes me pueda decir algo más. - de momento había confirmado que el poblado había sido atacado por serpientes, y la presencia de alguien que las acompañaba o las dirigía. Lo siguiente que tenía que saber era la identidad de ese hombre, y tal vez algo más sobre ese "colmillo" que buscaba.

- Tu, pequeño - habló dirigiéndose hacia el aprendiz de chaman - dices que has visto a esa serpiente ¿puedo preguntarte donde y cuando?

El hombre iba a responder a Umar cuando éste le preguntó al chico. El viejo no tardó en reaccionar

- La noche del ataque lo vería. Así que llegaste a ver a aquél monstruo? -pregunta bastante interesado-Sólo yo vi al monstruo y un hombre más que yo supiera. Él también resistió a los efectos del veneno, pero él es diferente. Se encarga de hacer los venenos para la caza, y se dice que él mismo se inyecta veneno a sí mismo para que sus venenos no le afecten, seguro que el veneno de esa serpiente no fue gran cosa. Si quieres conocer al hombre, vive al este de aquí a unos 4 días. En un pequeño poblado llamado Kirsh. O al menos, eso me dijo antes de irse. La joven que anda investigando el suceso vive no mucho más lejos, al sudeste de Kirsh. Perdona, ella no vive ahí, su clan vive por ahí. Aunque no te puedo especificar dónde, nunca me lo dijo. Quizá Roro sabe algo.

-Roro? - preguntó Lira bastante interesada.

Las dos se habían mirado mutuamente cuando el hombre comentó el hecho de que se envenenase a sí mismo para crear una resistencia al veneno. Y ahora, ese nombre parecía interesarles.

- Si, el hombre del que os acabo de hablar. El que vive en Kirsh.

El hombre se levantó de golpe y miró hacia fuera.

- Vaya! parece que el tiempo se pasa rápido cuando tienes compañía. Qué es lo que váis a hacer? No tengo mucho espacio aquí, pero si os quedáis esta noche os puedo hacer un hueco aquí. Ya sabéis que la selva es peligrosa por la noche. 

Kitnawa no sabía muy bien que hacer. Había encontrado al chico de su visión, así que supuso que debería quedarse junto a él y así obtendría sus respuestas.

- Yo creo que debo quedarme cerca de Kanu. Me enviaron aquí en su busca, y creo que quieren que lo proteja.

Se giró hacia el muchacho

- Por cierto, no me he presentado. Soy Kitnawa Karume, de los Rakushian. Mi compañera es Usiku -dijo señalando a la pantera negra como la noche que descansaba a su lado- Espero que no te importe que te acompañemos mientras buscas a tu maestro

Kanu nunca había tenido un particular odio por los extranjeros, pero no le gustaba que le tratasen como a un chiquillo cualquiera. Puede que fuera joven, pero era un orgulloso aprendiz del gran Carazul y había estado mas en contacto con los espíritus del lugar que cualquier ajeno paliducho.

-Tú, grande- dijo enarcando una ceja al extranjero- Si, puedes preguntármelo. Si tienes los modales para hacerlo, claro.- dijo con un tono ofendido. Un Shamán, aun joven, debía hacerse respetar.

Luego se giró hacia Kitnawa y Usiku.

-Ella es Adhyra- Dijo señalando a su propia pantera negra- Un placer conoceros. Si nuestro camino es el mismo, es mejor andarlo juntos como compañeros que como enemigos.

La respuesta del chico le sorprendió un poco, en el buen sentido. Al menos podía decir que tenía carácter, no sabía bien porqué pero eso le agradó

- Discúlpame entonces Kanu, aprendiz de Caraazul. - de alguna forma, sonrió al escucharse decir aquello como un noble título - Y ya que el líder del poblado parece haber respondido en tu lugar, permíteme hacerte otra pregunta. ¿Crees que tu maestro podría ayudarme a saber algo más sobre el ataque a Babuka y aquella serpiente?

En su interior se estaba cuestionando los posibles poderes del chamán pero no perdía nada por intentarlo, y si resultaba ser un genuino hechicero tal vez pudiera contestarle a preguntas que ningún otro sabría responder.

El joven Shaman estaba contento por su pequeña victoria. Sonrió complacido tanto por haberse mantenido firme como por estar ante una persona respetuosa; su maestro siempre le contaba historias acerca del respeto y de que era lo primordial para tratar ante espiritus y humanos, pese a lo raro que a veces resultaba de encontrar.

-Mi Maestro ha pasado un buen tiempo investigando los sucesos que ocurrieron aquí, tanto en el mundo físico como en el espiritual- dijo el aprendiz- Sin embargo, un alumno no puede hablar por su Maestro, pues está en su juicio determinar la honradez de tus intenciones y  el grado de ayuda que te proporcione.

Se inyecta venenos el mismo- pensé sorprendido al escuchar al anciano -Eso tengo que verlo- me dije, emocionado por la idea... al menos hasta que el anciano ofreció a las gemelas y al resto pasar allí la noche. La idea de que aceptasen y yo tuviese que pasar la noche en los arboles mientras ellos dormían plácidamente en la casa del anciano no era precisamente atrayente.

Esto de vigilar no es tan divertido como pensaba cuando Unu me dio la misión- pensé, irritado por la situación y sin prestar mucha atención a lo que seguian diciendo abajo. Una cosa estaba clara, si yo no podía dormir bien ellos tampoco... no por envidia ni nada de eso, no, yo no hacía cosas eso. Simplemente era lo justo -Un mono, algunas frutas, ramas, alguna culebra no venenosa...- me dije, enumerando mentalmente y casi sin darme cuenta, cosas que podían caer sobre ellos en plena noche.

- Entonces no se hable más, quedaos aquí esta noche como mis invitados. Os puedo ofrecer algo de sabrosa carne de serpiente además de fruta y algunas raíces.

El viejo, contento, fue a rebuscar entre sus pertenencias, ocultas bajo una estructura de troncos y paja toscamente trabajada en un lado de la habitación.

-Sabéis? Yo solía cocinar para las fiestas del pueblo y también recogía los alimentos. Mi mejor plato era la serpiente en caldo de frutas. Desde el día que vi a las serpientes huir en manada supe que algo raro pasaba, pero quién se iba a imaginar esto?- se dice apesadumbrado más para sí mismo que para los demás. Mientras tanto saca de la estructura alguna serpiente aún viva. fuertemente atada- Tengo sólo un par de serpientes, pero creo que podemos comer todos.

Tras sacar alguna fruta, el viejo mira al aprendiz de chamán.

-Que harás entonces tú, aprendiz de Caraazul? Tu maestro no ha aparecido por aquí. Pero si está buscando respuestas, sin duda irá a buscar a la chica.

Se gira hacia las chicas, pero estas contestan enseguida.