Partida Rol por web

- Nosotras también iremos a buscar a esa chica. Creemos que ya sabemos quien es...- Nira mira a su hermana que asiente.- Pero saldremos mañana al alba, es tontería salir ya.

Estás buscando el árbol más cercano para dormir, ya has dormido otras veces al raso, durante alguna caza y esto lo has hecho más de una vez. No tienes ningún problema. La noche, que se presenta bastante oscura, sería un momento perfecto para divertirse esa noche, sin embargo, las hermanas han elegido. Si ellas se van al alba, te quedará poco tiempo para jugar si quieres dormir.

Nikolai frunció el ceño, parecía que todos irían e la misma dirección y la idea de ir acompañado por las dos hermanas que casi acaban con su vida no le hacía ninguna gracia. Sin embargo no podía dejarse influenciar por eso. Lo haría, y si la presencia del otro nativo y su pantera no volvían a ser suficiente ya se protegería de ellas cuando lo necesitase.

- Tanto el maestro como la mujer pueden darme respuestas - dijo evitando mirar hacia las hermanas - Pero me será más fácil encontrarlos con ayuda... os acompañaré hasta hablar con ellos, si no ponéis objeciones.

Ya podían salir un poco más tarde- pensé  al escuchar que pretendían salir al alba. Era tarde y no debían quedar muchas horas para eso, así que lo mejor sería acomodarme y dormir hasta entonces... aunque luego de dejarles caer algo a las gemelas. Al fin y al cabo, no sería la primera vez que dormía menos por divertirme -Además, si no, esto es muy aburrido- me dije.

Una vez las gemelas se tumbasen y se pusiesen a dormir, me esperaría cinco minutos antes de dejarles caer la sorpresa, disfrutaría de la reacción y luego me iría a dormir -Seguro que arman un buen espectáculo- me dije. Además, siempre dormía mejor después de “divertirme”.

-Yo debo de encontrar a mi maestro, asi que os acompañaré hasta que de con él- dijo Kanu decidido- Probablemente él os pueda decir más información acerca de la criatura que esa mujer, pues lleva mucho tiempo investigando y su conocimiento no se limita al Reino Terrenal.- Terminó el joven arrastrando las últimas palabras para darles a entender a los presentes el vasto conocimiento de su Maestro

La noche se fue haciendo más y más oscura y, mientras la oscuridad se cernía sobre vosotros, el viejo Unk'ah os dió comida por si queríais cenar antes de ir a dormir: las serpientas cocinadas al fuego y unas cuantas frutas. Tras esto, empezó a repartir pieles. A pesar de estar completamente solo, este hombre tenía buenas provisiones.

La noche llegó y con ella, el portal de los sueños empezó a abrirse. Pero algo os despertó. Una fruta había caído del cielo y había dado a Lira en las costillas. Pese a que no le hizo mucho daño, el sobresalto y el chillido que os despertó a todos no pudo evitarlo. Tras estar un rato observando inútilmente la negrura de la selva, se volvió a dormir algo mosqueada. "Habrá sido el viento hermana" le intentaba tranquilizar Nira.

Durante la noche os despertáis, todos, en el mismo lugar. Lira y Nira no están, al menos no están en sus camas, miráis alrededor y os levantáis, algo os llama la atención. Medio dormidos, escucháis una melodía, una melodía preciosa y cautivadora mientras debajo vuestro, salen serpientes por todas partes dirigiéndose hacia la salida del edificio derruido, abrumados por la cantidad de serpientes, dais un paso atrás y os resbaláis al pisar una serpiente. Todo se vuelve negro de nuevo.

Os váis despertando y miráis alrededor, Lira y Nira no están y vosotros estáis tal cual como os habíais ido a dormir, os tocáis en la cabeza, intentando descubrir si lo que visteis fue un sueño o fue real, pero vuestra cabeza está intacta, y no parece como si hubiesen salido serpientes de la tierra.

En tu sueño, muy parecido, la rama del àrbol se convierte en una serpiente y cuando ésta se mueve, te precipitas al vacío antes de que todo quede negro.

Nada mas despertarse, Kitnawa miró al edificio donde había visto reunirse a las serpientes. Si había sido un sueño, su significado estaba claro, y debía atender la llamada de los espíritus. Pero no podía separarse de Kanu tampoco, así que esperó a que el decidiese que hacer

- ¿Habeis visto lo mismo que yo, verdad? -preguntó, sabedor de que los había visto a todos en aquel sueño

Al despertar, Nikolai sacudió la cabeza intentando espabilarse, o al menos olvidar aquellas imágenes tan extrañas. Ni siquiera se sentía con ganas de seguirle el juego al nativo y sus preguntas, ni de pensar donde estarían las dos hermanas

seguramente, buscando algo que desayunar

- No se qué habrás visto, pero yo acabo de salir de un sueño lleno de serpientes y aún no puedo pensar con claridad.

Tuve que reprimir una risa al ver las reacciones ante la caída de la fruta.

Ese chillido ha sido lo mejor... muy.... digno,... si señor- pensé conteniendo con dificultad la risa -Definitivamente, es lo mejor para antes de irse a dormir- me dije mientras me preparaba para dormir, aun pensando en el susto y el chillido. Tardé poco en dormirme, y cuando lo hice, una sonrisa traviesa asomaba en mi cara.

Todo iba bien... hasta que algo pasó. Pero sin saber porque, me había despertado, así que miré abajo, para ver si pasaba algo. Lira y Nira no estaban en sus camas, y no se las veía por ninguna parte. Aun medio dormido, pude escuchar, una melodía preciosa, cautivadora como ella sola, pero no le presté atención, más preocupado por el paradero de las gemelas... aunque en ese momento noté algo extraño. No le di importancia al principio, pero de repente, la rama en la que estaba durmiendo estaba más fría de lo que debería. Y también mucho más lisa, y su tacto era... escamoso. Entonces noté como la rama empezó a moverse y abrí los ojos de golpe, susto a tiempo para ver como la rama se había convertido en una serpiente que me miraba directamente a los ojos, momento en el que me precipito al vacio y la negrura se apodera de todo.

Cuando me desperté, me alegré de estar sujeto a la rama, pues había impedido que me cayese a causa del sueño. Todo era normal, ya había amanecido, no había ni rastro de la serpiente, y la rama seguía tan solida como cuando me dormí.

Maldita sea, seguro que todo es por culpa de esas historias sobre el ataque- pensé mientras buscaba a las gemelas, tal vez a causa de que en el sueño se hubiesen ido, a pesar de lo estúpido que podía parecer eso. Por desgracia mis inconscientes e infundados temores se cumplieron, pues no había ni rastro de las gemelas -Maldita sea, otra vez- me dije, cabreado con las gemelas por su manía de intentar que les perdiese el rastro. Rápidamente me preparé para partir, y me puse a buscar cualquier señal que me indicase hacia donde podían haber partido. Seguramente sería más fácil si bajase a buscar su rastre... pero las ordenes de Nunu seguían vigentes.

Kanu ya había tenido sueños vívidos como ese y siempre habían sido mensajes espirituales con significados importantes, aunque estos se encontrasen velados tras los enigmáticos galimatías de los ancestros

-Ese sueño debe de indicar que nos acercamas a la criatura- dijo el aprendiz- Los espiritus nos indican que vamos en buen camino.
 

Bajaste del árbol y empezaste a buscar a las gemelas con la mirada, parecía que no había rastro de ellas. hasta que encontraste cerca de allí unas ramas rotas, como si alguien hubiese pasado tán rápido por ahí que no le hubiese importado comerse la rama. La rama, algo más delgada que un dedo meñique estaba caída y eso tenía que decir algo.

Cuando Unk'ah se despertó lo hizo algo confundido, con la mano en la cabeza. Ahora que lo recordáis, Unk'ah nunca llegó a despertarse en el sueño, seguía tumbado, o al menos, no recordáis que se levantase como vosotros.

-¿Que sucede?- dijo al incorporarse, justo antes de ver que las gemelas habían desaparecido.- Dijeron que partirían al alba y parece que no han esperado a nadie, eh?

Unk'ah hace un estiramiento y se levanta.

-Os daré algunas frutas buenas para llevar en vuestro viaje. Parece que va a ser largo y éstas aguantan bastante bien, además, las cogí algo verdes para que no se me pudriesen demasiado rápido. - dice mientras rebusca en la estructura que se había construido.

Saca 4 unidades de la misma fruta, verdes aún, aunque el color anaranjado se les empieza a notar. Las frutas son algo grandes, del tamaño de una cabeza. También saca unas frutas más pequeñas y apetecibles.

-Éstas son para que comáis ahora.-pero de repenta, algo le llama la atención y grita.

- EHHHH!!

Suena el grito de Unk'ah.

Cuando todos os girais por la potencia del grito, Kanu, Kitnawa y Umar pueden ver a un chico agazapado, mirando unas ramas y el suelo.

Al oir el grito del anciano, Kitnawa preparó de inmediato su arco y apuntó hacia donde había ido Unk'ha, pero relajó la pose al ver que solo se trataba de un muchacho. ¿Que estaría haciendo ahí?

Se acercó a él, sin parecer amenazador pero sin soltar su arma.

- ¿Quien eres?

Kanu se llevó la mano izquierda a los talismanes que colgaban en su muñeca derecha, mientras retrocedía unos pasos para situarse tras Adhyra. La enorme pantera negra cubrió al muchacho mientras enseñaba sus largos colmillos amarillentos, emitiendo un profundo gruñido capaz de poner nervioso incluso al más avezado de los guerreros. El muchacho permaneció callado y atento, a la espera de que los otros individuos hablasen.

aún un poco somnoliento el grito del anciano le sorprendió mucho y se dio la vuelta agarrando la empuñadura del estoque, ni siquiera ver tan solo a un chico le tranquilizó. A saber por qué razón había gritado de esa forma el hombre de Babuka.

- Unk'ah ¿que ha ocurrido? ¿acaso le conoces?

Desde donde estaba no pude encontrar ningún rastro que me dijese donde habían podido ir, por lo que tuve que acercarme para buscar sus huellas, hasta que conseguí dar con algo.

Sabía que no podrían escapar de mí- pensé triunfante, pero en ese momento un grito a mi espalda me sobresaltó, por lo que me giré de un salto a ver qué pasaba. Tras de mí, tanto el anciano como los otros tres y sus panteras se encontraban mirándome -Maldita sea- me dije, recordando lo que Unu me había dicho. Uno de ellos me pregunto quién era, pero mi mente estaba en otras cosas más importantes... que hacer, como actuar, a donde ir, que decir, pero sobretodo había una cosa mucho m´ñas importante sobre todas las demás.

¿Puedo acariciarla?- le pregunté entusiasmado y con un tono infantil al que se había colocado tras su pantera.

Unk'ah miró a Umar y negó. Y volvió a mirar al chico que actuó algo alocadamente.

-Aunque no parece ningún enemigo.

Unk'ah volvió a girarse para ir a buscar algo cuando de repente, una bandada de pájaros sale graznando de una zona no demasiado al norte.

- ¿Que fue eso? - Dijo mientras volvió a girarse.