Partida Rol por web

Kanu se queda mirando con la boca abierta al Árbol, mientras se va acercando con la cautela de un corzo al que un humano le ofrece comida. A medida que se acerca a semejante maravilla de la naturaleza, su mente va recordado las historias y su asombro crece como una enredadera en tierra fértil: buscando los asideros de su mente y bloqueando la luz del sentido común.

-N..no puede ser- farfulla el muchacho casi sonriendo- E..es imposible- continua con asombro, maravillado ante el privilegio de ser participe de tamaño descubrimiento- ¿A..anh'we? -con una mezcla de sorpresa, miedo y fascinación -¿pero como es posible que esté aquí?- pregunta al aire, casi con la intención de que el Árbol le conteste.
 

- ¿Tú sabes lo que es este árbol? - preguntó olvidándose de examinarlo y comenzando a caminar hacia el aprendiz de chamán, aunque se detuvo a unos metros, cuando creyó que estaba demasiado cerca de su pantera.

- ¿qué es? ¿por qué tiene esta extraña forma? - 

-Es Anh'we- dijo el muchacho extrañado de la pregunta- ¿Es que acaso no os cuentan los shamanes de tu zona acerca de estos lugares?

Kitnawa miro con sorpresa y preocupacion el árbol. Si lo que decía Kanu era cierto, era posible que pudieran estar en problemas. No había ni rastro de las dos hermanas, y era evidente que habían estado allí. ¿Que les habría ocurrido?

- ¿Esto... esto es la serpiente entonces?

Empiezas a trepar por el árbol. Es muy sencillo de trepar, quizá el más sencillo que has trepado nunca, parece ser tan viejo, que los surcos en las zonas del tronco son algo comunes, una característica que te permitiría subir con facilidad, pero sin duda alguna, el hecho que el árbol crezca en horizontal, dando vueltas sobre sí mismo, te ayuda a escalar con una facilidad increíble. Te preguntas si no está hecho de esa manera. Cuando llegas arriba, te llama la atención el centro del árbol.

Al estar enroscado sobre sí mismo, como si se tratase de una serpiente, el árbol ha dejado un agujero en el medio. Te asomas a él para ver si puedes ver lo que hay abajo, pero la oscuridad es tan potente en ese agujero que no sabes seguro si hay final o sigue hasta las profundidades del mundo. Sin duda, esto es algo que te llama mucho la atención. Se habrán llevado por ahí a las gemelas?

El chico que acabais de conocer hace escasos minutos ha empezado a subir por el árbol, a escalarlo. Parece una tarea muy sencilla, diríais que está casi hecho a medida para poder subir. El tronco creciendo en horizontal sin duda ayuda muchisimo para poder escalar. Al cabo de pocos segundos está arriba del todo. No véis bien lo que hace desde vuestra posición, pero parece estar mirando algo.

- Los chamanes en mi tierra son muy... reservados y esquivos. - 

La pregunta del nativo le dejó intrigado. ¿Era posible que el árbol fuera la serpiente? Había visto cosas muy extrañas, pero no se le ocurría la forma de saber si era cierto.

Estaba meditando sobre esto cuando vio al otro chico subido al árbol. No se le ocurrió otra cosa salvo que era una imprudencia.

- ¡Maldita sea, chico! No deberías estar ahí, no sabemos si puede ser peligroso.

El joven shaman hizo un gesto de extrañeza ante el hecho de que los shamanes extranjeros no guiasen espiritualemente a su pueblo, pero bueno sus motivos tendrían

-Anh'we es la entrada al altar del Espíritu Supremo de las Serpientes de Nanwe. Las leyendas dicen que sólo una persona ha conseguido salir de la morada del Gran Espiritu Viperino y salió convertido en la encarnación del Espiritu.- dice el joven sin ocultar la admiración y alegría que sentía- Es un lugar que pocos shamanes han visitado- dijo casi sin pensar mientras volvia a mirar asombrado el gigantesco árbol. Aun sin quererlo, Kanu no podía evitar sentirse "importante" ante tal suceso como solo un muchacho demasiado joven podría sentirse; demasiado inexperto para reflexionar que Anh'we y el ataque de las serpientes tenían que estar conectados y que la criatura que vieron aquella noche tuvo que haber salido de ahi, o que incluso el Gran Espiritu Viperino se había sentido ofendido con el pueblo. Pero Kanu no pensaba en esos momentos ante la "gloria del momento"- Lo cual es raro, por estar tan cerca de la ciudad y que nadie lo haya visto... quizás se mueva o algo.- es lo mas que pudo decir.
 

Trepé al árbol con suma facilidad, ayudado por la forma del propio árbol. Incluso desde tan cerca, más que a un árbol, seguía recordándome a una serpiente enroscada sobre si misma... o tal vez sobre algo que había en el centro, así que con eso en mente, me acerqué hasta allí.

Justo en el centro, el árbol ha dejado un agujero así que me asomé a él para ver si había algo interesante dentro. Por desgracia, pero la oscuridad cubre por completo el interior del agujero, hasta tal punto de que ni siquiera soy capaz de ver el fondo.

Esto promete- pensé, mientras buscaba en el borde del agujero alguna señal de que las gemelas hubiesen pasado por ahí... aunque más bien era una excusa para poder saltar dentro del agujero -Seguro que dentro hay algo interesante- me dije. Aun así, antes de hacer nada, me levante y me giré hacia los otros, que se encontraban abajo hablando de... no sé, de algo, pues no había escuchado nada de lo centrado que estaba en el árbol y el agujero.

¡Aquí hay algo... como si fuese un agujero!- les grité -¡Seguro que se han ido por aquí, vamos!- añadí, mientras hacía gestos con las manos instándoles a darse prisa. Si seguía las instrucciones de Unu, lo mejor hubiese sido ir solo sin que me viesen, pero... la verdad, quería seguir con las panteras, que seguro que era más divertido así.

- ¿Un agujero? - Podría no ser nada, pero si creía que las hermanas se habían 'ido' por ahí tenía que ser algo más que un simple agujero.

Se acercó al tronco, y aunque seguía siendo reticente a tocar aquél árbol, comenzó a trepar por él para ver de lo que hablaba el chico.

Kitnawa optó por quedarse abajo, vigilando y a la espera de que el chico y el extranjero dijeran que es lo que habían encontrado

El árbol había crecido en espiral, imitando la forma de la serpiente, y como toda espiral, ese árbol tenía en su centro un hueco propio de la misma construcción en espiral, sin embargo, a pesar que el árbol se levantaba unos 3 metros del suelo, al mirar hacia abajo, parecía que el agujero no tenía fin. Era negro como un pozo sin fondo, y si era tan negro, la caída podía ser bastante importante.

El árbol había crecido en espiral, imitando la forma de la serpiente, y como toda espiral, ese árbol tenía en su centro un hueco propio de la misma construcción en espiral, sin embargo, a pesar que el árbol se levantaba unos 3 metros del suelo, al mirar hacia abajo, parecía que el agujero no tenía fin. Era negro como un pozo sin fondo, y si era tan negro, la caída podía ser bastante importante.

- Parece como si el árbol estuviera hueco - dijo a los de abajo tras contemplar la apertura - pero no hay forma de ver el fondo -

impulsado por una idea cogió una piedra, la mas grande que pudo encontrar y llevar en la mano, la arrojó por el agujero y esperó a oír un choque...

Cuando el extranjero deja caer la piedra de considerable tamaño en ese agujero, todos os quedáis atentos. El único sonido que os acompaña es el sonido de las hojas mecerse con el viento, suave y sutil, sin embargo, tras un rato parados y atentos, os dáis cuenta que no ha sonado nada. Como podría ser que no haya sonado nada? Algo debe haber salido mal, os habréis despistado seguramente... sería imposible que no sonase nada.

La única posible explicación lógica es que sea un pozo sin fondo. Un pozo que lleve a las mismas entrañas de la tierra. Existe algo como eso?

Kitnawa no sabía bien que hacer. Aquello parecía casi una invitación a explorar el interior de aquel agujero, pero ¿y si era una trampa?

- ¿Deberiamos explorarlo? Tal vez encontremos ahí a las dos hermanas

Me giré hacia Kitnawa, mirándolo como si hubiese dicho una tontería.

Pues claro que debemos explorar, está claro que se han ido por ahí- les dije con un absoluto convencimiento... y con un entusiasmo en la voz difícil de ocultar, mientras miraba de nuevo al agujero con un brillo de emoción en los ojos -¿Venis?- les pregunté.

¿Qué habrá al otro lado?- me pregunté, entusiasmado ante la posibilidad de explorar lo que había tras el agujero -Esto huele a aventura- me dije.

Nikolai estaba dividido entre el pensamiento de que aquél agujero era solo una caída hacia la muerte y la posibilidad de encontrar alguna respuesta en su interior. Sin embargo parecía que los demás no tenían problemas en adentrarse ahí, y desde su último problema se resistía a continuar el viaje solo.

- Está bien, bajaremos - dijo al fin, con un deje de disgusto en la voz - pero antes tengo que hacer una cosa, juntáos todos abajo y dadme un minuto. Y no se os ocurra hablar sobre esto, o me enfadaré.

Una vez en el suelo comenzó a hacer unos extraños gestos con las manos y susurrar palabras incomprensibles a gran velocidad, como si estuviera recitando un salmo, o un cántico.

El chico se adelantó a Kitnawa; lo siguió y se dispuso a trepar al árbol, haciendo un gesto a Usiku para que lo siguiera.

De repente, el extranjero se puso a hacer unos símbolos extraños y a recitar un cántico. Aunque las diferencias eran obvias, se parecía a lo que los chamanes de su tribu hacían antes de realizar su arte. ¿Sería aquel extranjero un chamán de su gente? Desde luego, no lo parecía.