Partida Rol por web

Kitnawa preparó otra nueva flecha. El extranjero habia conseguido herir al monstruo, así que si sangraba, podía morir.

Mi ataque, que habría acabado con casi cualquier otro animal, apenas causo daño en la colosal serpiente, y mis garras, que normalmente cortaban con facilidad carne y hueso, a duras penas habían penetrado las gruesas escamas de su cuerpo. Y no solo eso, sino que tras ignorarme por completo, se lanzó hacia donde estaban los demás, alcanzando a una de las panteras con una mordedura... que parecía ser extremadamente venenosa.

Es dura... por su tamaño debe ser pariente del gran dios de las serpientes- pensé mientras observaba al colosal ser, lo cual no hizo sino emocionarme aun más.

Vamos, no dejéis que os muerda- dije, por si no se habían percatado del veneno de la mordedura, mientras volvía a lanzarme hacia la serpiente con una sonrisa en la cara -Apuntad a los ojos- añadí.

Los ojos no deben estar tan protegidos... y si la cegamos, tendremos ventaja- pensé, ansioso por lanzarme a la cabeza de la serpiente para hundir mis garras en sus ojos... sería una historia digna de contar a Thimba.

Lo costó un esfuerzo considerable, pero al menos había herido a la colosal serpiente. Sin embargo, al ver como una de las panteras se retorcía en el suelo a pesar de no haber sufrido una herida realmente grave, no podía considerarlo una victoria. Tenían que matarla o hacerla huir antes de que los demás acabasen igual.

Estaba tan concentrado en seguir combatiendo que casi no se dio cuenta de que uno de aquellos niños prácticamente estaba atacando como otro animal salvaje más. En cualquier caso no tenía tiempo para preocuparse por ello como es debido, y continuó atacando como antes. Ya había conseguido herir a la serpiente, y era demasiado grande como para preocuparse por alcanzarla solo en los ojos.

Observáis los movimientos de la serpiente con sumo cuidado, de repente, la cabeza de la serpiente se abalanza, buscando a aquél que le hizo más daño. Sin embargo, la velocidad de Rashid le permite saltar con ímpetu para caer en medio del tabique nasal de la enorme serpiente con las garras por delante, a cada lado consiguiendo herirle los ojos. Pese a que no es una herida profunda ni parece haber hecho gran daño, la serpiente da una sacudida de repente, enviando a Rashid por el aire a la vez que su boca se lanza hacia el pequeño bribón que le ha causado tantas molestias. Con los ojos cerrados, su precisión disminuye lo justo para que el colmillo de la serpiente golpee con furia el hombro de Rashid. Gracias a que el golpe ha sido horizontal, Rashid se ve despedido hacia el suelo con una buena herida en el hombro. De haber tenido los ojos abiertos, ese mordisco hubiese sido letal.

Aprovechando el momento de debilidad, Nikolai y Usiku se abalanzan sobre el enemigo, y aunque Usiku vuelve a notar las duras escamas y su ataque sigue siendo débil, Nikolai, poco después consigue colarse entre sus escamas con el afilado estoque y hacerle, una vez más, una buena herida.

Kitnawa, desde una punta, consigue apuntar al cuello del ser mientras se movía y lanza una flecha certera que se cuela entre las escamas quedándose clavada.

El ataque de Rashid parece haber hecho mella, pues ahora, aunque ha abierto los ojos, podéis observar como la frequencia de parpadeo ha aumentado, tal como un humano haría cuando nota arena en los ojos. Sin embargo, Rashid ha recibido un buen golpe y no sabéis hasta que punto el veneno pueda afectarle.

Había conseguido herir a la criatura, así que Kitnawa siguió manteniendo la distancia y disparando su arco, preparando una nueva flecha. No podían dejar que siguiera atacando; no eran solo sus enormes colmillos, sino el veneno lo que más le preocupaba.

Apenas unos segundos me duro la euforia por haber logrado herir en los ojos a la serpiente... aproximadamente el tiempo que la serpiente tardó en dar una sacudida enviándome por los aires.

Mierda- alcancé a pensar al ver como la enorme boca se dirigía hacia mí, y con ella mi muerte. Por suerte para mi, el daño que le había hecho en los ojos hizo que los cerrase, lo que me salvó de una muerte segura, pero aun así, la serpiente consiguió golpearme en el hombro con uno de los colmillos, haciendo que saliese despedido, quedándome durante un interminable segundo sin respiración al chocar con fuerza contra el suelo -Esto no pasaba en las historias de Thimba- me dije... había cometido el error de pensar que esto era como una historia, ya ahora pagaba el precio.

Mientras intentaba volver a incorporarme, me concentré en defenderme, al menos hasta recobrarme un poco del golpe... y esperando que el veneno de la serpiente no me afectase.

Una nueva herida a la serpiente, y de nuevo otro caía ante ella. Si seguían así no durarían mucho.

- ¡Eh tu! ¡Aquí, estoy aquí! ¡Ven a por mi! - dijo intentando provocar a la serpiente al tiempo que lanzaba otra estocada contra su enorme cuerpo

Tras la caída y el consecuente sonido que produce, la serpiente gira la cabeza hacia Rashid. Un Rashid que intenta incorporase, como puede, el golpe en el hombro ha sido muchísimo más duro de lo que creía, el fuerte impacto ha descolocado el hombro de su sitio y en la caída, ha impactado con el mismo hombro en el suelo, haciendo que los músculos del hombro se desgarren y se partan tendones. La situación no mejora cuando el veneno se filtra por sus venas haciendo que le duela, además, todo el cuerpo haciéndole incapaz siquiera de levantarse. Ahora mismo Rashid está en una situación en la que ninguno de vosotros querría estar. Mientras Usiku reacciona arremetiendo con furia sin traspasar las duras escamas de ese monstruoso ser,  a los demás se os pasa por la cabeza que quizá no sobreviváis a ese ser. Qué es lo que estáis enfrentando?

Pero quizá por suerte o quizá por la experiencia de los años, Nikolai consigue despistar a la serpiente, distrayéndola con sonidos y provocaciones, quién responde girando su cabeza hacia Nikolai enseñando sus espléndidos colmillos mientras sisea. La cabeza se tira hacia atrás durante unos breves segundos, justo antes de lanzarse hacia un Nikolai demasiado provocativo.

Unos segundos que Nikolai aprovecha para darse cuenta que detrás suyo, una importante roca sobresale del suelo. Con un rápido y calculado salto para colocarse detrás de la roca esperando que la serpiente no sea capaz de verla y se estampe contra ella. Nikolai levanta su estoque esperando la arremetida. Como un lancero esperando a un enemigo montado, espera con la impaciencia y la casi seguridad que la propia serpiente se hará ella misma el daño.

Y a vuestro pesar, en el útilmo momento, la serpiente escucha el salto de Nikolai frenando su embestida a sabiendas que su objetivo no está ya ahí, pero es demasiado tarde, la velocidad es suficiente como para que la propia serpiente se clave ella misma la afilada aguja de Nikolai y se golpeé contra la roca dejándola algo desorientada, además de ciega.

Seguido, mientras la gran serpiente retira su cabeza lentamente intentando recomponerse de tal golpe contra la dura roca, Kitnawa vuelve a colocar otra flecha. Esta vez, la lentitud y la proximidad de la serpiente ayudan a que la flecha se clave aún más en la carne de la bestia.

Tras este asalto, las esperanzas vuelven a reaparecer al ver a una bestia cegada y desorientada. Por muy grande que sea, estando así podéis acabar con ella. Pensáis. Sin embargo, cualquier herida os puede dejar como Rashid.

Apenas se creía que aquello hubiera funcionado pero así era. Sabía que era peligroso continuar irritando a la enorme serpiente herida y medio ciega como estaba, pero tenía que alejarla del cuerpo de Rashid y la pantera caída para darles una oportunidad de sobrevivir.

- ¡Aquí, he dicho aquí, estúpida! - aquella vez gritó más alto, y golpeó el estoque para que el sonido metálico la atrajera, antes de lanzarse al ataque.

Solo una flecha más -pensaba Kitnawa cuando la última se clavó profundamente en la criatura. Ya se le notaba debilitada, pero si seguía atacando era posible que Rashid no lo contara. Tenian que abatirla ya. Dio una orden a Usiku para que redoblara sus esfuerzos, al tiempo que disparaba otro proyectil con su arco

Por desgracia, incluso el mero acto de incorporarme, parecía estar fuera de mi alcance, ya que no solo el golpe había sido mucho más grave de lo que pensaba, sino que notaba como el veneno recorría mis venas, extendiéndose por mi cuerpo, haciendo que allí donde llegaba, ardiese de dolor.

Mal...dita... sea- pensé mientras intentaba sobreponerme al dolor, quedándome todo lo quieto que podía para intentar no llamar la atención de la maldita serpiente, y concentrado para esquivarla si no lo lograba... aunque era consciente de que en mi estado, seguramente eso estaba fuera de mis posibilidades. Solo podía confiar en que los demás lograsen hacer algo.

Tirado en el suelo como estaba, poco había que pudiese hacer para ayudar. La serpiente era más rápida, fuerte y resistente de lo que había creído posible, y mi estado actual era prueba de ello. Y dado que no había mucho más que pudiese hacer, me concentré en observar a la serpiente, intentando averiguar cualquier cosa que nos ayudase a salir vivos del enfrentamiento con ella... algo que sin duda tendría que haber hecho antes.

La serpiente no parece estar muy bien en estos momentos. Se tambalea levemente y se sacude la cabeza: parece que el anterior golpe si que le ha hecho daño.

Usiku, temerosa de la reacción al ver lo que ha hecho a Rashid, ataca con demasiada cautela, las zarpas apenas consiguen arañar las gruesas escamas de la serpiente. Pero Nikolai reacciona mucho mejor. observando y aprovechando esos momentos de dificultad que estaba pasando la bestia, se abalanza hacia el cuerpo de la serpiente clavando todo su estoque hasta casi el fondo.

El ser se revuelve y tira su cuerpo hacia atrás dolorido por la reciente herida justo para recibir un flechazo en la zona de debajo de la cabeza. La serpiente empieza a sisear nerviosa. Las heridas, aunque aún superficiales empiezan a ser visibles y múltiples. Es en ese momento en el que escucháis otro siseo más, y la serpiente gira la cabeza con los ojos cerrados hacia lo más profundo de la cueva. Parece que no está sóla.

Si se uniese otra serpiente igual que ésta a vuestra rencilla, estáis seguros que no sobreviviréis. Dudáis incluso que podáis acabar con otra más. Justo cuando parecía que podríais superar la situación, este cubo de agua fría os devuelve a la realidad. Debéis actuar rápìdamente, la serpiente ahora parece estar atenta a los demás siseos y aunque no se ha olvidado de vosotros, parece que la confusión de hace un momento ya no la tiene.

- Debemos huir - dijo apartándose de la serpiente y retrocediendo hasta donde se encontraba Kitnawa - no podemos ganar si nos atacan más de esas cosas. Vive hoy, lucha mañana. -

recogió el cuerpo inconsciente de Kanu y a Rashid y se dispuso a salir corriendo de allí lo más rápido posible, tan solo se detuvo un segundo a esperar a su compañero - recoge a la pantera, rápido. -

Kanu había estado aturdido desde que el veneno de los hongos entró en su cuerpo. Cuando vió a la serpiente se quedó en shock, y por puro instinto comenzó a rezar y a preparar sus focos para usar su magia de manera similar a Umar. Cuando finalmente consiguió retomar el control de sus pensamientos, vió lo terriblemente peligrosa que era la situación en aquel momento: Adhyra y Rashid heridos y envenenados; Kitnawa y ushiku haciendo poco o nada de daño sobre la criatura; Umar puesto a la defensiva y en apuros y por último y peor, la perspectiva de una nueva serpiente en la zona. Aquello pintaba realmente mal, y solo le quedaba una opción.

-¡Ohhh espíritu serpentino traído a esta tierra! vuelve a tu hogar y permitenos continuar con nuestra búsqueda.- gritó el jóven mientras alzaba sus brazos hacia la criatura.

Si aquello no funcionaba, esperaba darles un poco de tiempo a sus compañeros para poder ir replegandose y recoger a los heridos.

Kitnawa comenzó a retroceder mientras llamaba a Usiku, pero preparó otra flecha por si acaso

- Hay algo extraño. Parece... expectante. Tal vez no sean refuerzos... De todos modos no podemos ir muy lejos; solo hay una salida y es pasando por encima de la criatura.

Mierda- pensé en cuanto escuché el otro siseo... si ya era difícil sobrevivir a una sola serpiente, si se unía otra nos iba a ser imposible escapar, así que intenté alejarme todo lo posible para intentar escapar cuanto antes. Por suerte, el extranjero me ayudó, ya que por mí mismo, dudaba que hubiese podido avanzar mucho.

Gra... cias- le dije a duras penas mientras nos alejábamos de la serpiente.

La voz de Kanu se alza sonando imponente. Durante sólo unos segundos. El nerviosismo y estado de todos sus compañeros ha debido desconcentrarlo y algo debe haber hecho no demasiado bien. La serpiente, que se gira hacia él, parece encararle ya sin demasiado interés.

Con el esfuerzo fallido Kanu para expulsar a la serpiente del lugar, empezáis a moveros, no queréis un enfrentamiento con 2 serpientes, con otra más sería una masacre. Sin embargo, habéis visto atacar a la serpiente y estáis seguro que, de quererlo, la serpiente podría atacaros fácilmente ahora que lleváis a cuestas los cuerpos doloridos de algunos de vuestros compañeros. La pregunta es porqué esa actitud.

-Quietossss humanosss!!!- espeta la serpiente grande. Parece contrariada y furiosa al mismo tiempo pero su cabeza se dirige hacia vosotros. Cuando la miráis de reojo observáis a la serpiente tensa, sin embargo, aunque sus ojos están cerrados podéis observar como la actitud que antes tenía hacia vosotros ha cambiado. - Sashassim sse essstá assercando.

Algunos cuentos circulan de boca en boca por Nanwe, uno de ellos es el de la serpiente guardiana. Reina y protectora de reptiles y amfibios de Nanwe.

En el cuento, un joven guerrero, fuerte y orgulloso, que pasea descuidado por la selva tropieza y se cae al suelo. Cuando se levanta para ver con qué ha tropezado, ve una rama grande y gruesa como un brazo y tan verde como las hojas de los árboles, o incluso más. Enfurecido por su propia torpeza, vuelve y da un pisotón a la rama y ésta reacciona moviéndose y haciendo caer nuevamente al joven. El joven, sorprendido blande su jabalina mientras observa como de la copa del árbol aparece la cabeza de una serpiente que le mira fijamente.

Considerándose desafiado, el joven lanza un estoque contra la serpiente y ésta esquivándole responde con un siseo: Sashassim. El joven avergonzado vuelve a lanzar una estocada y de nuevo, la serpiente esquiva el lanzazo y responde con el mismo siseo. El joven, que empieza a dudar, ataca una tercera vez y la serpiente, esquivándole, se lanza directa a su cuello.

La fábula la suelen contar los mayores para asustar a los niños y que aprendan que hay que tener mucho cuidado con las criaturas de Nanwe. Hay otras historias aparte que relacionan Sashassim como Dios de las serpientes o como una de sus hijas. Aunque de estas otras historias no hay muchas y muchas veces se contradicen entre ellas.

Nikolai prácticamente se quedó congelado en su posición con Kanu y Rashid en sus brazos sin comprender las palabras de kitnawa. En aquél momento no podía concebir que lo que se acercara, esa tal sashassim que había nombrado la serpiente, no fuera peligrosa para ellos.