Partida Rol por web

- ¡Mira Colette, Creta! - dijo Rubén, padre de Colette señalando a través de los ventanales de la cubierta superior del Ferry.

La niña dejó a un lado ellibro que estaba leyendo y se levantó a toda prisa de la hamaca para ir a mirar en la dirección que le indicaba su padre.

A lo lejos, a través de las cristaleras salpicadas de sal se recortaba la silueta de la isla. A Colette las ocho horas de viaje desde Atenas, la capital de Grecia, se le habían hecho cortas. Primero había recorrido las 5 cubiertas del barco inspeccionando cada rincón hasta que estuvo bien segura de que allí no se estaba desarrollando ninguno de los misterios náuticos que había leído en algunos de sus libros. Un poco decepcionada se dedicó a remojarse un rato en la piscina de la cubierta superior. Y finalmente se había tumbado en una hamaca a leer un libro mientras tomaba el sol y el fresco de la brisa mediterránea.

Su madre María y su hermano Shasta se les unieron y se quedaron observando un rato como la isla se hacía cada vez más grande.

- Vamos a la proa para ver como entramos en el puerto. - sugirió María cuando ya se comenzaban a distinguir los edificios de Heraklion, capital de la isla y primer punto de destino en la ruta turística que había planeado la familia.

Los cuatro cogieron sus mochilas y se dirigieron a la parte delantera del barco. Encontraron un buen lugar desde el que poder observar la llegada a la ciudad. El sol del mediterráneo quemaba, pero la brisa provocada por el movimiento del buque lo hacía llevadero. Colette puso la mano a modo de visera para evitar ser deslumbrada por el astro y se dedicó a contemplar la ciudad. Era muy parecida a otras de las ciudades que habían visitado en las vacaciones, con un centro antiguo rodeado por una gran extensión de ciudad moderna. La altura de los edificios disminuía a medida que se acercaban al casco viejo. De este, lo más destacado era un puerto dominado por una vieja fortaleza.

- Según la guía ... - dijo María mientras pasaba las páginas de la guía de viaje - eso es la fortaleza veneciana de Koules, del siglo XVI. -

Rubén asintió - Habrá que visitarla, aunque creo que el plato fuerte de esta ciudad es el Palacio de Cnosos. -

- ¿Sabes Colette? - dijo volviéndose hacia su hija - La leyenda dice que es en ese palacio donde el rey Minos tenía encerrado al Minotauro en su laberinto para proteger sus tesoros. Imagina que encontramos una entrada al laberinto mientras visitamos las ruinas. -

No fue necesario que su padre dijera nada más. Al instante Colette se vio a sí misma siguiendo las pistas de mensajes encriptados en los frescos y esculturas del palacio hasta llegar a la puerta secreta que daba paso al famoso laberinto. Se vio sorteando las mil y una trampas puestas por la antigua civilización y encontrando la cámara del tesoro.

Mientras todo esto sucedía en su mente, el barco atracó. Recogieron sus cosas y bajaron un par de cubiertas para esperar las orden de desembarque. La espera fue breve, pero un poco agobiante ya que el salón en el que se encontraban estaba atestado de gente esperando lo mismo que ellos. Finalmente se anunció por los altavoces que ya se podía abandonar el buque y la masa se puso en movimiento. Avanzaron por pasillos y escaleras mecánicas llenos de gente hasta que por fin pudieron poner pie en tierra.

Allí, sin el viento provocado por el avance del barco, el calor de la tarde era muy intenso, tan sólo aliviado en algunos momentos por la brisa del mar. Caminaron hasta el casco antiguo, lugar donde se encontraba su hotel, bordeando la costa, cuando se encontraron cerca de la fortaleza veneciana subieron por una calle amplia hasta llegar a una plazoleta dominada por una fuente de muchos caños coronada por unos leones.

- Esta debe ser la Plaza Venizelou... - dijo la madre de Colette consultando el plano - así que nuestro hotel tiene que ser ese. - y señaló a uno de los edificios que bordeaban la plaza y al que un cartel con una máscara dorada identificaba como Hotel Midas.

Los cuatro agradecieron el ambiente fresco de la recepción del hotel, un amable recepcionista les tomó los datos y les indicó cuáles eran sus habitaciones. Subieron al primer piso y para sorpresa de Colette, su padre le entregó una de las dos llaves a ella.

- Ya eres lo bastante mayor como para que tengas tu propia habitación. Nosotros y tu hermano nos alojaremos en la habitación de al lado. - dijo Rubén con una sonrisa divertida mientras contemplaba la cara de sorpresa de la niña.

Sus padres abrieron la otra habitación y entraron para deshacer el equipaje. Mientras, Colette seguía en mitad del pasillo con la llave en la mano, frente a la puerta de su habitación, aun sin poder creer que iba a tener una habitación para ella sola y con una enorme sonrisa de felicidad en el rostro.

Entro en la habitacion sin salir de mi asombro y me pongo a desacer mi maleta cuando termino de colocar todo inspecciono la habitacion y con una sonrisa de satisfaccion me dirijo a la habitacion de mis padres para informarles que ya estoy lista para salir.Al llegar a la puerta pico tres veces hasta que me habren y entro.
-Estoy lista para irme asi que cuando termineis avisarme,yo estare leyendo en mi habitación.Y diciendo esto me dirijo a mi habitación dando saltitos y tarareando una divertida cancion.

No es justo, yo quiero estar con Colette, protesta enfurruñándose.

Se ríe, y le dice : Colette ya se está haciendo mayor Shasta, hay que dejarla un poquito. Bueno, ya estamos. Vamos a avisarla para bajar a dar un paseo.

Cuando salen al pasillo la madre dice Venga, Shasta, avísala tú, que no se enrede demasiado con el libro. Es hora de salir.

Corre feliz hasta la puerta de su hermana, y llama con energía, mientras le dice:

Colette, que dejes ya el libro, que nos vamos a conocer Creta. Vengaaaaaaaa!!!!

Colette abre la puerta, ya preparada y mira a su hermano.

-No hace falta que grites.Recojo mi bolso y salgo de mi habitacion seguida por mi harmano.

Estoy encantada de poder conocer Greta.

Mira el plano de la ciudad y se pasa el dorso de la mano por la frente para secarse el sudor.

- ¡Qué calor hace aquí! Creo que deberíamos empezar por un lugar donde no de mucho el sol. ¿Qué os parece el castillo que vimos al llegar a puerto? La fortaleza de Koules. Seguro que dentro se estará fresco. -

- ¡Siiiii! ¡Un castillo! ¡Como los de los caballeros! -

Dice dando saltos de emoción.