Partida Rol por web

Vermont, "Libertad y Unidad" así clama el lema del estado en un gigante panel que podía ser leído desde el auto y que les daba la bienvenida al estado de la "Montaña verde" y a sus catorce condados. En el pasado, fuera territorio de las tribus americanas iroqueses, algonquinos y abenakis, más tarde reclamado por los francesos y luego arrebatado de aquellas manos por la corona británica. El resto ya lo sabían bien, la independencia era una de las primeras lecciones que impartían en clase en las escuelas.
Al oeste quedaba Nueva York, el lugar que habían abandonado para acudir al auxilio de parientes de su tribu, parientes propios para algunos. Atrás quedaron las experiencias, los recuerdos que su refugio y el túmulo les habían obsequiado durante uno de los días más impactantes y ajetreados de sus vidas. Pero eso, no había sido causado que pudieran unirse como manada, comprenderse y estrechar aún más aquellos lazos que los unían por decisión, por cariño.

Hacia el este, desde las ventanillas del auto pudieron admirar como se alzaban las montañas verdes hacia el cielo, regalando las siluetas de aquella zona que cadenciosamente se unía a la cadena que conformaban los apalaches, la columna vertebral de América del Norte.

Mirarían a través de la ventana el gran espectáculo para los ojos que obsequiaba la madre en aquel paisaje en el que era posible percibir la energía creadora del Kaos, quizás Voz-de-la-Umbra se preguntaría cómo sería aquel paisaje en la umbra, Aletheia lo hacía, mirando después de mucho tiempo con ojos que parecieron tan vivos y expresivos como el derredor.
El sol se había asomado entre las nubes, rompiéndolas y ordenando que se abran ante su brío, bañando todos los árboles circundantes con un precioso brillo dorado. Las hojas de los árboles aún húmedas, reflejaban con mayor intensidad la luz, en vivaces verdes, naranjas y rojos. Vermont era hermoso, pero el Vermont de Otoño lo era aún más.
Sabían que Gaia estaba en todos lados, pero por la vista pareciera que amaba esta parte del mundo de manera muy especial.
Los vehículos iban a gran velocidad por la carretera, el paisaje si era posible se volvía más impresionante, Eve de pronto indicó a Riley entrar por una ruta que se abría de pronto a un lado del camino.

El sendero estaba hecho de un pequeño camino de piedras y más adelante se tornaba sin asfaltar, solo asentado sobre tierra compacta. Los árboles, los recibían ya sobre lo que quizás pudiera ser ya el boun. Se podía ver algunos metros al lado del camino, un par de personas a caballo que se tocaron el sombrero de piel, en señal de saludo al verlos pasar.
Los autos siguieron el camino durante casi una hora más, hasta una gran puerta gigante de color blanco donde se lucía un blasón familiar, por los espejos retrovisores, quienes estuvieran atentos al camino que dejaban atrás, verían dos hombres vestidos de negro, con dos largos cuchillos sostenidos sobre las caderas en sus correas.
Guardias garou armados con Klaives, que los miraban fijamente mientras uno de ellos se tomaba el oído derecho y parecía murmurar algo imposible de escuchar a tanta distancia. Riley detuvo el auto e Eve descendió del vehículo unos momentos, los suficientes como para que pudieran identificarla.
De pronto Riley y Aletheia se apearon de los autos, la galliard entregó las llaves a Tyler y le guiño un ojo
- cuida a mi nene -dijo refiriéndose al vehículo.
Aletheia levanto la mano en modo de despedida y camino junto a Riley
- Solo Colmillos Plateados... No estoy de humor para lidiar con pomposos. Lleven uds a la prin... A... Eve, con su familia -explicó por si no les quedaba claro- Nosotras esperaremos aquí, si se alarga iremos a la ciudad a visitar a una hermana... -se encogió del hombro
El gigantesco portón entonces empezó a abrirse, dando paso al interior de la residencia, la gran mansión que se alzaba y representaba al Protectorado del Norte. Adentro había más hombres de negro, con los mismos cuchillos colgando a un lado de sus caderas.
Tyler condujo hasta el cul-de-sac y se detuvo ahi, aparcando la jeep con cuidado junto a otros numerosos vehículos que se hallaban allí estacionados. A Helen se le notaba nerviosa, miraba a Will cada vez que podía; Eve por otro lado parecía tranquila y tomó la mano de Tyler disimuladamente para transmitirle algo de confianza.

La gran Mansión se alzaba, imponente rodeada de numerosos árboles de maple rojizos y amarillos, grandes y robustos, jóvenes y viejos. Tenía un estilo arquitectónico georgiano colonial o neo-georgiano, un diseño de corriente muy americano. El colorido jardín aún no se había enterado que era otoño, pues demostraba una variedad de colores sin igual, las peonías reflejaban los colores del sol mejor que nunca.

Y como si no fuera suficiente, a un lado custodiándolo todo con su grandeza, se erguía una de las impresionantes montañas que formaba parte de la zona de la montaña verde. La energía que transmitía lograba llenar el alma hasta del más vacío, llenar de convicciones a los que flaqueaban y sentir la caricia de la madre a los que se encontraban débiles.

Ciertamente era el digno hogar de los líderes de tribu ¿que habría hacia esa ruta? difícil saberlo.
Uno de los hombres de negro se aproximó a la puerta del Jeep en donde estaba Eve, era joven, de la misma edad que ustedes; llevaba el cabello rubio corto, muy peinado, tenia el rostro serio y sus ojos verdes escudriñaban también el interior del vehículo, metió los dedos en la ranura del costado de la puerta para abrirla.
- Señorita Rothchild -saludó con un movimiento cortés y galante de la cabeza, ofreciendo su mano para ayudarla a salir del vehículo- sus padres esperan por usted dentro -saludó con un gesto frío al resto, busco la mirada del que pareciera el alfa, hasta detenerse en Tyler- Bienvenidos al protectorado del norte, mi nombre es Matthew "klaive-silencioso", fostern, ragabash y uno de los guardias de este protectorado. Regina vendrá en breve a recibirlos, mientras tanto acompañenme por aquí.
Giró gracilmente, empezando a andar hacia la gran puerta interior, al estar frente a la enorme puerta de pronto abordó la idea de que era posible que pasara un crinos perfectamente erguido por ahí.

Se detuvo a medio camino y aguardó por ustedes.

Se alisó las prendas asegurándose de mantener una apariencia de pulcritud. Miró a Tyler por última vez antes de bajar del vehículo. Tras lo cual, aceptó la cortesía de Matthew y ayudada por este descendió del vehiculo.

- Mat, este es Tyler el alfa de esta manada. Mi prima y yo, hemos recibido su auxilio. Ten el favor de decírselo a quien tengas que decírselo. -concluyó escueta y cortés, mientras se posaba sobre el suelo.
Pero no se marchó, aguardo en silencio mientras se presentaban todos.

Habría deseado que el trayecto durase incluso más. Abandonar la ciudad, adentrarnos en esos paisajes otoñales llenos de colores vivos y luminosos, recorrer a toda velocidad las carreteras, todo ello sirve para calmar nuestro ánimo y proporcionarnos un buen rato de descanso de tantas preocupaciones. Aletheia parece animada, contagiada por la belleza del paisaje, más viva que nunca desde que la conocí anoche, y eso se refleja también en el rostro de Riley, alegre al contemplar el estado de la Fostern por quien tanto se preocupa. Entre los cuatro surge rápidamente conversación, animada y cordial, incluso con bromas, especialmente con los vaciles chulescos de Riley a los que no me corto en responder. Esos vaciles provocan disimuladas sonrisas en el rostro de Eve, que parece esforzarse en disimular, no como cuando le cojo la mano y me la quedo mirando, momentos en que cruzamos miradas sin necesidad de palabras...

Sin embargo, las conversaciones se van apagando a medida que nos acercamos al destino. En especial cuando abandonamos la carretera y nos adentramos en ese hermoso camino flanqueado por árboles y campos, donde de cuando en cuando vemos jinetes que saludan educados a los recién llegados. A partir de ahí, se hace un incómodo silencio dentro del jeep, hasta que cruzamos un portón blanco con un blasón, y por el cristal trasero veo guardias armados. Con klaives, putos Klaives, cada uno el suyo. Ya es raro ver una de esas armas, verlas a pares me parece increíble. Y una muestra del poderío que se gastan en este lugar.

Territorio de reyes y nobles. Las palabras de Will resuenan en mi cabeza. Polluelos sin nido ni cascarón. Hojas caídas sin árbol. Me siento empequeñecido ante lo que nos espera.

De pronto oigo la puerta del jeep, y veo a Eve descender. Sin pensármelo dos veces hago lo mismo, y antes de darme cuenta Riley me está entregando las llaves.

¿Estás segura? Podemos apretarnos en nuestro coche... -Pero insiste, cabezona como ella es bien capaz de ser, y nos despedimos de ella y de Aletheia, agradecido por su inestimable ayuda.

Conduzco con Eve a mi lado, impresionado por el tamaño del lugar, por la seguridad -aquí todo dios tiene Klaives, como si hubiera una tienda al por mayor en la esquina-, por todo. Con la mano en la palanca de cambios, aparco muy despacio y con cuidado, nervioso, hasta que siento la mano de Eve sobre la mía. La miro, evidentemente agobiado, pero su dulce mirada hace que se despeje mi cabeza casi al instante, forzándome a sonreír mostrando una confianza que no tengo realmente, pero que puedo mostrar igualmente como he hecho tantas y tantas veces antes.

Apenas reparo en la espectacular montaña que se ve al fondo, cuando un movimiento capta mi atención, y veo a un tío acercarse a la puerta invitando a Eve a bajar, algo que también yo hago inmediatamente. Tras nosotros se acercan los demás, en la moto y el Camaro, y les hago un gesto serio para que aparquen y se reúnan donde nos encontramos.

Klaive-silencioso, es un placer conocerte. -Saludo, tratando de medir cada palabra, el tono de las mismas, incómodo por la situación, a pesar de que la presentación de Eve ayude- Mi nombre es Tyler Ensarta-lobas Jackson, -Nunca me he sentido más avergonzado que ahora por mí maldito nombre garou, algún día ese Galliard va a pagármelas todas juntas- Ahroun Cliath de los Colmillos Plateados, Alfa del Círculo de Plata. -Hago un gesto con el brazo, abarcando a mis hermanos que comienzan a acercarse, con Helen entre ellos- Agradecemos la bienvenida y la hospitalidad, Matthew.

Mantengo la mirada al guardián unos instantes, tan sólo desviándola para mirar a Eve un instante, esperando no haber metido la pata en nada. No es que la etiqueta y el protocolo sean lo mío...

Encaramado al asiento trasero del Camaro, barrunto las palabras de Will. Una breve sonrisa ilumina mi rostro al recordar la sensación de escuchar las primeras frases de nuestro silencioso Theurge. "Te quiero, Helen... En el fondo es un romantico..." Sin embargo, a medida que rememoro sus palabras, aquellas sentencias misticas y trabalenguas sin sentido, me cabreo un poco más... Y me asusto a la misma velocidad.

- "Herencias... Linajes... Familias... Maldita sea... Tengo el doble de ancestros Garou que todos vosotros juntos, cabronazos..."

El viaje consigue relajarme un poco, aunque me remuevo a menudo para buscar el Jeep de las Furias y la moto de Amber. No puedo negar que hablar con Riley y con Amber me ha venido bien, por mal que me sienta por dentro. El limpido aire de la montaña, del aire libre y del otoño resulta tranquilizador. El sol matutino arranca destellos dorados de aquella suave cabellera aurea, cuando se mueve para compartir confidencias con Will.

"Linajes... Todo parece reducirse a eso... Y, si por alguna razón, fuese mi familia, mis ancesntros los que frustrasen los anhelos de Will, de Helen, de Tyler y de... Eve... Me sentiria fatal."

Regruño un poco cuando nos detenemos ante la majestuosa verja de entrada de la mansión solariega donde parece que vive la familia de nuestro anfitrión.

- Jo-der...- Siseo entre dientes al ver el edicificio en la lejania. En ese momento veo como Aletheia y Riley se bajan del todoterreno. Me pongo de pie sobre el asiento trasero del Camaro, apoyado en el reposacabezas de Helen y de Will.- Ey, ¿donde vais?

En ese momento, veo a los guardias armados con cuchillos que salen de sus escondrijos. La breve resonancia eterea de la plata confirma mis sospechas... "Klaives... Joder."

- Oh... Ya... Fantastico...

Arrancamos de nuevo, directos hacia la casona. Me giro para dar un último vistazo a nuestras amigas, mientras los portones se cierran tras nosostros. Aparcamos en el callejón sin salida que forma el improvisado parking, junto a otros vehiculos de distintas gamas y modelos.

Bajo de un salto del Camaro, haciendo saltar gravilla y piedrecitas mientras trastabilleo para recuperar el equilibrio. Alli, bajo la sombra de aquel gigantesco macizo montañoso que se alza frente a nosotros, me siento todavía más insignificante. Otro de esos chicos trajeados tan pintones se acercó para abrir la puerta del lado del copiloto y tender la mano a Eve.

Alzo la mirada al cielo y respiro despacio, templando mis nervios. "Se lo he prometido a Tyler."

Este se presenta como mandan los canones y echamos a andar en pos de nuestro guia, hacia una puerta de la mansión... Una monstrosidad de más de tres metros de alto y dos y medio de ancho que podria usar como yate en el Lago Michigan.

Me acerco a Helen y, entre dientes, le pregunto: ¿Quien es Regina?

Me doy una palmada en la frente, al darme cuenta de ella no tiene porque saberlo y quien seguramente pueda responder a la pregunta es Eve.

"¿Que hago...? ¿Se lo pregunto...?"

Hago un aspaviento y me muerdo el labio inferior, resignado a dejar la pregunta en suspenso durante un rato. Sobre todo porque en rubito de negro se ha parado y se ha dado la vuelta para esperarnos...

El viaje transcurre tranquilo. Hablamos de todo un poco, le cuento a Helen como conocí a los demás, trato de bromear con Alex acerca de mi mutismo de hace unas horas...y en el coche, todo lo vivido parece tan lejano. Alex tiene cara de cansado y poco a poco, con el movimiento del coche, va cerrando los ojos, en ese momento ponemos un rato la radio, no muy alta, para no molestarle, y tras echar un vistazo fugaz a Helen, apoyo un momento la mano en su regazo, mientras hablamos susurrando para no molestar a Alex.

El paisaje va cambiando sin que nos demos cuenta, hasta que los colores son tan intensos, tan llamativos, que captan por completo nuestra atención. No se en que momento se despierta de nuevo Alex, le dedico una mirada por el retrovisor y una sonrisa.

-Este lugar es precioso, digo observando el paisaje, los árboles, las montañas... luego podríamos pasear por aquí un rato, - podríamos pasear luego si quieres, digo mirando a Helen.

Tomamos un pequeño desvío y no puedo dejar de mirar el paisaje, los árboles vestidos de colores, bajo la ventanilla esperando que entre el aire fresco, inspiro llenado mis pulmones, este sitio es precioso... aunque nada tiene que envidiarle nuestro bosque.

Nos paramos un momento al llegar a un portón, y veo como Riley y Aletheia bajan mientras Ty sale para sentarse en el asiento del conductor, miro extrañado a Alex y a Helen, - bueno.

Continuamos conduciendo un rato mas, y de nuevo los árboles capturan mi atención, los ocres y rojos que muestran intentan en vano rivalizar con el cabello dorado y los labios de cereza de Helen. Sin darme cuenta comienzo a tararear una melodía al tiempo que golpeteo con los dedos el volante.

Me intimidan algo los garous que encontramos, verlos tan armados... pero el recuerdo de lo sucedido a la familia de Helen... no podemos permitir que algo así suceda de nuevo.

- Todo esta bien Helen, digo dándome cuenta de sus miradas, - mira que paisaje tan bonito, después de comer, podemos perdernos juntos un rato por aquí.

Finalmente nos detenemos frente a una gran mansión y acude un fostern nada menos que a recibirnos, a recibir a Eve, tras escucharle una duda me asalta, igual tenemos que llamarle ahora señorita Rothchild, aunque suena tan impersonal, tan lejano... luego le preguntaré a Ty, no creo que hable mucho con ella, pero no se, hemos desayunado juntos.

Tras la presentacion del Fostern y la aclaración de Eve, Ty se presenta, y nos presenta como manada. Vamos bajando todos. Yo cuando lo hago, me acerco a Helen, buscando de nuevo tomarla de la mano.

Tras escuchar a Ty presentarse me asalta una duda, tenemos los demás que presentarnos también, ¿no?, mejor hacerlo, supongo.

Sin llegar a soltar a Helen avanzo un poco, antes de hablar - William Elliott, Voz-de-la-Umbra, Theurge del Circulo de Plata, Cliath de los Colmillos Plateados... hola, digo con una sonrisa afable, sin saber muy bien si decir algo mas, mientras aguardo cerca de Helen.

El viaje me evoca muchas cosas. Los paisajes son tan diferentes y, a la vez, tan similares a los de mi patria que mi corazón se agita al verlos pasar. Ambos son regiones salvajes, rostros de la Gaia virginal y salvaje que han sido violados y encadenados por los europeos y sus descendientes. Siempre he creído que el único esclavo que nunca se liberó del colonialismo fue la propia tierra. ¿Con qué derecho atravesamos con una estocada de asfalto una pradera perfecta? ¿Qué nos dio la autoridad para horadar montañas tan lejanas? Por supuesto que nos llaman "Portadores del Wyrm". Nos escudamos en la humanidad y su depredación para ocultar nuestra propia hambre de poder, recursos y tesoros. Violamos a Gaia tanto como nuestra Parentela. Los pecados del hijo son los pecados del padre.

Llegamos a la propiedad y permanezco silente. No puedo evitar ver las similitudes con el caserón australiano de mi visión, en la que los Colmillos de mi Casa se lamentaban por la sangre derramada, o más bien, porque esa sangre les salpicara. Atenta, Jane, estás en tierra de Monárquicos y una Renovadora no sería bien vista. Recuerdo lo que tengo que hacer. Necesitamos salvoconducto para Helen y conseguir librarnos de Eve, a ser posible. Y si no, tendremos que empezar a pensar en raptarla para Tyler, así que echo un vistazo a todas partes en busca de brechas de seguridad, ángulos muertos y demás. Seguro que la Umbra está más reforzada que el mundo físico...

Por supuesto, un hombre de negro. Y, por supuesto, Ashley sólo menciona a Ty. Para ella, todo es mérito del alfa. Nosotros somos simples servidores de la voluntad de nuestro líder. Siento un ligero resentimiento, pero me obligo a pensar que Ty no quiere eso, que no le ha pedido algo así. Y además recuerdo que ella no es más que una yegua purasangre malcriada que nada sabe de la guerra ni del dolor ni de la muerte. Además, no necesito la gratitud del nieto de Morningkill. Ni es mi Rey ni pretendo que lo sea. Me inclinaré, pero no me arrodillaré. Le llamaré alteza, si insiste, pero nunca majestad.

Hago un saludo respetuoso al hombre de negro. El tal Klaive-silencioso. Un arma que representa lo peor de nuestra historia y una indicación de que se usa para una guerra aún más baja de la que tenemos acostumbrados. Sólo por su nombre,e Ragabash ya me da mal fario. No sólo se trata de ganar, se trata de merecerlo.

- Jane Kershaw - digo, sin molestarme en añadir en nombre Garou. Está en japonés y seguro que el señor Klaive no sabe, ¿para qué aprender el idioma de sus primos de otros países? Es un Colmillo Plateado, por Dios, que otros aprendan su idioma -. Cliath Ahroun del Aullido Austero

Después de las charlas con Jane y Alex el despertar en el Túmulo se me hace todavía un poco raro. Son el olor del café y los sonidos de los que ya están desayunando los que hacen que abra los ojos y me desperece, estirándome dentro de mi saco. Parece que soy la última en levantarme así que no me entretengo demasiado. Lo justo para cambiarme el pijama por la muda dedicada -Quién sabe qué nos vamos a encontrar- y lavarme la cara hasta conseguir despegar el sueño de mis pestañas. 

A la luz del nuevo día y con un café en la mano todo parece un poco mejor, un poco menos grave. Incluso me permito el lujo de hacer una foto con el móvil a la montaña de bollos de desayuno del Starbucks y enviársela a Evy para que se muera de envidia. 

Una vez sobre la moto, con el increíble paisaje alrededor y el aire haciendo ondear mi ropa y mis rastas, siento por fin que puedo respirar libre envuelta por la generosidad de Gaia. Recupero por fin la sonrisa que se había desvanecido la tarde anterior. ¿Qué puede ir mal en un paraje como este? Nada, sencillamente nada. Giro cuando los coches giran y me detengo cuando lo hacen, aparcando la moto cerca del Camaro. Me bajo y me quito el casco, sacudiendo la cabeza al hacerlo, para después contemplar al guardia de arriba a abajo, deteniéndome un instante de más en su Klaive. Al parecer no se andan con tonterías por estas tierras. 

Observo durante un par de segundos la mansión. Es impresionante, pero tampoco se aleja demasiado de las viviendas de algunos de mis compañeros de clase en el horrible colegio al que mis padres me obligaban a asistir. Contengo una mueca al recordar ese lugar y a esa gente. Cruzo los dedos con la esperanza de que las personas que habitan este lugar no se parezcan demasiado a aquellos seres despreciables y altaneros.

Me cuelgo el casco del brazo y me acerco al Camaro para meterlo en el maletero con el resto de mi equipaje antes de que lo cierren. Entonces me acerco justo a tiempo para escuchar las presentaciones. Una sonrisa de medio lado surge con cierta travesura al escuchar el nombre Garou del tal Matthew. Y mi sonrisa se completa divertida cuando Tyler dice el suyo como respuesta. 

Cuando Jane termina de hablar, intervengo yo. - Un placer, Matthew. Amber "Aurora-insolente" Browning, Galliard del Círculo de Plata, Cliath de los Colmillos Plateados. - Y tras presentarme, miro a mi alrededor una vez más y me dispongo a seguir al resto hacia donde esté esa tal Regina, sea quien sea.

La expresión de extrañeza y socarrona sonrisa de Matthew no se hace esperar cuando oye el nombre espiritual de Tyler. Lo miro largo y tendido como si intentara descubrir algo más con ello, las palabras de Eve fueron las que lo distrajeron; buscó con la mirada sobre Jane, Amber y Helen. Tras las presentaciones, su mirada se poso en Helen y entendió que era a quien todo el mundo había estado buscando.

Se detuvo unos momentos apreciando el rostro de desdén de Jane, a lo que solo dedicó una ínfima sonrisa - Jane, sin nombre espiritual, ahroun del aullido austero... ¿no del círculo plateado? solo te puedo aconsejar algo, puedes tomarlo o no; relájate, las puyas no se toman a la ligera aquí. -le mantiene la mirada inexpresivamente y mira luego el cabello rojizo de la galliard- Amber, Aurora-insolente, galliard, el placer es todo mío -le devuelve la sonrisa mientras mira de reojo la motocicleta aparcada y un gesto de asentimiento, con un movimiento de cabeza denota cierta aprobación por el medio elegido.

Otro de los guardias se queda mirando fijamente a Jane y a Alex e intercambia miradas con otro que se encuentra más lejos.

Klaive-silencioso, llega hasta la enorme puerta que se encuentra abierta de par en par e ingresan finalmente a un amplio corredor, con paredes enchapados en madera de roble, largas cortinas color piel con patrones de hojas verdes jaspeadas. El suelo de madera está cubierto por una larga alfombra que amortigua el ruido de sus pasos. A la derecha, se encuentra una chimenea apagada, que seguramente en invierno estuviera encendida para abrigar a los habitantes de la vivienda.

Levantar la mirada también es un deleite, pues el techo muestra grabados esculpidos a mano; hay algunas escenas de batalla en ciertas zonas de figuras crinos sometiendo a sus enemigos.

Matthew, camina en silencio delante de todos mirando de reojo a Eve y especialmente a Helen, hay cierta curiosidad en su mirada más ninguna palabras sale de su boca. Continua su camino hasta hacerlos pasar a una habitación contigua, un pequeño recibidor lujosamente decorado.

- Por favor, aguarden aquí y siéntanse cómodos. Regina llegará en cualquier momento a recibirlos, pueden servirse lo que gusten -muestra la mesita junto a la ventana donde es posible ver alimentos frescos, frutas, ensaladas, jugos y algunos otros manjares.

Da media vuelta, dedicandole una ultima mirada a Helen y a Amber, tras lo cual se gira y marcha por la puerta por la que ha llegado.

Helen se tranquiliza mientras Will le habla durante el trayecto, a pesar de que la pronta cercanía del lugar la pone nerviosa, intenta no pensar en ello y centrarse en el relato de su novio, especialmente cuando este apoya una de sus manos en su regazo. Ella la toma y admira el paisaje por la ventanilla del auto, asintiendo sobre la belleza del derredor - ¿de verdad crees que podamos pasear por aquí? -pregunto en un susurro cuando Will la invitó por una caminata.

Sus ojos admiraron también las flores del jardín, la arquitectura del lugar, lo grande que era todo, los árboles, los colores de otoño y apretó los labios cuando notó que dentro de la vivienda los rodearon más guardias.

Es la última en bajar, ayudada por Will; sostiene su mano él puede sentir como ella tiembla, está nerviosa aunque intenta disimular lo mejor que puede. Sus dedos se entrelazan con los del theurge, sin embargo, mantiene la distancia de todo escondiéndose tras el menudo cuerpo de él.

Aún así, cuando siente la mirada de Matthew sobre ella, Helen se sonroja y de no ser por la repentina aparición de Lex-talionis, seguramente hubiera tartamudeado alguna tontería.

- No, no sé -responde susurrando de vuelta a Alex y levantando los hombros. Esa Regina era tan desconocida para ella como para el resto, todo le era muy desconocido ahora que se le ponía en frente - Tal vez, Eve si sepa... -vuelve a susurrar mirando a su prima.

Se entretiene con el cabello ensortijado de Will, por lo que cuando el grupo avanza siguiendo a aquel extraño, ella se deja llevar tranquilamente hasta el interior de aquel gran salón que le parecían como de otra época. Quien viviera en esta casa seguramente tendría un gusto especial por el pasado o era un excéntrico.

Espero a que el extraño se marchara para respirar hondo - Me siento algo intimidada por todo esto ¿Qué tengo que hacer ahora? ¿Cómo voy a saber a quién entregarle lo que me dejó mi hermana? -preguntó mirando a Will y apoyando su cabeza sobre el hombro de él.

Tan pronto como nuestro guia y anfitrión se detuvo y se dió la vuelta para esperarnos, supe que ibamos a tener problemas. La dignidad y la seriedad conque Tyler se habia presentado, usando todos sus nombres y titulos, habian arrancado un destello socarron del Ragabash. Algo me decia que le habia caido bien.

"Aunque todavía estaba por ver si eso era bueno, o malo..."

El hecho de que Eve interviniera en favor de nuestro lider hizo que regruñiese entre dientes, molesto por la sensación de deberle una a alguien como ella. Sin embargo, los acontecimientos del día anterior y todas las conversaciones que habia tenido, asi como las lagrimas que habia derramado, bastarón para que me limitase a eso... a enfurruñarme.

"Además, la jodida mirada de este tipo me pone nervioso... Es como si fuese capaz de ver dentro de mí... Y eso es algo que solo un Philodox deberia poder hacer... Mierda..."

El resto del Circulo cumplimenta debidamente las formalidades. Resulta agradable escuchar el armonico timbre de voz de William, tanto tiempo acallado, y el eco del de Amber, claro como el cantar de un torrente.

Sin embargo, es cuando le llega el turno a Jane cuando las cosas se complican y el brillante dia se oscurece un poco, mientras que la temperatura general desciende. Giro la cabeza y la miro, asombrado, ante los terminos que usa para presentarse. Frunzo el ceño y mis labios dibujan una pregunta silenciosa.

"¿Porque?"

Guardo las manos en los bolsillos y doy un paso lateral, al notar las inquisitivas miradas de uno de los guardias. Esbozo una sonrisa, cruda, ligeramente provocativa.

Reprimo el deseo de guiñarle un ojo al de seguridad, fiel a mi promesa de no buscar más lios a Tyler y a nuestra Manada. Asi que, lentamente, dejo de sonreir.

"Por mucho que me joda... Este tal Klaive-Silencioso es un tipo listo... Haremos bien en dejar en el felpudo nuestro orgullos y nuestra soberbia... Y dejar bien a la vista nuestra dignidad..."

Por suerte o por desgracia, Helen esta tan nerviosa como yo... Cosa que no me tranquiliza en absoluto.

"Veremos como acaba todo esto."

Echo a andar en pos de nuestro guia, limpiandome meticulosamente las botas en el felpudo de la entrada.

La escena que se abre ante nuestros ojos es impresionante y la majestuosidad, la clase y el estilo del corredor resulta sobrecogedoramente impresionante. Mi mirada recorre el techo, las paredes, las cortinas de patrones entrelazados, la mullida alfombra que amortigua nuestros paso... Casi sin poder evitarlo, me acerco hasta las paredes paneladas en roble y deslizo la punta de mis achaparrados dedos, sintiendo la pulida superficie de madera bajo la piel.

Con gesto culpable, anadeo hasta mis compañeros, siguiendoles hasta otra magnifica estancia, una especie de antecamara o recibidor, donde han dispuesto un almuerzo frio para nosotros.

Nuestro anfitrión, con una eficiencia inglesa que me recuerda poderosamente a la flema de mi Mentor y tutor, nos ofrece su hospitalidad y, despues de dirigir una mirada a Helen y a Amber, se retira majestuosamente.

"¿Porque a Amber? Ha reconocido a Helen o, por lo menos, sabe que es la Pariente fugada a la que todos buscan...Y conoce a Eve... Pero no a nosotros... Y, creo que no le gusta no saber..."

Sin perder de vista la puerta por la que Matthew ha salido, me encamino hacia el Buffet. Una sola mirada y dejo escapar un gemido lastimero.

- Aghh... No hay café...

"¿Porque me castigas, Gaia? ¿Porque tanto odio?"

Agarro una manzana y me acerco a la ventana. Arranco un sonoro mordisco y mastico lentamente, mientras miro por la ventana, maravillandome por las magnificas vistas que ofrece el ventanal.

Los demás van presentándose frente al que ejerce de anfitrión a nuestra llegada. No presto atención a las presentaciones, confiando en cada uno de mis hermanos, y sí al tal Matthew, tratando de leer algo en su cristalina mirada, infructuosamente. Aunque trato de disimularlo, me siento totalmente fuera de lugar entre tanta formalidad. Sin embargo, sí me giro, con los ojos ligeramente entrecerrados, al oír la presentación de Jane.

¿En serio? ¿Era necesario?

La neutra y condescendiente respuesta de Klaive-silencioso no aplaca mi molestia. Y era ella, precisamente, quien me decía anoche mismo que debía aprender modales si iba a presentarme ante el rey. Aún no hemos cruzado la puerta de la casa y ya estamos así. Joder, ¿nos alcanzará la noche antes de que alguno debamos empuñar un klaive en desafío?

Pero la cosa parece quedar ahí. Aunque al girarme me percato de cierto movimiento entre los guardias. Miradas, gestos, esto no me gusta nada. Parecen fijarse en Jane y Alex... ¿Los que no se han presentado convenientemente? Puede que se tomen muy en serio esas cosas por aquí...

Espero que no tan en serio como para adoptar medidas...

Penetramos en la casa, siguiendo a Matthew. Lo cierto es que, por alguna razón, esperaba una cierta formalidad durante el acceso al recinto, que las dos parientes caminaran juntas, y la manada que las protege por detrás de ellas. Pero, cómo no, Helen no se separa de Will, lo que hace que Eve camine en solitario por delante nuestro, con la solemnidad de una reina. No tardo en adelantarme y caminar a su lado, apenas un paso por detrás de ella, sin mediar palabra.

Tampoco podría. Nada más acceder, quedo deslumbrado por el corredor en que nos vemos caminando. Los suelos, las paredes en madera, los cortinajes, el mismo techo. Trato de disimular mi admiración, pero termino fijando mi vista en los relieves del techo, impresionado por su detalle, por el lujo, por la simple idea de que la tribu sepa tan suya esta tierra que se atreva a plasmar nuestra misma naturaleza en piedra pese a las prohibiciones del Velo. Y, por qué no decirlo, por el gran despliegue de pasta que supone este lugar. Toda la decisión y valor que tenía antes de partir se empiezan a desvanecer ante tanta grandeza. Ayer por la mañana hablábamos de invertir todo nuestro dinero y empeñarnos hasta las cejas por una inversión inmobiliaria, y hoy nos adentramos en un auténtico palacio de reyes, el lugar donde moran el honor y la gloria de la tribu. Nosotros, una manada sin tótem, sin origen, sin nada salvo sus propias manos.

Matthew nos acomoda en un recibidor aún más lujoso que el pasillo, si cabe. Nos pide que esperemos ahí, despidiéndose tras informarnos de que esa tal Regina acudirá a buscarnos. Le agradezco las atenciones antes de que se marche, y cuando lo hace guardo mis manos en los bolsillos del pantalón, elevando la vista al techo otra vez, algo abatido.

Joder...

Debería haber esperado algo así, pero es que es demasiado. Ni me molesto en mirar a la mesa donde hay algo para comer y beber, tengo el estómago encogido. Cualquiera come nada ahora mismo. Ni siquiera logro tragar bien mi propia saliva, tengo un nudo en la garganta.

Un comentario de Alex sobre la ausencia de café me devuelve al recuerdo de lo sucedido en la entrada. Me llevo las manos a la cara y me froto los ojos, recordando y planteándome lo que me espera. Anoche era un problema que las dos Furias no se hubieran presentado formalmente, hoy dos miembros del Círculo no se presentan como es debido en la misma casa del Rey Albretch. Esto es de locos. Debe haber cuchillos en esa mesa, aunque sólo sea para cortar la fruta, quizás debería ofrecérselo para que me corten el cuello en lugar de acabar conmigo poco a poco...

Inspiro profundamente, soltando un suspiro de cansancio y agobio, situándome al lado de Eve con la vista en la recargada chimenea.

Eve... ¿Hay...? -Comienzo a decir, dubitativo- ¿Hay algo que... debamos saber? ¿Sobre lo que va a pasar, sobre Regina, sobre qué debemos hacer...?

Estoy completamente perdido, sobrepasado por la situación, eso es evidente. Me han criado en una casa de clase media, he pasado mi iniciación en un pantano, me han introducido en la tribu en una cabaña en las montañas, vivo en una casa de campo... Este mundo no es el mío, no se qué tengo que hacer ni qué esperar.

Me inclino con una media sonrisa, aceptando las palabras del Señor Estirado al más puro estilo inglés. De hecho, intento reforzar mi acento natural, que, en otras ocasiones, suelo tratar de rebajar porque los yanquis no siempre me entienden.

- Por supuesto que del Círculo Plateado, señor Klaive-silencioso - digo, como si fuera imbécil del culo -. Me temo que mi nombre espiritual está en japonés y no quería ponerle en el brete de pronunciarlo mal si tiene que nombrarme, porque eso sería tremendamente inapropiado, aunque, ya que insiste, le diré que mi nombre espiritual es Kanku-dai

Luego le miro a los ojos, ampliando mi sonrisa. Soy la versión maligna de Emily Brontë, cuando quiero. No será hoy el día que un americano dé lecciones de cortesía a una británica, por mucho traje que lleves, señor emperifollado, yo sólo vengo "emperi", pero tengo muchas más formas que tú incluso si vistiera con ropa deportiva.

- Vaya, ¿debo entender entonces que me está lanzando puyas? Me pregunto qué debería hacer en este caso...

Lamentablemente, la etiqueta no me permite comprobar si puedo poner el pie en la cara de este tipo, y parece que él también lo tiene presente, puesto que nos escolta con toda corrección. Aunque me quedo bastante admirada por el lugar, me limito a observarlo todo con detenimiento. Puedo entender el deseo de honrar el legado familiar y el de la Casa creando monumentos y conservando el patrimonio ancestral, pero es tremendamente...conveniente que los Colmillos Plateados tengamos siempre por patrimonio ancestral mansiones y grandes fortunas. Qué coincidencia tan deliciosa. Bueno, no estoy siendo justa del todo, hay muchos en la Tribu que han caído tan bajo que se aferran a dos reliquias como si fueran faraones mientras malvenden todo lo que pueden para seguir aparentando. Imagino que es mejor que el Rey de Wyrmfoe conserve la dignidad de su legado, así es menos probable que quiera vender nada...o a nadie.

Vuelvo a inclinarme cuando Klaive-silencioso nos hace la indicación de esperar.

- Gratamente, mi señor; este es un lugar precioso - digo con mi mejor sonrisa

No se me escapa la mirada del guapito hacia mi moto y mi sonrisa se amplía de medio lado al percatarme de ella. ¿Le gustarán las motos? No tiene pinta, con ese aspecto de estirado, pero vete a saber. Sólo por eso, le dedico una mirada más antes de echar a andar tras él hacia el interior de la mansión.

La presentación de Jane me va dando vueltas en la cabeza. ¿Por qué habrá omitido el nombre de la manada? Me giro para mirarla antes de entrar, intentando averiguar qué le pasa por esa rubia cabecita llena de ideas y conocimientos. No sé a qué se ha debido, pero no dudo que si lo ha hecho, hay más motivos detrás de ello de los que podría entender a simple vista.

En cuanto pongo un pie dentro de la mansión no puedo evitar recordar a mis padres. Mi madre sería tan absolutamente feliz en un lugar así que casi me dan arcadas. Vale, la casa de mis padres no es taaaan ostentosa, pero el tufillo ese de "soy rico porque yo lo valgo" está presente y me transporta a Fremont por completo. Me siento como en casa, vaya. Aunque en mi caso eso no tiene mucho que ver con sentirme en el hogar. Mi hogar es mi manada y por suerte nunca está demasiado lejos de mí.

Camino por el pasillo hasta llegar al recibidor y al ver el aperitivo pongo inevitablemente los ojos en blanco. Por Gaia. De verdad que puedo imaginarme a mi madre toda digna ahí junto a la mesa, enarcando una ceja a modo de reproche al ver nuestra ropa poco apropiada para el lugar y la situación. 

Me giro de nuevo cuando Klaive-silencioso se despide y tampoco se me escapa la última mirada que me dedica. Me hace gracia y enarco ambas cejas en una expresión divertida mientras un soplido de risa sale silencioso por mi nariz.

- Gracias Matthew. - Le guiño un ojo al guapito como despedida antes de acercarme a la mesa, donde para desgracia de Alex no hay café. 

- Esta gente tan estirada no sabe qué es lo bueno de verdad. -Digo hacia nuestro Philodox, poniendo una mano en su hombro y apretándolo con suavidad en un gesto mudo que espero que comprenda como una muestra de que el día anterior ya pasó y se fue. De que después de nuestra pequeña charla todo está bien entre nosotros. 

Cojo con tranquilidad un vaso y me sirvo el zumo de color más raro que vea. Quiero comprobar hasta qué punto llega la excentricidad de esta gente. Y con él en la mano me giro para escuchar la respuesta de Eve a las preguntas de Tyler. Porque sí, todo esto es muy divertido y me apunto a cualquier aventura sin problemas pero... Estaría bien saber qué se espera de nosotros. Aunque sea para poder decidir si queremos cumplir las expectativas o saltárnoslas a la torera.

- ¿Y quién es Regina? - Sumo una pregunta más a la montaña.

Eve asiente ante la partida de Matthew, lo sigue con la mirada mientras marcha y no se le pierde el detalle de la atención que el mismo presta a Helen y a Amber. Como tampoco la mirada condescendiente que le dio a Jane cuando esta le respondió de manera tan grosera.

Ante lo que simplemente ella le dedica una mirada indignada ante la desfachatez demostrada por la ahroun, quien se suponía, por lo que ella había entendido al oírlos, la más instruida de la manada de Tyler.

- ¿Es costumbre el ser tan irrespetuoso en europa? Fui bien recibida cada vez que fui, ha de ser que es cosa tuya. He sentido verguenza ajena por tu comportamiento. -Eve se tomo sus propias manos- Te pensaba más sensata, lo parecías. Preguntaste qué deberías hacer tergiversando las palabras de Matthew, te respondo yo; ten la amabilidad de respetar mi hogar. Esto es Wyrmfoe.

Aunque sus palabras han sido serias, su tono ha sido neutral. Consciente además de la promesa que le había hecho a Tyler. Las preguntas de Helen, suavizan su mirada, decide no responder por el momento sabiendo que es posible que las palabras fueran realmente formuladas para su novio, Will, más que para ella.

Toma asiento en una de las sillas y bebe agua de un vaso, mientras presta atención a las preguntas que formulan tanto Amber como Tyler. Después de beber, posa el vaso sobre una de las mesitas y vuelve a tomarse de las manos.

- Pues Regina, es la guardiana del túmulo. Aunque esperaba que fuera Eliphas el que nos recibiera, el es el Senescal del Rey. -se pone de pie y se sitúa junto a Tyler- No lo sé. Al encontrarme con ustedes pensé en que nos dejarían aquí, les agradecerían, recibirían el reconocimiento de la Casa y se marcharían. Sin embargo, sabemos todos que ahora esta implicado algo más. -mira a Will y a Helen, notando las manos de ambos entrelazadas- Lo mejor es pedir hablar con el Rey, si se marchan, es posible que no puedan responder ante el reclamo de la familia Batell u otros

Se detiene un momento, esperando oír a Tyler, no puede marchar a ver a los suyos sin saber antes que él estará bien.

- No lo sé, querida, nunca he estado - respondo con condescendencia a Eve. Si se hubiera molestado en escuchar, a estas alturas ya debería saber que soy australiana -. Pero tengo entendido que son gente realmente educada, si

Estoy a punto de contestar algo a lo de respetar el hogar. Algo sobre aparecer como un puto tornado en nuestro territorio y revolverlo todo, pero me muerdo la lengua. Ty está encaprichado de esta imbécil y, aunque sea solamente por un desequilibrio hormonal (qué curioso una mujer diciendo eso de un hombre) tengo que intentar no ponerle en medio. Me quedo mirando a Eve, impertérrita, hasta que aparte la mirada. Sé lo que es Wyrmfoe, y sólo son los más grandes porque otras Casas más poderosas quebraron su poder en Europa y ellos se escurrieron en las cubiertas de los barcos a invadir el territorio de otras Tribus. Oh, si, sé lo que es Wyrmfoe: el Nuevo Mundo; un chiste malo.

Escucho la pregunta de Helen sobre el paseo, y contento le respondo, - claro que si, seguro que nos dejan pasear a los dos solos... hasta podremos perdernos si lo deseas, sonrío algo ruborizado. Luego mientras nos presentamos y noto sus dedos moverse sobre mi mano, apretarse... muevo yo también los mios, haciéndole saber que estoy con ella, a su lado.

Cuando escucho la presentación de Jane, la miro de soslayo, temiendo que su actitud nos pueda causar algún problema, joder, ¿qué hace?, después, quizás Amber con sus palabras y su actitud, suaviza algo las cosas...tras escuchar la replica de Klaive-silencioso, no puedo evitar un suspiro y una mirada a Alex que lo dice todo, de momento nos hemos librado, hasta que Jane vuelve a abrir la boca, joder, de esta si que no nos libramos, miro en ese momento a Ty angustiado, sin saber que hacer. Por fortuna, el comentario de mi hermana, aparentemente no trasciende, al menos, no en ese instante.

Comienzo a caminar con Helen de la mano cuando así nos lo indican, sin perder ningún detalle, mirando a ambos lados del jardín, contento de ver tanta belleza, y es que Helen, aquí, se ve aún mas hermosa, si es eso posible.

Entonces se abre el enorme portón de roble, y si había quedado sorprendido ya por el exterior, el interior no me sorprende, pues todo fuera ya anunciaba la fastuosidad del edificio, no obstante, resulta impresionante, joder... cuanta gente limpiará todo esto, no creo que sea una sola, sino, que peñazo.

Durante el recorrido no soy consciente de las reacciones de los demás, pues estoy demasiado alucinado, y tan solo alguna exclamación breve escapa de mi boca, - ¡Gaia bendita!, esto es... seguro que tienen un piano, tienen que tenerlo, igual luego pueden dejármelo un rato, y puedo tocar alguna melodía para Helen, escucharla cantar de nuevo, y sin querer sostengo su mano con mas fuerza, recordando nuestro primer encuentro, entre los tulipanes... y ese instante mi corazón se siente tan pletórico, y mi alma tan alegre, que casi acuden las lágrimas a mis ojos sin ser capaces de contener tanta dicha, empañándome un poco los ojos, me acerco a Helen para susurrarle, - me siento muy feliz, y tu eres la responsable, dejando después un beso en su mejilla.

Finalmente llegamos a una habitación con chimenea, y cuando señalan la mesa con comida, no puedo evitar sentir algo de hambre. Vaya dilema. Miro al resto esperando que alguno se decida, pero ninguno parece hacerlo, a la mierda, me pillo una manzana, mientras camino hacia la mesa, con Helen, la escucho preocupada, me detengo entonces y apoya la cabeza sobre mi hombro, acaricio su cabeza y la rodeo con mis brazos, - no te preocupes, estoy contigo, me aparto un poco para mirarle a los ojos y sonrío con franqueza, convencido realmente de que todos nuestros problemas terminaran pronto, de que podremos estar entonces juntos sin importar nada mas, hasta que por un instante el recuerdo de la llamada que recibió nubla mi ánimo, entonces sus ojos vuelven a capturar mi mirar y me hacen recuperar la sonrisa, - preguntaremos y ya está, se lo daremos a quien haga falta, y no tendremos que preocuparnos mas, ya lo verás. Vuelvo a rodearla entre mis brazos, y así, abrazados, escucho las palabras de oro y plata de Eve, la reprimenda que recibe Jane, como le darían a una niña malcriada.

Miro a Eve cuando dice que debemos hablar con el Rey, y sostengo su mirada con determinación, - hablaré con quien sea preciso y responderé ante quien deba.

Eve no tarda en recriminar la falta de Jane en su presentación, cometiendo, eso sí, un error que no tengo claro de donde procede. ¿Jane, europea? En cualquier caso, percibo un tono mucho más neutral en su voz que en ocasiones anteriores, algo que asumo le supone un gran esfuerzo. Uno que me prometió, y que le agradezco.

Jane es australiana, no europea. -Aclaro con aire cansado. Porque es como estoy, realmente cansado de muchas cosas- Pero no podemos achacarlo a su origen, su madre es encantadora. -Y, si estuviera aquí, sabría comportarse mejor que todos nosotros juntos. De hecho, si estuviera aquí, dudo que se sintiera orgullosa de su hija, ahora mismo. Yo no lo estoy. La decepción hacia quien considero como una hermana, a nivel personal, mucho más allá de la propia manada, no ha hecho sino crecer en el último día. Lanzo una dura mirada a Jane, para mirar posteriormente a Alex y finalizar por Amber y Will- Sólo lo diré una vez. Si alguien no quiere estar aquí, o no tiene intención de intentar al menos comportarse, ahí tiene la puerta. -Señalo hacia la misma- Podemos pedir a Matthew o a quien sea que os acompañe hasta la salida, cogéis el jeep y os vais al pueblo a pasar el rato con Riley y Aletheia. Nadie está aquí contra su voluntad.

Así que no jodáis.

Analizo lo que cuenta Eve sin legar a conclusión alguna. Regina es la Guardiana del túmulo, Eve esperaba que nos recibiera el senescal, ese tal Eliphas, pero parece que no será así. ¿Eso debería significar algo? ¿Algo bueno, algo malo? De significar algo, entiendo que será malo. Supongo que el senescal es alguien de mayor importancia que la Guardiana, de modo que si es ella quien nos recibe será porque nos otorgan poca importancia. O quizás simplemente esté ocupado y esté viendo fantasmas donde no los hay.

Bien... -Digo finalmente, tras debatirme entre oscuros pensamientos, al darme cuenta de que Eve está esperando, expectante, que responda. Will se muestra decidido, hablando con valor en ese instante, algo que me hace mirarle con orgullo antes de volver a mirar a Eve- Pediremos audiencia al Rey, es todo cuanto podemos hacer, según parece... -Me quedo un instante mirando a Eve directamente a sus claros ojos celeste, ensimismado en el brillo de los mismos, hasta que caigo en la cuenta de una cosa- Eve, tu familia... Si... Habrán estado preocupados por ti, si quieres ir a verles... -Pongo mis manos en sus hombros, con ternura, pero contenido al no estar solos. No quiero incomodarla- Nosotros estaremos bien, tranquila. -Termino por mostrarle una confiada sonrisa, más por transmitirle a ella esa confianza que por tenerla yo mismo.

¿Y qué sabes tú de comportarte, Tyler Jackson? pienso mientras siento la Rabia en mis venas. Si no fuera por mí habrías seguido siendo un pelele, un idiota y muy orgulloso de serlo. Si no llego a plantarme hace tantos años, seguiríamos en la desgraciada manada de Ciervo. No sabías nada, y aún no sabes más que lo justo para ir tirando, porque estás convencido de que eso te mantiene puro o algo así. No me recrimines comportarme, no me hagas hablar. Aunque se me escapa un resoplido cuando habla de mamá. Uno que se lleva el fuego de mi furia como una ola arrastra cenizas. Le miro, y es posible que aún vea en mis ojos llamas, pero mi voz es tranquila cuando le digo:

- Le he dicho el nombre de mi Casa precisamente por si hubiera algún problema del que no tenga noticia y que pudiera empañar la reunión. Lo he hecho por si era un problema, para no seguir adelante y no entorpeceros. Recuerda el duelo con Koji, Ty - es todo lo que le digo para no desautorizarle, pero en realidad le estoy regañando. "No pienses en línea recta, no des por hecho que no tengo un plan, observa tu alrededor, mira a ver si hay agua antes de saltar -. Evidentemente sabía que estaba con el Círculo de Plata. Sólo me ha chinchado un poco en lugar de cerrarme el paso o aumentar la seguridad, lo que es buena señal, porque significa que ahora mismo no hay problemas entre nuestras Casas y no es un problema que esté aquí

Me cruzo de brazos y le miro, agitando mi coleta como si fuera un látigo. Me gusta mucho ese movimiento, me da mucho énfasis, le estoy diciendo: "¿Alguna otra tontería que objetar?"

La puerta se abre con cierta impetuosidad mientras se alza la discusión en la sala.

- No se trata de lo que dices Kanku-dai, si no como lo dices -señala el cuerpo de Jane y hace un gesto circular siguiendo la silueta de su rostro, refiriéndose a sua expresiones.- o de lo que no dicen -mira a Alex.

Regina es una mujer alta, fibrosa, enérgica.

- entre las casas no hay problemas, el problema son las lenguas de algunos garou -hay cierto reproche en su tono- algo que el rey parece estar enfrentando muy bien. - recalca y mira a Eve.

- Rothchild, no hagas esperar más a tu familia. Tienes mucho que explicar

Sus ojos reparan en Helen pero terminan en Tyler, sabe que es el alfa o por lo menos que se identificó como tal.

Inmediatamente adopto una posición mucho más formal. No es de cortesana, claro, es más cercana a una postura de "firmes". Piernas estiradas y brazos a los lados. Me doblo en una inclinación que aprendí en Japón. Es lo bastante respetuosa como para demostrar que me tomo en serio las palabras y saludo con humildad, pero lo bastante recta como para indicar que no hay familiaridad. No es la reverencia que dedicaría a Ben, sino la que doy a alguien que me supera en rango militar y que, aunque no está en mi ejército, sí que está en mi bando.

- Trataré de honrar mejor la hospitalidad de Wyrmfoe, mi señora - "ya que parece que son todos lerdos y necesitan que se les explique muy despacio todo", aunque lo cierto es que me decepciona mucho lo estirada que es esta gente, incluso para el estándar de mi Tribu. Por todos los rostros del Kaos, los Hakken más melifluos se comportan con menos pompa. Si creen que siendo más papistas que el papa van a conseguir tener una pizca de la clase que hay en el viejo continente o en Asia, no saben a qué juegan