Partida Rol por web

Madre Larissa no dice nada al respecto. Joder, eso sí que no me lo esperaba. Descruzo los brazos y los llevo a mis bolsillos, y la Theurge me da unas palmadas antes de informar de su intención de investigar y meditar el asunto. Verla desvanecerse en el aire junto a la ventana me deja frío, pues tenía la esperanza de obtener al menos alguna palabra que poder ofrecer a los míos.

Inmediatamente tras ella, la impulsiva y apasionada Amber se lanza a caminar de lado, y tras ella va Jane, cuya sonrisa me resulta artificial, controlada. O quizás soy yo, que me preocupo más de la cuenta. Han sido muchas noches corriendo a su cama, despertándola entre sollozos y rugidos desesperados, abrazándola hasta que el sueño la venciera de nuevo. Todas y cada una de esas veces me invadía el mismo sentimiento, la impotencia de saber que no podía ayudarla.

Tened cuidado... Me repito mentalmente, ya que no me ha dado tiempo a recordarselo de palabra, una vez han desaparecido de la cocina.

Miro a Alex, que se ha quedado a mi lado sumido en un mutismo inusual en él. Casi preferiría que dijera algo, aunque fuera echarme en cara mis errores. Puede que a veces me saque de mis casillas, pero valoro su opinión por muchos motivos. La sabiduría inherente a su forma de pensar es una de ellas. El hecho de que siempre tenga el valor de decirme lo que piensa, está aún por encima.

¿Por qué no dices nada...?

¿Alguna opinión sobre todo esto? -Pregunto a Ben, ya prácticamente aturdido por tanto galimatías- Reconozco que me siento sobrepasado...

- Vale.- Exclamo mientras me levanto.- Ya que nos vamos a quedar solos, me gustaría hablar con vosotros y me da que este es cuarto de hora más en privado que vamos a tener.

Antes de continuar, relleno las tazas de café, retiro el menaje y los cubiertos sucios y ofrezco a nuestro mentor e invitado un paquete de galletas para acompañar los últimos vestigios de la tortilla de tortitas de Jane.

- Si no os importa, me gustaría terminar la ensalada de patata antes de que se estropee.- Blando el cuchillo bautizado como Talionis en un fulgurante volantín.- Y seria un honor y un placer que te quedases a comer, Benjamín.

Manteniendo la forma Hominida y dándoles la espalda, me pongo con el tema, removiendo la ensalada y añadiendo los cebollinos picaditos -ahora si- a toda velocidad.

- Vamos por orden... Mas o menos...- Troceo un cebollino y lo vierto a la ensaladera antes de seguir.- Benjamín... Nuestro alfa ya lo ha dicho con toda claridad: somos una manada sin Tótem y nos esta afectando. Llevo unos días sin estudiar con Recurso-de-ultimo-minuto, eludiendo mis obligaciones como Philodox del Circulo de Plata y como estudiante de esta universidad. Jane lleva perdida en sus pensamientos ni se sabe. William no solo se ha emborrachado, sino que se ha metido en la Umbra resacoso y amargado.

Coloco dos cebollinos en paralelo, algo totalmente inapropiado para cualquier tarea culinaria y los ataco con fulgurante rapidez, acuchillando los con Talionis.

- Vale. Somos Cliath. Y, además, bastante rotos emocionalmente... Nada que no se pueda arreglar con dos mentores de vuestra talla y un Totem para ayudarnos a encontrar nuestro sitio. No tenemos Tótem y no sabemos porque. William cree que hemos sido elegidos... Pero que, por la razón que sea, ha decidido no mostrarse...

Noto como las lágrimas de empiezan a acumular en mis ojos y aprovecho para trocear una cebolla, en una variante aceptada de la receta original... Escudado por sus propiedades, puedo llorar sin demasiados problemas...

- Uff... Sob... Como pican los ojos...Además, recibimos la visita imprevista y fugaz de una reconocida aunque excéntrica Anciana de uno de los Clanes más reconocidos de la región... Ha sido condenadamente críptica en sus palabras hacia Alex y no he podido captar el significado oculto de sus palabras.

- Pero,  juzgar por sus palabras y por el relato que nos has hecho de tu experiencia Umbral, Tyler, pasa algo. ¿Halcón,? ¿El mismisimo Halcon honra a nuestro alfa y nuestra manada no tiene el apoyo de ninguno? 

Vierto la cebolla en la ensaladera, remuevo bien para mezclar sabores y texturas, dejandola reposar en el centro de la mesa, cubierta con paño limpio, antes de ponerme con las tortillas. 

Saco de la nevera un para de cartones de huevos y pongo una sartén al fuego, añadiéndole algo de aceite de girasol. Mientras coje temperatura, me vuelvo hacia Tyler y nuestro Mentor.

- Dos preguntas tengo: ¿De cuantos huevos vais a querer las tortillas y como podemos responder ante los espíritus de Gaia para que nos muestren el camino a emprender para recuperar su confianza y ser dios de su tutela?

Cuando responde que no, siento que me han quitado una losa del pecho, Julliard, la escuela de música, - Yo estudio en Columbia, añado con sorpresa por lo cerca que nos encontrabamos, Filología, pero toco el piano, aunque no soy demasiado bueno, me defiendo, podría acompañarte... si tú quieres claro.

Al hablar de su hermana, la tristeza se hace presente de nuevo y sus palabras muestran un color lila claro, que no termina de gustarme, busco entonces sus manos con las mías, sin llegar a ser consciente de mi gesto.

- No se como organizan estas cosas Helen, una nueva punzada de dolor y de miedo, serían capaces de obligarle, y ella y yo, entonces... - pero no te dejaré sola, y si quieres vivir conmigo puedes hacerlo, no tenemos porque ir al norte, podemos llevar la vida que queramos, comento esperanzado, mas siento a la vez algo de temor, muerdo mi labio inferior suavemente, pues se que es Ella, y temo no ser El. No puedo llevarla al norte, hablaré con los demás, seguro que no les importa que Helen y yo... - Helen, yo, decidas lo que decidas, estaré a tu lado.

Me levanto cuando ella lo hace, y al recordarme mi desnudez, por absurdo que parezca, siento algo de vergüenza, miro al suelo, pero vuelvo a alzar la vista cuando toma mi mano. - Es que cuando cambiamos de forma o caminamos de lado, pasamos al mundo espiritual, quiero decir, si no hizimos un ritual para conservarla, podemos perderla. 

La pregunta de mi manada, me pilla desprevenido, sonrío con ternura al escucharla, yo también tuve esas dudas en su día, y ahora parece todo tan normal, - es mi familia Helen... bueno, no realmente, como unos amigos, unidos por algo mas fuerte que los lazos de sangre, y si tu quieres, puede ser también la tuya, - ellos te aceptaran. Cada uno se encarga de unas cosas, yo me encargo de lo que se refiere al mundo espiritual, pero no te preocupes, tenemos tiempo, toda una vida por delante, ¿juntos?, suspiro finalmente.

Miro alrededor mientras caminamos de la mano, - tengo que ubicarme para poder volver a casa.

Mientras vuelven a la pérgola, continúan hablando, parece inverosímil que apenas un par de horas antes se hubieran conocido.

- Si tocas el piano, es maravilloso, me gustaría... podemos interpretar algo juntos. ¡Columbia! Will, estuvimos siempre tan cerca sin saberlo ¡a un taxi por la avenida Broadway! Alguna vez incluso, hemos participado en el coro para la Catedral de St. John the divine -su sonrisa cae, de pronto, como caen los pétalos de algunos tulipanes mientras avanzan entre ellos- no voy a poder volver a mi vida ¿no? -su mente vuela recordando las grandes puertas acristaladas de la institución y las veces que se escapa juntoa sus amigas, al centro fílmico Elinor Bunin-Munroe, que se encontraba tan solo cruzando la calle.

- ¿Vas a especializarte en alguna? No sé como va, como inglesa, clásica ¿funciona así? -llegan a la pérgola, ella continúa escuchándote. Se muestra sorprendida por tu invitación- Entonces, no tengo que ir con ellos si no quiero -murmura para sí misma- ahora que lo dices no puedo volver a mi departamento, si no te molesta sí, podría quedarme un tiempo contigo hasta saber qué hacer... con todo esto. Y necesito sacar algunas cosas... ¿podríamos ir luego?

Se sienta en una de las bancas, mientras le explicas sobre caminar de lado, los auspicios, tú manada, notas que está ruborizada pero aún así, no quita la mirada de ti.

- Recuerdo que entre por aquí cerca de la pérgola, pero luego no volví a encontrar la entrada. Ve a ver, entonces guardo la ropa aquí ¿vas... vas a volver, no? -se levanta y te rodea con los brazos plantándote un beso intenso sobre ellos- no... ¿no me vas a dejar aquí, no? -pregunta ya un poco nerviosa

- Si verdad, es increíble, tan cerca, y sin saberlo, quizás hasta nos cruzamos alguna vez, luego comento con algo de vergüenza, - bueno, en privado sin problemas, pero como te dije, me defiendo con el piano, pero no soy ningún experto.

Y el tono de su voz, vuelve a mostrar ese color lila pálido, - no creo Helen, lo mejor será que... olvides tu antigua vida, es difícil, lo se, nosotros también pasamos por algo parecido.

Pero pregunta curiosa por mi carrera, se interesa por mi, por mi, - aún no se, realmente me matriculé de Ciencias Políticas por mi padre, el quiere que trabaje en el cuerpo diplomático, es abogado, pero... se me dan bien los idiomas, por no defraudarle, quizás algún puesto como interprete en alguna embajada, pero me cambie de carrera, ellos, mis padres, aún no lo saben, no se como decírselo, ni cuando. Termino algo apesadumbrado.

- No creo que sea buena idea, que regreses a tu piso, ni a la escuela... Helen, no quiero que te pase nada malo, yo... es decir, tú y yo... perdona, se me da muy mal esto. Decido cambiar el enfoque sin saber como salir donde me estaba metiendo. - Yo iré a tu piso, tú puedes quedarte con mis hermanos, no quiero que te suceda nada.

- Voy a vestirme mejor, tú no pudiste venir desde la Umbra, digo mas para mi que para ella, si cambio de forma, no te asustes, simplemente recoge mi ropa, y guardala. El beso me pilla desprevenido, pero se lo devuelvo. - No, Helen, no te voy a dejar, ni ahora ni nunca, - vamos a ir los dos juntos, digo mientras empiezo a vestirme... cuando termino, la tomo de la mano, - vamos, dime por donde entraste, buscaremos juntos la salida.

Helen oye todas y cada una de tus palabras, mirándote con atención y seriedad, mientras te vestías... habían en el suelo un par de zapatillas blancas bastante gastadas pero de seguro que te quedaban. Parecía que iba a protestar por que al parecer no le dejarías ir a su departamento pero al final solo se quedó callada. - Tus padres entenderán, de repente no al principio pero después cuando vean lo bien que lo haces, no te dirán nada. ¿Ellos saben que eres un garou?

Sostiene tu mano y andan a través del jardín, ella te señala el lugar por donde cree que entró

- Estaba oscuro, pero se que fue por aquí porque lo primero que vi fue la blancura pérgola -se adelanta un poco, pero no te suelta de la mano.

Al principio no pudiste dilucidar mucho, parecía el mismo paisaje de siempre, arbustos, árboles de tronco grueso, más arbustos... hasta que llegaste al fondo. Sentiste energía espiritual debajo de aquellas plantas que se alzaban sobre lo que te pareció era un muro muy alto.

Al seguir tus instintos y asomarte encontraste la puerta escondida debajo del verdor de las plantas.

Al abrirla, te diste cuenta que el fondo era oscuro, a causa de la falta de luz cuando ingresaron,al apoyarse para no tropezar, sentiste la textura rugosa de un árbol. Caminaron un poco más y salieron por un agujero oculto, que tenía el tronco en la base. Los arbustos exteriores impedían ver la entrada, quizás por ello nadie se percatara de la existencia de aquel lugar.

Empezaron a andar juntos, durante varios minutos, quizás una o dos horas, hasta que por fin viste un letrero que decía: "Reserva South Mountain".
Y en ella,debajo, decía ¡disfrute Newark!

Al observar su expresión le explico con dulzura, - Helen es lo mejor, no quiero que te pase nada, es mejor así, iré yo solo, tampoco puedo pedirles a mis hermanos que se arriesguen por ti, - mi manada te cuidará, todos ellos, Ty y Jane, saben pelear mejor que nadie, ellos dos... Amber, sabe como sacar lo mejor de cada uno de nosotros, y Alex, es el tío mas "grande" que conozco, y eso que es enano, añado con naturalidad mientras termino de calzarme, tiene sus cosas, pero es un crack, ellos te cuidaran, confía en mi.

Luego al nombrar a mis padres, tuerzo el gesto, - no se Helen, no quiero decepcionarles, mi madre es como tú, pero desde que vine aquí, nos vemos muy poco... soy de Chicago, por cierto, y mi madre es polaca, a ty jesteś najpiękniejszą kobietę wiem i myślę, że cię kocham*, añado en polaco, - no es muy agraciado el idioma, lo se.

Me levanto enérgico, - vamos.

Comienzo a buscar por donde me indica, y aunque resulta incomodo hacerlo solo con una mano, es agradable notar sus dedos entrelazados.

Cuando conseguimos salir y veo el letrero, me sorprendo, estamos en New Jersey, - vamos a buscar algún teléfono y llamaremos a un taxi, cuando lleguemos a casa le pagaremos, porque no llevas dinero, ¿verdad?

Tras llamar le comento antes de que llegue el taxi - Helen, tuve que hacerle una promesa al búho, antes de encontrate, para que me explicase unas cosas, le dije que no hablaría durante un día, así que cuando llegue a casa, no hablaré, pongo cara de apenado, es algo muy serio, no puedo incumplir mi promesa, solo quiero que no te asustes cuando llegue ese momento.

Cuando llega el taxi, la tomo por el brazo antes de subir. - Ya se que apenas nos conocemos, pero hay una cosa que quería preguntarte, bueno, que cuando lleguemos, a casa, no se como puedo presentarte... es decir, tu y yo antes... y no se si eso nos convierte, es decir, si tu quieres que seamos... ya sabes, que si te gustaría salir conmigo. Digo con la cabeza gacha, pero mirándole a los ojos.

- ¡Vaya! no que no es feo, es, diferente nada más ¡enséñame alguna palabra, vamos! -te escucha los detalles sobre tu manada, nombres que a medida que hablas va asociando y creándoles rostros en su mente. Mientras esperan al taxi, ella te toma del brazo- No quiero que vayas solo, puede ser peligroso. Además, si no es a mi departamento, tengo que ir a casa Will, tengo que... -se queda callada un rato- te lo contaré luego. -se recuesta en tu hombro en el trayecto.

- ¿Por qué dices que tu madre es como yo? - te pregunta curiosa, recostada en ti sin mirarte pero oyendo la petición adicional- Si, los búhos tienen algo, asi que entiendo que esto es parte de tu mundo -se levanta y se asoma por la ventanilla para comprobar si los sigue, aunque no ve nada, insiste en buscar a las aves mientras tu le hablas sobre como deberían ser presentada ante tus amigos. Cuando terminas de hablar ella te mira sonriendo- Pues si Will, si me gustaría salir contigo... después de eso... -entrelaza otra vez sus dedos con los tuyos- presentame como tu chica -ni bien termino de hablar se echó a reir y se recostó sobre tu hombro.

Durante el trayecto te contó que su familia es adinerada, que sus raíces se supone se originaron en normandía pero que están arraigados a inglaterra y francia donde su familia aún tiene algunos títulos y tierras. Te cuenta que su hermana y ella llevaban una relación cercana a pesar de la diferencia de personalidades y que Marion, como ya te había adelantado, era la niña modelo de casa, mientras que ella, a pesar de no ser una rebelde per se, tampoco era de las que se quedaban callada, lograba convencer a su padre para que la dispensara de las cuestiones de la familia. Pero con los años y a medida que crecía las cosas se habían puesto más serias y muchas veces había sido amenazada con ser desheredada si no cumplía con sus deberes.

Marion estudiaba muchos tomos y venía un profesor que le enseñaba sobre simbolos, historia de nuestros antepasados y como habían vivido con ustedes, cosas de ese tipo. Por lo que entendiste, la familia estaba emparentada con alguna tribu (Helen no usaría este nombre) que cuidaba mucho los enlaces y apareamientos, porque los matrimonios acordados se habían mantenido durante siglos.

Te contó además sobre su profesora de historia de la música, que era una vieja antipática que gustaba de desaprobar a medio salón haciendo preguntas con trampa en los exámenes. Que ella había pasado noches sin dormir para aprobar y no darle gusto. También que se encuentra dentro de las mejores de su clase y tiene algunas amigas con las que sale a divertirse a veces los fines de semana. Nada muy alocado, pues beber en exceso o fumar dañaba sus cuerdas vocales. Te contó que trabajo de modelo para alguna marca de ropa no muy importante y que el dinero lo usó para dárselo a una amiga que no tenía los medios para vivir en la ciudad y continuar su sueño. De pronto salió el tema de que su helado favorito era el de pistacho y que alguna vez le gustaría conocer venecia y también, salir al cine contigo a ver alguna película, cuando... arreglara su vida o descubriera que tenía que hacer a partir de ahora.

- Kocham cię*, pronuncio ante su petición, - puedes decirmelo cuantas veces quieras, no me cansaré de escuchartelo, digo sonriendo. - Helen, no puedo pedirles a mis hermanos que me acompañen, lo harían sin dudarlo, pero no tengo derecho a hacerlo... aguardo unos segundos valorando la necesidad de que vaya ella, - esta bien, si es necesario, pero no irás sola, me quedo un rato callado pensando, quizás debería conocerse lo de este ataque, quizás me sobrepase la situación y sea algo mas grande de lo que pienso, porque sino Búho y Halcón estarían detrás de esto. - Hablaré con mis hermanos, igual sera mejor que nos acompañen.

- Mi madre, ella, es parentela, puede vernos también bajo nuestro verdadero aspecto.

Le doy un beso, tierno, suave, y cuando accede a salir conmigo, siento que nada puede salir mal, que todo en este mundo es perfecto. Después disfruto de su cercanía, de su tacto, de su voz malva. Escucho todas las cosas que me cuenta con interés, interrumpiendola de vez en cuando, cuando necesito alguna aclaración, o me surge alguna duda. Mas cuando habla de su familia, lo estrictos que son con los enlaces y matrimonios concertados, siento de nuevo que puedo perderla, que esto esta por encima, y que quizás mis sentimientos y mi linaje, no sean suficientes para merecerla, siento dolor, pero me esfuerzo en sonreir, - podemos ir al cine esta semana, veremos la pelicula que tu quieras, y después nos tomaremos un helado de pistacho Helen. Descansa un rato, si quieres puedes apoyarte en mi hombro y dormir un rato, te vendrá bien descansar.

Ben los observa en silencio con una expresión difícil de interpretar, primero con cierta preocupación, tristeza y luego dejandoles ver una sonrisa. Posiblemente no desea preocuparlos, ha de ser eso, es su mentor, tiene un papel que desempeñar.

Además, Larissa lo había dejado a solas con ustedes, por lo que era su turno el tratar de controlar la situación.

- ¿Cómo dijo Amber? ¿pleitesía? -sonríe con su particular rostro bonachón- Eso sería un modo de ponerlo pero los espíritus no suelen actuar de esa forma.

Se sienta en un banquito y sostiene la taza con el café que buenamente Alex ha ofrecido, como buen anfitrión

- Pues quedarme a comer, tendría que volver con Isaac, no quisiera que coma solo, pero dadas las circunstancias es posible que deba llamar para disculparme de antemano -escucha con atención las palabras de Alex y no puede evitar, fruncir el ceño y tomarse el rostro con las manos, intentando despejarse. Claramente no ha dormido algunos días, es posible que sea por el mismo motivo que los agobia a ustedes.

- Es que no sucede, siempre aparece alguien. Después que se marcharon, hemos intentado entenderlo, hemos bsucado en los registros que tenemos si alguna vez ocurrió algo similar. Quisiera darles buenas noticias pero lo cierto es que no hay nada. Nunca ha dejado de aparecer algún tótem, o de poner a prueba antes de aceptar a la manada, pero un silencio asi... no. Después de ello, hemos intentado encontrar información hablando con los espíritus, hemos incluso llegado a usar nuestros mejores ingredientes, los mejores chiminajes, las palabras más dulces -se pone de pie algo molesto- ¡Pero simplemente no quieren hablar! - Ben pierde los papeles y suelta un grito amargo, se mete las manos a los bolsillos y se queda mirando el bosque.

Se mueve indignado por la sala, no solo por no poder ayudarlos sino además porque queda en entredicho su capacidad como theurge ¿Por qué no quieren hablar?

- Estoy contando con que la presencia de Larissa ayude a esclarecer esto, tendría que averiguar algo. Además, puede que la aparición de Halcón hoy tenga que ver algo con esto ¿si no porqué aparecer así, cuando Tyler le ha reclamado? -se sienta de nuevo y se cruza de brazos, su rostro se suaviza- No es que sea la primera vez que resbalas y no tienes como volver por tu cuenta ¿no? -toma la taza de café y bebe, pero igual está afectado con todo.

- Hay algo que se que está delante de nosotros... pero ¿qué? Tampoco creo que Larissa llegara al azar ¿porqué justo hoy? Uno basta Alex -responde refiriéndose a la tortilla- Tendría que hablar con ella a solas

La marcha de las mujeres nos deja un raro vacío en la cocina, un momento de reposo e intimidad que Alex no tarda en aprovechar. Su retrato de la situación, como siempre que pone a trabajar esa privilegiada mente que tiene y que muchos -peor para ellos- menosprecian, es más que acertado. Me aparto de la encimera y camino sin rumbo por la cocina, llevándome una mano a la nuca y frotándola con vigor mientras agacho la mirada al suelo.

Para mí dos, gracias.

No es hasta que Benjamin comienza a hablar, que me fijo en su rostro. En cierto modo, me doy cuenta de que mi posición de responsabilidad hacia mi manada me ha hecho olvidar que hay más mundo fuera del Círculo de Plata. Me preocupo tanto por Alex, por Amber, por Jane y Will, que ni había reparado en lo que todo esto podía suponer para Zarpa-compasiva. Se le ve cansado, preocupado, lleno de una tristeza cercana a la impotencia. No la impotencia rabiosa y explosiva que yo siento, producto de un ardor en mi pecho y en mi furiosa comunión con la luna llena, pero igual de dolorosa.

¿Por qué no llamas a Isaac y le dices que venga a comer con nosotros? -Propongo, mirando a Ben con el rostro torcido a un costado y aire entristecido- Puede que hoy no seamos los mejores anfitriones del mundo, pero puede que a todos nos venga bien la compañía. Os debemos mucho, y nunca viene mal una comida en familia.

Trata de disimularlo, de forma bastante torpe debo añadir. O quizás no sienta la necesidad de hacerlo ante nosotros. Agradecería que fuera eso. Está desesperado, abatido por no encontrar una respuesta a este galimatías. Y es que nada de todo esto tiene el menor sentido. Ni para nosotros, simples novatos en estos asuntos, ni para ellos.

¿R-reclamar? -Me sorprende la afirmación. Yo no he hecho eso, ¿quién soy yo para reclamar al Gran Halcón, siendo tan sólo un Cliath sin suficiente valor para mi nación ni mi tribu?- Yo no he reclamado a Halcón... creo. -A no ser que, en términos espirituales, lo haya hecho sin percatarme- Creí que se había presentado un avatar suyo y traté de hablar con él... Y sobre lo otro, no, no es la primera vez. -Admito con desgana y vergüenza, apartando la mirada y apoyándome en una viga cercana. Aún recuerdo la primera vez, cuando fuimos a aquella feria, en la casa de los espejos. Estaba con Jane, y de repente estaba sólo en medio de la bruma, rodeado de sombras que me gastaban bromas crueles, con sonidos estridentes y risas maliciosas. No comprendía qué estaba pasando, me ponía cada vez más nervioso, al borde del frenesí. Trataba de caminar de lado, pero no lo lograba, y las sombras estaban cada vez más cerca. Respiraba agitadamente, sudaba, comencé a correr... Hasta que oí la voz de Jane a mi espalda. Mi niña había venido a buscarme- Pero, desde luego, sí la más rara. Todo eso de los animales, el vendaval, esas palabras, Halcón... No le veo ningún sentido. -Me llevo las dos manos a la cabeza, entrelazando los dedos sobre mi pelo mientras miro al techo- Larissa sabe algo. No se de qué se trata, pero eso que ha dicho de los tipos que me capturaron tras mi primer cambio... ¡Espera! -Dejo caer mis brazos, mirando a Ben con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido, como si hubiera visto de repente algo que estaba ante nuestras narices.

¿Has dicho... "poner a prueba"? -Miro a Alex, y acto seguido a Ben de nuevo- ¿Crees posible que todo esto sea... una prueba? No aparecer, pedir silencio a los espíritus, y dejarnos algún tipo de pistas que debamos seguir si somos dignos, hasta...? -Miro de repente al infinito, sin estar seguro del todo de lo bien o mal encaminado que puedo estar, pero ilusionado ante la perspectiva- Encontrarle. Debemos encontrarle. ¿Lo crees posible?

Se queda en silencio un rato y sonríe cuando lo invitas a comer, se levanta y marca para llamara Isaac. Luego termina de beber su café - Bueno, todo depende de cómo dijeras las cosas, el punto es que Halcón tu tótem de tribu, apareció Tyler. Dejame repetirte lo sumamente honroso que es que eso ocurra ¿te imaginas si respondiera el llamado de todos sus hijos? 

Se acomoda en su sitio - No voy a dudar de Larissa, pero si me causa curiosidad ¿porqué mencionar a aquellos dos hasta ahora?

Oye a Alex y a Ty y su teoría - Si es así, ha de ser una que se les acaba de ocurrir, no hay registro... -se queda de piedra- ¡Espera! dijiste que Halcón te dijo algo parecido: ¿Encontrarse? -inspira hondo, junta los labios y exhala despacio. -Tengo que pensar en esto

Un parpadeo es lo que les toma, aventurarse hacia el mundo umbral, la sensación es la de estar pasando a través de una resistente capa acuosa algo espesa levemente pegajosa, pero pronto sus cuerpos atraviesan completamente y sus pies se posan sobre el débil camino umbral característicos de los momentos diurnos.

Solo pueden imaginarse la oscuridad en la que yacen las capas más profundas de la umbra y eso les recuerda que por sobretodas las cosas, deben mantenerse en el camino.

Hay un par de lúnulas alejándose, si el encuentro de Tyler había ocurrido aquí, en estos momentos no había rastro de nada parecido. 

Larissa se encontraba de pie, sobre un frágil pedestal de lo que parecían ramas secas y endebles, imposibles de sostener el peso de la anciana y sin embargo, allí estaba ella en perfecto y silencioso equilibrio. La bruma envolvía su cuerpo, mientras un búho blanco conversaba con ella, o eso parecía, pues hablaban en el lenguaje de los espíritus, el ulular era profundo y agradable.

El resto de los espíritus del bosque, se mantenían alejados de la Madre theurge, al menos los pocos que ustedes podían advertir.

El horizonte se mostraba oscuro y el camino seguía de frente, un endeble rastro de color claro que a medida que se internaba iba perdiendo luz hasta quedar en la oscuridad y quién sabe, desaparecer. 

Alguna vez Benjamin, les habían dicho que los caminos eran antojadizos y no siempre estables. Las lúnulas, sus aliadas, iluminaban ciertas partes

Las partes de mayor brillo, eran el camino seguro por donde andar. 

Ahora tendrían que descubrir hacia donde había marchado Will.

 sentado, con las manos calentándose al contacto con el tazón de café, estudiando las delicadas volutas de aroma y vapor al elevarse hacia el cielo.

"Todo este asunto parece conducir en una direccion... Una dirección peligrosa... Teniendo en cuenta la curiosa relación de nuestra Manada con el mundo espiritual... Porque no se me ha escapado la mirada aterrada de Tyler al responder a la pregunta de Ben sobre sus problemas con la Celosía."

"Y nuestro Theurge esta fuera de si... Y nuestra Ahroun tiene pesadillas y sueños raros relacionados con espíritus de su pasado... Jo-der..."

- Puede usar nuestro teléfono, profesor. O, si quiere, yo mismo puedo telefonear al profesor Sterling e invitarle a comer... Me temo que estuve un poco impertinente días atrás y quizás convendría que me disculpara.- Regruño quedamente mientras bajo la mirada, avergonzado.

"Maldita sea su impertérrita estampa inglesa... Estoy seguro de que sabia que volvería a llamarle para pedirle consejo y auxilio"

- Porque, Zarpa-Compasiva, me estoy oliendo que vamos a tener que hacer caso del palpito de nuestro jefe y mover el culo por la Umbra.

Me aparto de la viga y continúo deambulando por la cocina, con la cabeza dándome vueltas como una jodida centrifugadora. Tengo la impresión cada vez mayor de que las piezas no terminan de encajar porque las estamos mirando mal. Que un simple giro, un cambio de perspectiva, las haría encajar de alguna manera.

Pero es que no le he llamado, no he hecho ninguna llamada a ningún espíritu... -Lanzo una mirada descorazonada a Ben, desesperado por encontrar una respuesta que me es esquiva. Una de la que depende mi manada, una que tengo que encontrar para que dejen de sufrir así- Y no quiero que pienses que menosprecio el acontecimiento que supone haberme hayado en su presencia, pero... Si no le he llamado, ¿por que ha aparecido? No soy lo bastante importante para que responda a mi llamada, si la hubiera, menos aún para que acuda de motu propio por encontrarme en estado de necesidad... -Y de algún modo, eso parece un giro de pieza que serviría para encajar...

Ben me recuerda las palabras de Halcón. "Encontrarse. Si son mis hijos ¿quiénes son?". Encontrarse. Encontrar... Abro los ojos de par en par. ¿Podría ser...? Sí, esto parece una pieza que, de repente, encajaría... Aunque ¿que significa el resto? "Si son mis hijos, ¿quienes son?", otra pieza, u otras dos, que habrá que buscar el modo de reordenar. ¿Pistas para resolver la prueba?

Alex deja claro su acuerdo con la idea. Que Lex-talionis haya llegado a la misma conclusión refuerza mi fe en esa idea. Su perspicacia está fuera de toda duda, pocas veces erra en su juicio -excepto cuando sus hermanos terminan desnudos, que se vuelve excesivamente celoso de sus funciones-, de modo que me siento en la buena dirección.

Que no haya registro ¿que significa, exactamente? -Pregunto frotándome las sienes, admitiendo mi ignorancia de esos temas tan propios de los Galliard- Podría tratarse de un espíritu de moderna aparición, cuyas costumbres sean tan nuevas que no hayan sido registradas y difundidas en la Nación aún... -Aunque, por lo que se, ese tipo de espíritus modernos son más propios de los Moradores del Cristal, respondiendo al eco espiritual de los avances tecnologicos y sociales de los hombres- O, por el contrario, uno muy antiguo, cuya devoción haya caído en el olvido. Un espíritu olvidado que busque regresar... -Me doy cuenta de que estoy pensando en voz alta, lanzando ideas sin ton ni son. Parecen cabales en mi cabeza, pero...- ¿Eso tiene algún sentido?

Aparece justo en el mismo lugar en donde había marchado algunos minutos atrás - Pues que no, que no quieren hablar del asunto del silencio que tuvieron en la invocación -esto último se lo dijo a Benjamin- Pero no quieren hablar ni contigo, ni conmigo. -mira a los chicos- me late que tampoco directamente con alguno de ustedes muchachillos. -les guiña un ojo- Cuando algo no funciona como esperábamos en lugar de entrar en pánico es mejor tratar de entender el porqué.

Luego se tomo las manos detrás de la espalda y se estiró - Pero tengo alguna buena noticia, su theurge está más en vereda de lo que han estado pensando. Tal parece que ha logrado convencer a uno de la estirpe de Búho a contarle algo del asunto pero, por supuesto, éste lo ha enviado en una búsqueda.

Larissa va a la cocina y buscar un vaso, si está medio sucio no importará, se servirá agua y beberá sin problemas - me gustaría conocerlo luego, claro si alguna vez van de paso a mi clan y no traen problemas. Ya saben que no me gustan los problemas de su tribu en mi territorio y cuando digo su tribu, no hablo de ustedes  -mira a Tyler de reojo, luego a Alex, mira a un lado, luego a otro

- ¿ya se marcharon las niñas? ¿tan deprisa? -se toma la barbilla- Su chico, su theurge, se ha internado profundo en la umbra, pero ha sido guiado -niega- tendremos que ir por ellas -miro de reojo a Alex, que era el que siempre protestaba - los de más rango iremos por ellas -aclaró.

Larissa no se estaba quieta, no como Tyler la recordaba, parecía que algo le preocupaba - Hay algo más en las palabras de Halcón y me temo que solo puedo decir lo justo y necesario. He dicho que no me mezclo en asuntos de tribu, bastante mal la pasamos ya en nuestro clan, como para ocasionar disputas y esto es... delicado. Lo mismo va contigo Zarpa-compasiva, esto es cosa de los hijos de halcón.

La vieja entornó los ojos y levantó las  manos en señal de resignación. Se acercó a Tyler y lo miró a los ojos con cierto cariño, le acarició el cabello con sus manos flacas y arrugadas.

- No puedo abrir la boca, ese pedazo de pan no me toca -miro a tyler - Pero Halcón, si te respondió querido niño, todos obtuvieron una respuesta en aquel llamado -miro a Ben- no hemos sabido entenderla. Donde todos hemos fracasado, quizás, al que los espíritus conocen como "voz-de-la-umbra" pueda triunfar.

Le da un beso en la mejilla a Tyler, de un modo extraño, como el que una abuela da a un nieto - Esto deben resolverlo ustedes, no nosotros. Pero, no seria una buena madre adoptiva si por lo menos no les indico por dónde empezar -parpadea con cierto misticismo- es porque los quiero eh, bien... mira: En-con-trar-se.

¿Tyler? ¿Alex? ¿La niña del cabello rojo? ¿Jane? ¿su theurge? ¿quiénes son?  -la anciana estrelló sus manos sobre una mesa, provocando un sonoro ruido que sobresaltó hasta al gentil Ben- ¡¿qué los hace los hijos de halcón?! no hablo solo del honor -chasqueó la lengua.

Dejo que pensaran en el asunto, se mantuvo callada mirándolos, incluso ella sabía que había ido demasiado lejos al apuntarles el camino, pero ya encontrarían los hijos de rata modo de resolver el problema.

Helen repite las palabras- Kocham cię -lo dice de un modo muy gracioso, el acento definitivamente va mal, pero bueno parece que ella misma se ha dado cuenta porque enseguida te mira y estalla en risas.

Se recostó en tu hombro de nuevo - Haré lo que tú me pidas Will -respondió en susurros - y si, una película de miedo estará bien, aunque no... mejor una que tenga un final feliz -se retracta, ya es suficientemente amargo lo que le ha pasado a su familia.

Largo el viaje, cansado, lleno de situaciones que jamás pensaste vivir y sin embargo, ahí estaba la cabaña, inerme a los movimientos del destino, pudiste ver movimiento a través de algunas de las ventanas.

Helena abrió su bolso y pagó con un billete de 100 dólares,

Te miró y sonrió.

Dejó el vuelto al chofer como propina, pero cuando bajaron pudiste notar que ella estaba realmente nerviosa e instintivamente se había colocado ligeramente detrás de ti.

- Recuerda que no podé hablar. Le digo una vez bajamos del taxi.

Tomo su mano, con fuerza y me acerco a la puerta, decidido a entrar con Helen