Partida Rol por web

El bosque tapa con sus ramas el soleado cielo, pero lo tapa hasta un punto en el que no lograis ver gran cosa y no vendria mal algo de iluminacion. Por suerte el legado de vuestro pueblo os permite ver con claridad en esta penunmbra, salvo a los humanos que van un poco cegados de repente.

   En lo que oigo a mis compañeros responder mi llamado, decido esperarlos sin moverme demasiado. Misteriosamente algo me está cegando a la vez que siento con cada suspiro que ellos se acercan.

   Apuren! Esta niebla molesta a mi vista!-grito tratando de permanecer tranquilo mientras entrecierro mis ojos. Maldición, esto arde...

Lunalin que no ve apenas nada en esa espesura maldice por lo bajo mientras avanza por la tupida maleza.

Los ladridos de Aramis suenan cercanos. Por lo visto Halthir ha dejado de caminar.

Podeis oir con toda claridad unos ladridos de un perro, a no mucha distancia.

Lunalin oye el ladrido del perro e inmediatamente entra en estado de alerta, y murmura unas palabras a su dios oscuro mientras se acerca a los ladridos con el mayor sigilo posible.

Tuk ve a un grupo no muy lejos de ellos.

Uno de los perros ladra y Tuk saca su arma para estar prevenido ante cualquier inconveniente.

Con mucho sigilo si, si tenemos que tirar dilo.

 Al escuchar los ladridos cercanos, trato de indicarle a mis compañeros el camino. ¡Por Muradin, esto puede terminar mal si nos separamos! Manténgase juntos. Sin detenerme, camino hacia los ladridos.

Intento mirar a mi alrededor pero me es casi imposible distinguir las borrosas siluetas.

   Al no ver nada en la neblina, presto atención a los ladridos de Aramis y decido precipitarme hacia él, sin importarme demasiado si mis compañeros me siguen o no, sólo espero que lo hagan dado que es el único lugar común en el que todos podemos coincidir. Debo apresurar mi paso o me dejarán atrás...o yo los dejaré a ellos...

Los ladridos de Aramis se convierten en unos gruñidos. Cualquiera con un minimo de mano para los animales sabe que Aramis esta dispuesto a atacar, y que ya tiene ubicada a su victima. La niebla poco a poco se va levantando y se empiezan a entrever*  las figuras que rondan por el monte en este momento.

Aramis salta hacia delante con un fuerte jadeo e intenta derribar a lo que se esta acercando a su amigo Halthir.

El mordisco de Aramis logra atrapar a Tuk entre sus fauces pero este con un giro logra deshacerse de la presa que le habia echo el perro. Aramis no para de ladrar de manera frenetica.