Partida Rol por web

El corazón de Caín

[22] Rasgando el velo

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04/06/2020, 23:08
.=Corazón de Caín=.

Guillermo bebió con decisión.

Angel dudó un momento y al ver como Aldara asentía tomando en brazos  a Patricia puso una mano en el hombro de Guillermo antes de beber.

Aldara bebió, dándole con sus manos también a Patricia un sorbo del agua.

El último fue Gustavo quien, todavía riéndose como un loco, bebió del agua como alguien que hubiera cruzado sediento todo un desierto.

***

Estaba oscuro. Les costó un rato identificar el lugar en el que estaban. Era la comisaría pero, sin embargo, no lo era. Las pintura de las paredes era de un color rojo oscuro y parecía palpitar levemente, como si la alumbrase una luz de neón vibrante. Las mesas de los puestos de trabajo estaban cubiertas de polvo, como abandonadas. Era como si aquel sitio fuera una réplica del lugar que conocían. ¿Qué significaba aquello? ¿Era un montaje? ¿Se había superpuesto aquel lugar de pesadilla al mundo que conocían?

Entonces por el pasillo apareció el tipo con aspecto de boxeador. Llevaba a Durás casi en volandas aunque su prisionero parecía resignado y no se resistía. Tras él venían otros tres individuos que permanecían en la sombra del pasillo. Inicialmente sólo Durás se percató de la presencia de Guillermo, Gustavo y Angel en aquella zona de la oficina. Guillermo tenía su arma en la mano, apuntando hacia el boxeador. Fue entonces cuando el tipo se percató de que le estaban apuntando directamente a la cara.

—Vaya... sois vosotros... Nos habéis ahorrado el buscaros. Los amos quieren agradeceros el trabajo y haceros una oferta.

***

Aldara estaba en urgencias con Patricia. No era capaz de entender como es que había aparecido allí mismo, en la entrada, llevando casi a rastras a su compañera, pero en cuanto apareció un enfermero se acercó a atenderlas para pedir una camilla. Desorientada vio como se montaba un torbellino de actividad a su alrededor mientras se llevaban a Patricia para entubarla y atenderla de emergencia. Alguien la cogió a ella del brazo para vendarle las heridas. Fue en ese momento que Aldara se dio cuenta de que ella misma iba cubierta de sangre, suya y de Patricia, con la ropa medio desgarrada...

Notas de juego

@Guillermo tienes a tiro al tío y puedes descerrajarle un disparo sin fallar. Los tres de atrás ya son otro cuento.

Si le disparas te dejo los honores de que nos narres lo que le pasa. En realidad os dejo actuar libremente a vosotros narrando esta escena final, creo que después de cinco años de partida os lo habéis ganado.

Lo mismo para @Aldara en el hospital. ¿Qué hará en cuanto le hagan las curas?

Una vez tenga vuestras respuestas narraré un epílogo abierto sobre esa base y os tocará el último turno para que me digáis como ha ido la vida de vuestros personajes después de todo lo sucedido.

¡La semana que viene terminamos! ;)

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05/06/2020, 00:04
Guillermo Montalbano

—Ya le diremos nosotros mismos a vuestros jefes que nos pueden comer los huevos— Guillermo apretó el gatillo una y otra vez en lo que se convirtió en una escena emborronada, macabra y delirante. 

 

Malherido, en el suelo de una comisaría que no era la suya, Guillermo dedicó su último pensamiento a los compañeros caídos. 

—Spinola...—

 

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05/06/2020, 14:06
Gustavo Cortés

—Ya le diremos nosotros mismos a vuestros jefes que nos pueden comer los huevos—

Aquella frase hizo que Cortés volviera a estallar en una poderosa y demencial carcajada. Alzó el brazo que aún portaba el arma y volvió a sentir la punzada de dolor que le recordaba todo por lo que había pasado. Las costillas crujieron y la sensación de estar empapado en la propia sangre se acrecentó. La boca le sabía a metal.

Los contendientes se afanaban a sacar sus respectivas pistolas en una coreografía demencial. Disparos por todas partes. Impactos en ambos lados. 

Una bala acertó en el estómago de Gustavo que cayó al suelo con un espantoso dolor. La risa aún se escuchaba... y con cada estertor más y más sangre manaba del vientre del policía.

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06/06/2020, 09:02
Angel Gutierrez

Gutierrez sonrió, como hacía semanas que no sonreía. Quizá incluso años.

Volvían los viejos tiempo, como en las películas del oeste, como en sus tiempos mozos, sin normas que le ataran las manos... y por fin podría vengar la muerte de Robledo. O al menos desahogarse.

Montalbano dio el pistoletazo de salida, literalmente, y él le siguió sin dudar un segundo...

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07/06/2020, 10:41
Aldara Seoane

Estaba recibiendo aquellas curas, por primera vez en su vida sentía lo pesado que era llevar un arma, la notaba adherida a su piel de tal forma, miró a las luces de urgencias con la mirada perdida por un momento, su compañera podía haber salvado la vida, pero recordaba aquello que se había dicho ante la fuente, no podía olvidarlo, no podía dejar pasar lo ocurrido, olvidar ninguna muerte, no había olvidado a Patricia.

Acariciando el dibujo de la empuñadura del arma pensó en Cortés, en Gutiérrez y en Montalbano...¿a ellos les podía olvidar, quizás?, no, la respuesta era efectivamente negativa. Aldara entonces salió del hospital y tomó rumbo al encuentro de sus compañeros, Patricia no necesitaba mi ayuda, necesitaba a los sanitarios y si muero hoy, quizás ni sepa cómo llego aquí o lo que ha pasado, mejor para ella supongo...

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08/06/2020, 23:06
.=Corazón de Caín=.

Antes de llegar a la comisaría Aldara ya se dio cuenta de que algo iba mal. La zona estaba acordonada mucho antes y los policías parecían nerviosos. Cuando se identificó le dejaron pasar y entonces vio que la propia comisaría estaba rodeada de coches y decenas de agentes se movían entrando y saliendo. Había cuatro ambulancias y pudo ver como los camilleros sacaban varios cuerpos tapadas con sábanas.

Entonces vio como sacaban a Gutierrez en una de ellas. El veterano agente iba entubado e inconsciente. Los camilleros se movieron profesionalmente para meterlo en una de las ambulancias. Pudo ver que en otra de ellas estaba Gustavo en iguales condiciones. El portazo al cerrarse las partes traseras de los vehículos la sacó de su ensimismamiento. Ya habían arrancado de forma apresurada, por lo que ella se dirigió hacia el propio hall de la comisaría.

Allí el propio Agraman  le informó de lo sucedido: de forma inexplicable alguien había irrumpido en la comisaría para tomarse la venganza por su mano y liquidar a Durás, matando a varios agentes en su misión de venganza. Los detectives Montalbano, Gutiérrez y Cortés habían plantado cara  y en el tiroteo habían fallecido los dos asaltantes y Montalbano. Lo peor de todo es que al parecer Durás había aprovechado aquella locura para escapar en medio de la confusión, pero ahora mismo toda la policía de Madrid estaba tras su pista. El estado de Guitiérrez y Cortés era grave, no se sabía si sobrevivirían a aquello.

La mujer se acercó a las camillas donde permanecían tapados los fallecidos. Reconoció al tipo de aspecto de boxeador. Lo habían acribillado. La misma suerte había sufrido su acompañante y el propio Guillermo. Pero le reconfortó ver una sonrisa de satisfacción en el rostro de este último. Se había salido con la suya, había hecho justicia.

Luego pensó en Durás. ¿Lograrían atraparlo? Lo que era más importante ¿Debían atraparlo?

 

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08/06/2020, 23:15
.=Corazón de Caín=.

EPÍLOGO

Las noticias eran confusas sobre el ataque a la comisaría central. Algunos medios hablaban de ataque terrorista, otro de locos vengativos. Para todo el mundo resultaba sorprendente que algo así hubiera sucedido en Madrid. Los picos de tensión entre la población se dispararon: si la policía no podía protegerse a si misma ¿cómo lo harían con ellos?

En las noticias se mencionaba que Javier Durás había sido abatido horas después por una patrulla que iba en su busca. Aunque Aldara quiso reconocer el cadáver se encontró con una extraña muralla de evasivas. Finalmente le asignaron un caso que la mantuvo alejada de la capital una temporada. Para cuando volvió ya no había cadáver que identificar. Todo lo referente al Asesino de los Corazones había sido cerrado.

Gustavo, Patricia y Ángel se recuperaron de sus heridas. Fueron condecorados, igual que Guillermo, aunque este último a título póstumo. La ciudad, poco a poco, volvía a rodar sobre sus engranajes. Con el paso del tiempo el caso fue olvidado. Incluso los Carceleros se relajaron. Después de todo la situación parecía haberse resuelto, la humanidad seguía durmiendo.

Sin embargo en las afueras de la ciudad, en el Matadero Jimenez, un hombre era abierto en canal mientras permanecía inmóvil en medio de un pentagrama. Sus ojos estaban abiertos mientras su asesino, con gran cuidado, levantaba el corazón latente en sus manos para depositarlo en un bote de tamaño adecuado.

Una vez el ritual terminó la figura salió cojeando del edificio de oficinas, con su tesoro en una mochila, para llegar al coche que le esperaba fuera. El coche arrancó sus luces. Las cosas irían más rápido ahora que había encontrado ayuda.