Partida Rol por web

- No pienso permitir que ese perro le ponga la mano encima a una aesir, - digo desenfundando la espada y avanzando en dirección a la reyerta.

-Haré que se ahogue en su sangre-

Si Knut iba a pelear, Kellen no se iba a quedar de brazos cruzados. Avanzó con su hacha sujeta con las manos firmemente

 Joder, esto se iba a la mierda:

 - Se suponía que el plan era seguir al mensajero sin ser descubiertos, por Crom... - Maldije, mientras seguía al resto del grupo. Cuando los Vanires matasen a la rehén, no pensaba cargar con la culpa.

- Sinceramente no creo que la mujer mate al mensajero. Mantened la calma!!! Dijo mientras todos se levantaban y sacaban las armas.  - A tomar por culo, haced lo que os salga de los huevos cada uno. 

Apoyándose en las palabras de Connor intentó persuadirles. Seguir al mensajero sin ser descubiertos!!!. Joder, ese es el plan. El mensajero va al oeste. Coged los caballos y adelantad su posición. Escondámonos más adelante. Es posible que piense que la mujer no venía sola y ya está. No nos encontrará aquí. Y los que tenemos la posibilidad de acercarnos con sigilo podemos intentar minimizar los daños. EL MENSAJERO DEBE SEGUIR SU CAMINO!!!

 - Holgsen tiene razón, lo estáis estropeando todo... - Les recriminé. - Volved y vayamos a otro sitio, rápido.

Parad todos! - Hablo en un susurro fuerte con tono de indignación..
Iremos Holgsen y yo como si fuéramos cazadores, a alguno de vosotros seguro que os reconocen.
Esperadnos quietecitos y atentos por lo que pueda pasar. - Digo mientras salgo de todo parapeto con el arco en la mano y hago un gesto a Holgsen para que deje de holgazanear entre los arbustos y venga conmigo.

 Asentí, mientras les indiqué a mis compañeros que resgresaran:

 - Vamos, Kellen, piensa en tu familia. Knut, ellos se ocuparan de socorrerla. Lo importante es que una mujer depende de nosotros, y no me refiero a esa que está ahí, y también es aesir...

Mientras el vanir y la mujer luchaban por sus vidas, cada uno habíais tomado vuestras propias decisiones. La suerte estaba echada.
 

Maldigo por lo bajo, sin saber muy bien si es por lo que está pasando o por mi propia imprudencia.

Aparentemente ambos contendientes están ocupados liándose a puñaladas, me detengo y agacho tras unos arbustos, al tiempo que le hago una muda señal a Kellen para intentar que se pare. Luego miro a los exploradores que nos acompañan, dándoles paso para que intenten su plan.

Con tu pericia como explorador tanteas el terreno en busca de cualquier señal. En principio no percibes a nadie más en las cercanías. Ahora puedes ver con dificultad a la pareja que forcejea en el suelo. Pero la distancia, y que Knut y Kellen están corriendo entre ellos y tú, hace casi imposible acertar el tiro. En el mejor caso si aciertas podrías darle a cualquiera de los dos que se revuelcan, pero si la pifias podrías herir a uno de tus compañeros.

Ya no hay vuelta atrás, se están matando mutuamente, solo queda actuar, en vez de quedarse quietos como pasmarotes, miro hacia atrás

-Vamos, daos prisa o se matarán el uno al otro!-

Kellen esprintó con más fuerza aún, tenía que capturar al Vanir

Visto que todos los intentos de organizarnos habían fallado, sigo acercándome a la reyerta con cuidado, pues no me fío de que puedan haber más vanires por la zona.
Como Kellen va a llegar ya, me mantengo a unos 10 - 15mts de la pelea parapetado por algún árbol o roca, pero teniéndoles a tiro.
Al pasar junto a Knut le hago señas para que siga.

Llegas al lugar de la trifulca. A tus pies siguen enzarzados los dos. La espada del vanir está en el suelo a varios metros, parece que se le cayó cuando la mujer lo apuñaló por sorpresa. A simple vista parece que la mujer sólo tiene unos arañazos y magulladuras superficiales. El mensajero presenta un aspecto mucho peor, sangrando por un par de heridas. Se ha estado defendiendo de las puñaladas con las manos desnudas, pero ahora parece que estira el brazo intentando alcanzar una piedra.
 

Kellen avanzó a toda velocidad los últimos metros, colgándose el hacha a la espalda, pues no quería matar a nadie. Al menos de momento.

Al llegar hacia la pareja de 'enamorados', pisó la mano del vanir que intentaba coger la piedra para golpear a la mujer en el cráneo, tras lo cual, con su mano izquierda apartó lo suficiente a la mujer, como para propinarle un tremebundo puñetazo al vanir en la frente.

-QUIETA LOCA! SOMOS ENVIADOS DE CNULF, DETENTE O TE CRUZARÉ LA CARA, MUJER- Bramó para dar fuerza a sus palabras yq ue la mujer se quedase tranquila, o al menos, quieta

-y tu perro vanir, al próximo movimiento te quedas sin dientes, ¿Entendido?-

la brecha que le había hecho en la frente por el puñetazo, comenzó a sangrar, corriéndole por uno de los ojos.

 - Voy a matar a ese cabrón... - Pienso con puro odio, mientras me acerco furioso, con ganas de matarlo. Si la mujer muere por su culpa, no pienso tratar de impedir que el rey mate de Rorik, es más, le ayudaré yo mismo y que se joda.

El vanir queda fuera de combate, mientras la muchacha cae hacia un lado asustada por la aparición repentina y el grito de Kellen. Pero enseguida reacciona y se levanta como un animal acorralado interponiendo su daga entre ella y el cimmerio y visiblemente enfadada pregunta:

-¿Quién eres tú para privarme del placer de la venganza?

El cimmerio se cruzó de brazos para dar tranquilidad a la muchacha, aunque en sus ojos había furia

-Soy Kellen de Cimmeria, y si miras hacia atrás, verás a todos mis compañeros venir hacia aquí-

-Quieres venganza, pero te aseguro que yo la deseo más, y este perro pelirrojo nos ayudará a conseguirla, necesitamos averiguar el paradero del campamento principal de los vanires, y él nos lo dirá-

Pateó al vanir con desprecio

-Además, son órdenes del rey Cnulf, y di mi palabra, así que si tocas al perro pelirrojo, te parto en dos- Sacó el hacha con tranquilidad, para no sobresaltar a la mujer, sin hacer movimientos amenazantes o bruscos.

-La mia es más grande que la tuya, así que cálmate, no somos enemigos-

 Suspirando, me acerco y examino al Vanir para ver su estado y comprobar si realmente está inconsciente o solo fingiendo. Si realmente está fuera de combate, no todo está perdido. Mientras lo hago, le aclaro a la muchacha, con un tono severo:

 - Los vanires tienen a a Irda, la sacerdotisa. Seguíamos a este hombre hasta su campamento para poder localizarla y rescatarla, hasta que tú te has entrometido.