Partida Rol por web

—Señor, no puedo permitirle hacer eso, se lo agradezco enormemente, pero entiéndalo, usted es nuestro huésped, no puedo permitir que se manche las manos. Le aseguro que lo resolveremos lo antes posible, pero yo mismo he podido ver los paneles junto a los establos y están completamente fundidos, inservibles, no se podrá hacer nada sin piezas para cambiarlos.

El bueno del gerente del hotel, apurado por las circunstancias y acostumbrado como está a dar explicaciones, intenta mantener la calma y el mando de su hotel, pero sin querer desvela la situación de lo que parece ser el centro de la avería.

—Pero por favor, por favor, no se preocupen, vayan y disfruten de la cena, es una delicia, se lo aseguro.

Mientras Valerie Hind parece desistir resignada y se retira a su habitación para reaparecer al poco tiempo en el comedor lista para la cena.

El detective aprovecha el revuelo de los huéspedes y se retira discretamente para merodear por la entrada y alrededores del hotel, en seguida puede comprobar que la niebla no hace si no aumentar y espesarse por momentos. La costa es imposible de ver, ni siquiera las luces que deberían titilar sobre el embarcadero. Los jardines frente al hotel, son apenas una sombra entre jirones de niebla, y más allá de eso, solo se distingue en el lateral del hotel, el antiguo establo, ahora aparcamiento de coches, completamente a oscuras, aunque antes tenía luz, del que apenas se distingue más que el tejado.

Desde fuera se puede ver el interior del hotel con facilidad por sus grandes ventanales y puede comprobar que mientras el comedor se va llenando ocurre algo más.

El Doctor Bake ha sido invitado a disfrutar d ela cena, pero sin querer, el gerente le ha desvelado el origen de la avería y su situación, debería estar en un pequeño cuadro eléctrico resguardado en el establo.

Si sale, se encontrara con el detective que merodea por los exteriores, si decide ir al comedor se encontrará presumiblemente con el Sr. Wong y con Manley.

Pero en cualquier caso, antes de eso también se dará cuenta de que ocurre... algo más.

El Sr. Wong le da vueltas a los posibles misterios que parecen rodear todo este asunto. Desde luego parece que algo se les escapa, a ellos, pero también a los organizadores que no parecen tenerlo todo bajo control.

La idea de que estén intentando deshacerse del artilugio desesperadamente cambia la forma de verlo todo, y podría explicar el estado de ansiedad en el que se encuentra Pelfry.

Se dispone a disfrutar de la cena mientras habla con Manley, que le acompaña en el comedor, cuando sienten un gran revuelo a la entrada de este.

¿Qué está ocurriendo?

—¡No está!, le estoy diciendo que no está. No, no está en su habitación, pero no puedo abrir la puerta que separa nuestros dormitorios, no se puede abrir la puerta de su habitación desde el pasillo, están cerradas y no contesta, ni está en ninguna parte.

—No señor, no soy imbécil, claro que le he buscado en el comedor, le he buscado en todo el puñetero hotel, le estoy diciendo que no está, nos separamos al volver del jardín cuando acabó la demostración del estúpido aparato ese y no le he vuelto a ver.

Cercano a la histeria, el chofer Russo se dirige por igual al gerente del hotel, al recepcionista y a cualquiera que pase cerca de el en la entrada del comedor. Al parecer su jefe el millonario italiano, ha …desaparecido.

En este pequeño espacio, tan aislado de todo, es fácil darse cuenta de todo lo que ocurre, muchos acontecimientos se están precipitando desde que la niebla hiciera acto de presencia, y la sensación es que esto solo es una pequeña bola de nieve que acababa de empezar a caer y que pronto será imparable.

La supuesta desaparición empieza a causar revuelo, aunque el personal del hotel insiste en tenerlo todo bajo control e invita a cualquier huésped a disfrutar de la cena. Los organizadores parecen nerviosos y se esfuerzan por mantener la imagen de normalidad, ignorando deliberadamente al chofer del italiano. El resto de invitados parece cada vez más en alerta, cada cual haciendo sus propias cábalas para conseguir lo que quieren.

¿Se ocuparán nuestros héroes de arreglar las comunicaciones?, ¿ayudarán a buscar al desaparecido italiano?, ¿disfrutaran de una deliciosa cena esperando su oportunidad en la subasta?, ¿o aprovecharan el revuelo para investigar o sabotear el extraño y peligroso artilugio?, ¿quizás robarlo y arriesgarse a huir entre la niebla?

- Señor Manley, parece que estamos de suerte -admite el señor Wong en su habitual tono calmado-. Si el italiano no aparece pronto y se presenta en la subasta, nuestras oportunidades de conseguir el desintegrador crecen. Estoy seguro de que el monstruo del que le hablaba hace unos instantes es el artífice de este incidente. 

Mira a por unos segundos al alarmado chófer, y levanta la voz para que los demás postores le oigan.

- Usted, chófer, ¿no será esta una artimaña del señor Morasini para distraernos de lo verdaderamente importante y alejarnos de aquí antes de la subasta? -alza la voz para que le escuchen todos los postores, intentando volverlos contra el italiano para que nadie acuda en su búsqueda-.

Se vuelve de nuevo a su compañero de mesa.

- Hasta la grulla más paciente puede matar a un dragón precipitado -murmura hacia su compañero de mesa-. Ahora, el agua está revuelta, llamaríamos la atención si fuésemos a por el artilugio. Cuando terminemos la primera ronda de la subasta y todo el mundo esté concentrado en ella, entonces nos escabulliremos al invernadero.

El chofer del italiano se muestra indignando ante la sugerencia del Sr. Wong. Además, el intenso olor a alcohol que desprende y lo que parece verdadera angustia, no le hacen un tipo demasiado comprensivo, sus explicaciones son caóticas y solo cuando consigue que el gerente asigne a tres trabajadores a la búsqueda del Morasini parece tranquilizarse un poco.

El Doctor Baker se junta con sus compañeros en el Comedor pero no espera ni al primer plato. Queda de acuerdo con Manley y Wong para seguir el plan del ásiatico.  Caballeros parto de inmediato para juntarme con Bride y hacer unas investigaciones preliminares. Su plan me parece correcto Sr.Wong y entiendo que hará una puja a la baja para no tener que esperar la segunda ronda. Con lo cual poder ausentarnos todos sin sospecha alguna. Así les esperamos en la entrada de Recepcion a las 09:15pm. si no añaden nada sus compañeros parte raudo el Doctor ya que apenas tenía una hora para investigar el establo y demás.

Voy a revisar el coche, señor le digo al señor Wong en mi papel de chófer. Antes de que responda, salgo del comedor. Puede que el excentrico chino crea que en todo eso que dice pero yo soy un hombre de acción. No voy a estar ahí quieto esperando acontecimientos y menos cuando la cosa este que hierve. Y no solo es la niebla y los tembleques de luz, ahora parece que el italiano ha desaparecido. 

Salgo del salon y me dirijo directamente a la recepción. Allí pregunto por la habitación en la que se encuentra hospedado el italiano desaparecido. Mi intención es dar una vuelta por los exteriores del hotel. Acercarme primero a donde está la ventana de su habitación y después dirigirme al garaje o aparcamiento.  Quiero fijarme bien en los vehículos que hay y también si veo a alguien extraño rondar por ahí. 

Mientras el Sr. Wong espera en el comedor, puede observar como parte del personal sube junto al gerente hacia las habitaciones en busca del italiano. El resto de huéspedes y el mismo empiezan a degustar el menú preparado para la cena.

El recepcionista indica a Manley la que sería la habitación del desaparecido dando por hecho que quiere ayudar en su búsqueda, y sale a revisar los exteriores.

Delante de él ya salieron Baker y Bride.

Siguiendo las indicaciones del recepcionista, rodeas el edificio y te sitúas bajo la ventana de la habitación del italiano, compruebas que está abierta, sus hojas han quedado batiendo hacia afuera, pero no ves nada más, ni en la pared ni en el suelo, la niebla hace imposible ver a poco mas de unos metros de ti. La luz de la habitación se ve encendida.

Al otro lado del edifico quedaría el establo, usado como aparcamiento.

El Doctor sale en dirección al establo y se encuentra con el Detective que no ha visto nada sospechoso alrededor del hotel y se dirigen juntos para comprobar que dentro del establo no hay luz, las bombillas del exterior parecen haber explotado y en el interior, apenas se distingue la silueta de los coches aparcados entre la niebla y la oscuridad.

Encontrar el armario del cuadro de luces es fácil, esta justo en la entrada a la derecha de la puerta, dentro del establo para protegerlo del frio y la humedad. Pero más allá de eso es imposible ver nada, aunque antes estuvieron revisando los empleados del hotel, quizás con suerte se hayan dejado alguna linterna.

Puede que el "macarroni" saliera por esa ventana pero tambien que alguien entrara por ahí. Pero ¿Cómo entró o salió alguien sin dejar huellas? ¿Volando? , pienso un poco desconcertado por no encontrar huellas en la zona que corroboren mi sospechas. Luego me dirijo al garaje. 

De lo que puedes estar seguro es de que ningún coche ha estado cerca por la zona, la hierba y tierra blanda mostrarían huellas con toda seguridad, tampoco a podido haber mucha gente ni nada que haya sido arrastrado. Según oíste al chofer las puertas de las habitaciones permanecían cerradas por fuera.

Mientras vas al otro lado del edificio, hacia el establo, tampoco ves nada sospechoso, todos los coches deberían estar dentro, dos figuras, probablemente el Doctor y el Detective se mueven cerca de la puerta, apenas son dos siluetas negras recortadas contra la niebla.

Mientras esperas y cenas puedes ver a Valerie Hind, especialmente nerviosa, probablemente necesite hacer esa llamada por motivos profesionales, relacionados con la subasta, y no poder hacerlo le supone un gran contratiempo.

El Doctor Walker, está abstraído, parece en shock desde que ha visto el aparato funcionar.

Ernest Kepler da ordenes sin parar al que parece ser su contable. El otro, el guardaespaldas, parece preguntarle si debería ayudar a buscar al italiano, pero Kepler le detiene, está nervioso, y quiere a sus hombres cerca de él en todo momento.

Al tiempo, el gerente y empleados bajan de nuevo, al parecer no hay suerte con el italiano y van a empezar a buscarle por los alrededores, algunos de los empleados han ido al almacén buscar linternas.