Partida Rol por web

El despertar de un héroe

Escena 2: El reencuentro

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10/06/2021, 20:53
Aleena

Aleena observó divertida el asalto y posterior análisis de mama Grace sobre su persona y la de su hermanastro.

No le pasó desapercibida las miradas cohartadas y avergonzadas que Torgul le echaba durante la conversación. Lo cual le divirtió y le agradó a partes iguales.

Toda esta situación realmente consiguió que su estado de ánimo, que de por sí ya estaba mejorando, se tornase alegre y distentido. El regreso al hogar, los recuerdos de su casa, de los momentos con Torgul y finalmente los de la posada con mama Grace le hacían sentir como cuando no tenía preocupaciones. Cuando no tenía que robar para sobrevivir. Este estado de melancolía aunque irreal le insuflaba en su corazón un combustible que no parecía tener intención de apagarse. Pronto se dio cuenta que estaba preparada para recibir la mala noticia. Que Sibril ya no estaba. Le estaba costando más a Torgul explicarlo que a ella entenderlo. Tendría que buscar el modo en que él se sintiese aliviado y se lo contase sin que ello le supusiese un problema. Este combustible también le estaba ayudando a perfilar un futuro cercano. Con posibilidades reales. Avanzando poco a poco. Sin pedir grandes cambios. Pero avance al fin y al cabo.

En estas reflexiones andaba perdida Aleena cuando Torgul le mostró su espada y le hablaba de cómo habían sido las cosas la última vez que habían estado en este local - Tú siempre tienes un mal presentimiento sobre todo. El día que no tengas un mal presentimiento sobre algo será el día que me preocupe. Lo que me pasó. Pasado está. Agua pasada no mueve molino. Hay que pensar ahora en cómo vamos a mejorar tu aspecto y cómo vamos a conseguir que vuelvas a ser un guardia que se merece portar esa espada. Aunque Sibril ya no esté.... es importante que honres su memoria portando esa espada con orgullo... en su nombre y en el mío. En el de nuestros padres que fenecieron en el camino. No es solo un hierro. Es un símbolo - dijo la muchacha con una sonrisa final, dando a entender que no lo culpaba de lo que era sino intentando animarlo a ser lo que realmente debía ser.

- Yo también os eché de menos y a pesar de todas mis vicisitudes debo decir que lo que he aprendido, lo que soy, es gracias a ese calvario por el que he pasado. No dejaré que nadie más pase por algo así mientras yo siga viva. Algún día, el templo que venera a Istundal estará limpio como el arroyo de una montaña. - dijo seriamente la clériga.

Aleena siguió escuchando a Torgul hablar de la última creación de su padre. Un trabajo que casi se podría considerar de orfebrería más que de un simple herrero de pueblo. Llegado un punto Torgulo acercó la conversación a dónde quería y fue entonces cuando finalmente hizo la pregunta.

- Torgul.... ¿qué pasó? ¿cómo murió? ¿y por qué has arrancado ese cartel de la puerta con esa ira? ¿Acaso fue Bargle quien mató a nuestro padre? He estado en la morada de un mago y sé que son capaces de realizar actos muy crueles. Así que no tengas miedo de contarme lo sucedido. - dijo por fin la joven esperando la respuesta de su hermanastro.

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11/06/2021, 10:50
Grace

La intervención de Grace había conseguido relajar la tensión entre los dos y parecía que era el momento de sincerarse y poner las cartas sobre la mesa. Estos años de separación habían sido duros para ambos jóvenes, con multitud de pruebas que tuvieron que superar para poder sobrevivir y que hicieron que maduraran rápidamente. Ambos no tenían muy claro qué sería de ellos en el futuro, pero ahora, al estar juntos, un atisbo de esperanza asomaba por el horizonte. Cada uno llevaba unos demonios dentro, con los que tenían que lidiar diariamente, pero tal vez ahora, unidos, podrían luchar contra ellos con toda la fuerza que les daba el saberse apoyados por alguien de verdad. Poder confiar realmente en una persona y saber que no te va a fallar nunca...

Mirándose fijamente, era el momento más difícil de su reencuentro, el momento de contar lo que había sucedido con Sibril. Las miradas de uno y otro se reflejaban en los iris de cada uno. Aleena soltó la pregunta y cuando Torgul iba a responder, tragando saliva, ya que se le había hecho una bola en la garganta, apareció de nuevo Grace con una bandeja repleta de viandas y dos jarras de cerveza. El aroma llegó hasta vosotros antes de que ella la depositara encima de la mesa.

-"Bien, aquí tenéis. Un buen guiso, especialidad de la casa, como a vosotros os gusta. También he añadido un buen cacho de queso y cecina, un poco de pescado, fresquísimo, recién traído del río, y algo de fruta y frutos secos. Un banquete digno de un rey. ¡Jajajajajaja! Y para pasar la comida, la mejor cerveza de la comarca. He abierto un barril solo para vosotros, que tenéis que festejar la venida de esta hermosa mujer." Dice mirando con orgullo a Aleena. "Siento mucho lo que le pasó a vuestro padrastro, es una pena que la gente humilde acabe así por culpa de gente desalmada. Corren malos tiempos y solo espero que sea vengada su muerte como se merece."

Un fiero brillo aparece de repente en los ojos de la anciana, tornándose seria. Ya no parece que sea la vieja posadera del Dragón Dorado, si no una valiente amazona presta a salir en busca de aventuras. Pero la imagen desaparece rápido y vuelve a asomar una amplia sonrisa en la cara de la mujer.

-"Si tuviera unas décadas menos, saldría yo misma a buscar a ese infame mago. Pero mis tiempos de aventurera terminaron hace mucho. Ahora tengo un oficio más duro y tengo que luchar cada día para manternerlo. ¡Pero bueno! Que se os va a enfriar la comida, no os entretengo más. Estoy encantadísima de que hayas regresado al pueblo querida y de que estéis los dos juntos. Siempre me he dicho que hacíais una buena pareja. Quizás el destino no os juntara por nada... Lo dicho, a comer, venga. Luego, cuando terminéis, si tengo un respiro, me sentaré un poco con vosotros para que me cuentes tu vida, Aleena, que de Torgul ya me sé lo que ha hecho en todo este tiempo." Dice volviendo a mirar severamente al guerrero.

Se da la vuelta y vuelve a sus quehaceres. Los dos os volvéis a mirar. Entre medias hay una humareda que asciende de la incomparable bandeja que ocupa gran parte de la mesa. Una gran jarra de cerveza y dos vasos en un lado. El estómago os ruge agradecido al activarse por el olor y la vista de tan suculentos alimentos.

Notas de juego

Aleena, llevas 3 rondas sin justificar el texto. Ya no te lo cambio más, así que quedarán como estén.

Torgul, la gente que hay en la posada son aldeanos y conoces a muchos de ellos. Hay algún viajero desconocido, comerciantes y algún aventurero.

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14/06/2021, 17:03
Torgul

- Yo también os eché de menos y a pesar de todas mis vicisitudes debo decir que lo que he aprendido, lo que soy, es gracias a ese calvario por el que he pasado. No dejaré que nadie más pase por algo así mientras yo siga viva. Algún día, el templo que venera a Istundal estará limpio como el arroyo de una montaña. - dijo seriamente la clériga

-Siempre te has mantenido fuerte en tus convicciones, devota de Ilsundal. Mas quiera, no ya tu dios, si no el resto de la esfera que nos gobierna, estar de tu parte para salir indemne de esa empresa casi quimérica. Pero ten por seguro que si esos son tus designios, no voy a ser yo quien te impida liberar a tu orden de la ponzoñosa ralea que se mueve entre sus paredes- aseveró, dejando que sus finos labios esbozasen una media sonrisa ante la vehemencia con que su hermanastra deseaba poner fin a quienes habían corrompido el nombre de su dios, convirtiendo la inocencia e ingenuidad iniciales de los devotos que decidían cruzar su umbral en un vertedero de iniquidades, donde sólo había espacio para el yugo de la perversidad -Pero lo harás contando con mi protección, o de lo contrario no te dejaré dar ni un solo paso en esa dirección- advirtió con severidad, preocupado por su arriesgada iniciativa, que supondría un cisma y una sublevación por parte de los integrantes de la orden.

El gesto de complacencia que le había mostrado se esfumó de su tez ipso facto al ser interpelado con un ademán expeditivo sobre su padre adoptivo -No se anda con rodeos...-el joven despegó su espalda del respaldo para inclinarse sobre la mesa y hablarle con mayor confidencialidad con el fin de saciar con creces aquel interrogatorio, extendiendo el anuncio del gobernador para orientar el texto en su dirección, cuando una voz tan estridente como familiar volvió a hacer acto de aparición.

La dicharachera dueña del local regresó portando varios manjares con que colmar sus apetencias, los cuales dispuso sobre la mesa en un santiamén, dejando que el anuncio sobre la busca y captura de Bargle que había extendido en dirección a su hermanastra acabase sepultado, ejerciendo de improvisado mantel para el gaudeamus.

Los dedos de Torgul fueron incapaces de reaccionar ante la evidente destreza con que Grace repartió las viandas -Si mama Grace se dedicase a robar y huir con la misma rapidez con la que dispone los platos sobre la mesa, tengo por seguro que acabaría siendo una de las delincuentes más renombradas de todo Threshold- caviló, admirado por la gracilidad con que se desenvolvía la mujer pese a su avanzada edad.

Estático ante aquel asalto, sujetando y tensando con los dedos el extremo del anuncio que había acabado ejerciendo de tapete, enclavó los ojos sobre la anciana, que provocó que sus glándulas salivares despertasen como un amanecer al llegarle los efluvios de las viandas, acompañados por la descripción que hacía sobre su contenido y orígen.

-"Si tuviera unas décadas menos, saldría yo misma a buscar a ese infame mago. Pero mis tiempos de aventurera terminaron hace mucho. Ahora tengo un oficio más duro y tengo que luchar cada día para manternerlo. ¡Pero bueno! Que se os va a enfriar la comida, no os entretengo más. Estoy encantadísima de que hayas regresado al pueblo querida y de que estéis los dos juntos. Siempre me he dicho que hacíais una buena pareja. Quizás el destino no os juntara por nada... Lo dicho, a comer, venga. Luego, cuando terminéis, si tengo un respiro, me sentaré un poco con vosotros para que me cuentes tu vida, Aleena, que de Torgul ya me sé lo que ha hecho en todo este tiempo." Dice volviendo a mirar severamente al guerrero.

-Sin duda tu valía es legendaria e incuestionable, mama Grace. El lidiar con ciertos clientes puede ser tanto o más arriesgado y duro que salir ahí fuera a enfrentarse a toda una suerte de maleantes. La maldad y la perfidia a veces se asientan en los lugares más sosegados, y llegan revestidas con un velo sobrio, un engaño tan bien pergreñado que es difícil de vislumbrar hasta que ya es demasiado tarde para reaccionar, y me consta que no será la primera ni la última vez que algún cliente haya decidido salir sin pagarte el precio que corresponde por tus servicios- aseveró con una mirada que revelaba franqueza, aludiendo a algún altercado en el pasado, cuando aún era un guardia envalentonado y con un comportamiento intachable, cosa que se torcería al poco tiempo, y que la anciana volvería a remarcar con sus últimas palabras antes de poner rumbo a sus labores, provocando que el joven exhalase un suspiro de resignación ante su evidente decadencia a la hora de ejercer su profesión.

Tras su marcha, y pese a la algarabía que se entretejía y sobrevolaba las paredes de la posada, la ausencia de Grace siempre parecía secundada por un silencio apoteósico. La humareda que ascendía entre ambos acompasó ese ínterin hasta que el joven decidió despegar los dedos del anuncio del gobernador para adherirlos a una de las dos jarras de cerveza, que desplazó a un área lejos del anuncio, que arrastró por debajo de los platos y la jarra de su hermanastra hasta darle salida, y que ahora presentaba algunos manchurrones de salsa y las marcas del fondo de las vasijas.

Lo primero que hizo cuando lo liberó fue volver a asir su jarra y apurarla hasta el fondo dando varios tragos largos, cada uno de ellos arrastraba consigo la alteración que el anuncio le había provocado y el hecho de tener que contar su decisión de darle caza a Aleena, con el riesgo que ello conllevaba. No obstante, su hermanstra parecía más que dispuesta, por sus aseveraciones, a no quedarse de brazos cruzados.

Cuando hubo apurado el vaso hasta el fondo, se limpió el bigote de espuma que se le había formado con el dorso de la mano, haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad para no expulsar un sonoro eructo en presencia de Aleena, cosa que hubiera hecho sin ningún miramiento en otras condiciones y en otro lugar menos respetable que la posada, o al menos, no a esas alturas del día, pues la noche traía consigo algunas licencias que sí se podía dar al estar en otro tipo de ambiente. Acto seguido, sus dedos se volvieron a escurrir para asir la jarra con la intención de alzarla y pedir que fuese colmada por segunda vez, sin embargo se detuvo a medio camino en actitud cavilante con un semblante sombrío, apoyó la jarra en su sitio y se centró sobre el anuncio, que extendería a su hermanastra para que lo acogiera entre sus manos.

-No has tardado en atar cabos, devota de Ilsundal- expresó volviendo a sus preguntas. Su mirada se perdió por uno de los ventanales hacia el exterior, en dirección hacia su hogar -Era sabido en la comarca que Sibril no escatimaba en gastos a la hora de encontrar una cura para su enfermedad. No fueron pocos los curanderos y sanadores que le trataron, la mayoría no me despertaban ninguna simpatía, no eran más que una panda de sacadineros y charlatanes, sanguijuelas que se adherían a su mal tan sólo para extraer tajada, por lo que pronto se correría la voz infame de que Sibril tenía cierto poder adquisitivo, poniéndole en el ojo de los amigos de lo ajeno- reveló con expresión apesadumbrada, resistiendo las ganas de hacerse con la jarra de cerveza, fría y espumeante, que se encontraba a escasos centímetros de él. Rendido ante la imposibilidad de quitarle la jarra a su hermanastra, acabó por alzar la suya en dirección a la barra. La depositó en la mesa y prosiguió con su testimonio -La noche en que Bargle pisó Threshold arrasó con todo y con todos los que encontró a su paso, dejando un poso y una huella difíciles de olvidar...no pude hacer nada por él, Aleena, nuestro padre pasó a mejor vida por mi incapacidad de mantenerme sobrio, por estar dando tumbos cantando junto a otros borrachos mientras él se debatía entre la vida y la muerte, ¡maldita sea la noche en que sucedió, y caiga sobre este alma el castigo que merece por no haber sabido defender a los suyos cuando más le necesitaban!- los ojos del joven comenzaron a tornarse vidriosos evidenciando su culpabilidad tras aquella confesión.

Se tomó unos segundos para domeñar su pena -Honestamente, ni a tí ni a mí se nos ha perdido nada en este sitio, las cosas no volverán nunca jamás a ser lo que fueron. Tú provienes de un lugar abyecto y pérfido, mientras que de mí pocos te hablarán bien, salvo quizás mama Grace por el cariño que aún nos guarda. Puede que sea ella la única persona en toda la comarca que mantiene la esperanza de que aún llegue a ser un hombre de provecho...Como habrás deducido, ese anuncio ha puesto a Bargle en bandeja a cualquiera, se abre la veda por parte del gobernador para darle caza y no hará falta que te explique que de dar con él, lo más probable es que lo que llegue a los pies del gobernador sea su cadáver- afirmó con rotundidad, sin esconder sus ganas de tomarse la justicia por su mano.

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16/06/2021, 23:17
Aleena

La muchacha se quedó pensativa tras las palabras de su hermanastro.

Removió la cuchara despacio sin probar el guiso, asimilando lo que le había descrito. Se mantuvo inusualmente tranquila a pesar de las noticias que le habían proprocionado.

El motivo es que ya sabía que aquello ya había ocurrido y lo que le interesaba eran los detalles. Había vivido muchos horrores y se encontró con que apenas le había despertados emociones la muerte de su padre. Aquel infierno por el que había pasado le había hecho un callo en el corazón y sus emociones se encontraban lejos de verse afectadas.

Observó de nuevo en silencio a su hermanastro. Que al contrario que ella estaba profundamente afecatdo. Emocionalmente estaba hecho pedazos. Ya sabía de donde salían las interminables jornadas bebiendo en en este lugar o cualquier otro. Y para terminar de rematar la cosa se culpaba a sí mismo por lo sucedido. Ya que estaba en otro lugar mientras ocurrieron los fatales hechos.

Pero ese camino de la auto inculpación no llevaba a ningún sitio. Lo había aprendido en las lecciones de lady Magda. Si te dejas arrastrar por la culpa, es un pozo sin fondo. Y si intentas perseguir un "Y si hubiese estado allí..." te llevará a otro "Y si..." y así hasta el infinito. Eso es el camino al infierno.  Ella lo había vivido con algunas compañeras suyas y era una auténtica tortura.

Así que se había inmunizado o casi a esas situaciones. No sentía nada. Y eso en parte el preocupaba. - ¿Acaso me he convertido en un monstruo? - se preguntaba a sí misma. Pero no, no creía que fuese un monstruo, sencillamente que el dolor que había padecido había creado una gruesa capa en la que estaban enterradas el resto de sus emociones.

Respiró hondo y con una serenidad que incluso a ella misma le sorprendió le dijo a su hermanastro - Pues deja de lamentarte. Empuña tu arma y vamos a buscar a ese desgraciado. Traeremos su cabeza en una bolsa de arpilla al gobernador. ¿Que te parece el plan? - dijo fríamente y con una sonrisa igual de gélida en su tez.

Notas de juego

Siento lo del justificado. Supongo que se me olvida porque miro de hacerlo siempre.

Miraré que no vuelva a suceder. Mis disculpas.

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17/06/2021, 17:48
Dungeon Master

Aleena por fin sabía el profundo motivo que alimentaba la dejadez de Torgul. Por fin sabía qué le había pasado a su padrastro. Por fin sabía cómo había muerto y a manos de quién. Como si el destino quisiera recordarla una y otra vez su funesto encontronazo con Zanzer Tem, ahora ponía delante suya un nuevo y malévolo mago. Torgul, ante las palabras de apoyo de Aleena con respecto a lo que ideaba hacer, se hinchó orgulloso, como un pavo, en su asiento. Ahora estaban de nuevo juntos, unidos por una misma causa, atrapar y acabar con la vida de ese ser inmundo que les había arrebatado a Sibril. El reencuentro había sido duro, difícil, pero había terminado de la mejor manera. La convicción y el arrojo brillaban en sendas miradas. Confraternidad, amistad, confianza e incluso amor habitaban ahora en vuestros corazones, junto a una sensación nueva, la venganza. Después de todo lo pasado, de todos los avatares que habíais tenido que sufrir, habíais llegado a un punto en el que vuestros destinos se entrelazaban para ser uno solo. Quizás, si lograbais acabar con este enemigo, pudierais después recuperar vuestras vidas y labraros un futuro mejor; siempre y cuando vuestra pericia y la suerte os acompañara.

Después de comeros todas las viandas y beberos alguna jarra de cerveza más, vuestros espíritus se sentían complacidos, al igual que vuestros estómagos. Era media tarde y dentro de unas pocas horas el sol declinaría para dar paso a la noche. Si queríais salir en busca de Bargle, debíais ser rápidos, no fuera que otro grupo de avezados aventureros se os adelantara y os quitara vuestra meta; además de privaros de una buena recompensa. Aún teníais tiempo de preparar el equipo, acondicionaros, preparar un plan, comprar lo necesario para lo que os encontrarais... Salir a primera hora de la mañana sería lo idóneo, para ir frescos tras haber descansado una noche entera. Torgul terminaría de expulsar de su cuerpo el alcohol y Aleena el polvo del camino. La mañana de un nuevo día, de una nueva vida, de un nuevo futuro.

Notas de juego

Siento lo del justificado. Supongo que se me olvida porque miro de hacerlo siempre. Miraré que no vuelva a suceder. Mis disculpas.

¿Pero esto qué es? ¿Una valiente aventurera pidiendo disculpas? Habrase visto... ¡Qué tiempos vivimos!


Bien, esto ha llegado a su final. ¡Sí, he dicho FINAL! Porque esta partida era de iniciación y su duración iba a ser muy corta, cosa que al final no ha sido así. Ya habéis probado y saboreado el rol añejo, combatido y explorado. Habéis tenido drama, heroicidad, tensión... vamos, de todo. Habéis comprobado cómo es el sistema y cómo se puede llevar en RpW. ¡Habéis jugado a D&D básico de 1985 de Dalmau! Habéis empezado y terminado una partida en Comunidad Umbría y eso es ya todo un logro. ¡Mi más sincera enhorabuena!

Lo dicho, os dejo un último posteo para que vayáis despidiéndoos de vuestros personajes y de la partida. Pero no os paséis, ya que yo la cerraré con un epílogo en el cuál los dos os dirigís a la mañana siguiente hacia el castillo donde se oculta Bargle. Quién sabe si para una futura continuación. El espacio de tiempo que tenéis va desde que termináis de comer (podéis interactuar vosotros con Grace o con el que sea) hasta que despertáis al día siguiente.

Lo dicho, muchas gracias por haber participado y por aguantarme, jejejeje. Y por ser tan constantes, que sé que muchas veces se hace pesado el postear si no se tiene tiempo o si la escena no engancha. Si termina siendo una obligación en vez de un hobby, mal lo llevamos.

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22/06/2021, 17:54
Torgul

Respiró hondo y con una serenidad que incluso a ella misma le sorprendió le dijo a su hermanastro - Pues deja de lamentarte. Empuña tu arma y vamos a buscar a ese desgraciado. Traeremos su cabeza en una bolsa de arpilla al gobernador. ¿Que te parece el plan? - dijo fríamente y con una sonrisa igual de gélida en su tez.

Torgul, que ya había hundido la cuchara en el guiso de Grace, y emprendido el camino sin retorno hasta su boca, frenó en seco la dirección que llevaba quedándose perplejo ante la respuesta de su hermanastra. El contenido de la misma, que estaba practicamente hirviendo, se acabó por escurrir hasta el pantalón, pero ni por esas el guardia se inmutó.

La parsimonia con la que describió las intenciones de arrancarle la cabeza al mago, consiguieron que el joven comprendiese que cualquier vestigio de inocencia y candor que hubiera podido anidar en Aleena había sido borrado de su interior. Muerte sin conmiseración por parte de una clériga de Ilsundal, que al igual que él, no mostraría ni un resquicio de piedad o misericordia de encontrarse cara a cara con él, a sabiendas de que estaría cometiendo un vil asesinato.

Tragó saliva, depositó la cuchara vacía sobre su plato y haciendo aspavientos con la servilleta para erradicar los restos del guiso, que estaban desprendiendo humo en contacto con su fría pierna, retomó la palabra - Te mentiría si dijese que la vehemencia de tus afirmaciones no me ha sorprendido, Aleena. Comparto tus intenciones, pero...¿y tu dios? - un brillo subrepticio se anidó en los oscuros íris del guardia, al tiempo que en su cara asomaba una sonrisa socarrona - ¿Dejará tu dios de escuchar tus entregadas plegarias cuando sepa que te has manchado las manos de sangre, y no precisamente por una cuestión de supervivencia, si no por haberte tomado la justicia por tu mano, devota de Ilsundal?- inquirió alzando las cejas con curiosidad, escrutando sus facciones como si hubiera descubierto a otra Aleena completamente distinta de la que acababa de presentarse ante él en el callejón. Su hermanastra estaba dejando al descubierto una faceta fría e inmisericorde que hasta ahora le era completamente desconocida - ¿Qué otras hazañas sería capaz de acometer?- se preguntó, contrariado ante sus palabras, pero reconfortado al saber que contaba con su apoyo.

La pregunta quedó suspendida entre la humareda de los platos, mientras retomaba la acción que había dejado a medias para saciar su hambre, y permitía que su hermanastra hablase largo y tendido sobre aquella encrucijada que le había planteado, la situación interna y bastante crítica de su orden, y sus planes para enderezarla, no sin una creciente admiración e interés.

A medida que Aleena discurría sobre lo humano y lo divino, Torgul cayó en la cuenta de que estaba saciando su sed, una sed de otra naturaleza, que había sido incapaz de sosegar con el velo soporífero del alcohol regando el interior de sus venas, pero que a medida que avanzaba la conversación con su hermanastra se iba colmando, Aleena sabía cómo llenar el vacío vertiginoso que se había extendido en su interior, llevándole de regreso por aquella espiral de perdición, estaba ascendiendo en aquellos peldaños de vuelta a un lugar más sólido y estable, donde ella ejercía un canto de sirena imposible de desoír, esa segunda jarra de cerveza que había pedido se quedaría a medias cuando acabaron la opípara comida y abandonaron el local, no sin haber intercambiado algunas impresiones con Grace, que insistió en que llenase su mochila con provisiones para el viaje, sabiendo que el joven poco alimento podría tener en casa más allá de la bebida que se llevaba de las tabernas durante la noche.

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El anuncio del gobernador que había ejercido de mantel improvisado horas antes, yacería momentos después extendido sobre la mesa del salón en la casa de su padre adoptivo, como una promesa a cumplir, sujetado para evitar que se replegase por el culo de un par de vasos sucios y vacíos. Instantes antes, cuando cruzó el umbral acompañado de Aleena, lo primero que hizo fue dirigirse hasta la puerta del cuarto de su hermanastra, que no había osado abrir desde que se marchara, y que aún después de su reencuentro permanecía sellado por una fuerza invisible. Su mano aferró el pomo y lo giró con determinación y parsimonia, abriendo la estancia tanto tiempo sellada a su antigua moradora, un gesto que simbolizaba un regreso, pero también la oportunidad de cerrar una herida largo tiempo abierta.

Echándole una mirada silente que invitaba a que entrase a examinar el que fuera su cuarto durante su infancia y adolescencia, se dirigió al suyo para recoger los enseres que le podrían resultar de utilidad para el camino. Nada más poner un pié dentro, a punto estuvo de darse un trompazo al tropezar con una pequeña botella, que recogió del suelo malhumorado. Al hacerlo observó el reflejo deformado de su rostro, que le era devuelto en la tonalidad verdosa del vidrio. El Torgul ebrio le miraba desde el otro lado, su sonrisa torcida parecía una despedida largamente esperada.

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25/06/2021, 20:26
Aleena

La muchacha miró a su habitación pero no la reconocía. Hacía un siglo de la última vez que estuvo en ella. Aquella habitación se había quedado anquilosada en el pasado igual que la Aleena que marchó del pueblo en busca de conocimiento y ayudar a los demás.

- Ahora soy diferente. No me gusta o me disgusta. Simplemente soy otra. El mundo ha cambiado para mí. Yo ya no soy la muchacha que dormía en esa cama. - pensó sinceramente la clériga.

Observó con atención sus escasas pertenencias. Un pequeño cepillo para el pelo, algunos libros de carácter religioso y de aventuras, un pequeño altar tallado en madera dedicado a una deida imaginaria que le hizo su padre junto con unas barritas de incienso.

Se acercó a la pieza de madera que representaba un pequeño altar. Encendió una barrita de incienso que desprendió enseguida un olor a la lavanda que era su favorito. Juntó las dos manos y en silencio realizó una plegaria a Ilsundal. Rogándole que le acompañase y le diese fuerza en la empresa de cazar al asesino de su padre.

Después salió de allí y recogió su bolsa donde llevaba todas sus pertenencias. Ya no recordaba desde cuando llevaba una vida itinirante. Tenía una sensación imperante de estar siempre moviéndose. No sabía el rumbo pero debía estar siempre moviéndose. Esa sensación imperante de estar siempre moviéndose había desaparecido al ver a Torgul. Él había conseguido que tuviese ganas de quedarse aquí.  Quizás era el momento de sentar cabeza y que mejor sitio que en este hogar que además necesitaba un buen montón de arreglos. Algo en lo que se había hecho especialista durante su vagar por esta extraña tierra. Sacó de la bolsa la ropa y todo lo que no necesitaba para luchar contro un apestoso mago y lo dejó sobre el catre.

Se sentó en una silla, encendió una vela y observó a Torgul en su habitación, "algo tocado" por el alcohol pero nada que ver con como lo había encontrado esta mañana. Se encontraba quieto mirando una botella de color verde en su habitación. Como si estuviese pensando. Como si la botella le estuviese hablando.

La joven dejó su equipaje notablemente aligerado sobre el suelo al lado de la silla, estiró sus pies sobre la mesa, pasó su brazo bueno sobre su nuca y se dispuso a esperar hasta que Torgul terminase lo que estaba haciendo y decidiese unirse a ella en la empresa que se habían propuesta. Solo era cuestión de tiempo....

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27/06/2021, 11:00
Dungeon Master

Después de comer y charlar con Grace un rato, volvéis a la casa de Sibril para preparar el equipo que llevaréis al día siguiente en vuestra aventura. Allí, muchos sentimientos vuelven a aflorar de nuevo. Cada uno tiene sus propios demonios interiores y tendréis que batallarlos siempre, pero ahora ya no estáis solos, os tenéis el uno al otro.

Después de preparar todo y de planificar qué haréis, os vais a descansar a vuestras habitaciones. Está declinando el sol y la gente se recoge en sus casas, no así los vividores, que empiezan a salir de ellas. Allí, en la oscuridad de cada habitación, vuestros pensamientos vuelan hacia la otra persona que está próxima. Mañana es el inicio de un nuevo día y por ende, de una nueva vida. El hecho de vengar a vuestro padrastro es una fuerte motivación que os beneficiará u os perjudicará, ya se verá en su momento. Poco a poco, os vais quedando dormidos. Por una vez en mucho tiempo, los sueños son apacibles y agradables. Nada de magos locos, miradas feroces de minotauros, ni peleas de taberna. Soñáis con momentos dulces de vuestra niñez.


Es por la mañana, tenéis todo preparado y después de almorzar frugalmente, os dirigís al castillo. Éste queda a unos catorce kilómetros del pueblo, hacia las montañas del norte. Es una agradable caminata atravesando los campos agrícolas de la región. Caminar juntos reaviva la alegría de vuestros corazones. A ambos lados del camino de tierra os encontráis campesinos que os saludan con amabilidad. Es un hermoso y apacible día de verano.

Al cabo de dos horas de caminata, ya próximos a vuestro destino, veis a un tipo sentado en lo alto de un carromato, que observa a sus hombres trabajar el campo. Parece ser el dueño de estas tierras y al veros se acerca para charlar un momento con vosotros. Os dais los buenos días y departís sobre el castillo de El Mirador. Él os comenta que no ha tenido ningún problema con los supuestos monstruos que allí habitan, según las historias, y que si existe alguna amenaza en las ruinas, hasta ahora se han comportado como monstruos respetables. Sin embargo, os dice que todas las noches encierra a todos sus animales por precaución, ya que nunca se sabe.

Después de desearle un buen día, continuáis vuestro camino hacia las ruinas del castillo. Mientras os acercáis, veis desde cierta distancia que las paredes están llenas de mellas y pequeños agujeros y que faltan algunos bloques de piedra, que se han caído y están diseminados por las ruinas. La entrada, en el centro de la pared frontal, está al descubierto, ya que las macizas puertas que una vez la cubrieron yacen ahora putrefactas a los lados. Aún así, el par de puertas interiores siguen en pie, cerrando la entrada al interior. A la izquierda veis una brecha en la pared, de unos tres metros de ancho, que podría servir de entrada. Un abrupto precipicio, en una de las caras de la montaña, surge del borde norte de las ruinas.

El sol empieza a pegar fuerte y una suave brisa os alborota el cabello. El olor a campo se entremezcla con un leve olor a descomposición. Una sonrisa aflora en vuestro decidido rostro cuando os miráis, momentos antes de avanzar hacia vuestra próxima aventura. Vuestros músculos y vuestras mentes están preparadas para enfrentarse a todo lo que os salga al paso y nada ni nadie conseguirá apartaros de vuestro cometido, encontrar a Bargle y ajustar cuentas con él.

TO BE CONTINUED