Partida Rol por web

La elfa intentó parar el golpe que lanzaba el mediano y devolverle el otro, pero todo salió mal. La elfa no estaba preparada para luchar cuerpo a cuerpo. Aquel medio retaco había sacado de quicio a la elfa - Pero, ¿qué haces? - se había ganado un buen correctivo por parte de la elfa y se lo iba a dar. ¡No es el momento de esto, idiota! - el retaco no tenía nada que hacer contra la elfa, pero el combate real se desarrollaba lejos de ahí. En un abrir y cerrar de ojos Rhylen estaba desarmado y de dos golpes estaba en el suelo. La elfa apunto estuvo de correr a socorrerle, Togo se interponía en su camino y Alétheia parecía ser más rápida. De forma inesperada había tumbado al viejo...

Tras el derrumbe del señor Carsson frente a Krant el heraldo se detuvo bruscamente. Lanzó una mirada acusadora a Alétheia pero, tras un par de sonoras y hondas inspiraciones, asintió con la cabeza e hizo un amago de sonrisa de satisfacción. Has hecho bien... – Comentó con voz grave, aún con rastros de furia en ella. Hizo un amago de pisar la cabeza a Rhylen pero se contuvo. ¿Qué demo…? – Sus manos trataron de espantar las luces que revoloteaban sobre su cabeza, sin éxito alguno. ¿Qué es esto? ¡Maldita sea! – Temiendo quedar en ridículo delante de los acólitos y tras ver, después de varios intentos de espantarlas, que las luces eran inofensivas, el heraldo se giró hacia el resto.

Sí, ya hemos terminado. – Contestó a la pregunta de Togo. De no haber sido por los trágicos acontecimientos el ver Krant dando órdenes con su gesto fiero y con aquellas luces danzando sobre su cabeza hubiese resultado realmente cómico.-  Recoge todo y limpiad la sangre. – Dijo al mediano.  - Tú y tú, agarradlo y llevadlo a las barracas…bajaré en un momento. – Ordenó a Tanyl y Alétheia refiriéndose a Rhylen. Además, al ver el estado lamentable en que había quedado Evlar, instó a Hostawen para que hiciese lo mismo con el semielfo. Gruñendo y mascullando maldiciones, el heraldo abrió la doble puerta que daba acceso al templo, y se dirigió a grandes zancadas hacia la sala de rezos.

Quedaron así en el patio los miembros del grupo. Los acólitos encargados de la vigilancia en las murallas, tras ver que Krant desaparecía, hicieron gestos a los compañeros dando a entender la locura de semejantes actos. Sin embargo, ninguno de ellos se atrevió a abrir la boca. Volvieron a sus tareas.

Togo obedeció sin más las órdenes del malhumorado Krant, no sin antes acercarse a sus compañeros y susurrarles - cuidado con lo que hacemos y decimos, nos vigila Egarthis  desde arriba. Y tras eso, el mediano empezó a recoger todo lo que había por el suelo, incluidos los dientes de Evlar, que tras hacerse con ellos se acercó a él le abrió la mano, se los dejó caer y se la volvió a cerrar para que pudiera quedárselos - Toma, creo que son tuyos...

Tras eso se acercó al establo y cogió algo de paja para que empapara la sangre antes de ponerse a limpiarla a fondo, cosa que hizo  hasta que no quedó ni rastro de ella. No quería arriesgarse a que Krant volviera a enfadarse por no cumplir su orden. Le había dicho que limpiara la sangre y eso iba a hacer. 

Extrañado por ver que el establo llevaba semanas sin utilizarse, el curioso Togo aprovechó su entrada en el establo para buscar primero huellas y después cualquier cosa que llamara su atención en él, principalmente se esmeró en encontrar algún tipo de puerta secreta o trampilla.

Antes de deshacer el conjuro de Luces Danzantes, Tanyl las dirigió hacía Hostaween. Creó la forma de un corazón delante de ella y luego se esfumaron.

¿Por qué había hecho eso tal ridículo? Se preguntarían muchos. El semielfo era un romántico; cualquier momento era bueno para alabar a una mujer (a las hembras hay que trabajárselas).

Después de mirar la reacción de la elfa y dirigirla una sonrisa, corrió a ayudar a Alethia a levantar el peso muerto del guerrero.

Recuerda no uses tu magia- le susurró al oído, temiendo que la apasionada mujerona sanase al vejestorio.

Acercó el disco de fuerza que había usado para hacer tropezar a la pitonisa y dijo:

- Pongámoslo aquí, será más fácil de llevar.

¡Qué he hecho!

Cuando el mango de la escoba golpeó la dura cabezota del Sr. Carsson, Alé tuvo miedo de haberla abierto como a una sandía. Sin embargo, el resultado fue mucho mejor de lo esperado, como pudo apreciar después. En cuanto Krant salió del patio la regordeta mujer se lanzó con lágrimas en los ojos hacia su idealizado Paladín Del Débil. Derrochaba valentía, tanta como falta de aprecio por su vida demostraba. Ya iba a pedir al Débil su Gracia para curar al viejo herido cuando Tanyl, volvió a reprenderla con respecto al uso de la magia.

- No soy tan estúpida Tanyl.- Le dijo con el ceño fruncido y fuego en sus ojos claros.- Cuando conjuré antes lo hice bajo la protección que me daba el techo. Sabía que nos estaban vigilando. El Débil me lo había dicho.- Más bien ella había visto por el rabillo del ojo cómo los vigilaban desde las vidrieras que daban al patio. Y ahora, bajo ese mismo techo podría curar a Rhylen si quisiera. Pero esta vez iba a esperar, no por el consejo de Tanyl, sino porque creía que si lo hacía, el Sr. Carsson volvería a levantarse iracundo a darse una segunda oportunidad con Krant. Así que levantó con mimo el cuerpo inerte de Rhylen y lo colocó en el disco  de fuerza creado por Tanyl.- El Elegido de Razmir. Pffff. Te aparté como si fueras una hormiga. Claro que luego me la devolviste, jiji.- Relajó ya el tono la Pitonisa. No había pasado desapercibido el corazón formado por las luces danzantes del hechicero. Desde luego para ella era poca cosa, un "esmirriao" al que podía apartar de un manotazo, pero para Hostawen, tan escuálida como él, le parecía que hacían hasta una buena pareja.

Por suerte parecía que el golpe de la pitonisa había punto y final al combate. Bien le hubiese dado un buen golpe a Togo por clavarle el palo, pero no tenía importancia. La elfa devolvió la mirada a todos aquellos que la observaban, veía como se retiraban, ya no había nada más que ver. Hostawen no podía estar más triste por todo lo que había sudecido hasta que una luz iluminaba su rostro. Sus ojos se levantaron hasta que las luces comenzaron a dibujar un corazón. Su rostro se sonrojó y las luces dieron paso a una mirada del mago junto a la mejor de sus sonrisas. Desde luego la exploradora estaba sorprendida y no sabía bien como reaccionar. Se quedo meditabunda mientras Tanyl y Alétheia se llevaban a Rhylen, volviéndo en sí, cogió a Evlar para acompañarlo a su estancia. -Espero hayas aprendido algo hoy...- comenzaba a decirle -Mantén la boca cerrada.- dijo la exploradora. -Vamos, enano.- le dijo al pequeño Togo. Aún se resentía de aquel golpetazo a traición del mediano...

Así, con el cuerpo inmóvil del señor Carsson reposando sobre el disco flontante y con Evlar apoyado en Hostawen aún llorando, los vapuleados compañeros volvieron de nuevo a las barracas. Durante el breve caminar a través de de los pasillos y escaleras, se toparon con más de un acólito en cuyo rostro se reflejaba la certeza de saber de lo que había sucedido en el patio. Incluso a pesar de que Rhylen parecía ser un cadáver, ninguno de los miembros de la orden se atrevió a preguntar o a interrumpir el paso de la comitiva.

Cuando el grupo entró en las barracas los pocos acólitos que en ese momento se encontraban allí descansando se incorporaron y salieron sin decir más palabra que un «hasta luego». Al parecer nadie quería tener nada que ver con aquella triste escena, la cual, con total seguridad, aún no había terminado. 

Evlar se sentó en una litera alejada y tomó una túnica blanca para contener la sangre que le manaba a raudales por la boca; había perdido prácticamente todas las piezas dentales frontales. Su bello rostro nunca volvería a ser el mismo.

NO soy un enano, soy un mediano . Contestó un afligido Togo a la dolida Hostawen.  Tras asear el patio el pequeño se dirigió a las barracas para  encontrarse con sus compañeros. El resto de acólitos parecían esquivarles y nadie quedó en las habitaciones salvo los castigados por Krant.

¿ Cómo está el sr. Carsson? Saldrá de ésta? Susurró el mediano apenado sin dejar de mirar el molido cuerpo del anciano.

Aprovechando que Evlar se había alejado a la cama del fondo Togo susurró a sus compañeros - He descubierto algunas cosas... ya os las contaré cuando estemos solos....

Rhylen fue abriendo los ojos entre pestañeos. Cuando consiguió abrirlos por completo vio varias figuras borrosas que se postraban frente a él mientras permanecía tendido… - ¿Layla?... ¿La…Lay…Layla?, preguntaba confundido mientras intentaba incorporarse. – Arrrggg, ¡mieeerrrdahhh!, exclamó doloroso tras llevarse la mano a las costillas y posteriormente dejarse caer de nuevo sobre la cama. El pobre iluso pensaba que ya se encontraba en el otro barrio junto a su amada, en lugar de eso continuaba estando en aquel infierno en forma de templo y con un dolor que iba ganando en intensidad. - ufffff, ¡joder!, se quejó apretando los dientes. Sus compañeros ya no sabían si se quejaba por el dolor o por el simple hecho de seguir con vida en aquel maldito templo. - ¿Qué…qué ha pasado?, preguntó debilitado justo antes de desmayarse de nuevo...  

La elfa río ante la correción del joven Togo. ¿Qué le importaba a ella la diferencia entre mediano y enano o gnomo? Todo era más de lo mismo...
La elfa acarició al noble Rakna que acudía a ella inquieto, como si quisiera salir a cazar -Ey... Te he necesitado, ¿dónde estabas? Te he dicho que no te separes de mi, guapo...- le susurraba acaricando su suave pelaje y zambuyéndose en él. Masajeaba las orejas para hacer que este le prestase atención, pero Rakna seguía en suspensamientos.
Una mirada se escapó al joven mago, la cara de Hostawen estaba sumida en sus pensamientos, cuando Tanyl le devolvió la mirada, la elfa rápidamente rectificó y siguió susurrando a su fiel mascota. -Es raro, pero tengo algo que contarte...-
 

- Ha pasado que estas loco y casi haces que nos maten a todos.- Dijo enfurruñada con Rhylen, ocultando su enfado en las acciones del viejo en vez de en los celos que sentía por esa tal Layla.- Haced un corrillo alrededor nuestro, por si acaso.- No hacía falta muchas más palabras para saber que Alé iba a solicitar ayuda divina para ayudar al viejo a reponerse de sus heridas. Y eso hizo. Dejó fluir por u orondo cuerpo el poder divino llegando casi al éxtasis. Cada vez se veía más y más poderosa gracias al Débil. Cuidar de ancianos era lo que mejor se le daba en el mundo mundial.- Creo que con esto será suficiente Sr. Togo, el mediano.- ¿Qué Togo era un mediano y no un niño? ¡Qué decepción! ¿ Y había metido su mano entre sus pechos?- Dime Togo, ¿qué edad tienes?- El tono que utilizaba, forzosamente dulce, no auguraba nada bueno para el mediano. Como buena alcahueta que era no pasaban desapercibidas a sus ojos las miradas que Hostawen le lanzaba a Tanyl.

Dime Togo, ¿qué edad tienes?- 

 El pequeño Togo tardó en contestar , pues permaneció unos segundos atónito observando como las heridas del sr Carsson cicatrizaban por arte de magia. Nunca había visto actuar la magia de tan cerca.

Doce,tengo doce años, pero ya soy mayor... Contestó el mediano lleno de orgullo, con el pecho hinchado y la cabeza buen alta para aparentar ser más alto. No quería parecer un niño, aunque eso era del todo imposible, por miedo a que no lo dejarán continuar  con la misión .

- ¡Ah bueno!- Contestó la malpensada de Alétheia.- Pero si eres un niño.- Le dijo como si no hubiera escuchado a Togo decir que ya era mayor.

Noooo, ya soy mayor... Contestó Togo indignado - Eso me dijeron mis padres cuando me marché de casa. Dejé de ser un niño cuando salí de allí... el pequeño se puso melancólico y mirando al infinito empezó a recordar a sus familiares y amigos de las montañas y  lo bien que lo pasaba allí siendo un niño.....

- Siii, sii, mayor, claro que sí, campeón.- Dijo Aletheia como les decía a los acólitos más jóvenes del templo del Débil. Se llevó el dedo gordo a la boca, lo humedeció con su saliva, y limpió una mancha del rostro del joven mediano que se había hecho en el combate contra Hostawen.

El punzante dolor que sufría Rhylen fue disminuyendo tan pronto Alétheia colocó sus manos en él. El bulto visible que salía de su pecho se fue reduciendo a la par que su rostro cambiaba de expresar una horrible agonía a un gran alivio. – Gra…gracias, hija…, respondió el gesto con un tono cómplice, señal inequívoca que su estado había mejorado considerablemente.

Tras la reprimenda de la pitonisa, lo lógico hubiese sido oír una disculpa, sin embargo Rhylen era un viejo orgulloso y en lugar de aquello, decidió dar “la vuelta a la tortilla” a pesar de saber que Alétheia tenía toda la razón del mundo:

- Hice lo que tenía que hacer…, respondió, - Además, miradlo por el lado bueno, hemos conseguido que Kant mostrase sus cartas… la próxima vez ya sabremos a lo que nos enfrentamos… y no fallaré…, sentenció concienzudo.

Tanyl se echó las manos a la cabeza. ¿Pero cuántas veces le tendría que decir a esa cabezota mujer que no usase su magia en aquel lugar? !Ahora les preguntarían cómo se había curado el viejales tan rápido! Si hubiesen tenido la varita sanadora, aún podrían haber dado una escusa creíble, ¿pero ahora..?

Y mientras, el ajado guerrero deliraba. 'La próxima vez que nos enfrentemos, no fallaré'- decía. Parecía ser que el golpetazo le había hecho olvidar la memorable paliza que le habían dado en menos de dos segundos.

Pero el jóven semielfo no era muy hablador y prefería callarse sus opiniones.

Se sentó taciturno en su camastro y acarició a Fuzuli para intentar calmar su aprensión. De pronto recordó un detalle en el que se había fijado estando en el patio.

- ¿Os disteis cuenta que la caballerizas estaban sin usar? Hace mucho que no meten ahí un caballo...

Cuando el malparado guerrero dio los primeros signos de recuperación el mediano no pudo reprimir el cariño que sentía por ese viejo héroe.... Señor Carsson!!!!!  Pronunció el joven Togo abalanzándose   sobre el anciano como si de su nieto se tratase.  - Por un momento llegué a temer por su vida...    - De eso nada  respondió a las palabras de Rhylen - De ahora en adelante tendrá que tener más cuidado con lo que dice y con lo que hace... Si no nunca llegaremos a recibir el favor del gran Razmir... Dijo el mediano totalmente metido en su papel de acólito...

-Sí, claro que me di cuenta de eso. Y de alguna cosa más también.... Pronunció el mediano respondiendo a Tanyl mientras miraba de reojo al maltrecho Evlar.

¿ Qué se supone que debemos hacer ahora....? ¿ Qué pasará, van a expulsarnos del templo?