Partida Rol por web

Tsk. Lo han descubierto. Vaya.

Miro la mano que hay sobre mi pecho y esbozo una sonrisa acorde a lo que pensaba hacer con ése culo latino con las suelas de mis nuevas deportivas, cambiando mi expresión por una de hastío al ver que no tenías más elección que hacerlo si quería enterarme de qué iba el asunto. Suspiro y renegando acerca de perder el tiempo, desando mis pasos para dejar el petate sobre el escritorio de la rubia, junto con el arma.

- Ayer fui algo grosero contigo. ¿Qué tal si te invito a un McDonald's en cuanto salga de aquí? -Le guiño un ojo y, sin darle tiempo a responder, vuelvo a entrar en el despacho del señor Shaw. Extiendo los brazos-. Limpio.

Sin siquiera esperar permiso de nadie, me acerco hacia la mesa y me siento en el primer sillón que veo.

- Verdaderamente cómodo. Apúntese un tanto, señor Shaw. Eh, tú -Le hago un gesto al latino-, ¿por qué no vas y me sirves algo de beber? Ponle algo también al señor, haz el favor. Una buena entrevista sin whisky, no es una entrevista -Le explico, al anfitrión. Me acomodo en el asiento echando el respaldo hacia atrás, entrecruzando mis manos encima de mi vientre-.

Durante un buen rato le miro en silencio, sonriendo, hasta que finalmente me inclino hacia adelante.

- Así que sabes lo que soy. Bien, éso nos ahorrará las sentimentalistas presentaciones. Mira, me duele una barbaridad la cabeza y creo que tengo alergia a los latinos, ¿qué tal si vamos al grano? ¿Qué quiere de mi poder y qué gano yo a cambio?

Jeddediah Shaw chasca los dedos de una mano y el latino con pinta de chuleta le acerca un carrito con licores

Ya te llamaré si te necesito, Roberto. Además, ¿no queremos molestar al señor, verdad?

DaCosta te mira con una sonrisa lobuna en la cara, como diciendo ya te pillaré... pero simplemente asiente y sale por la puerta que hay detrás de Mr Shaw. Éste te sirve un buen vaso de whisky de malta de 18 años, y otro para él, y se pone cómodo en su sillón...

Me gusta usted, Mr GreenWood, en serio, y eso es un tanto a su favor. No se anda con rodeos y encima ha tenido las agallas o el poco juicio de acudir a nuestra cita armado... Sea una cosa u otra, eso demuestra que tiene iniciativa, y me gusta la gente con iniciativa... hasta cierto punto. No tolero que la gente que trabaja para mí se pase ni un centímetro de los límites que les trazo... aparte de eso, pueden actuar como les plazca para conseguir cumplir mis órdenes.

Mientras Shaw va hablando, te parece como si el dolor de cabeza fuera aumentando, pero muy lentamente, de forma casi imperceptible...

Bueno, vayamos al grano, que es lo que ambos queremos. Sé que tiene una oferta para entrar en la Escuela del Profesor Xavier... Acéptela. Es más, hágalo con todo el entusiasmo posible y conviértase en un alumno ejemplar, al menos hasta donde pueda...

Shaw sonríe, mientras juguetea con una carísima pluma Montblanc de plata... Nosotros no queremos que usted renuncie a esa oportunidad. Lo que queremos es darle un incentivo adicional, y una opción de futuro muchísimo mejor que la que le pueden dar en esa escuela de santurrones... Usted es un hombre práctico, un tipo de acción y sinceramente no le veo aceptando mansamente todas las tediosas tareas que allí pueden encomendarle, sin más...

Usted trabajaría directamente para mí, de forma encubierta, sin que nadie más se entere. Sería eso que en las pelis baratas de espías llaman un "durmiente", y por ahora solamente tendría que hacer trabajitos sencillos y de poco riesgo. A cambio de esa minucia, yo empezaría por pagarle 5.000$ al mes, y seguiría disponiendo de la suite que ha disfrutado, a gastos pagados, siempre que pasara por la ciudad. Y con la posibilidad de disfrutar de una buena compañía, todo a mi cargo, como la noche pasada...

Más adelante, según su formación y méritos, mejoraríamos su salario, y añadiríamos algunos incentivos: un buen coche, por ejemplo... Quiero que la gente que trabaja para mí sea gente satisfecha: cuando se desplazan a cualquier lugar del mundo siempre lo hacen en primera clase o en jet privado, y se alojan en hoteles de 4 o 5 estrellas... ¿me sigue?

Jeddediah Shaw hace una pausa para encenderse un cigarro, y te ofrece la caja de donde lo ha sacado, para que escojas otro, o un cigarrillo de los que allí hay...

Y todo esto, a cambio de qué, se preguntará... Por supuesto, no somos las Hermanitas de la Caridad, ni mucho menos, pero para comenzar, lo que le pediría es un simple y sencillo "quid pro quo" en el que ambos saldríamos muy beneficiados... Él multimillonario se para y ríe ante la cara que pones cuando suelta el latinajo...

Ésa es una de las buenas cosas que puede hacer Xavier por usted, darle una buena educación... Quid pro quo, o do ut des hace referencia a un intercambio de favores...

Verá, Mr GreenWood, yo lo que quiero es que usted se haga muy, muy amigo de los nuevos alumnos de la escuela, sobre todo de las dos chicas que actualmente residen en la Mansión de los Vengadores. Allí se encuentra una persona, también de su edad, que tiene unos poderes extraordinarios, pero fuera de control. Cierta agencia gubernamental, de esas que carecen de nombre, ansía echarle el guante, y por eso está refugiado allí, porque ese sitio tiene protección de la ONU... Su tarea sería sencilla... hacer amistad con las chicas y, si es posible, con ese cerebrito llamado Miles Donovan y, una vez convencido, que salieran "a dar un paseo"-. Una vez fuera del recinto, ya nos encargaríamos nosotros del resto, y sobre usted no recaería sospecha alguna, al contrario...

A cambio, yo le haría otro favor a usted, localizando y rescatando a ciertas personas a las que usted estima, y que nos tememos se encuentren en poder de la misma gente que anda detrás del tipejillo ese... Mientras habla, saca un sobre que contiene un par de fotos. Ambas parecen haber sido hechas a hurtadillas, y muestran a Dan y Wendy encerrados en una especie de cámaras de cristal, que contienen en su interior una especie de humo verdoso... Ambos parecen dormidos plácidamente. Las fotos, realizadas con una cámara digital, indican la fecha y hora: ayer jueves sobre las 5 de la mañana...

Quien sacó las fotos solamente tuvo tiempo de enviárnoslas antes de... bueno, antes de que lo enviaran al otro barrio... por lo que no sabemos exactamente dónde están, pero puedo poner a mi gente a trabajar en ello y, créame, son gente expeditiva y decidida...

¿Qué le parece mi oferta, Mr GreenWood? Siéntase libre de hacer cualquier pregunta o comentario que le venga a la mente... te pregunta Mr Shaw, dando una calada a su habano... sus ojos puestos en ti...

En mi asiento, giro la cabeza lo suficiente como para poder dedicarle otra sonrisa al latino. No sé qué puede significar la suya (aunque lo imagino), pero la mía es "que te jodan". Es más, para aclararlo, se lo digo en voz alta como despedida. Sonriendo escucho lo primero que me dice hasta que extiendo los brazos, como si hubiese dado en el clavo.

- Ahá, pero yo no trabajo para usted así que puedo pasarme "un pelo" de ésas órdenes suyas. Además, la palabra "orden" no es muy atractiva. ¿Qué mejor que "sugerencia"? Probablemente así nos entendamos mejor usted y yo -Vuelvo a sonreír, mirando detenidamente el vaso de whisky. Quién sabe, ser cuidadoso no significa ser cobarde. Escucho su "sugerencia" de aceptar el ir a la escuela de tarados, aunque: - Hasta donde pueda... ¿Es algún tipo de insulto encubierto? Porque, en ese caso, mi buen señor mío, no tendría más que decirle que se meta su oferta por...

Me interrumpo al notar cómo el dolor de cabeza cambia. Ya no es resaca. Es migraña. La migraña que me provoca mi jodido poder de tarado. Me llevo una mano a la sien y, como si sopesara su oferta, me la masajeo en un vano intento de eliminar la jaqueca. Escucho sus palabras hasta el momento en que me ofrece un cigarro, rechazándolo al sacar de uno de los bolsillos de la chupa lo que me quedaba de marihuana.

- Muy... terapéutica -Reconozco, esbozando una sonrisa y pidiendo permiso para encenderlo. En caso afirmativo, lo enciendo con tranquilidad. De negarse, lo guardo y me comienzo a liar un cigarro. Odio los habanos. No entiendo éso que ha dicho, del intercambio de favores, pero... -. Mientras no sea ofrecerle mi adorable y virgen culo...

No vuelvo a interrumpirle, hasta el momento exacto en que recibo las fotos y comienzo a mirarlas. No puedo evitar apretar la fotografía, arrugándola, hasta que un fuerte sonido de cristal roto me sorprende. Miro cómo el contenido de mi vaso se esparce por la mesa, intentando no inmutarme. Alzo la vista lentamente, muy lentamente hasta el señor Shaw, con un tremendo dolor de cabeza y la sangre hirviendo de rabia.

- Digamos que un día decido que no quiero trabajar más para usted, que prefiero tocarme los huevos y no hacer nada de nada -Esbozo una sonrisa-... ¿debería mirar debajo de la cama cada noche?

Vuelvo a mirar las fotografías, unos segundos más. "Mierda". Guardo silencio durante un buen rato, sopesando las posibilidades.

- Está bien. Pero también quiero tener un día, a solas, con Aaron GreenWood. Está preso en la cárcel de media seguridad de Kansas City. No dudo en que podrá usted sacarlo de allí y traermelo sin ningún tipo de problemas. Y, por supuesto, harán todo lo posible por eliminar las evidencias, ¿verdad?

Me levanto, haciendo que la silla se arrastre por el suelo con ruido. Le dirijo una larga mirada, antes de darme la vuelta y comenzar a dirigirme hacia la puerta de salida del despacho.

- Dalo por hecho. Sólo que... mi nombre es Jason, no "señor GreenWood". No dudo en que contactará conmigo para informarme sobre cuándo comienza a ser efectivo nuestro... "trato". Hasta entonces.

Y abro la puerta, dirigiendome al escritorio de la rubia para coger mi petate y pistola. Le dirijo una mirada al latino, esbozando una sonrisa justo antes de desaparecer por el ascensor. Está bien, si he de ir a la Escuela de Tarados, iré. Si he de joder la vida de tres personas a cambio de las de Dan y Wen... lo haré.

Sugerencia podría ser una palabra más adecuada a su caracter, y más dado que empezará con un status un tanto... especial... Pero si le digo que algo NO lo haga, aceptará mi "sugerencia" como si de la Biblia se tratara, ¿verdad, amigo mío? dice Mr Shaw con uno de esos tonos de voz típicos de la gente que no acepta una negativa...

Y no puede dejar de sonreir ante tus palabras sobre los límites de sus estudios en la Escuela... Venga, venga, Mr GreenWood, con lo que le voy a pagar debería aceptar las críticas constructivas con más elegancia... Lo que quería decir es que puede haber campos de estudio en los que usted no tenga mucho futuro... aunque sin embargo estoy seguro que despuntará en otros, como el adiestramiento de combate... y dando otra calada a su habano, añade, diverrtido Esa fijación sobre su trasero empieza a ser algo preocupante... Igual solamente le falta en la vida eso, escribir un libroy subir en globo... procure, amigo mío, dado el cariño que le tiene a esa parte de su anatomía, que esa experiencia quede por cumplir, o se dilate en el tiempo lo más posible...

Antes de que te cabrees levanta una mano en gesto de paz Vale, vale, lo retiro, pero es que me lo ha puesto a huevo...

Mr Shaw no pone ninguna pega a que fumes tu marihuana, y seguís hablando... Cuando te enseña las fotos, sus ojos están fijos en ti, como analizando tu reacción...

Esos dolores de cabeza... comente el tema cuando llegue a la Escuela, o en cuanto tenga ocasión, seguro que los santurrones se desvivirán por solucionárselo...

Hace una pausa antes de contestar a tu pregunta sobre dejar "su servicio", se toma un sorbo de su malta de 18 años y, tras paladearlo, contesta...

Mi querido Sr GreenWood, mis empleados no acostumbran a querer dejar su puesto de trabajo. Están bien pagados con todos los extras lujosos imaginables, y disponen del respaldo de Shaw Enterprises, tanto en lo legal como en otros aspectos...

Aunque, si llegado el  caso quisiera dejarnos... bueno, tendríamos usted y yo una charla cordial sobre la compensación extra que usted recibiría por portarse bien y no hablar jamás de nada de lo ocurrido a partir del momento en que cruzó esta puerta hace un rato... ¿Verdad que nos entendemos?

Shaw toma nota mental del nombre y localización de la persona que mencionas Nada más sencillo para nosotros, Sr GreenWood, aunque si de lo que se trata es de un ajuste de cuentas... definitivo, por llamarlo así, podemos arreglarlo para que esa persona crea que se fuga de prisión, y luego... bueno, allá usted. Nosotros solamente acabaríamos de atar los cabos sueltos para que nadie le acusara a usted de nada...

Mr Shaw sonríe ante tu puntualización De acuedo, Jason. Puedes llamarme Jeddediah, o Jed. Te lo mereces por demostrarme tu temple... El trato comienza desde el mismo instante en que salgas de aquí... en unos minutos tendrás ingresada tu primera paga en este número de cuenta... dice alargándote un papel con unos números Mi consejo es que contrate un apartado de correos para recibir la correspondencia del banco, y todo eso... es lo más discreto. Y en cuanto a contactar, nosotros lo haremos siempre con usted, Jason.

Si necesita hablar conmigo con urgencia, sólo para verdaderas emergencias, llame a este número. Se pondrá una persona que siempre dirá que es su tía Abigail, y una vez seguros de que es usted quien llama, le pasarán conmigo ¿De acuerdo? Pues que tenga un buen día, y que disfrute de nuestra nueva relación, Jason!

En cuanto sales por la puerta, ves que la secretaria deja de mirar en tu dirección y simula estar muy ocupada, pero hace un segundo tenía toda la pinta de estar preocupada por ti...

Roberto DaCosta se cruza contigo sin decir nada, y entra a reunirse con Shaw. Vas a soltarle alguna de las tuyas a la chica, pero de pronto te das cuenta de que algo raro te ocurre... La habitación te da vueltas, y el dolor de cabeza es enorme, aunque totalmente distinto al habitual... Notas una sensación rara, como una especie de euforia, un calor repentino por todo el cuerpo y, de repente, sientes que te gotea la nariz...

Poco a poco has llegado a coger tu petate y el arma, pero al llevarte la mano a la nariz, la retiras manchada de sangre. Eso te asusta de verdad, porque sabes por experiencia propia que normalmente regeneras cualquier daño con gran rapidez, y una simple hemorragia nasal no debería ni haber llegado a gotear...

Jason, estás sangrando! ¿Te encuentras bien? pregunta también asustada la chica, que se levanta de su silla de oficina para ayudarte a llegar a la puerta.

A cada paso que das te sientas más y más mareado y el dolor de cabeza crece y crece tanto que te cuesta hasta hablar...

Al abrir la puerta del pasillo, llegas a distinguir al cowboy, que parece estar saltando a tu alrededor, al igual que el resto de puertas... Coño, chaval, estás pálido como un muerto! ¿Quieres que te llevemos a un hos...pi...tal?

La última palabra de Lee parece alargarse en el tiempo de una forma que sería hasta cómica si no fuera por todo lo que te ocurre, y te parece oír que él y la chica discuten qué hacer...

Me detengo a la puerta del ascensor, notando que algo iba terriblemente mal. Suelto un gemido de dolor, me llevo la mano a la nariz y... sangre. Pero no el tipo de sangre que hace acto de presencia ante un golpe bien (o mal) dado, no. Ésta sangre es por...

- Mierda -Musito, limpiándome la sangre con el dorso de la mano, aunque inmediatamete después vuelve a salir más. Todo me dá vueltas y mis piernas y cuerpo parecen a punto de dejar de responder. Oigo voces, demasiado distorsionadas como para que pueda entender. Abro la boca para hablar, pero apenas sí puedo poner el brazo para evitar la caída contra la puerta del ascensor, contra la cual choco con fuerza y me deslizo hasta acabar en el suelo-.

Intento enfocar la vista, pero probablemente el intenso dolor de cabeza comience a anular las facultades de mi cuerpo. "¿Muerto antes de empezar?". Intento también levantarme, pero mi cuerpo ni siquiera responde.

- Necesito... -Balbuceo, intentando dejar a las claras que probablemente necesite matar a alguien con mi poder para así aliviar el dolor. Siempre ha sido así: aliviar mi dolor de cabeza haciendo que otro sufra lo que yo. Pero nunca... nunca he sangrado a consecuencia de ello. Y el poder de regeneración...

Finalmente cierro los ojos, incapaz de seguir aguantando éste intenso dolor neuronal.

El cowboy y la chica consiguen llevarte hasta el ascensor, y ambos siguen discutiendo qué hacer cuando se abre la puerta del otro ascensor...

¿Jason? gruñe Logan al ver sangre y a un tipo con pinta de primo hermano de John Wayne arrastrándote. Se oye un siniestro snickt cuando de su puño derecho brotan las mortales cuchillas de adamantium, pero el X Men se frena en seco al ver a la chica...

¿Elsa? ¿Pero qué narices haces tú aquí?

La chica hace un gesto inequívoco de que todo eso puede esperar ya te lo explicaré más tarde. Ahora saca al chico de aquí pitando, y llévalo a la dirección que le he dado a Lee...

Y mirando al vaquero explica Es un buen y reciente amigo de Jason, de los que no duda en jugarse el tipo por otros...

Logan se encoge de hombros y cargándose a Jason al hombro con gran facilidad, empieza a mirar la nota, mientras murmura en tono amistoso y algo bromista El mundo está lleno de jodidos samaritanos... no sé cómo no vamos todos por ahí echando pétalos de rosa encima de los demás y cantando canciones de Hair...

De repente, y antes de que Elsa vuelva a su escritorio, suelta una exclamación ¿Aquí quieres que vayamos? Tu no estás bien de la azotea, este chaval necesita un hospital, no mumbo jumbo mágico...

Logan, maldita sea, haz lo que te digo de una vez! El doctor, además de sus conocimientos esotéricos tiene gran experiencia como neurocirujano, así que acude a él, y si el Doctor opina que hay que llevarlo a un sitio con más facilidades médicas, seguro que los Vengadores le facilitarán el acceso a las suyas... Toma las llaves de mi coche, que está en el parking del hotel y vete YA!

Wolverine pilla las llaves al vuelo y, sonriendo al cowboy sentencia Nunca hay que llevar la contraria a una mujer, y menos cuando está cabreada! Dale recuerdos al abuelo, cariño! termina diciendo, mientras Lee le da al botón de bajada

Logan te palmea la cara para mantenerte despierto, mientras baja el ascensor No te me duermas, chaval, que la jodemos, ¿ok? En breve estarás atendido por el mejor neurocirujano del mundo...

Consigues abrir de nuevo los ojos y reconocer a Logan, pero al mismo tiempo notas una sensación muy extraña... te sigue doliendo la cabeza como si te fuera a estallar, pero no notas la pugna del poder por brotar de forma asesina... de hecho, es como si no estuviera funcionando para nada...

Noto las palmadas en la cara, aunque hacía un buen rato que ni siquiera escuchaba lo que decían ni nada. Abro la boca, pero no para hablar, sino para aspirar algo de aire y no ahogarme con mi propia sangre, la cual empieza a ser molesta y desagradable al tener el sabor metálico en la lengua. Y ni siquiera tengo fuerzas para escupirla...

Logro mantener los ojos más o menos abiertos, aunque una vez en el coche, me "muero" en el asiento mientras Logan tiene que poner el cinturón y arrancar. Logro mover lo justo la cabeza para ver que se trataba de un coche, y no su moto. Intento hablar pero la sangre es molesta, así que la expulso.

- ¿Dónde coño... Harley? -Suspiro ante el esfuerzo y vuelvo a cerrar los ojos. Oigo el ruido del motor y éso es reconfortante. Lo peor, el olor de Logan-. Ya podías haberte duchado...

Éste dolor... no es como la jaqueca. Es muy diferente, aunque igual o más doloroso. Los cristales no vibran y, de haber podido, creo que ahora mismo estaríamos volcados y con un Logan con el cerebro chamuscado.

- Entiérrame... con tu Harley

Vale, sí, estoy dramatizando. Pero me duele muchísimo la cabeza, apenas sí tengo fuerzas para tener los ojos abiertos y he perdido casi que 20 litros de sangre... o más.

Elsa regresa a su puesto, bastante preocupada por la salud de Jason, pero plenamente segura de haberlo enviado al mejor sitio posible...

Apenas había recobrado la compostura sentada tras su mesa de despacho, cuando entró una mujer de belleza exhuberante, vestida de arriba abajo de cuero negro, que llevaba de una correa a dos perros falderos

Miss... Selene... ¿ya está usted de vuelta? Elsa no sabía porqué, pero aquella mujer hacía que se le pusiera la piel de gallina cada vez que la veía...

Reina Selene para ti, a partir de ahora, guapa... Jed está dentro, ¿verdad? pregunta la recién llegada, que entre sin esperar contestación...

Roberto, cariño, que alegría verte! saluda la mujer a Sunspot, ofreciéndole las correas de sus perrillos. Entonces, se dirige a donde está Jeddediah Shaw, y se sienta en un sillón que Roberto acerca hasta ella de forma solícita. Selene sonríe de forma siniestra, tras cruzar las piernas de forma espectacular, y se dirige a Shaw sin más dilaciones, poniéndole una mano sobre su brazo derecho...

Veo que tu plan no está teniendo mucho éxito que digamos... no veo ninguna cola de gente esperando ahí fuera esperando verte... dice en tono cínico...

Bueno, uno de los chicos sí que ha venido, y ya te hablaré del tema cuando estemos solos. Pero además me guardo un as en la manga, ya sabes lo bien que se me da eso... Y a ti, ¿cómo te han ido las cosas por Brasil? replica Shaw

A pedir de boca contesta Selene, relamiéndose los labios y nunca mejor dicho. Nueva Roma ya está de nuevo bajo control, y esa perra de Amara ya no volverá a ser un problema... De hecho, en el viaje de vuelta ha comenzado su entrenamiento intensivo, y te prometo que pronto babeará de felicidad nada más verme... se jacta, señalando a uno de los perros... El otro ejemplar es uno detrás del que he ido durante mucho tiempo, y que igual puede serte de ayuda, una vez está perfectamente domado...

Por cierto, ¿ya sabes qué es lo que tienes ahí fuera, Jed?

Mierda, Selene, otra vez no... no estoy dispuesto a arreglar otra desaparición de una de mis secretarias simplemente porque te parece... apetitosa... contesta Shaw, en un tono enfadado

No me refiero a eso, aunque he de reconocer que tiene un punto que me pone... y no te me quejes, que cuando me decido, no queda mucho por lo que preocuparse... un poco de polvo y poca cosa más... dice Selene

No, me refiero a otra cosa que acabo de percibir...

Al llegar al lujoso Hotel Westin, el conserje de día dio la bienvenida a Simon. Era un tipo bajito, de rostro simpático y actitud alegre, que parecía desvivirse por satisfacer a los clientes...

Bienvenido al Westin, Sr... Butler... Ah, sí, usted es una de las personas citadas con Mr Shaw. Puede subir ya mismo, y le recibirán de inmediato...

Recuerde, Sr Butler, que dispone de una suite junior con todos los gastos pagados, gentileza de Mr Shaw, hasta el domingo noche, incluído... Si necesita cualquier cosa, no dude en hacérmelo saber... Donald Warner a su servicio...

El conserje te acompaña amablemente hasta el ascensor, y le dice al ascensorista que te suba hasta la planta donde está la suite presidencial, que es donde está Mr Shaw...

Al llegar a ella, ves que se trata de una suite enorme, que debe ocupar casi toda la planta... En lo que parece una especie de recibidor, está sentada tras una mesa de despacho una chica rubia, que parece algo preocupada pero que, al verte, cambia de actitud y exhibe una cordial y hermosa sonrisa...

Buenos días, señor... ¿Venía tal vez a ver a Mr Shaw?  ¿Tiene concertada cita con él? Si no es el caso lo siento, pero hoy Mr Shaw tiene un día muy ocupado... Por su reacción, parece como si la secretaria estuviera más preocupada por hacer que te lo pienses, que por hacerte pasar a la entrevista con Jeddediah Shaw...

En estas se abre la puerta que hay tras ella, y aparece un individuo de aspecto latino y pinta de playboy, que sonríe de una forma cínica... Elsa... el señor seguramente es una de las personas citadas por Mr Shaw, y Jed le está esperando, así que sé una buena chica, cierra la boca y mueve ese precioso culo para hacerle pasar...

Subo en el ascensor preguntandome si ha sido buena idea, y ante la reaccion de la secretaria, casi me doy la vuelta, pero la curiosidad por saber la razon de que un multimillonario se interese por mi, acaba inclinando la balanza, e ignorando mi sentido comun me decido a seguir adelante.

La secretaria parece simpatica, pero el tipo no me gusta desde el momento en que abre la boca, pero decido ignorarlo de momento.

- Mi nombre es Simon Butler, y recibí una carta del señor Shaw.

Mientras digo esto me dirijo al interior del despacho.

El latino de aspecto chulesco se acerca hacia la puerta, pero antes de que la abra, alguien lo hace desde dentro y puedes captar un retazo de conversación

Bueno, Jed, querido... ya sabes, espero que tomes las medidas pertinentes... Nos vemos esta noche en el Club, ¿de acuerdo? Hoy tengo ganas de divertirme en serio...

Quien habla es una mujer despampanante, vestida de cuero negro de pies a cabeza, y que lleva a dos perros falderos de unas correas... Es realmente hermosa, pero la suya es una belleza perturbadora. De pronto sus ojos se posan en los tuyos, y no puedes evitar sentir que un escalofrío te recorre el cuerpo cuando te habla...

Uhmmm... otro chico guapo que viene a verte, Jed. Recíbelo como se merece, ¿eh?

Y lanzando un suspiro cargado de tensión sexual añade, en tono pícaro... Espero que llegues a un buen acuerdo con Mr Shaw, cariño... igual nos vemos esta noche, para celebrar el trato, si llega a buen fin... Estoy segura que tú yo yo íbamos a pasarlo muy bien junto a algunas de mis... mascotas...

Le hace un gesto inequívoco a la secretaria en plan "sé de qué vas y te estoy vigilando" y se marcha hacia el ascensor, contoneando las caderas de un modo provocativo...

El joven de aspecto de playboy te hace una reverencia que tiene algo de burla, y te hace pasar hacia el interior del despacho

Un segundo, listillo... vamos a ver si llevas algo escondido, como tu amiguito de antes, que se presentó aquí con un revolver... Mira que los hay paletos... dice, mientras te das cuenta que la parte interior de la puerta es un arco detector de metales...

Éste está limpio, Mr Shaw... ¿quiere que me quede? pregunta Roberto, pero el hombre sentado tras una imponente mesa de despacho hace un gesto displicente con la mano, negando...

Roberto, Roberto... esos modales... voy a terminar por enfadarme si tratas así a mis invitados... le recrimina el elegante hombre de negocios, y acto seguido le ordena, en un tono que no deja lugar a dudas No te necesito para hablar con uno de mis invitados, así que ya sabes dónde está la puerta de atrás... pero antes, sírvele a Mr Butler lo que él quiera, y a mí me pones un whisky...

Encantado de conocerle, Señor Butler. Mi nombre es Shaw, Jeddediah Shaw, y estoy sumamente complacido de que haya decdidido acudir a esta cita... ¿Le apetece que pidamos algún tentempié, para comer mientras charlamos? Ya es mediodía, y los hombres de negocios estamos acostumbrados a comer a deshoras, en cuanto surge la oportunidad... te propone Jed, y mientras el latino os sirve la bebida con cara de pocos amigos, añade

Bueno, pero dónde están mis modales... Espero que haya tenido un buen viaje, Señor Butler, y que aunque en un principio no haya decidido alojarse en el Westin, termine aceptando nuestra hospitalidad... seguro que un joven como usted disfrutaría de los lujos y servicios que su suite le puede ofrecer... La conversación, hasta el momento, parece anodina, pero en el momento en que Roberto DaCosta abandona la habitación, Shaw se incorpora ligeramente en su sillón, exhibiendo una sonrisa encantadora...

Por cierto, ¿todos bien en casa? He oído que usted disfruta de una beca de deportes, y que ha hecho lo máximo posible para aprovecharla, dada la situación familiar... Todo eso y más, nosotros se lo podríamos solucionar... solamente tiene que aceptar nuestra oferta, y sus sueños se harán realidad... mientras habla, sus ojos brillan, y te da la impresión de estar delante de una cobra que está tratando de hipnotizarte 

- Gracias, tomare lo mismo que usted. - respondo ante su ofrecimiento.

Cuando Roberto sale respondo a Jeddediah con cortesía a sus preguntas, y acepto comer con el. Una hamburguesa seria ideal.

- Mi familia, bueno, ha estado mejor. Pero al menos ahora parece que estarán a salvo, al menos un tiempo. - me incomoda hablar de mi familia con este desconocido, ¿acaso sabe algo sobre el peligro que corren?.

- Señor Shaw, le agradezco la invitación y la cortesía, pero como imaginara no se que me esta proponiendo, asi que no puedo estar de acuerdo con ninguna oferta, aun. Entiendo que sabe algo de mi, lo digo porque entenderá que se interesase por mi un club de millonarios, Hellfire Club, ¿verdad?

Trato de sorprenderle al hablar del club para ver su reaccion, quiza no espere que yo sepa nada de ese tema, o quiza si.