Partida Rol por web

Janet van Dyne también parece de muy buen humor, como si disfrutara viendoos ir arriba y abajo de las tiendas escogiendo ropa y complementos...

Haruka, Valary... como ya os dije, el dinero NO es problema, en absoluto. Os escandalizaría saber lo que me paga una de estas tiendas por un modelo exclusivo, y ya no digo por una colección completa... Os coje a las dos de la mano, en tono amistoso y añade Así que no os sintáis como si me hubierais atracado, al contrario, habéis sido vosotras las que me habéis alegrado el día. Es un placer ver a chicas de vuestra edad gozando del mero hecho de ir de compras...

Su mirada se posa entonces en su esposo, que parece realmente aburrido, pero el rostro de Henry Pym cambia como una centella cuando se da cuenta de que le miráis...

Bueno, chicas, será mejor que vayamos a almorzar, o al pobrecito mío le dará un síncope... Y sonriendo de forma encantadora a su marido, le dice Venga, Henry, hora de irnos a comer algo... y mientras estemos en el estilista, podrás relajarte y descansar de tanta compra...

Cuando salís, directas a un restaurante vegetariano cercano, Janet os confía, riendo Yo mes que sinceramente no lo entiendo. Los hombres, tanto que presumen de fuerza y resistencia, y la mayoría son incapaces de aguantar un día de compras como dios manda!!!

Espero que os guste mi elección... aquí sirven comida vegetariana de todo tipo, pero además, si a Valary no le entusiasma la idea, pueden servirle un buen plato de pasta, encargado al italiano de aquí al lado... Tienen una especie de trato para así satisfacer a todo tipo de clientela...

Tras el almuerzo y una agradable, aunque corta sobremesa en la que habláis un poco de todo, Janet le dice a su esposo que vaya a buscar el coche

No es que mi estilista favorito esté muy lejos, pero mejor así, de este modo no tendremos que hacerc cargar al pobre Henry con todas las bolsas!!! ríe La Avispa, mientras os dirigís al vehículo.

Henry Pym conduce durante unos minutos por la 7th Avenida, hasta llegar a la altura del 34 de Gansevoort Street, donde se encuentra Orlo´s. El afamado salón de belleza se encuentra en la tercera planta de un imponente edificio comercial y, de nuevo, en cuanto llegáis,. os parece estar en otro mundo...

Pese a la hora, el salón se encuentra abarrotado de mujeres de la alta sociedad de Nueva York, y algunos rostros os suenan bastante!!!

De hecho, al llegar os encontráis con el dueño del local despidiendo a una rubia muy hermosa, a la que Janet parece conocer de hace tiempo...

Gwyneth!!! ¿Ya estás de vuelta de tus vacaciones anuales españolas? Un día de estos me tienes que enseñar esos deliciosos platos tradicionales de los que tanto se habla, pero... nada de jamón, ya sabes!!! La Avispa saluda a la oscarizada actriz con alegría, y ambas se besan en las mejillas como amigas íntimas que hace mucho que no se ven

Por supuesto que sí, Janet! Los mejores restaurantes dirigidos por chefs españoles están por ahora en Washington y California, pero me han hablado muy bien de uno pequeñito no muy lejos de aquí, Tia Pol, en la 10th Avenida, que se especializa en tapas... Podemos quedar este próximo domingo por la tarde e ir todas juntas... y eso incluye a tus jóvenes amigas, yo invito esta vez!!! propone la estrella de Hollywood, que hace un mohín muy simpático mientras señala hacia atrás, al estilista

Y ahora os dejo, porque si no se nos va a enfadar Orlando porque os estoy retrasando mucho... además esta tarde tengo una entrevista por la tele... Nos vemos el domingo, chicas! dice Miss Paltrow despidiéndose

Bueno, me parece que tenemos una cita, ¿no? y sonriendo al ver vuestras caras, añade Vamos, vamos, relajaos y disfrutad, y dejad que Orlando lo haga todo!

Orlando Pita, el reputado estilista, se acerca a saludaros, primero a Janet, y después a vosotras, con un muy educado y elegante beso en la mano...

Miss Van Dyne! Es un gran placer tenerla de nuevo en mi modesto salón, y más viendo que trae a sus jóvenes amigas para que disfruten de una experiencia única en Orlo's!

Vale, vale, Orlando, menos coba que nos conocemos... A ver, te he traído a mis amigas porque esta noche tenemos palco para el estreno de "El fantasma de la Ópera", así que más vale que te esmeres o vas a quedar fatal... le suelta La Avispa en un tono amenazador...

El estilista finge estar horrorizado ante la perspectiva, pero enseguida os dais cuenta de que todo no es sino una broma entre gente que se tiene mucha confianza....

No hay nada que temer, Orlando se hace cargo de todo, y obrará maravillas en estas hermosas jóvenes! Y como si se tratara de un general en medio del campo de batalla hace un gesto y convoca a cuatro de sus ayudantes, que acuden solícitas a cumplir las órdenes de su jefe...

Cargada con un montón de bolsas de ropa que acaban apiladas en el maletero del lujoso coche, subo de nuevo y me acomodo en el asiento hasta que llegamos a un restaurante vegetariano para comer algo. La verdad es que algo de hambre sí tengo tras tantas compras... Reconozco que estoy contentisima con el regalo, he conseguido 3 conjuntos completos de ropa, de un estilo y calidad que jamás habría podido soñar. Sé que Madre me había reñido por ello, pero bueno, también es cierto que intenté limitar mi selección a lo básico y que no fuera de lo más caro.

Me río con los comentarios de Janet acerca de la nula resistencia de su marido, acerca de las compras. No sólo es una mujer elegantisima y generosa, es también encantadora y divertida, la verdad es que me gusta mucho, es muy agradable. Le doy uno de mis abrazos amorosos.

-Muchísimas gracias, Srta. Janet, todo es fabuloso, es usted genial!- y la suelto al poco.

En el restaurante me como una ensalada y unas brochetas de tofu y verduras a la brasa. Y de postre tarte de queso con mermelasa de frambuesa. Simplemente delicioso todo. Me puse a reventar así que salgo feliz de la comida y me dejo felizmente arrastrar al salón de belleza elegido por Miss Van Dyne. Al entrar no puedo reprirmir un silbido de admiración, lo máximo en lo que había estado era en las peluquerias de pueblo, donde hay un par de peluqueras entradas en años, con 3-4 asientos y secadores enormes y las señoras mayores del pueblo haciéndose las canas...

Me pintaron las uñas de color turquesa ya que el dorado no me convenció demasiado. Y me pasé un buen rato horrorizando al estilista porque yo quería un peinado y Orlando insistía en otro muy distinto. Al final, con ayuda de la Srta. Janet opté por aceptar algo más sencillo y clásico, junto con un maquillaje muy suave de azules y verdes, para no parecer una putilla. Al menos no parece que lleve encima una tarta de fresa y nata...

-Qué le parece Miss Janet?- sonrío nerviosa, esperando su aprobación.

En realidad no podía culpar al señor Pym de su cansancio, porque yo era plenamente consciente de que me había entretenido mucho escogiendo ropa y decidiéndome a cogerla...Aunque cambió la expresión, yo me disculpé ante él con una mirada tímida. La verdad es que yo también estaba bastante agotada; imagino que no estoy acostumbrada. Por eso no dijé nada que me delatara ante el comentario de Janet.

En el restaurante, juro que hice un esfuerzo por no hacer trabajar al italiano de al lado...pero todo lo que veía en la carta del vegetariano me parecía tan poco sustancial, y a mi me rugía el estómago...y ahora empezaba a sentirme culpable; nunca había estado tan cerca de gente vegetariana.

Al final tuve que pedir un plato generoso de spaguetti carbonara, que duró delante de mí menos de lo que tardó en llegar.

Visto lo visto, el salón ya no me impresionó tanto como me pudo impresionar ver a algunas caras que recuerdo de revistas...¡y a Gwyneth Paltrow tan de cerca! Al verla saludar a Janet me cogí instintivamente al brazo de Haruka, apretándola un poco. Creo que se me quedó la boca abierta un ratín...

-Pe...pero...¡era Gwyneth Paltrow!-titubeé cuando la actriz salió del salón. Sacudí un poco el brazo de Haruka.-¡Vamos a quedar con Gwyneth Paltrow!-no, definitivamente no podía relajarme sabiendo eso.

Por suerte, en este campo sí sabía lo que quería. Aunque ello me costara casi discutir con el estilista, cosa que no quise por no causarle problemas a Janet. El problema era que querían alisarme el pelo y recogérmelo; podía aceptar que me lo recogieran siempre que al menos me dejasen llevar algo de pelo por la cara y cayendo por detrás, pero no liso. Me apetecía algo más desenfadado, que suficientemente extraña iría con cualquiera de los dos vestidos que compré.

Orlando probó a mostrarme una opción bastante chula de recogido, aunque iba a requerir extensiones porque yo no tengo tanto pelo...Me gustó, y de hecho empezaron a hacérmelo, pero enseguida cambié de idea y les paré en seco. ¡Tuve una visión! ¡Ya sabía qué quería! Pero me costó un poco explicarlo...quería recoger todo mi pelo a un lado de la cabeza, pero que cayera...menos mal que me entendieron. Y pudieron aprovechar las extensiones que ya habían preparado.

Les pedí un momento cuando tocó hacerme las uñas, porque tenía que tener claro el vestido que iba a elegir para saber cómo hacerlo. Sí que les avisé de antemano que si iban a maquillarme no quería que se notase nada. Que se notasen los ojos perfilados como mucho.

Acabé determinando que me pondría el vestido sencillo con el cinturón en blanco y negro, así que acordamos un bonito diseño dividido horizontal para las uñas en los mismos colores. La verdad es que terminé bastante satisfecha.

Me parece que las dos estáis realmente preciosas, y que váis a romper más de un corazón esta noche! os dice Janet realmente muy contenta viendo vuestra satisfacción y los resultados

Tras darle las gracias a Orlando, que responde muy efusivamente, vais en busca del coche, donde un relajado Henry Pym está escuchando música que parece de Glenn Miller, Cole Porter o algo similar...

Caramba, desde luego el del peine y las tijeras se ha ganado hoy el sueldo! Estáis realmente maravillosas, chicas, voy a ser la envidia de todos los conductores de Manhattan! os piropea el esposo de Janet, a la que da un cálido beso en cuanto llega al coche... Y tú la que más cariño... le susurra al oído antes de ponerse al volante

Cuidado, Henry Pym, esta noche, cuando estemos a solas, pienso recordártelo... le contesta ella en tono meloso

Esta noche... ejem, ejem... Henry empieza a contestar, pero entonces recuerda vuestra presencia y se calla, algo azorado Bueno, pues eso, que esta noche te lo demuestro...

Ay, ay, ay... señor... estos sabios despistados siempre tan reservados en cuanto a sus sentimientos... bromea Janet, y mirándoos a las dos, os pregunta

Bueno, ¿queréis ir a algún otro sitio o volvemos directamente a casa? Si hacemos esto último tendréis tiempo de relajaros un poco antes de que Hank y los chicos lleguen y cojamos la limusina...

Vale, este momento entre marido y mujer ha sido bastante extraño e incómodo...Voy a hacer como que no he oído nada y sonreír.

Insegura tras la pregunta de Janet, miro a Haruka.
-¿Quieres ir a otro sitio? La verdad es que yo estoy un poco cansada...pero puedo aguantar.

No entendí demasiado el entusiasmo de Valary acerca de la amiga de Miss Janet, no sabía que las conociera... Y tras toda la sesión de peluqueria, maquillaje y demás simplemente salí algo aturdida de todo el proceso, así que simplemente me senté en el asiento del coche. Los arrumacos entre Miss Van Dyne y el Sr. Pym me traen tantos recuerdos de mis propios padres y del amor que se profesaban que no puedo no sonreír felizmente. Respiro hondo, como aliviada, relajada, con tanto amor. Entonces me percato de que Valary me pregunta si quiero ir a algún otro sitio.

-La verdad es que me da igual, volver a casa estará bien- respondo con dulzura. Además, así podría hacerle una visita a Miles, que fijo que seguro se ha pasado todo el día metido en aquella sala oscura, llena de maquinitas y sus lucecitas.

"Eso no puede ser bueno, definitivamente, hay que salir a fuera y ver que el cielo sigue siendo azul... Aunque digan que no puede salir, debe ser terrible estar todo el día encerrado como un pájaro en una jaula de oro".

-Ha sido una mañana muy activa y luego está el musical, es mejor descansar un poco, así seguro que lo apreciaremos más y mejor- finalizo, con una sonrisa de las mías -Además, así podremos hacer volver a Bubo a su forma verdadera, debe aburrirse de hacer tanto de abalorio.

"Y total, al único sitio que me gustaría ir a estas horas es a la libreria Barnes and Noble a mirar más novelas de misterio para leer pero tampoco tengo dinero para ello, así que, que más da. Ya tendré tiempo de ir a la biblioteca pública cuando empezemos la escuela, tampoco es que sea algo que me importe demasiado".

-Aunque... un batido estaría bien- rebusco entre los bolsillos de mi sudadera, tengo algunas monedas, igual me da para un batido de alguna parada de la calle...

Una muy buena idea, Haruka... batidos para cuatro!!! Y luego camino a casa para descansar y relajarse antes de lo de esta noche... dice alegre Janet van Dyne, y le señala a su esposo, que va conduciendo camino de vuelta a la mansión, una tiendecita que parece ofrecer lo que decís.

Henry Pym os pregunta los sabores que más os gustan, y levanta la mano cuando Haruka hace gesto de buscarse dinero en el bolsillo Nada de eso. Ésta es mi modesta contribución a esta jornada de compras y peluquería, ¿ok?

Henry, eres un cielo... recuérdame que te lo diga más a menudo... bromea La Avispa, mientras empieza a sorber su batido de frutas tropicales

La vuelta a la mansión transcurre sin novedad, con La Avispa dándoos conversación de una forma relajada, escuchando más que hablando por su parte a fin de haceros sentir cómodas y de saber más de vosotras y vuestros gustos y preferencias en mil y una cosas...

Camino alejándome de la Mansión en línea recta, con la intención de ir andando sin variar el rumbo hasta encontrar un bar apropiado. Por supuesto, no me conozco Nueva York y no pretendo perderme por sus oscuras calles, así que lo más sencillo es lo más eficaz: ir para adelante y ya veremos.

Me detengo en un cruce de camino, tras haber recorrido unas cuatro manzanas sin girar a derecha izquierda. Vaya, una gran encrucijada... no hay camino recto. ¿Derecha? ¿Izquierda? ...la mano de las pajas. Voy hacia la derecha e, inmediatamente que puedo, giro a la izquierda para continuar con mi "recto" camino. Mi mal humor ya no es por el hecho de estar encerrado ni por ser obligado a actuar como un mono con traje de seda. No, ahora mi puto mal humor es por el hecho de no saber qué hacer.

- Jason, joder, ¿el mariconismo de Simon te ha jodido las neuronas? -Gruño para mí mismo, mirando a todos lados. Odio Nueva York, es demasiado grande y ruidoso. No veo carteles de neón indicando la proximidad de un bar, ni veo nada de nada. ¡No sé qué hacer!-. No tiene por qué ser tan difícil...

Vale, sí, he pasado un par de bares y restaurantes. Pero es que eran demasiado pijos. A mí no me van ésas cosas y... bueno, todo el mundo sabe que una chuleta de cerdo en una plancha llena de sangre está mucho más sabrosa que en una cocinada en una perfecta, refinada y reluciente plancha de restaurante pijo.

Finalmente, la foto de un plato mostrada deliberadamente en uno de los restaurantes pijos me abre el apetito. Macarrones con salsa de tomate y queso, y carne con patatas. ¿Qué ser humano... digo... mutante... puede resistirse a algo así? Yo no.

- El menú de macarrones y carne, y una jarra de medio.

Gracias al puto sudaca de Roberto, sin él no podría costearme una comida así. Y calculo que me sobrará lo suficiente como para coger un buen pedal. Aunque será un problema el lugar donde dormir por la noche. Por suerte o desgracia, éstos camareros son rápidos y ya tengo el plato delante de los morros, por lo que no puedo pensar más en éso. Bah, ya improvisaré algo.

- Ésto es lo que me refería... -Susurro, satisfecho de ser libre por fin. No más padre, no más John, no más Hank. ¿Quiero comer a las 10 de la mañana? Pues como a las 10 de la mañana. ¿Quién me lo va a impedir ahora, eh?

... ¿por qué tengo la puta sensación de que...? Busco con la mirada la cara de Roberto, por si de nuevo va detrás de mi y lo veo por el restaurante. Quién sabe, ése parece estar en todos lados. Puto sudaca.

Me dispongo a comer con tranquilidad.

Estás terminando de comer cuando de pronto notas que se ha hecho el silencio en el restaurante. Solamente se escucha el inconfundible sonido de unos tacones de aguja increíblemente altos resonando contra el mosaico. Al levantar la vista observas a la recién llegada.
Hay tías buenas, tías imponentes, tías que están como un tren y unas pocas que cortan la respiración. La que avanza por el restaurante es de esa última categoría. Es alta, tal vez incluso uno o dos dedos más alta que tú sin las botas de cuero que le llegan a la rodilla.
El cuero parece gustarle, porque por debajo del abrigo de cuero negro que lleva puedes ver que apenas va vestida con un corsé muy revelador y guantes negros que le suben hasta por encima del codo. Cabello azabache que le llega más allá de media espalda, va maquillada como una de esas chicas góticas, pero con mucho más estilo…
Uno de los camareros parece intentar decirle algo acerca de los dos perrillos de aguas que lleva de una cadena, pero ella se limita a levantar una mano, y el tío se queda con la boca abierta
Ni se te ocurra pensar en decir eso a una reina, palurdo. Ahora ve y tráeme un Bloody Mary bien cargado…
Y sin decir más, se sienta en tu mesa, con un cruce de piernas que hace palidecer al de Sharon Stone en “Instinto básico”
Así que tú eres Jason… ¿Qué ha ocurrido, te has hartado de que te den la vara? Antes de que contestes, le pega un buen sorbo al Bloody Mary y ordena que lo carguen más de vodka
Mi nombre es Selene Gallio, y aunque para la mayoría de esta gentuza soy Reina Selene, para ti lo dejaremos en simplemente Selene. Me caes bien, Jason, pese a lo que me ha dicho de ti cierto presuntuoso moreno.
¿Quieres que hablemos? Luego podemos… intercambiar opiniones, si te viene de gusto dice, pasándose la punta de la lengua por los labios en un gesto sensual cargado de magnetismo animal…
 

Medito un momento si dejar el cubierto en el plato o seguir comiendo, el silencio que se ha hecho es algo que no me parece muy normal. Llamadme paranoico, pero algo me dice que alguien ya sabe dónde estoy. Suelto un largo suspiro, sin siquiera dignarme todavía a alzar la cabeza, hasta que finalmente una voz femenina me hace levantar la vista.

Lo que veo a continuación... bueno, no es el tipo de chica que me gusta, ¿sabes? Pero... JODER, MACHO. Ni siquiera puedo cerrar la boca de la impresión y creo, SÓLO creo, me va a dar un paro cardíaco. Cuando la veo sentarse delante de mi, reacciono cerrando los labios y con un trabajoso esfuerzo retiro mi vista de ella para dar un buen trago a la jarra, casi vacía.

Vuelvo mi vista a ella y alzo una mano para indicar de que quiero otra jarra, sin retirar en ningún momento la imagen de captan mis ojos, enarcando una ceja al oír lo del moreno. Es cuando acaba de hablar, cuando retiro la mirada de ella para negar con la cabeza, soltando un suspiro.

- Ése maldito sudaca... claro, como en el tercer mundo no tienen para televisión, se entretiene con chismes -Doy un trago a la cerveza, retirando de nuestro lado los platos casi vacíos (que no acabados). La miro-. Antes creía que los cinco mil pavos mensuales eran porque sería peligroso, pero ahora entiendo que son para compensar la de tonterías que debo escuchar. Un acto benéfico... compórtate... no te pelees... bla, bla bla.

Me inclino hacia el respaldo de la silla, deleitándome ante la vista que tengo delante. Con total descaro, por supuesto, pero sin demostrar (o intentando no mostrarlo) que no tenía ojos para nada más... en éstos momentos.

- Por supuesto, me alegro de haberme ido, habría sido una pena no haberte visto -Doy otro trago a la cerveza-. En cualquier cosa, no cambia nada. La cosa sigue y lo haré. A mi manera y sin aguantar pelmazos, pero lo haré.

- ¿De qué querías hablar, Selene?

Selene te sonríe de forma lasciva, mientras una de sus largas uñas juguetea con el borde del Bloody Mary
De entrada quería asegurarme de que todo va bien. Y haciéndolo yo, te evitas al correveidile de Roberto, que es el pelota de Shaw. Y según lo que ese playboy de baratillo le contara, Shaw podría cabrearse mucho…
Por el contrario, yo soy mucho más… comprensiva e imaginativa. Y puedo hablarle a Shaw como mínimo de tú a tú
Mientras habla, su tono denota que está no solamente acostumbrada a mandar, sino a ser obedecida…
Así pues, tú me cuentas lo ocurrido y yo le digo a Shaw que todo está bajo control… si realmente lo está, y tienes pinta de ser de los tíos que sabe lo que dice
Además, ya que parece ser que has optado por emigrar del nido de los buenos chicos, te recordaré que dispones de la suite del Westin hasta el lunes por la mañana pero mientras… si quieres, podemos hacer algo más imaginativo y arriesgado
Y sonriéndote de nuevo con pinta de poderse comer crudos a media docena de tíos para desayunar, añade Me parece que podríamos montarnos una buena juerga tú y yo… No me malinterpretes, nada de revolcarnos juntos, al menos todavía pero… yo podría hacer que un amigo organice una fiesta de esas de muerte en un ático lujoso cerca de aquí, y que se traiga un par de esas tías por las que pareces perder el culo…
Selene se ríe pícaramente, mientras sus manos hacen el gesto internacional para designar a una tía con un buen culo y un par de tetas de impresión…
Vamos, nos lo pasamos de miedo, y luego, si te he visto no me acuerdo respecto al anfitrión y a esas gachís ¿Te gusta la idea?

Levanto la jarra, aunque no me la llevo a los labios. Me quedo mirando a Selene con una media sonrisa, es bastante más que obvio lo que estaba pasando aquí. Mientras la escucho, sin apartar la vista en ningún momento de ella, doy un trago a la cerveza y trago en silencio.

- Roberto, Roberto, Roberto... -Susurro- éstos sudacas siempre creando problemas... -Suspiro extra fingido-. Su problema es que ha perdido toda la dignidad...

Escucho su propuesta de la fiesta, enarcando una ceja y meditando ante la posibilidad de que ¡ya tenía dónde dormir el finde, ¿ves?! Sin planearlo ni romperse uno la cabeza. La cerveza se ha quedado caliente, será por el calor que desprende Selene... así que pido un whisky doble con dos hielos. Lo cojo y lo levanto a media altura.

- He decidido pasar el resto del fin de semana por ahí, pero no he roto mis relaciones con ésos aburridos lameculos. Mi plan es... -Llevo el vaso a los labios-. Llevar la ventaja sobre todos los demás -Sonrisa-. Si te dijese mi idea, ¿qué me asegura que no acabaréis conmigo cuando no os interese? -Doy un trago y dejo el vaso en la mesa-.

Exacto. La clave es en llevar siempre la ventaja.

[B]- Las dobles intenciones siempre se notan[/B] -Explico, dando otro sorbo al whisky-. Hmmm... la idea de la fiesta, brindo por ella -Levanto el vaso y esbozo una media sonrisa-. Pero... lo bueno se hace esperar, seguro que tu fiesta me alegraría para aguantar el lunes en la Escuela, esta noche ya tengo planes.

Por primera vez, aparto la vista de Selene, únicamente para pedir la cuenta al camarero. Vuelvo a fijar mi vista en ella.

- Mi plan requiere tiempo -Me enciendo un cigarro-. Si Shaw se enfada, que se enfade. Tendrá dos opciones: desenfadarse y esperar o matarme y perder la posibilidad del éxito.

Bebo otro trago mientras espero su respuesta, con todas las alarmas de mi instinto de supervivencia sonando al límite. Evidentemente, éso no impide que quiera ir a la fiesta.

Selene vuelve a sonreír de forma lasciva, mientras chasca sus dedos y señala hacia ella, indicando que ella es quien paga la cuenta
Ríe divertida, pero con un punto de admiración ante tus palabras Un chico listo, ya decía yo de entrada que me gustabas… Verdaderamente hay que saber nadar y guardar la ropa, y no seré yo quien te sonsaque acerca de tus planes. Como te dije, tú simplemente dime sinceramente que todo está bajo control, y yo me encargo de Shaw…
Ella mueve la cabeza divertida ante tus palabras acerca de ser “eliminado” Si Shaw soporta a un capullo de marca mayor como Roberto, a poco que tú lo hagas bien no tienes nada de que preocuparte, Jason
Y sobre lo de nuestra pequeña fiesta privada… ¿quién ha dicho que vaya a ser esta noche? Me estoy refiriendo a algo para matar el rato hasta la tarde, que hay tiempo de sobras, creo yo… porque, aunque no te lo parezca, yo también tengo mis planes para esta noche… 
Piénsatelo ya mismo, y si la respuesta es afirmativa, lo organizo todo en unos minutos. Si no te interesa, pues a lo mejor nos vemos otro día, ¿quién sabe? Aunque su tono en esta última frase es en plan “si no te interesa aquí y ahora, vete a saber si tendrás otra oportunidad”…
 

- Nada de por qué preocuparse -Le confirmo, mientras me guardo el dinero-. La próxima ronda la pago yo.

Me bebo el último trago de whisky y me levanto, y como todo buen granjero que se precie, somos unos bastos pero también muy caballeros. Le ofrezco una mano para levantarse, pero en ningún momento me inclino o bajo la cabeza ante ella. No como falta de respeto, sino porque la única cosa que jamás vendería sería mi honor. A menos que note que tira de su mano, la mantengo firmemente agarrada pero sin apretar.

- El lunes vuelvo a la Escuela y hay varias cosas que quiero hacer antes de ir. Esperaré con ganas el momento de recibir una segunda invitación -Le suelto la mano, pero no me aparto ni un paso de ella-. Ha sido un... placer... conocerte.

Espero a que salga del local para, de la mesa, coger disimuladamente el cuchillo de cortar carne. Me lo escondo y me dirijo al lavabo, donde rápidamente me encierro en uno de los urinarios. Espero. Espero un buen rato, fumándome un cigarrillo. Saco el cuchillo y limpio los restos de comida en mi camisa.

- Vale -Suelto un suspiro, cogiéndo fuerza moral para hacer lo que pretendía-, puedes con ésto y más -Cojo aire, encaro mi mano con el cuchillo y vuelvo a soltar aire-. Que necesito la Escuela, ¿eh? -Susurro, mientras finalmente lo hago. Me rajo la mano.

Selene se te queda mirando unos segundos. Obviamente no es el tipo de persona acostumbrada a que le rechacen una cita, pero tras ese instante, acaba sonriendo de una manera muy erótica, pero que a la vez te pone los pelos de punta
De acuerdo, ya veo que eres un chico muy ocupado. Tal vez volvamos a vernos… pronto dice aceptando tu mano. Cuando la coges, notas que pese a ser una mujer no aparentemente fornida, tiene bastante fuerza, aunque en ningún momento hace ostentación de ella
Buena suerte a partir del lunes en la escuela. Y por Shaw, tranquilo, le diré que todo está en orden…
Y tras estas palabras pega un  tirón a la correa de sus perros de aguas y se dirige hacia la salida del local con un contoneo de caderas que hace que todas las miradas masculinas la sigan como un imán
 

Uf. He sufrido dolor muchas veces, pero ésto es bastante diferente. Primero el frío y luego el intenso calor. Es una herida superficial, pero joder, ya te aseguro yo que no mola abrirte la piel. Dejo caer el cuchillo al suelo del urinario y me dirijo a la pica para limpiar la sangre de la mano que se comenzaba a secar.

El próximo paso es algo más profundo, comprobar cuánto tarda en curarse una herida que corte algo más que piel y carne. ¿Y si me rajo las venas de las muñecas? Admiro mis manos, sin poder evitar pensar en lo que podría parecer para cualquiera que me viese cortándome las venas cual depresivo.

Tiro el cigarrillo al suelo y salgo de los servicios del restaurante, abandonando el l
ugar inmediatamente con la intención de ir a pelearme en cualquier bar de borrachos cercano.