Partida Rol por web

La cerradura de la puerta principal está intacta, así que dejáis el frontal para deslizaros por el huerto donde ahora mismo nada crece, dado que el invierno está cerca y la familia de tu tío se ha ido hasta, seguramente, la primavera siguiente.

Cuando lleváis avanzado casi todo el lateral del edificio, ves en la tierra blanda del huerto unas huellas extrañas. Son huellas de dedos largos acabados en garras y grandes como dos veces las de un hombre normal. Un grupo de bestias pesadas caminó por ahí ayer.

Despues de tomar nota de las huellas, seguimos por el camino que llevabamos, con mas cuidado si cabe, debido a que ahora sabemos que alguien entro en la hacienda, Seguire con el plan previsto de revisar toda la hacienda, si no encontramos nada, seguiremos las huellas.

Según Recorres la hacienda por al parte traserá ves que es el camino que tomaron los dueños de las huellas, y de hecho, al llegar a la parte trasera un escalofrío te recorre. La puerta de atrás de tu tío, una puerta de nogal maciza que fue puesta ahí, como el resto de la casa, por el carpintero concienzudo del pueblo, ha sido arrancada totalmente y las huellas entran, manchando de barro el suelo, en el edificio por lo que es un pasillo que comunica la mayor parte de la casa y que tiene un recodo tras varios metros.

Digo a mis compañeros,

- Vamos con cuidado, lo que haya dentro es muy fuerte, tener cuidado y no hagais ruido.

con esas indicaciones entro con cuidado atento a todo movimiento que se preoduzca y a la senda que siguen las huellas, con las armas desenvainadas, pues han forzado la puerta en una propiedad de los Akodo.

Sigues las huellas hasta llegar a una habitación destrozada. Es la de tu tía, donde tenía habilitado un pequeño estudio para sus pinturas de aficionada y su caligrafía. El arcón ha sido derribado y rajado para ver el interior y la esterilla rasgada.

Pero lo alarmante es que la puerta que lleva a la habitación está descolgada, como si la hubiesen derribado al pasar, y en la habitación de al lado, asomándote, ves que la armadura ceremonial de la familia de tu tía está destrozada y tirada por el suelo de la sala de los ancestros de tu tío.

Entras allí rápidamente pero nadie aguarda en la estancia. Sabes que en la sala de los ancestros tu tío solía tener su katana familiar, una herencia antigua de tu sangre, regalo de tu padre a tu tío. Pero aunque allí está el ornamental porta katanas, el arma no está, y rezas por unos momentos que tu tío se la llevase consigo al norte.

Las huellas continúan internándose en la casa.

Heinosuke cada vez mas alarmado se planta en medio de la sala destrozada con sus hombres a sus lados, con las armas desembainadas, se yerge todo lo largo que es y con un sentimiento creciente de odio por lo que han hecho grita:

- Soy Akodo Heinosuke, Sobrino del dueño de esta hacienda, quien a sido el majadero que ha destrozado esta sala?, que se presente ante mi ahora mismo para responder por su ultraje!!

espero 5 minutos, si nadie aparece, ordeno un poco la habitacion ( otros 5 minutos), mientras mis hombres vigilan las puertas, colocando como mejor puedo la armadura destrozada en su sitio y el porta Katanas, una vez echo eso, si nadie aparece sigo abanzando con paso firme y decidido, mientras digo a mis compañeros:

- El enemigo debe ser traicionero, esperar cualquier cosa de el.

Segun abanzo observo los destrozos, y si algo me llama la antencion me parare a observarlo mejor, o a arreglarlo, si es de importancia, mientras mis hombres vigilan, yo soy el que debe tocar las cosas de mi familia.

Nadie acude a tu llamado, sólo el silencio de salas y salas deshabitadas. Después de colocar un poco la sala de las armas familiares continúas siguiendo el rastro de huellas que sepentea de habitación en habitación.

Por donde han pasado todo está roto, examinado y desperdigado. Puede que estuviesen buscando algo aquellos que anoche entraron, pero no puedes deducir el qué. Las huellas además te despistan ya que no son, ni por asomo, humanas. Pero las bestias no suelen coger las cosas como los intrusos las han cogido.

Al llegar a la cocina, parece ser que la alacena tampoco se libró de las zarpas de los intrusos y al parecer probaron la comida que había almacenada. Un saco de arroz rasgado ha regado con sus granos el suelo entarimado. Raíces de jengibre han sido mordisqueadas y escupidas y dos botellas de sake rotas y derramadas por el suelo.

De ahí las huellas salen fuera, a la parte este de la hacienda, hacia el templete familiar, y hacia el dojo.

Estoy muy enfadado, pero no dejo que mi enfado cambie mi cara ni mi objetivo de describir quien ha entrado y mancillado la casa de mi tio y por consiguiente el honor de los Akodo.

sin pararme a mirar mas detenidamente la estancias o pisadas, me encamino hacia el templete familiar y el Dojo diciendo:

- Mostrar la cara!, esk no sois dignos de mi Katana?

El templete familiar está destrozado de igual manera que la casa como si osos bípedos hubiesen entrado, destrozando los marcos de las puertas, las esterillas manchadas de barro y arañadas por garras y las placas conmemorativas partidas en el suelo con los nombres de los ancestros de tu familia hechos añicos. El incienso y lso pergaminos rasgados o mordidos se encuentran esparcidos por la pequeña capilla. Una cólera muda comienza a hervir en tu interior.

El dojo parece haber corrido la misma suerte, los bokken (espadas de madera) partidos y desperdigados, las tarimas y tatamis rasgados y manchados. Pero aquí hay algo que llama tu atención por encima de todo y es  una gran mancha negra como si hubiese habido una explosión en el centro de la habitación. Un olor pestilente te mantiene alejado a la primera impresión y te provoca unas arcadas.

me acerco tapandome la nariz y observo lo que puedo, aunque el holor me traspasa y entre a pesar de todos mis esfuerzos por la narid.

no se quienes seran quienes han entrado, pero el ultraje que han cometido con mi familia y parientes es suficiente para que los mate sin contemplaciones.

El olor te recuerda por unos momentos unas aguas termales que visitaste cuando eras niño, con tu madre, cerca de tierras Dragón. Ése olor tan penetrante y nauseabundo lo relacionas, de pronto, con calidez y con blancura. Rememoras la visita a las agua termales de Knonanwashu donde te explicaron que el olor a huevos podridos se debía al azufre que se producía al estar cerca de las calderas de la montaña. Sin duda es azufre a lo que huelen las entrañas de la tierra, pensaste aquella vez, y a entrañas de tierra huele la mancha negra en el suelo, sólo que más pestilente.

Además, para tu sorpresa, las garras acaban en esa mancha negra, como si allí se hubiesen evaporado los intrusos.

BIen, aqui hay una mancha nauseabunda, y eso no presagia nada bueno, nada desaparece asi por que si.

asi que vamos a revisar toda la mansion y despues volveremos donde estamos.

Tras un rastreo concienzudo de la hacienda y sus edificios no encuentras más huellas que las ya descubiertas. Destrozos en el edificio principal, el templete y el dojo y una extraña mancha de azufre al final de los rastros.

El punto de inicio no sois capaces de averiguar dónde se encuentra dado que las huellas salen de una zona rocosa en la parte trasera de la hacienda, donde ninguna garra o pie dejaría rastro.

Mientras, el sol parece alzarse ya hacia el mediodía y tus hombres te miran impacientes, esperando que puedas explicar todo aquello que a ellos se les escapa.

-Venga, nos vamos, ya es suficiente, aquí no podemos hacer nada mas, ordenar un poco esto y mientras yo cogeré un poco de esta sustancia.

cojo una tacita de sake y con una cuchara de madera recojo algo de esa sustancia y lo tapo. cuando lo tengo reuno otra vez a mis hombres y salimos hacia la zona pedregosa que hay detrás de la casa, caminamos un kilómetro y observamos en un radio de otro kilometro, si no encontramos nada, regresamos a la fortaleza.

Tras una investigación concienzuda, bajo un sol que ya casi alcanza el mediodía, y al no encontrar nada, comenzáis el camino de vuelta  al castillo, que se recorta en la llanura, orgulloso y lleno de vigor.

Los hombres que te acompañanan parecen intranquilos, y antes de llegar a la aldea que se encuentra entre el castillo y vosotros, uno ye interroga, incapaz de acallar su lengua.

-Heinosuke-sama, ¿sacáis de esto alguna conclusión? A mí  me recuerda a las historias de fantasmas vengativos. ¿Creéis que pueda tener algo de relación?

Si bien no muestra temor al preguntar sí inquietud. Es más fácil temer al enemigo que no se ve, que al que se ve.

No quiero aventurarme a dar la respuesta que creen que es la verdad y que yo también lo creo, no es el momento de hacerlo y tengo que tener seguridad así que les digo:

- Si se parece, pero la escena esta demasiado preparada, y han atacado cuando no había nadie dentro, además si fueran los fantasmas Vengativos, hubieran destrozado el foco de su odio, no toda la casa, por eso creo que han sido hombres de carne y hueso que han intentado ocultar su paso mediante este acto para crear incertidumbre dentro de nuestras filas, para desmoralizarnos y preparar un ataque cuando nos debilitemos. Tenemos que ser fuertes, de todas maneras, consultare con los Shugenja que opinan, y os mantendré informados si nos comentan algo relevante, ahora vayamos a informar y a ver que deciden.

dicho eso volvemos donde los caballos y salgo hacia el castillo con mis dos compañeros mientras voy pensando en que si son fantasmas vengativos, quizás haya mas ataques.

Cuando llegáis al castillo te guían ante tu tío, acompañado de los hombres que fueron contigo. Parece estar haciendo algo de papeleo en un estudio y te reclama sólo a ti, y no a los otros bushis.

Detiene su pincel cuando entras y lo deja con un gesto firme sobre la piedra de moler tinta. Parece preocupado y con sus palabras entiendes por qué.

-Las guerras son caras, Heinosuke-san. El honor y la gloria de la batalla nace del esfuerzo de los campesino y los artesanos en abastecerlas, pero el verano no fue muy bien y los víveres estarán justos para pasar el invierno. Tu padre ha necesitado gran parte de nuestras reservas.

Parece negar con la cabeza como si desaprobase algo o simplemente se lamentase y vuelve a alzarla hacia ti.

-¿Qué descubriste?

- obiando los problemas de abastecimientos, me centro en resumir lo que he vivido en la casa de mis tios.

- Estaba todo destruido, y en el centro de ello , como si alli desapareciera los elementos que lo hubieran realizado, estaba una mancha negra con un olor caracteristico de las entrañas de la tierra, todo indicaria que son fantasmas vengadores los que han echo eso, pero ellos destruirian el foco de su odio, y no toda la casa, aparte, las huellas de entrada, que algunas eran mas grande que un hombre desaparecian en las rocas, con lo que no pudimos segirlas.

reflexionando un poco concluyo:

- Creo que han sido hombres que quieren introducir la duda y el miedo en las gente, los hombres que fueron conmigo estaban sensiblemente angustiados y temerosos cuando descubrimos la mancha.

y he traido un poco de esa sustancia negra, para que lo inbestiguen a ver si podemos sacar algo en claro.

Por otro lado, recoloque las cosas importantes de la casa.

Tu tío asiente, preocupado, debatiendo en su interior con sus propios pensamientos. Te mira con sus profundos ojos negros como midiéndote, evaluándote, como lleva haciendo toda su vida, y sus palabras acompañan esa actitud.

-¿Cuál crees que debería ser nuestra línea de actuación, Heinosuke-san? Yo tengo que encargarme del aprovisionamiento para el invierno, y creo que sería conveniente que tú desentrañases esas interrogantes que me planteas.

-Kiroku-sama, yo llamaria a los Shugenja y les daria la sustancia, que la estudien, a la vez, disminuiria el tamaño de nuestas patrulllas por el territorioa la mitad, pero aumentado el numero de ellas al doble, con lo que usariamos el mismo numero de hombres, su mision seria ser los ojos y oidos, no el brazo armado, con ordenes de retirarse si ven una fuerza major, y asi obtener noticias y tener mas idea de lo que puede pasar, al ser el doble de patrullas, podremos obtener el doble de noticias y juntandolas ver que hay de verdad en ellas.

hago una pausa, y sigo diciendo:

- Que te parece? harias alguna otra cosa? algo diferente?, se que me estas evaluando, pero no es motivo para no dar consejo con la esperiencia que tienes.