Partida Rol por web

-No os sintáis ofendido, ilustre Posidonio...- Intercedió Neferu, amistosa, intentando llevar la discusión a buén término. -... las palabras de Megara surgen de su aprecio protector hacia mi casa y mi persona, no del desprecio hacia el senado o vuestra posición.-

-Y ambos, Megara y vos, nos habéis mostrado, sin duda, la noble virtud de la lealtad hacia aquellos que amáis.- Neferu miró en ese momento de soslayo a la protegida de Lucio, casi como recalcando su última frase.

Luego, con un gesto más distendido y divertido, añadió, refiriéndose tanto a Lucio como a Megara: -Ahhh.. ¡Lobos romanos! ... protegiendo con garras y dientes a su camada.-

Guiñó un ojo a Megara, y empezó a dirigir a Lucio Cornelio Balbo Posidonio hacia otra estancia, abandonando aquella en la que estaban Megara y Placidia, mientras se despedía momentáneamente: -Vuelvo enseguida, y seguiremos con nuestra conversación. Pedid a Mnecatres lo que deseéis. Sabéis que estáis en vuestra casa...-

La pelirroja sonrio complacida, Neferu manejo la situación diplomaticamente correcta...antes de que salieran de la sala...se hacerco a un arreglo florar y corto una flor, se acerco a Solena y se la ofrecio...Tu belleza sin duda cautiva a quien pose sus ojos en ti, eres afortunada al tener a tal sire...Mire a Balbo...Espero volverle a ver pronto, que disfruteis de la noche...hizo un gesto con la cabeza en señal de reverencia, algo sencillo que mostrara respeto, luego volvio junto a Rhea...

Neferu rodeó a Lucio del poderoso brazo mientras le dirigia a él y a la jóven a una estancia más apartada del Lunapar. Sintió que era un lémur ancho y fuerte. Echó una mirada de reojo a su protegida, buscando alguna reacción emocional por parte de esta.

Mientras cogía a Lucio del brazo, acompañándolo por los pasillos, miró a Solena: -¿Alguna petición especial? ¿Hombre, mujer? ¿Jóven? ¿Impúber?....-

Luego se giró hacia Lucio -Para una lémur jóven, si es que ella lo es, recomendaría a un hombre maduro y saludable, como vos. Los lémures jóvenes aún no se han desprendido del todo de su humanidad, y se complacen con gustos familiares, comunes a los que tenían como mortales. Un hombre maduro y saludable es lo más cercano a los gustos de una joven humana de su edad, ¿verdad?.-

Se giró hacia ella, sin soltarse de Lucio, para añadir... -De todos modos, soy discreta. Si hay alguna... práctica que os gustaría probar durante la alimentación, y que os resulta vergonzosa, sabed que sé guardar los secretos. Algunos de mis clientes, mortales o inmortales, se complacen con  ...- Miró a Lucio, pues sabía que estas palabars le disgustarían. -... practicas considerados impropios de su estatus, sexo o posición.-

Pasaron junto a una pequeña estancia, en cuyo interior, más allá del arco de entrada, se distinguía una especie de potro con correas. Siguieron adelante, dejando de lado esa estancia...

-Para mi eso no supone un problema. Estoy para complacer.- Finálmente llegaron a otra estancia limpia y aromatizada, más corriente, sin instrumentos llamativos o extraños. Había varias ánforas decorativas, con alfombras orientales, cojines y esterillas de paja limpias. Como la mayoría de estancias, estaba póbremente iluminada, esta vez con velas aromáticas. La suficiente iluminación para apenas moverse en la habitación entre la penumbra y las sombras.

 -Os podéis conformar con lo tradicional, pero siempre he creido que la eternidad se vuelve más interesante si cada acto de alimentación se convierte en una experiencia distinta. Pero de todos modos, estoy para complacer al cliente.-

Mientras esperaba las indicaciones de Lucio y Sorena respecto a sus gustos, para llamar de inmediato a esclavos acorde a sus peticiones, Neferu empezó a tumbarse de lado, de forma sensual y tentadora, mirando a los ojos al fornido Lasombra... -Es una lástima, Lucio, que mi casa esté tan concurrida esta noche. Nada me gustaría más que complaceros... personálmente.-

Todas las chicas están maquilladas y saben como insitar el deseo de los clientes. Hay una, que debe tener entre 15 y 17 años que tiene el cabello dorado ojos verdes y curvas generosas. No obstante, lo que más te llama la atención es su sonrisa picara y ojos chispeantes. Cuando se presenta ante ti, dice:

- Saludos, amo. Mi nombre Blodeuyn. Podreis disfrutar de mi tanto con mi boca, coño o culo. Todos tus caprichos serán complacidos por mí, mi señor.

Su nombre no es romano, lo cual es llamativo, ya que la mayoria de las esclavas adquirían uno al llegar a la ciudad y olvisarse de sus origenes.

Te quedas por primera vez sola con Placidia, esa lemur enigmática y que muestra un magnetismo animal que atrae y asusta al mismo tiempo. Pero lo que llama tu atención es que hace un rato su toque te produjo una sensación placentera que no era normal. Solo alimentarte te produce tal sensación, aunque esta era diferente, más carnal.

Estás pensando en esto cuando te das cuenta que ella está a tu lado y te dice:

- Eres verdaderamente hermosa, Megara, como una diosa. Este mundo hecho por hombres pone a dioses hombres como tiranos. Lo hace el emperador con su dios sol, lo hacen los que adoran a Júpiter, los que en mi tierra natal quemaban incienzo a Marduk o los despreciables cristianos en sus cloacas. El mundo necesita diosas hermosas... ¿Te gustaría ser una diosa, Megara?.

Es enigmática y su tono va de la tristeza cuando mensiona a su tierra natal, el desprecio por otros cultos (en especial el cristiano) a la última pregunta hecha como si intentara seducirte.

Rhea me intrigaba, que criatura mas enigmatica...escuche atenta sus palabras...tras finalizar la mire a los ojos...¿Que propones?...Diosa lo soy, lo somos...la diferencia es que no tenemos seguidores y podemos movernos libres...habla querida que te escucho con atención...

 Acaricié la cara de la chica, disfrutando de la suavidad de su piel, mientras dije al eunúco:

 - Deseo algo de intimidad, llévanos a una de esas estancias...

 No es que fuera una persona púdica, pero si llegase a querer morderla, preferiría no hacerlo delante de testigos... Mientras estuviéramos dentro, ordenaría algo de comida y bebida, más para la chica y para mantener las apariencias que para mí, y algo de aceite... Lubricante... Ese culito no se iba a quedar sin probar. Me abracé a ella, mientras esperaba la respuesta del criado y luego ordenaría a mis sirvientes que montasen guardia fuera para que nadie nos molestasen.

Ella también te mira a los ojos y se acerca más a ti. Luego te dice:

- No te engañes, Megara. Somos seres divinos, pero no dioses a menos que seamos adorados como tales. Pero nosotras somos más divinas que los machos, porque representamos a la Madre de todos, la triple diosa de tres caras, la Hécate. Pronto de las catacumbas se levantarán los cristianos con su dios de tres cabezas y nos persiguirán a menos que la diosa se le enfrente. ¿Te imaginas ser diosa? ¿Dar y quitar a tu placer sin que ningún hombre, mortal o inmortal te retenga con sus cadenas?.

Ella cada vez se acercaba más a ti y sus palabras se vuelven un susurro. Al final deposita un suave beso en tus labios y sientes nuevamente ese placer que su toque te produjo anteriormente.

Asintió con un gesto de cabeza las palabras de Megara, y luego cogido del brazo de Neferu se marchó de la habitación adentrándose en la vorágine de risas y suspiros del lupanar.

Cogido del brazo de Neferu cruzó pasillos y habitaciones, sonidos sugerentes salían de ellas, una promesa de placer a través de la practica del coito, risas, llantos, golpes sordos, jadeos ... vicio en todas las formas imaginables. 

Podía oler el su exótico perfume, la mujer era una provocación por si sola, sus exquisitos modales y educación eran un aliciente más para descubrir el enigma que se ocultaba tras esa fachada, la voraz bestia que habitaba tras esas vaporosas telas.

Provocadora, preguntaba a Solena y luego al propio Balbo, intentando averiguar más sobre la relación entre ambos, mostraba astucia, ese complació gratamente al posidonio -desconozco cuales son los gustos de mi chiquilla en tales términos, pero sin duda sería aconsejable alguien saludable cuya sangre no este bajo los efectos de alguna droga o algo peor ... -  dijo dando a entender que no quería que esta se alimentase del criado de otro vástago, o alguien sujeto a un vinculae -en cuanto a lo demás ... es libre de hacer lo que le plazca- añadió restando importancia al resto de detalles.

Mientras avanzaban por el pasillo, la egipcia seguía hablando ensalzando sus virtudes y las de su negocio, se giró hacía su chiquilla dirigiéndose directamente a ella,no sin quitarle el ojo encima a su sire, aquello también podía entenderse como una declaración de intenciones hacía una chiquilla predispuesta a desobedecer a su sire, Balbo no era tan astuto como ella, pero llevaba mucho tiempo en este negocio como para pasar por alto tales cuestiones, por lo que a él respectaba el senado estaba lleno de serpientes peores que esta, aunque llevasen otros nombres, serpientes eran al fin y al cabo.

-Poco me importa las practicas de los demás, no las comparto y no son de mi incumbencia siempre y cuando no suponga peligro alguno para el imperio- dijo con tono condescendiente a la egipcia -por lo demás mostrais astucia, mal negocio hariais si vendieseis tales secretos, inocentes al fin y al cabo no hacen daño a nadie más que a su reputación si estos saliesen a la luz ....  aunque confío en que si tuvieseis constancia de algo que supusiese un peligro contra el imperio y la seguridad de todos haríais lo correcto aunque ello os suponga un perjucio económico, ¿cierto?-añadió con una leve sonrisa.

Echó un leve vistazo a la habitación donde se encontraba la silla con correas, estaba familiarizado con tal artilugio, aunque con otros usos distintos, al que sin duda tendría en aquella habitación.

-Nos conformamos con lo tradicional- dijo echando un ligero vistazo a la habitación -vuestra búsqueda de experiencias es perfectamente legitimo, pero para otros la eternidad es un medio para alcanzar la grandeza y el reconocimiento de sus pares gracias a sus acciones, una ventaja nada desdeñable pues disponemos de más tiempo que los mortales para ello- dijo mirándola directamente a los ojos.

Luego se volvió hacia su chiquilla -Solena, eres libre de elegir ... más recuerda mis enseñanzas, confío en ti- apoyo su diestra sobre el hombro de la joven, el vinculo entre el sire y la chiquilla parecía fuerte, o al menos así lo daba a entender el hombre.

Haciendo honor a su epiteto, Neferu reptó hacía el lecho, en una sugerente y provocadora postura -podéis complacerme, Neferu, y no os tomará ni tanto tiempo ni esfuerzo- enarcó una ceja acompañando sus palabras dando a entender su poco interés en cuestiones más físicas -no tengo necesidad de vuestro cuerpo, pero sí de vuestro intelecto y lengua - añadió por si no hubiese quedado claro -por supuesto, vuestros esfuerzos vendrían acompañados de su justa recompensa, además de contar con mi sincera amistad, ¿acaso no es lo que deseáis?- preguntó haciendo uso de las palabras dichas hace poco por ella misma.

Si os place podemos hablar entre tanto mi chiquilla se decide, y viene el esclavo que le procurará alimento, dijo mirando en último término a la joven que aún estaba agarrada a su brazo.

-Veréis he acudido a vos por varias razones- comenzó a decir - mis compañeros de magistratura no compartían mi deseo por otorgar a Solena el don oscuro ,por suerte para mi el divino Tito Furio Camilo dió su consentimiento- su cara acompañaba el dolor y la decepción por la opinión de sus compañeros -la reacción de los míos me ha generado dudas por lo que me estoy planteando abandonar mi magistratura en pro de los patricios- confesó no sin cierto pudor -aún con todo no acabo de decidirme, no quiero renunciar a lo que soy, además me cuesta abandonar los viejos hábitos, y tal vez tú me puedas ayudar en tales términos ¿me seguís?- dijo buscando con la mirada un atisbo de comprensión de Neferu.

Neferu se mostró visiblemente decepcionada ante el rechazo del Optimate a su ardiente oferta. Se levantó con brusquedad de su tendida posición, para dirigirse como una furia hacia el arco de entrada de la estancia, asomándose por él para gritar cual verdulera, en dirección a las sala principal: -¡Que venga Hirám!... ¡AHORA!-

Con el mismo gesto de enfado que antes, se quedó allí, manteniendo una clara distancia física hacia Lucio. Un extraño contraste respecto a la hasta hace nada cercanía de la egipcia al Optimate. Tan sólo lanzó una mirada de reojo a Lucio, aduciendo: -No. No os sigo. No sé nada de política, ni me importa. No puedo ayudaros. Ya os dije que esto queda muy lejos del Senado.-

Después, apartó la mirada. Permaneció un buen rato allí, con los brazos cruzados, y el mentón alzado. Por un momento, pareció tener el aspecto de una quinceañera cuyo orgullo hubiera sido herido.

Más tarde, una sombra pareció recorrer su rostro, como si una idea hubiese acudiso a su mente, y se paseó por la sala hasta que se detuvo frente a una alta ánfora decorativa. Posó su índice sobre el borde superior de la ánfora, recorriendo suavemente toda la circunferencia con la yema del dedo: -Veamos. Queréis que la tome como pupila, oculta. Vendréis aquí de vez en cuando para verla, para encontraros como amantes secretos, lejos de la vista de vuestros aliados y enemigos políticos. Porque para alguien de vuestra posición es aceptable el acudir a satisfacer sus bajos instintos o degenerados gustos en un local de baja reputación, pero en cambio, es ridículo demostrar...- La miró a ella. -...¿verdadero afecto? por una mujer. Lo cuál, claro está, os desvirtuaría ante vuestros iguales, y demuestra vuestra... debilidad.-

-¿Es eso? ¿Queréis que sea vuestra tapadera?-

La reacción de Neferu lo cogió por sorpresa, tal vez no estuviese acostumbrada al rechazo o simplemente estaba haciendo el papel de mujer herida, sea como fuere tenía talento para el teatro, a punto estuvo de aplaudir la función, pero finalmente optó por cruzar una mirada con su chiquilla y esperar cruzado de brazos.

La espera dio su fruto, y la airada fémina comenzó a pensar, incluso a proponer una "tapadera", ello le complació, había tenido una idea parecida a la que él tuviera antes de acudir a ella, pero la idea de dejar a su chiquilla como pupila en aquel lugar le resultaba desagradable en extremo.

-Bien, celebro que haya decidido ayudarnos- sonrió dando una sonora palmada -pero decidme ¿por qué iba a acudir aquí para demostrar mi "afecto" por ella cuando podría hacerlo en la intimidad de mi villa?, además es mi chiquilla y una Posidonia por extensión, no dudo de vuestros cuidados,pero su educación recae sobre mi - dijo dándose una palmada el pecho con la mano abierta.

Miró a la joven de cabellos dorados -no, exactamente eso no es lo que tenia pensado, pero se aproxima bastante- luego volvió a mirar a la egipcia -es mucho más simple, acudiremos aquí cada noche y nos procuraras esclavos para que se alimente, al menos una mujer y un hombre sanos,fingiremos que se desarrolla una orgía, tal vez en alguna ocasión sea conveniente la habitación por la que pasamos antes- dijo rascándose la barbilla pensativo -esos esclavos no hablaran sobre lo que suceda en la habitación, a veces el silencio surte más efecto que una lengua suelta, sobre todo en las mentes creativas, apuesto a que aquí hay muchas de esas- dijo con una leve sonrisa -creedme nadie presta atención a un patricio en un lugar como este, pero a un magistri que predicaba la virtud, esa es otra cuestión ... además ya hemos dado bastante que hablar esta noche en el senado- dijo mirando a su chiquilla una vez más.

-Hay una cuestión más- el semblante de Balbo se volvió adusto -el culto de El-Gebal, es un misterio para todos, y tal vez usted pueda satisfacer mi curiosidad, es sabido que los hombres y mujeres "relajados" suelen soltar la lengua de más, y este es un lugar idóneo para ello, como os dije antes os recompensaré generosamente por vuestros esfuerzos- prometió con tono solemne.

Neferu bajó la mirada, como queriendo dar una mala noticia. -Con todos mis respetos, excelencia, no podréis permitiros pagar mis servicios todas las noches. En menos de un mes os habréis arruinado.- Neferu dijo estas palabras con convicción y seriedad, sin ánimo de ofender, antes de continuar: -No os negaré mis servicios puntuales, ya sea por necesidad o por placer. Pero... ¿todas las noches? Imposible. Ya habéis visto que esta noche somos seis lémures bajo mi techo. Desde luego, no es algo que ocurra todas las noches, pero aun así... ¿Qué casa podría permitirse semejante pérdida de sangre de manera constante? -

-La discreción en mi casa está asegurada. No debéis temer por eso. Pero yo que vos empezaría a instruir a vuestra chiquilla en las artes de la caza. Es un ejercicio saludable, a todas luces práctico.- Hizo una pausa antes de añadir: -Y mucho más económico, sin duda.-

-Respecto a El-Gabal....- Se encogió de hombros, despreocupada. -El culto al faso dios sol del emperador es una falacia. Tienen un nuevo templo en Roma. No sé mucho más, a parte que el emperador ha ordenado expoliar otro templo, al menos, en su nombre. En cuanto al propio emperador, no veo donde está el misterio. El emperador es un muchacho virtuoso donde los haya, libre de las cadenas que a otros os atan. Un ser hermoso, con un alma pura y trasparente como el cristal. No oculta dobleces, y es sincero con sus propios gustos y apetencias.-

- ¿Quéreis saber un secreto? Metedle vuestra polla por el culo y dejará de adorar a El-Gabal para poneros a vos en un pedesteal...- Suspiró de forma apasionada, antes de continuar, sonriendo: -Aunque con un hombre como vos, no es algo que pudiea reprochársele, yo también lo haría si estuviese en esa misma situación.-

-De todas formas, él está aquí, ahora. Podríais tratar con él vos mismo, si lo deseáis. Aunque sospecho que en este mismo momento estará demasiado ocupado para hablar, posiblemente con la boca llena realizando una felación a alguno de mis esclavos más dotados.-

-Tal vez después, cuando el ilustre Heliogábalo sienta satisfechos sus deseos, pueda arreglar una entrevista con vos. Así vuestra virtuosa moral no se sentirá ofendida.-

-Comprobaréis que es un jóven honesto, dispuesto a hablar abiertamente. A mí así me lo pareció.-

-Espero que este jóven emperador viva largos años. Sin duda, llegará a ser un gran hombre. Llevará a Roma a nuevos horizontes jamás explorados. - Neferu dijo estas palabras con absoluta reverencia y convicción.

-De todas formas, creo que podemos dejar aquí a vuestra chiquilla, a la espera del esclavo. Tranquilo, no le sucederá nada. Deberíamos continuar esta conversación con mis amigas Megara y Placidia. Algo me dice que también ellas pueden estar interesadas en el Culto a El-Gabal.-

Sonrió ante la respuesta de Neferu - esto si es una sorpresa, sin duda no me lo esperaba, no de vuestra parte- miró a su chiquilla y luego a la egipcia -os lo agradezco pero no es necesaria vuestra preocupación, a razón que debo ser uno de los hombres más ricos de Roma- a pesar del contenido de las palabras el hombre lo digo con naturalidad, sin acentuar demasiado este hecho -tenéis razón mi chiquilla debe aprender a cazar, no siempre dispondrá de comodidades además vuestro local no puede proveer de sangre a tantos vástagos, aunque sin duda eso tiene solución si así lo deseáis- dijo dejando en el aire una oferta no formulada.

Su sonrisa se desvaneció cuando escucho hablar del culto al dios sol y su sacerdote, el emperador mismo -en algo estamos de acuerdo, ese dios es falso, pero tras ese culto hay poder ,  mucho poder teniendo en cuenta que están desalojando al resto de templos de sus reliquias sin consecuencia alguna, el emperador es la cara visible del culto , pero son los sacerdotes inmortales quienes atraen mi atención , el poder llama al poder-  añadió en tono enigmático.

-Me temo que el secreto que me confiáis está en boca del todo el mundo- añadió con una sonrisa sincera -seguro que conocéis secretos más ... secretos, guardadlos para vos si os place, confió en que de darse la necesidad los compartiréis conmigo-digo restando le importancia al hecho.

-Será mejor que continuemos esta charla con el resto de sus invitados, esperaré a que mi chiquilla termine de alimentarse, luego nos reuniremos con vosotros, gracias por vuestro tiempo no seguir acaparando vuestra atención sin duda el resto de invitados deben echaros en falta- despidió a la egipcia con un gesto de cabeza volviendo se atención a su amada chiquilla, tan pronto la vio salir por el umbral de la habitación.

Una vez vio salir a Neferu de la habitación, miro a su joven chiquilla, se puso el dedo indice en los labios, antes de dar media vuelta echando a andar al umbral de la habitación para mirar si había alguien escuchando, solo cuando se sintió seguro en ese sentido volvió a entrar.

-¿Qué ocurrió antes para que mostrases miedo?- dijo bajando el tono de voz hasta un susurro -¿es esa alimaña, Rhea Placida lo que os ha turbado?, si osa aceros algo la desmembraré dejándola a merced de los perros hasta que el temido sol le de la bienvenida por la mañana- dijo enojado.

Puso su mano sobre el regazo de la joven -no permitiré que nada os suceda- dijo mirándola a los ojos -sois lo más preciado para mi- confesó ahora sin pudor alguno -debo procurar que estos degenerados lo desconozcan,aunque me temo que he tenido poco éxito en mi empeño- sonrío triste.

Solena a mirado con desconfianza en todp momento a Neferu, y cuando se te insinuaba ella hubiera deseado sacarle los ojos, pero se contivo. No obstante, cuando le preguntas acerca de Rhea, vuelve a estremecerse y te dice:

- No estoy segura, pero la presencia de esa mujer hace que algo en mí se amedrente. Es como si fuera un conejo que ha olfateado a una jauría de lobos que va tras de él. Esa mujer es poderosa e inhumana, mucho más de lo que tú eres.

Era una mujer descarada e irritante, pero no te imaginabas que fuera así de poderosa.

Asintió en silencio a las palabras de su chiquilla -entre nosotros hay quienes cuentan su vida en siglos e incluso en milenios, monstruos de tremendo poder e inhumanos hasta el extremo,hijos y nietos de los mismos dioses que engendraron nuestra estirpe o peor aún de los titanes contra los que combatieron-  por un momento se quedó callado, como si estuviese intentando recordar algo, enterrado en lo más profundo de su memoria.

-Tal vez ella sea una de estas temibles criaturas,de quienes se dice que la sangre mortal no le sustenta por lo que se alimenta de los suyos tal como hacemos nosotros con los mortales.Aun con todo a sabiendas de ello me enfrentaría a ella si osase tocar un solo cabello dorado de tu cabeza, puede que fenezca en el intento pero si Neptuno así lo quiere me recordará por lo que reste de su vida- dijo con tono solemne -no temáis antes de llegar a ti tendría que pasar sobre mí, y si yo desapareciese hay quién me echaría en falta y castigaría al malhechor- sonrío convencido para tranquilizar a la joven.

-Alimentaros, tal como os he enseñado, prestad atención al sabor de la sangre de aquel del que os alimentéis, la sangre de un inmortal es mucho más potente y exquisita que la de un mortal y a veces un inmortal la ofrece para esclavizar a aquel que la bebe, por lo común mortales-advirtió por la desconfianza que le generaba Neferu y los suyos.

-Esperaré fuera si así lo deseas- dijo besándola en la frente. Espero la respuesta de su chiquilla, y espero junto a ella al esclavo que habría de proveerle el rojo néctar de la vida, antes de volver acompañado de ella a la reunión.

Pese al delicioso contacto de sus labios con los mios, me separo de ella, busco donde sentarme para admirar a la vastaga...Lo que propones es tentador, incluso para una mujer mortal, siempre hemos estado un paso atras de los hombres, ellos dominan y nosotras obedecemos, pero dime Rhea, ¿cual es el precio que deberia pagar?...

Megara miraba ya algo desconfiada a la vampira, su postura en asuntos de este tipo siempre era en función de no perjudicar la posición de su marido...ademas siempre meditaba sus desiciones para evitar consecuencias de las que se podria arrepentir...

Rhea sonrie y se sienta el lado de Megara, reclinándose a su lado y mirando con cierto aire de desprecio como el Emperador disfrutaba en la habitación del lado con dos jóvenes que parecen tener cuerpos esculpidos por los más avesados artistas griegos. Luego ella te dice:

- Ese es el truco, Megara. No hay precio que pagar, solo debes desearlo y todo será tuyo.

Te indica un espejo de bronce pulido que les devuelve el reflejo de ambas y te dice:

- Observate, hermana. Eres hermosa, como una verdadera Venus... o quizá la reina Juno. Mereces que se te adore, que tus seguidores te entreguen su sangre por voluntad y te bañes en ella si así lo deseas. No necesitarás vivir a la sombra de ningún hombre ni tener que auspiciar sus miopes ambiciones.

Ella parece saber de tu esposo, y si lo ves desde su punto de vista, Quinto se preocupaba de sacar partido de tu poder para conseguir ascender políticamente, cosa que tu nunca lograrias simplemente por ser una mujer.

Mientras piensas, ella te dice:

- Piénsalo bien, Megara. Si te interesa o solo quieres probar te puedo mostrar lo que se siente ser diosa y romper las ataduras de los hombres. Eres una patricia, por lo que me dice Neferu, así que es parte de tu filosofía probar todos los placeres de la inmortalidad y te aseguro que lo que te puedo enseñar sera mejor que todo lo que has probado.

Mientras Balbo habla con su chiquilla, el esclavo que ha destinado Neferu para ser recipiente se presenta. Sextrata de un fenicio alto y fornido, de unos 30 años y que tiene trenzas en su cabello. Le hace una reverencia a su ama y le pide permiso para entrar. Descorre la perciana y Balbo con Solena están en la habitación.

Solena se ve algo nerviosa al ver al esclavo, que sumuso se desnuda y se recuesta sobre la cama a la espera. Solena le mira a él y luego a Balbo y Neferu. Luego les dice:

- Podrían acompañarme. Es la segunda vez que me alimento y no sé si sea capaz de contener mi ansia.