Partida Rol por web

El tabernero te indicó con la mano que lo siguieras, aún era temprano y tendrías que ir al castillo, cargando los barriles con la cerveza, para eso,usarían una carreta en donde iría el cochero - un hombre vetusto y con la piel pegada  a los huesos, estaba bastante viejo y con el cabello largo, pero parecío sonreirte con su mandíbula carente de dientes, - y tú, aunque no podrías ir con armas, los soldados revisan todos, y ver a un hombre con armadura y espada entrar al castillo, era imposible que fuese bien recibido. 

El tabernero te pasó una camisa y un abrigo,  y luego te subió en la parte de atrás de la carreta que era tirada por un burro bastante maltrecho, dentro de la carreta iban dos grandes tinajas con la cerveza, y tú, detrás, esperando poder entrar al castillo. En la entrada, los soldados los recibieron y luego de mirarte de manera desconfiada, los dejaron entrar hacia la cocina, en donde dos personas los esperaban, dos mujeres rechonchas y de mejillas sonrojadas, que la verlos corrieron a recibirlos.

- sí, llévalos dentro - dijo la mujer,  detrás salió un enorme hombre que tomó parte de la tinaja y te dijo le ayudaras, así que debiste entrar al castillo por la cocina, la puerta se abre... y entras primero...

- el zar... - no pudo continuar con la frase, era su caballero y mal de él no podía hablar - bueno,solo le puedo decir mi señora que cuando necesite de mí, la ayudaré en lo que sea - sonrió el hombre,  y se levantó contigo justo antes de que la puerta de salida de la cocina se abriera y entrara un joven de cabellos largos cargando la parte de adelante de una tinaja,  lo miras y si bien no logras distinguirlo del todo, te da la sensación de que es Edwards, pero él no levanta su cara para verte,a demás, está vestido como sirviente.

Sonrío agradecida a Jorah, y justo cuando voy a salir la puerta se abre entrando un joven. -¿E...Ed...?- no alcanzo a terminar el nombre. ¿Y si no es?, ¿y si es?, ¿qué conseguiría diciendo su nombre?, ¿qué estará haciendo aquí? Me giro con la mirada gacha para que nadie pueda acertar a saber lo que pienso -E...Esto... estoy muy agradecida, nos vemos- hago otra reverencia, aprieto los labios y me marcho por la puerta por la que ha entrado el joven de la cabeza gacha dirigiéndome hacia mi cuarto. 

El príncipe pudo oir "Ed" de los labios de su prima. No habia duda, era ella. Edward sonrió al mirarla, sin duda era cierto lo que decián los rumores. Pero no todo era tan bonito, si queria hablar con ella tenia que librarse de todos aquellos que le obserbavan. Observó disimuladamente hacia donde se dirigia Alice.

Quedaba una segunda tinaja y Edwards todaiva tenia sujeta la primera. Con calma espero a ver donde colocabán la tinaja y asi tener bien estudiando el recorrido antes de coger la segunda.

El hombre se quedó unos segundos detenido, pero luego atinó a ir donde la princesa, siguiendo sus pasos, pero se había quedado viendo al mozalbete que traía las tinajas, como si fuera a reconocerlo.

- majestad.... aguarde, yo la acompaño - dijo el hombre sonriendo, y llegando a la puerta antes de que esta se abriera de golpe....

La puerta se abrió de golpe y un hombre muy alto y con ropas negras apareció,  en el dintel de esta, su rostro estaba cubierto por una mascara blanca, que no dejaba nada de su cara, ni siquiera sus ojos eran del todo posible distinguir. Parado en el dintel, quedó con sus manos en su cintura, y todos los presentes, incluido a Sir Horpe  hicieron una reverencia.

- veo que aquí estas, querida mía -susurró el hombre, observando a la princesa, ni había notado a los que entraban las tinajas - y que estas con mi primo... fabuloso, no tardas en hacer amigos, ¿no? - sonrió, o eso pareció sonar tras su  máscara, dicho esto levantó su cabeza.

- Jertrudiz, ¿cuando falta para las cervezas y el fino? -  preguntó rapidamente, una de las mujeres que estaba más atrás, una mujer regordeta de ojos pequeños y entrada en años asomó su pequeña nariz, muerta de miedo, dijo que habían llegad ya y que estaban metiéndolas en la cocina, el Zar asintió y se giró hacia la princesa.

- pequeña... veo que estas conociendo a tu prometido, me alegro mucho....- Horpe quedó más que sorprendido, sus ojos se abrieron de par en par al escuchar eso, y la habitación se hizo un silencio completo y terrible.

EL príncipe Edwards sintió mucha rabia al oir las palabras del Zar. Recordaba como hablaba Ava de aquel hombre y que semejante monstruo tuviera prisionera a su prima y pretendiera casarla con un pariente suyo le hacia querer vomitar. Traga un poco de saliva para serenar su mente. No es un buen momento para un ataque de ira decide fingir que no ha oido nada y sigue con lo suyo, se jura varias veces que rescatara a Alice.
 

Casi había conseguido alcanzar la puerta cuando ésta de poco me da en las narices y una figura (por desgracia bastante conocida para mí) aparece en la cocina... 

Aprieto los dientes y los puños a ambos lados de mi cuerpo sin apartar mi mirada de él, pero sintiendo un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo cada vez que pronunciaba una palabra. 

-¡¿P-p-prometido?!- tiene que estar de broma, apenas me giro un poco para ver por el rabillo del ojo a Jorah, un joven apuesto y amable que me ha ayudado... pero sé que no es el "amor de mi vida" o como quieran llamarlo, simplemente sé que no es con quién me quiero casar "aunque es mejor que el propio Dimitri..." sacudo levemente la cabeza para quitarme la idea de la cabeza. Por el rabillo del ojo alcanzo a ver también la figura del que parece ser mi primo, y, apretando los labios y bajando la mirada alcanzo a decir algo por fin -¿puedo... puedo irme a mi cuarto?- necesitaba pensar todo fríamente, y creo que este no es ni de lejos el mejor lugar para hacerlo.

Dimitri sonrió satisfecho ante la estupefacción de todos, incluso de Jorah, que miraba a la princesa pidiendo perdón,el zar movió la cabeza de lado a lado, y echó una vista a los presentes, pero sin reparar en algún rostro en particular.

- claro que puedes, princesa, Sir Horpe, acompañela - dijo con prestancia, y se puso de costado - ¿Sir Horpe, necesitaba un escudero, no? ese muchacho que está ahí, parece listo, tómalo a él, - se escuchó una carcajada bajo esa máscara y salió de la cocina, disfrutando el momento.

Sir Horpe, levantó las cejas, y se giró hacia Edwards, diciéndole que los siguiera, mientras escoltaban a la princesa a su cuarto, avanzaron por los pasillo, pero el caballero iba en silencio, demasiado tenso, demasiado compungido.

- lo lamento princesa...-susurró, mirando hacia delante, más atrás iba el príncipe, sin ser reconocido por Horpe.

Obligándome a no dejarme vencer frente a Dimitri, salgo de la cocina con la cabeza alta. A pesar de no tener ya ningún título de princesa, me criaron como tal, y algo que nunca me quitarán será mi orgullo... o por lo menos haré todo lo posible para que no ocurra. 

Por el camino, algo más relajada por no aguantar la presencia de ese... ese ser... me muerdo el labio inferior mirando al suelo mientras noto que los ojos se me llenan de lágrimas. Lágrimas de rabia, de impotencia ... 

Ante las palabras de Jorah sacudo levemente la cabeza -no... no tienes la culpa... no tienes que disculparte...- apenas hablo noto que realmente tengo un nudo en la garganta, por lo que me vuelvo a morder el labio para callar y no romper a llorar de un momento a otro. 

La presencia de mi primo, aunque encubierta, me reconforta bastante más de lo que me atrevería a admitir en voz alta. 

-Oye...- me giro de nuevo hacia Jorah -¿podrías dejarme con tu escudero? Me... me gustaría dejarle claro cuál es mi posición en este lugar, para... bueno... que sepa que no soy como vosotros... que no soy de la realeza...- vuelvo a tragar con dificultad sin saber demasiado bien la escusa que poner para poder hablar a solas con Edwards. 

Edwards sonrió para sus adentros, entrar iba a ser más sencillo de lo que habia pensando en un momento. Parecia como si el destino hubiera querido echarle una mano en el momento de hablar el Zar. Caminaba detrás de ellos intentando ingeniar un plan para quedar a solas con prima pero al oir las palabras de está pensó que probablemente no sería necesarío que EL pensara algo. Se moria de ganas de hablar con Alice, poder saber que habia sido de ella desde la última vez que se vieron. Habia tanto que hacer y tanto que hablar.

Ese tal Sir Jorah parecia un buen hombre, era posible que incluso los pudiera ayudar a salir de ahí. Pero no podía arriesgar el rescate de Alice por querer confiar en alguien y luego ser traicionar. Despues de todo Jorah era el primo del Zar...
El príncipe se dio prisa en desechar esa idea de su cabeza, él no era quien para juzgar a alguien de esa manera, después de todo era hijo de la Reina Roja. Sus pensamientos al respecto ahora eran claros, si su prima decidia confiar en este hombre él tambien lo haría.

El caballero, tomó de los hombros a la princesa, y acarició su piel con sus pulgares, lamentaba mucho la posición de la joven, lo lamentaba demasiado,  y luego se giró hacia el escudero, y movió la cabeza de lado a lado, pues, parecía una idea innecesaria, aquel joven era sólo un escudero no tenía porque estar a solas con la princesa.

- lo siento princesa,pero no, la conduciré a su cuarto, por favor, no quiero que tenga problemas con el zar - la hace girar dándole la espalda al príncipe.

Al no estar acostumbrada a que me acariciasen ni nada parecido desde hacía mucho tiempo (y ya tenían que tener confianza), mi reacción fue la de un escalofrío que me recorrió la espalda hasta llegar a cada extremo de mi cuerpo y que al girarme hacia Sir Jorah lo mire con gravedad. Al recordar la posición en la que me encuentro y lo poco que puedo hacer noto que la rabia me inunda, por lo que decido apartar la mirada y morderme el labio dejándome ser conducida a mi cuarto, no sin antes lanzar una mirada furtiva a mi primo, hacía demasiado que no lo veía y tengo demasiadas ganas de hablar con él... Aunque supongo que ya encontraremos un momento y lugar mejor "espero que no se meta en problemas y no lo descubran..."

El príncipe ya sospechaba que el intento de Alice no funcionaría. Realmente no era una forma muy buena de convencer a alguien, aunque bien mirado habia pocas maneras. No se le ocurria nada inteligente que aportar a la situación asi que se resigno a hacer un mapa mental de todo lo que habia visto de la fortaleza para intentar algo más tarde."Aguanta prima, pronto te rescataré".

En ese momento el príncipe penso en sus compañeros ¿Donde estaban en este momento? Ojala estuvieran aquí para ayudarle.

El caballero ve los gestos de la princesa, y pasa su mano por su frente, y luego mira al hombre, bueno, al muchacho, parece que ambos tienen la misma edad, y se cruzó de brazos, pues tampoco habían pasado desapercibidas las miradas entre ambos, y debió agudizar sus pensamientos para saber que está pasando.

- ¿se conocen, no es cierto? - les pregunta a ambos jóvenes, sin abandonar  aquella postura.

Bueno, ahora toca echar el resto... 

Miro a Jorah y a Edwards y cierro los ojos apenas dos segundos mientras comienzo a hablar -así es, lo conocí hace bastante tiempo. Lo vi una vez en el reino de mi madre y se portó muy bien conmigo, igual que has hecho tú hoy, aunque no lo había vuelto a ver... por eso al verlo no estaba muy segura de si se trataba del mismo chico o no, he tenido que mirarlo varias veces para que los recuerdos apareciesen... 

Acaricio el brazo de sir Jorah con una amable sonrisa

-Sé que te has portado muy bien conmigo, pero todavía no tengo muy claro de en quién debo confiar, por eso me habría gustado estar con este joven a solas y preguntarle sobre el estado del que fue también mi reino, de lo que está pasando fuera de estas paredes, sin mentiras,hablando con alguna cara conocida... - el ver a Edwars había hecho que recordase a mi madre y muy a mi pesar a mi tía, lo que provocó que mis ojos brillasen amenazando con dejar escapar alguna lágrima de rabia, impotencia y tristeza, pero no quiero apartar mi mirada, todavía no.