Partida Rol por web

Gunther aún seguía murmurando para si mismo acerca de lo sucedido mientras golpeaba la puerta, y era evidente que su cabeza no estaba del todo en el asunto. - Dama _{mss msss msss...} - unas cuantas astillas saltaron con el primer golpe - _{mss mss} puta _mss... - algo cedió cerca de la cerradura, pero la puerta no se abrió - _mmss ramera _{mss mss} ORO. - el último golpe fue definitivamente más fuerte, y la madera alrededor de la cerradura terminó de astillarse y romperse, haciendo que el mecanismo cayera al suelo.

Tres golpes que habían resonado por los pasillos, seguramente los esperaban ahora, y tras devolver el martillo a Gemme Gunther empuñó su alfanje y pateó la puerta.

Finalmente la puerta cedió ante los golpes de martillo que Gunther le propinó. La estructura de la puerta quedó astillada, la madera rota y los herrajes doblados. Ahora sí, podían acceder al interior de aquel recinto, donde un extraño pentagrama se encontraba dibujado en el suelo.

No obstante, el hediondo olor a heces seguía impregnado en el ambiente y todos salvo Alder que portaba aquella máscara que había comprad en el mercado, sentían sus desagradables efectos. Chester también portaba la máscara, pero ni con esas lograba detener las nauseas y Gunther, que había comprado otro de esos remedios, por alguna razón no la llevaba puesta.

Adso por alguna circunstancia que solo él sabía no quería dejar el cuerpo del enano allí. Así que de mientras que algunos del grupo discutían para después escucharse los fuertes golpes de arma de Gunther intentando echar la puerta abajo. Adso trajo el cadáver del enano con toda su indumentaria y lo que llevara en sus bolsillos hasta allí. En cuanto la puerta cedió y sus compañeros se metieron Adso entró llevando el cuerpo del enano cargado en su hombro, dando una imagen un tanto fúnebre y extraña como eran aquellos devotos de Morr.

Cuando entró dejó el cuerpo del enano en el suelo tapando el pentagrama que como le dijo Gemme parecía algo demoníaco, después miró pues había huellas de pies para ver hasta donde llegaban o donde se había metido. 

El grandullón respiró profundo cuandoo dió el primer paso dentro del recinto, observando brevemente la figura en el piso antes de observar el resto de la habitación para ver por donde podían venir los enemigos.

Ver a Adso manipular el cadáver del enano y cómo a éste se le salen las tripas a través de la herida que tiene abierta en el pecho hace que me vuelvan las arcadas. La buena noticia es que ya no me queda nada en el estómago que vomitar; la mala, que no estoy en condiciones de defenderme ni de una rata y mucho menos de un enjambre de demonios invocados por a saber qué secta de temibles diabolistas.

Tras los tremendos golpes de Gunther contra la puerta, esta no pudo más que ceder ante la fuerza descomunal del gigantón y destruirse. Unos pocos golpes con el martillo habían servido para tener vía libre para acceder al interior de aquella sala y seguir investigando.

- Bien hecho, Gunther. No esperaba menos, fortachón. - Le dijo a su camarada, a la par que recogía su martillo de las manos de Gunther, una vez acabado el trabajo.

La sigmarita tragó saliva cuando sintió otra vez algo de náuseas por el olor que seguía impregnando la estancia. Por fortuna, volvió a aguantar las arcadas, aunque no sabría por cuanto tiempo podría seguir así.

Una vez armada nuevamente con su martillo y con el escudo embrazado, Gemme se acercó al marco de la puerta para acceder al interior de la sala y revisar de arriba a abajo la estancia.

- Abrid bien los ojos camaradas. - Les dijo al resto del grupo.

La puerta cedió y al acercar más aún la antorcha hacia el interior, pudieron comprobar que se trataba de una especie de templo. Todos salgo el bueno de Chester, pues con o sin máscara, no pudo aguantar el horrible hedor y sus tripas decidieron que querían salir por su boca de nuevo. 

Al alumbrar el interior de la sala, pudieron observar que en cada una de las puntas del pentagrama, se encontraba un elaborado pentagrama de plata con una vela negra. Un círculo de cobre de unos siete centímetros de ancho y cinco de diámetro rodeaba el pentagrama. En el centro del pentagrama se encontraba una cabeza de una bestia cornuda rodeada por una inscripción grababa en el suelo: "Ordo Septebarius". La cabeza estaba impregnada por una sustancia oscura y reposaba sobre un charco del mismo color verdoso oscuro. 

En el muro del fondo reposaba una especie de aparador metálico, por el que ha caído una especie de líquido oscuro hasta el suelo. En el lado opuesto, se encontraba un pañuelo blanco, fácilmente visible, tirado en medio de la nada. 

Es entonces, cuando un espeso humo negro con un fuerte olor a azufre, empezó a surgir del centro del pentagrama. El humo se movía como mecido por el viento, pese a que allí abajo no había ningún tipo de corriente. Poco a poco, pudieron empezar a ver cómo se estaba materializando una figura de talla humana entre las volutas del humo.

Adso ya metido en la sala se dio cuenta que era un templo después de ver de cerca como estaba configurada la sala, y aquel pentagrama como estaba hecho vio cómo se iba formando una forma humana. - ¡Rápido!, hay que ver cómo podemos parar que se materialice. Comentó el novicio, dejando el cuerpo muerto del enano por allí en algún rincón de la sala, para acto seguido irse hacia donde estaba el círculo de cobre, e intentar con sus pies o manos romper aquel círculo... Todo esto lo hizo nervioso, apresurado y con un gesto desencajado por ver como se estaba materializando algo que no podía ser bueno. Las palabras de Gemme de ser un círculo demoníaco se le vinieron otra vez a la mente, además de los análisis que se hicieron del enano muerto que le faltaba un brazo. Quizás era ese ser el que iba a hacer allí esa carnicería.

Las arcadas me mantienen tan entretenido que mis ojos lacrimosos apenas reparan en nada de lo que hay a mi alrededor, mientras avanzo tambaleándome en pos de mis compañeros.

Solo cuando reparo en la nebulosa forma que comienza a materializarse, proyectando sombras siniestras con las titilantes luces que portamos, me doy cuenta de que nos hemos metido de cabeza en la guarida de una criatura de pesadilla.

Me fijo entonces en el complejo círculo pintado en el suelo. Alguien se ha tomado muchas molestias para traer hasta este Plano de existencia a lo que quiera que sea eso. Y en mantenerla aquí cautiva, porque esta clase de círculos cabalísticos a menudo son prisiones que impiden que los entes convocados escapen y ataquen a la criatura que los convocó.

El horror que me causa ver a Adso tratando de desdibujarlo me deja sin palabras y al malestar por las arcadas tengo que sumar ahora la humedad que noto en mis calzones.

-Por el amor de Böguenauer...-mustió el muchacho con más resiganción que sorpresa o preocupación.

Estaba claro que todo aquel asunto del Caos era tedioso y complejo, y que le iba a reportar problemas constantes, pero al fin ya al cabo eso era lo que buscaba, ¿no? una aventura poco convencional que le permitiese vivir cosas interesantes. Y aquello no podía negarse que estaba cargado de interés.

-Bien, pelirroja, ¿Algún consejo? ¿Algunas  palabras mágicas...?

Alder desenvainó sus armas de forma inconsciente, situándose frente a Chester y encarando aquella forma vaporosa que empezaba a formarse

Gunther se observó la niebla tomar forma, el humo era algo que sabía que no podía golpear, y mientras repasó la sala con la mirada, buscando señales de violencia... el líquido verde resultaba sospechoso, el pañuelo blanco, el aparador... nuevamente el líquido... casi parecía que faltaba un cuerpo en medio de todo eso.

- Tu sacerdotisa de Sigmar, tu saber como lidiar con caos - eso era algo que su instructor les había remachado en el cerebro, el Caos es raro, los soldados debían esperar a los sacerdotes antes de actuar o podían meterse en problemas mayores de los que ya estaban - ¿Que hacer Gunther?

Gemme tragó saliva. Aquel humo se estaba materializando frente a ellos y estaba bastante segura de que podría cobrar la forma de lo que sea que se invocó en aquel pentagrama del suelo. Un pentagrama, un símbolo del caos, humo, demonios... Todas esas ideas iban y venían en su cabeza y trataba de enlazarlas para dar con lo que sea que estaba pasando pero sus nervios no la dejaban concentrarse lo suficiente. Las palabras de sus camaradas Alder y Gunther tampoco ayudaban, pues buscaban respuestas que ella misma no podía dar.

- Mantened la distancia con el pentagrama del suelo... Estad preparados y alerta. Aún no se a que nos enfrentamos... - Fueron sus únicas palabras.

El humo empezó a invadirlo todo, e incluso llegaron a notar su nauseabundo sabor en boca. Pronto, aquel extraño humo negro con olor a azufre se dispersó por toda la sala, pero en especial, alrededor del círculo mágico, creando una extraña película cilíndrica alrededor del mismo. 

Casi de forma automática, empezó a ascender la temperatura hasta el punto de que empezaron a sudar de inmediato. A la vez, un comenzaron a escuchar un sonido extraño, un murmullo caso inaudible y repetitivo. 

"Erererere... Ererererere... Ererererere...."

Pero lo más perturbador de todo, era la figura humanoide que se estaba formando en el interior del círculo. Tan solo veían el contorno de la misma dibujado por el humo, una sombra negra, pero parecía evidente que se trataba de un hombre alto y delgado. En un momento dado, lanzó un manotazo hacia adelante y se detuvo contra el contorno del cilindro de humo creado entorno al pentagrama. Mostrando su palma el rostro les encaró y entonces surgió una voz profunda y cavernosa.

- ¡Huid de aquí! - Les ordenó. - ¡Aún estáis a tiempo! - Les dijo y sonó como una advertencia. De fondo ese extraño murmullo no cesaba...

"Erererere... Ererererere... Ererererere...."

Reconozco que oír a la criatura extraplanaria hablarnos en una lengua comprensible y con un tono dramáticamente fantasmal disipa buena parte de mis temores. Bueno, no es que me inspire mucha confianza una cosa siniestra hecha de muro, pero se me vienen a la cabeza unos cuantos feriantes de Bretonia capaces de hacer trucos baratos de ilusionismo similares a este. Yo mismo, sin ir más lejos, aunque no es que sugiera que la criatura sea ningún truco, claro. ¿O sí?

—Ya nos vamos... —jadeo entre arcada y arcada, convenientemente parapetado tras Alder—. Solo queríamos... saber si ha visto... a un goblin con tres patas...

Si este monstruo nos ataca después de esto, es que es tan terrible como nos tememos. Si le desconcierta mi comentario, entonces a lo mejor tenemos suerte y sí que es un juego de sombras chinescas.

Adso empezó a pensar si sabía algo de todos aquellos objetos, y cómo parar el ritual antes que la criatura por fin se materializara ante ellos.

El círculo mágico, el pentagrama y todo el resto de parafernalia, son un anclaje del demonio, fantasma o ajeno, para que no pueda irse del sótano. Cómo Chester sospechaba, era mala idea romperlo. 

No sabes mucho más pese a la buena tirada, pues debiste usar saber religión, aunque esta información general es bastante común a todo tipo de invocaciones, ya sean arcanas o divinas.

- ¡Vámonos de aquí!, este círculo mágico, el pentagrama y todo el resto de parafernalia, son un anclaje para un demonio, fantasma o ajeno, para que no pueda irse del sótano. Ha sido mala idea romper el círculo, ¡vamos!, comentó el novicio cogiendo el cuerpo del enano y saliendo de aquella sala...

- ¿Pero qué círculo hemos roto? - Preguntó extrañada la sigmarita.

No sabía si el miedo la atenazaba para no huir o era producto de la curiosidad, pero Gemme se percató de algo que comprendió con las palabras del monje. Un anclaje, un círculo mágico, un demonio atado, círculo roto, etc... Todas esas ideas pasaban por su cabeza y lo que tenía claro es que si un demonio, fantasma o cualquier ente de tipo maligno no les había atacado aún era básicamente porque no podía. Así que reuniendo todo el valor que podía encontrar dentro de si misma, sin acercarse al pentagrama del suelo y el cilindro de humo, habló hacía el ser que les instaba a huir.

- Dinos, ¿Quién eres? ¿Quién te ha atado aquí? Solo estamos buscando a un goblin con tres patas y es así que llegamos a este lugar. Si encontramos nuestras respuestas nos iremos... - Indicó la sacerdotisa.

Además de lo que ya sabes, puedes deducir que se trata de un demonio guardián, anclado al lugar donde se encuentra el pentagrama que le liga al plano de existencia donde ha sido convocado y cuya misión es mantener alejados a intrusos de dicho lugar.

- ¡Marchaos! - Dijo aquel ser con una voz profunda y cavernosa y con tono de voz muy elevado. - ¡No podéis estar aquí! -Les amenazó. - ¡El hombrecito de tres patas que buscáis estuvo aquí! ¡No entendió que debía marcharse! ¡Sed más inteligentes vosotros!

De pronto aquel ser se abalanzó sobre Gemme y trató de agarrarla con ambas manos. Sin embargo, quedó paralizado tres la pantalla cilíndrica de humo que parecía mantenerle anclado al interior del círculo arcano. 

- ¡Marcháos! - Insistió adoptando una voz diferente, mucho más humana y en cierta manera, menos hostil. - ¡Largo de aquí! ¡No sé cuanto tiempo podré contenerle!