Partida Rol por web

Evidentemente, como cabía esperar, Syrus no pierde detalle en la escena ni a los sonidos del comunicador, que nota rapidamente que Sicks ha dejado abierto. Pero trata de hacerlo disimuladamente. Y pone cara de cabreo. Eso siempre aleja a compañías indeseadas. Una lástima, debió escapársele una sonrisa cuando vió a Sicks por primera vez. Bueno, tanto da, al trabajo...

El hombre levantó la vista como si no le gustara la sorpresa. Al ver a Sicks pareció sopesarlo, analizarlo lentamente entre el bullicio de la cantina. Su compañero había quedado en silencio. Al fin, terminó de un trago su bebida y la dejó en la mesa mientras ofrecía asiento al piloto.

- No sabía que costara tanto confirmar una llamada. Hemos estado cerca de largarnos y habríais hecho un viaje para nada...corrijo, para quedar mal ante Roddo. Tenemos un encargo y necesitamos gente puntual, responsable y no demasiado curiosa. ¿Estáis listos para aceptar una misión exclusiva? Estas son las condiciones. No queremos otras misiones. Prioridad absoluta y discreción. Dedicación total al encargo. Informes regulares y fiables. ¿Hablas tú por todos?

No parecía haber visto el comunicador, sólo fijaba los ojos en los del piloto, como dos dagas pendientes de una orden para lanzarse hacia Sicks. El otro continuaba en silencio, bebiendo tan lentamente que podría estar bebiendo por evaporación.

Tock esperó a que el deslizador llegara al punto más cercano y apagó el motor. No hubo ningún problema. Bajó y revisó el vehículo. No parecía haber ningún problema a simple vista, pero era evidente que algo no estaba bien en aquel cacharro.

De pronto la señal del emisor que les quitó a sus agresores se iluminó débilmente. Eso era señal de proximidad. El contacto del emisor debía estar cerca.

Miró a su alrededor. Estaba cerca del Astropuerto, una zona de Anchorhead que conocía, con muchas tiendas y cantinas, y un par de matasanos que podrían hacerle un arreglo rápido. La zona era enrevesada y había gente transitando por las estrechas calles. No era muy fácil moverse, pero al menos sabía dónde estaba.

Sicks no cambió el rostro. Su sonrisa seguía demostrando confianza.
-No hacia falta llamada de confirmación porque sabeis que somos gente fiable y puntual. Y no creo que os hubierais largado porque habeis sido vosotros los que nos habeis llamado, no nosotros a vosotros. Teneis un trabajo y nosotros una nave. Somos rapidos, fiables y cuando hace falta un blaster, tambien somos rapidos y fiables. Se sentó en la silla que estaba vacia con cierta tranquilidad y parsimonia.
-Hablo por todos y como bien sabes...- Sonrió mas fieramente. -Roddo siempre tiene prioridad en cualquier trabajo. Como siempre tiene prioridad nuestro pago. Hablando de pago...-

Bah, amenazas huecas... Siempre igual. Estos malandrines ladran más que muerden. Ahora toca demostrar a ver quién tiene la mejor dentadura. Eso sí, en cuanto empiecen a olisquearse el trasero, me levanto y me voy.

Esperando a que Sicks acepte el trato, Seldon termina su bebida, prestando especial atención a si hay alguien que esté más atento a la conversación de lo que sería recomendable. Roddo tiene muchos enemigos, y no sería extraño que alguno estuviera por aquí husmeando.

Viendo que la conversación se encauzaba correctamente, Syrus observa "distraídamente" la colección de matones y gentes de mal vivir de la cantina, ya deambulen por ella ya formen parte del mobiliario. Siempre sin fijar la vista en ninguno por si hubiera alguien con ganas de pelea, que de esos siempre hay en un tugurio así. Y sin dejar de prestar atención al comunicador. Es poco probable que las cosas vayan a torcerse en las conversaciones, pero nunca se sabe...

Vagaba por entre la gente de Ancorhead. Le miraban. Seguramente pensarían que se trataba de un borracho al que habían echado de alguna cantina por propasarse con alguna bailarina o por tocar demasiado las narices al camarero, no sin antes llevarse el correspondiente escarmiento.

Sin rumbo aparente, se dirigía hacia uno de los mal llamados curanderos; quizás podía conseguir una cura a cambio de aquel deslizador en el que había llegado… aunque habría que convencerle. ¿O quizás existía otra alternativa? Una idea comenzó a fraguarse en su cabeza.

Los efectos de la adrenalina estaban comenzando a desaparecer. Las piernas le temblaban ligeramente y empezaba a marearse de nuevo. Vigilaba la señal del transmisor y sus alrededores en busca de caras conocidas… o de las que esconderse

El joven sonrió.
- Un buen resumen propio de un hombre sobrio. Muy bien. Éste es el trato.

El hombre hizo una pausa y miró detrás de Sicks, como queriendo asegurarse de algo. Luego prosiguió.

- Hay una mercancía que transladar. Es pequeña, pero puede ocasionar muchos problemas si alguien se va de la lengua. En principio, hablamos de algo sencillo. Del punto A al punto B. Sin embargo, una mercancía tan [I]extraordinariamente valiosa -[/B] remarcó haciendo más lentas las palabras - suele atraer intereses. Hemos hecho muchos esfuerzos para asegurar la confidencialidad, pero uno nunca puede estar del todo seguro. Vosotros sois su defensa. Vale recordar que si la mercancía se pierde, vosotros la pagáis...y creo que nada de lo que actualmente tenéis, ni vosotros mismos juntos, valéis tanto como ella. ¿Comprendéis?

Hizo una pausa para dar valor a la advertencia.

- Ahora, el dinero...claro. 10000 créditos ahora mismo, si aceptáis... y 20000 más a la llegada a vuestro destino que, de momento, sólo puedo decir que es un lugar conocido y concurrido. El precio no es negociable, pero no creo que eso sea un problema. Es un sabroso premio intermedio por la posibilidad entre un crucero de placer sin problemas junto con la posibilidad de tener algo más de...movimiento. Os daré el resto de la información junto con el dinero si aceptáis.

¿Qué decís?

En la cantina se juntaba lo más insidioso de la escoria de la galaxia, más o menos lo que cabría esperar. La mayoría de los presentes eran humanos, todos adultos y bastante curtidos, excepto algún jovencito algo descolocado y un poco asustado.

Un bothan se escurría entre las sombras, con ojos entrecerrados fijos en una hermosa twi´lek que acompañaba a un muy fornido tipo, bien cargado con bastante hierro para tirar abajo un caza imperial pequeño.

Dos gamorreanos reían escandalosamente de alguna anécdota, en una mesa repleta de jarras vacías, volcadas.

Nada más que añadir...penumbra, tumulto, y todo lleno de posibles sospechosos.

Seldon fijó los ojos en uno de los gamorreanos que reía. Estaba sentado de forma que encaraba la mesa que ocupaban Sicks y los otros hombres. Aunque parecía atento a las bromas de su compañero, de vez en cuando apartaba ligeramente la vista para observar al piloto.

La gente trataba a Tock como a un borracho más, poco interesados en otra cosa que no fueran sus asuntos y en que ese twi´lek no se les acercara demasiado. Tock no vio a nadie conocido, no era una zona que frecuentase. Cerca del astropuerto había bastantes cantinas, y muchas de ellas no eran recomendables para los que no estuvieran armados o, como él, para los que estuvieran heridos o magullados.

Una calle lateral le dio un momento de respiro. Sabría moverse por allí, al menos de momento, y podía dar con un sanitario con relativa seguridad o poner en marcha esa idea que se le había ocurrido.

El marcador parpadeaba con un silencio ronco, parecía que estaba cerca de la señal de emisión, pero sin una instrucción apropiada, el enigma de luces intermitentes era imposible de interpretar para averiguar una dirección.

-Suena perfecto...- Se echó un poco hacia delante. -Espero que no me estes haciendo llevar algo peligroso, sin avisarme antes. No quiero sospresas durante el vuelo. Ni explosivos ni bichos ni nada por el estilo.- Con una sonrisa, casi mas una mueca se volvió a reclinar.
-Bien, ya teneis transporte. ¿Cuando me lo traes y donde me pasas las cordenadas?.-

Vaya, vaya... Así que tenemos a un curiosón entre tantas personas que solamente se meten en sus asuntos...

Seldon opta por la discreción: no le apetece meterse en una pelea de bar delante de los tipos que acaban de contratarles, no quiere quedar como un marrullero.

Opta por esperar a ver qué sucederá después: si en algún momento el gamorreano se levanta, me dirigiré a Sicks, porsiaca.

Si permanece en su sitio, voy a esperar hasta que la reunión se acabe y a que Sicks & Co. salgan de la taberna. Me da en la nariz que pretenderá seguirnos... Y será entonces cuando trataré de atraparle fuera de la taberna.

Aún no hemos salido del espaciopuerto y ya nos miran raro... Eso va a terminar a tiros, seguro.

El hombre sonrió.

- Depende de cómo entiendas "peligro". Te aseguro que el encargo vale lo que pagamos, no estamos regalando nada, pero también puede ser un paseo sin mayor problema.

Rebuscó en sus ropas amplias hasta dar con una especie de tarjeta brillante.

- Aquí está la tarjeta de acceso a la terminal de carga 28. El objeto se desclasificará añadiendo la contraseña habitual. Mi amigo acaba de enviar una señal a vuestra nave con las coordenadas codificadas. El código de decodificación está en esta misma tarjeta, así que ya lo tenéis todo.

El compañero del hombre asintió neutralmente. El otro movió un poco la tarjeta, como si pensara.

- Entended que en cuanto os dé esta tarjeta, ya tenéis todo lo necesario para acceder al objeto, así que sois responsables últimos de cualquier percance. ¿Comprendéis? No responderemos de una tarjeta perdida, ni negociaremos desperfectos ni retrasos... a partir de ahora todo es pago...o retribución.

¿Está eso total y suficientemente claro?

El gamorreano continuó con la misma actitud mientras seguían con la negociación. Cuanto más observaba Seldom, más claro tenía que ese pedazo de grasa idiota estaba interesado.

Vale, al final el cerdo ese ha conseguido que nos fijemos en él más de lo que le conviene...

Me levanto de la barra y me acerco a Syrus; después de todo, no quiero interrumpir la negociación de Sicks.

Me siento a su lado y le susurro: Me temo que vamos a tener problemas... Ves aquél cerdo en la mesa cerca de Sicks? No te gires ahora. No le quita el ojo de encima, y creo que sus orejotas están más atentas a nuestros negocios de lo que sería recomendable. Tratemos de no montar un espectáculo aquí dentro, ¿De acuerdo? Pero estemos al loro.

Sicks mantuvo la mirada durante unos segundos y luego terminó.
-Eso no es del todo correcto. Esto no es un "dispara y olvida". Cuando la carga esté en mi nave, me haré cargo de la mercancía, no antes. No pienso quedarme con esta tarjeta y una cara de alelado mientras, por sorpresa, la carga vuela. Y entonces tengo que vermelas con el mismisimo Roddo sin haber llegado a tener la carga. Quizá pienses que acabamos de salir de la academia amigo, pero éste no es el caso.-

Ophara continuó sentado sin apenas inmurtase, como inmerso en sus pensamientos, pero totalmente atento a la conversación de Sicks
Eso es Sicks, yo he pensado lo mismo...- pensó para sus adentros.

Seldon se levanta de su sitio en la barra y se acerca a Syrus, tratando de no llamar mucho la atención. Parece que le susurra algo al oído...

Syrus echa un discreto vistazo al "cerdo" que le ha comentado Seldon.

-Dos opciones, o vas y le comentas simpáticamente que se meta en sus asuntos y le guiño el ojo con la mano apoyada en mi fiel Wynny(1) o dejamos que pase lo que tenga que pasar y al mínimo movimiento sospechoso le vuelo la cabeza. Te dejo escoger a ti -dice Syrus en un tono de tranquila conversación, sonriendo como si el comentario le hubiera hecho gracia y guiñándole el ojo a Seldon al final para remarcar el punto.