Partida Rol por web

- ¿Sera que estoy abordando esta prueba de la forma correcta? – Se preguntó Kain así mismo al ver que sus esfuerzos no servían de nada, pensó que quizás podría descubrir algo útil, pero no había logrado nada y estaba bastante irritado por ello. Normalmente podía ser paciente, pero no había podido quitarse de la mente de que seguramente el explorador ya le había ganado la carrera.

- Si sigo sin conseguir nada iré al bosque. - Pensó a la vez que intentaba concentrarse de nuevo.

Tras la sombra de la montaña, Razo pudo encontrar una abertura lo suficientemente grande para poder adentrarse a la montaña y, en una estúpida ensoñación suya, creer que el viento que circulaba por allí podría ayudarle a llegar a la cima de la montaña más rápido que por el camino que ya había dejado atrás.

Sin embargo, no todo iba a ser tan fácil como esperaba y, se armó de energía y con ancla en mano, intentó crearse una apertura lo suficientemente grande para poder adentrarse a la cueva, intentando no perder demasiado tiempo en esa tarea.

-¡Porras! ¡Qué error más tonto! - exclama Pipan, con más molestia que miedo, una vez a salvo de pie sobre los escalones sobre los que ha aterrizado con habilidad.

Pero la verdad es que ha adelantado un buen trecho.

Abandonada la idea de subir por la cuerda, se sacude el polvo, se estira, y empieza a correr escaleras arriba. ¡Seguro que todavía puedo hacer un buen tiempo!

Pero aun así, un poco después y más arriba, al pasar por el punto donde está agarrado el gancho que lanzó, alarga el brazo mientras corre y lo arranca de un tirón sin detenerse, arrastrando la cuerda detrás suyo.

Tiger se fijó como las cuevas estaban bien iluminadas, y tras avanzar por estos recovecos, encontró lo que buscaba, una gran abertura, y, sintiendo como todo el lugar comenzaba a vibrar, y la montaña a chillar, se lanzó. Al principio sintió como caía, y esperó lo peor, hasta que, de forma increíble, sintió toda la fuerza del viento, y como este lo comenzó a elevar a una forma tremenda. Su cuerpo se sentía tan ligero, que no tenía que hacer mayor esfuerzo para agarrarse de la hoja, y, subiendo a través de la abertura, fue viendo pasar todas las entrañas y la belleza de la montaña, hasta salir, tiempo después, de una gran abertura, en la cual podía ver la meseta en la cual tenían que reunirse. Al estar en altura se pudo percatar de que no era el único haciendo esta misma acción, y otros ya se dirigían, descendiendo, hasta el lugar de reunión.

Jin había ido bien en la prueba, hasta que llegó a este punto. Decidió comenzar a escalar la montaña por otro lugar, pero, mientras escalaba, se apoyó de forma equivocada, la piedra en la que estaba se rompió y perdió el apoyo, cayendo varios metros al piso, y golpeándose muy fuerte, seguramente la caída le provocaría grandes moretones.

Ivrels termino de descender de forma correcta, quedando a unos metros de la examinadora. Esta te miró con una sonrisa y te dijo;

- ¡Bien hecho! Eres la primera en llegar. Si sigues así cumplirás de buena manera el resto de las pruebas. No lo olvides, a veces la mejor fortaleza es la inteligencia y el conocimiento, no solamente la fuerza y la habilidad física. –

Dijo, mientras le levantaba el puño en forma de darle ánimo a la mujer, felicitándola por su desempeño hasta el momento.

Kyo utilizó su tiempo a solas sabiamente. La preparación que tenían le había hecho y permitido respirar y pensar en situaciones como esta, sobre todo, en cuando debía tomarse un momento para descansar y revisar sus heridas. Tras tomarse el tiempo suficiente para eso, estuvo listo, hasta que, algo le llamó la atención. Cuando se dirigía a lo largo de la caverna para explorarla y buscar un lugar para escalar, se fijó que el lugar estaba iluminado por una serie de luces que iluminaban el lugar, ¿El por qué sería eso así? No tuvo tiempo para pensarlo, puesto que volvió a escuchar el chillido de la montaña, pero esta vez, entendió que sucedía. Tras haberse internado a través de los pasillos, pudo sentir como una presión de viento inusualmente fuerte subía a través de la caverna, la cual, al acercarse a mirar, subía a lo largo de toda la montaña.

Kain decidió nuevamente intentar encontrar algún indicio sobre cómo debía superar la prueba. En específico, se dirigió camino el bosque, buscando si había algún secreto oculto en él, o desde él, en el que pudiera entender que estaba sucediendo. No lo alcanzó a notar, puesto que de repente, sintió como la piel se le empezaba a entumecer y comenzaba a sentir nauseas. Cuando se dio cuenta, había pasado la mano a llevar por una planta un tanto extraña, soltaba un líquido muy viscoso, y, a pesar de que Kain solo lo había tocado, este entumeció fuertemente su cuerpo, nublándole la mente y haciéndolo sentirse debilitado.

Razo, preparando el ancla, y utilizando toda su fuerza muscular, hizo pedazos todas las ramas que tapaban la entrada del túnel. El túnel realmente no recibía iluminación suficiente, por lo que tuvo que avanzar por este a ciegas, algo cercano a unos quinientos metros antes de notar algo que llamó su atención. Cuando iba al a mitad, empezó a ver luz al final del camino, y allí entendió todo. La abertura por la que había entrado daba espacio a un gran vacío que había en la montaña, y, por el cuál mirando, vio que la forma cónica de esta abertura había otras cuevas. Desde lo profundo de la montaña, cientos de metros más abajo por donde él estaba, sintió como la montaña comenzaba a retumbar y a chillar, y allí pudo sentir como una corriente de viento extremadamente fuerte subía a través de la montaña, con tanta fuerza que lo empujo adentro algunos metros desde donde estaba. ¿Podía estar allí la clave para lo que buscaba?

Pipan por su parte no se detuvo ni un solo segundo. Renovado, con nuevas energías, corrió a través de las escaleras con habilidad y energías renovadas, las cuales le permitían avanzar por el lugar con mucha habilidad, y sin sudar, además de sin cansarse. Le permitió ir apreciando todo lo hermoso que había en la montaña. Antes de que se diera cuenta, notó que no le faltaba nada para terminar de llegar a la meseta.

Tiger voló, literalmente a través de las entrañas de la montaña, pudo ver aquellos minerales hasta que la luz de sol lo dejo ciego por un instante, lo que hizo que aflojara ligeramente su agarre, cuando iba descendiendo pude ver que había mas que como el habían hecho uso de las hojas.

En sus prisas por bajar no controlo bien el paracaídas improvisado, aquella hoja le hacia bajar mas deprisa de lo que el hubiese querido, quizás le fallaron los cálculos al momento de elegir la hoja correcta para su peso. Descendía de prisa, controlado pero de prisa, algo tendría que hacer al llegar a tierra para no hacerse daño, lo pensó y planifico, al llegar al suelo soltaría la hoja y daría una voltereta.

Demonios ... demonios ... demonios ... demonios...

Así lo hizo pero algo no termino tan bien como lo había visualizado en su mente.

¿La primera? Estaba encantada, en realidad no sé lo esperaba. Hizo una leve reverencia a la examinadora agradeciendo la bienvenida. Miraba también alrededor a ver si veía a más gente - más que inteligencia, supongo que ha sido suerte, mis padres me trajeron cuando era muy pequeña, casi no lo recordaba puesto que lo pase mal. El resto lo ha puesto la propia montaña.

Viendo que la suerte le sonreía por primera vez desde que había empezado aquel examen, Razo intentó aprovechar al máximo aquellas corrientes que, a medida que subían, se hacían más débiles, llegando un momento que el peso de su cuerpo no era capaz de ser levantado por el viento como lo había sido metros más abajo. Esperaba haber adelantado bastante su camino pues, sin la referencia de la silueta de la montaña, no sabía la distancia que le restaba hasta la cima ni siquiera en qué parte de la misma se encontraba.

Con el espíritu derrotista sanado por completo con aquella acción, decidió internarse por los túneles que había allí, intentando guiarse por los que aparentasen una pendiente ascendente o por donde el aire estuviera menos viciado, así, si no podía llegar directamente a la cima, saldría a la ladera por una de las partes más altas accesibles.

¡¿Ya casi estoy?!

¡Voy a llegar el primero! piensa, dado que no ve ni oye nada del resto mientras avanza.

¡La primera prueba ya es mía!

Henchido de orgullo por estar a punto de ganar la primera prueba, Pipan da un último acelerón para apurar los últimos metros o peldaños que le separan de la meseta. Ya se imagina fardando de cómo ascendió el monte Haupmapunten ante su audiencia habitual.

Al ruido de sus pasos, añade un grito de entusiasmo-¡AAAAAAAAAA..!- y al llegar al último peldaño, lo remata con un salto, hacia la meseta envuelta en luz.

Nagayama, por supuesto, comprendía el problema inherente, por cabeza de músculo que pudiese parecer. Era una trampa.

- Wanna...

Posiblemente, era el caso, un camino fácil nunca era verdadero, imposible, no con la famosa Prueba del Cazador, si es que nada. Por otro lado, el desgaste anterior y el tropiezo insólito que tuvo antes lo dejó desgastado a tope, pero al tratarse con lentitud y, ciertamente falta de experiencia pero concentración que sopezaba la torpeza con uso de tiempo, le permitió aliviarse a un punto en el que, calculaba, estaba más o menos por sobre la mitad y no debajo. Le bastaba, sin embargo si le habían seguido o algo más, pues significaba batalla, inevitablemente, o al menos, tendría que lidiar con eso, pero para él era... Pues era lo único que sabía hacer bien excepto fallar estrepitosamente en todo lo demás. No estaba mal.

Tomó aire y se preparó.

- Ikô.

Tomó sus cosas y se arrastró a sí mismo, menos que un títere, pero también menos que un humano hacia donde venía el chirrido. Seguro encontraría una solución en forma de problema, como todo este tiempo. No se podía detener, y a más duro el inicio, más fuerte el repuntar. Reptar.

Kain no entendía que le pasaba, ¿Cómo podía ser tan torpe? Todo había comenzado muy bien. Había logrado salir del túnel sin sudar y siendo uno de los primeros y poco a poco parecía que todo empezaba a salir mal desde allí, estaba seguro de que llegaría de entre los últimos y eso le frustraba y le deprimía a partes iguales:

- Juro por dios que si no consigo una pista esta vez, hare una locura. – Dijo frustrado como si tentara al destino.

-¡Mierda!- maldijo en el suelo, enfurecido por haberse caído.

Había empezado bien el examen y por un descuido se dió un golpe fuerte. Se levantó de un salto y comenzó a estirarse y elongar sus extremidades. Tomó carrera, disparó dando largas zancadas y cuando estuvo cerca de la pared, dió un salto y comenzó a escalar hacia la abertura. Esta vez lo lograría.

Razo comenzó a escalar a través de la pared, lo cual ciertamente era difícil, pero fue avanzando. Así pasaron unos minutos, hasta que lo sintió nuevamente. El temblor, el aullido, la furia de la montaña. El viento lo movió con tanta fuerza que sintió como su peso y la vibración comenzaba a hacer peligrar su posición, hasta que las piedras cedieron y resbaló por algunos metros, pero se logró agarrar firmemente casi a la altura de la posición de la que había escalado. Pero, al llegar allí, se percató de algo que le llamaba la atención. Al menos cinco personas se lanzaban de las otras cavernas con unas hojas, y el viento los elevaba, tal alto que se perdían a través del techo de la abertura en la que estaba.

Ivrels, al levantar la mirada, pudo notar a la distancia como más personas iban llegando al lugar, algunos bajo el mismo método de ella, y si bien algunos tenían problemas para aterrizar, podía contar por la hora y el tiempo que restaba, que seguramente entre una veintena o una treintena de todos los participantes alcanzarían a llegar al lugar. Cuando le respondió a la examinadora, ella te respondió;

- Ah sí, ¿eh? Pues te deseo suerte, pequeña. El resto de las pruebas no será fácil, pero tengo esperanzas en que las superarás. –

Dijo, antes de desviar su atención al resto de los participantes que iban llegando. Pipan, por su parte, logró llegar corriendo hasta donde se encontraba la examinadora, pudo ver que allí ya se encontraban al menos cinco personas, entre ellas, la pequeña niña de cabello blanco y una guadaña. Al parecer, había habido una forma más rápida de subir por la montaña que el no había visto.

Tiger por su parte aterrizó de forma más brusca y algunas decenas de metros más atrás del resto, pero tras trotar un poco, se logró encontrar con el resto del grupo, frente a la examinadora. Habían algunas personas más allí, pero ciertamente se veía que llegarían algunos más con el tiempo que quedaba.

Kyo se sentía mejor, y tras eso, se acercó lentamente al fondo del túnel, donde notó, que había un gran pozo, una abertura en la tierra que se perdía en el fondo, y que subía a través de la montaña como un hoyo cilíndrico gigante. Con ello sintió como del fondo de la tierra provenía una fuerte vibración, y entonces entendió. La fuerza del aire que subía a través de la montaña, hacían sonar como la montaña “chillaba”, siendo una especie de flauta gigante, y lo que es más, pudo notar, como a través de otras cavernas que se encontraban sobre él, como otras personas, presumiblemente participantes, se lanzaban con unas hojas al vacío, pero la potencia del aire los elevaba hacia lo alto de la montaña hasta perderlos de vista.