Partida Rol por web

Finalmente, cerré la puerta y pasé el pestillo para que nadie entrase, y me senté en la otra punta de la cama:

-A ver, cuéntame...

-Túmbate, por favor.

Inhalé y exhalé lentamente para prepararme. Abrí el bote de desinfectante y puse un poco en un algodón. Mientras lo aplicaba con cuidado sobre la herida, comencé a hablar.

-Hace dos años trabajaba en Nueva York, en el departamento de homicidios y crimen organizado. Ya imaginarás... Suelen estar relacionados...

Dejé el algodón y agarré la aguja, metida en un sobrecito hermético. Lo abrí y coloqué con cuidado el hilo para heridas.

-Esto te va a doler un poco. -lo introduje en la piel con mucho cuidado.- Wulf... -la voz me tembló un poco. Respiré hondo de nuevo y continué.- Wulf era mi compañero.

15 de octubre de 1992. Jueves 14:00 de la tarde

Después de lo ocurrido el día anterior cenais y descansais, Johan os hace quedaros en una de las habitaciones de la casa principal, ya que la casa quemada no era habitable.

Al despertar veis que fuera está cayendo una fuerte tormenta y no tiene pinta de parar en todo el día, el gato negro, parece que os sigue, pues a donde vais podéis verlo. Al no poder salir y que os habéis levantado tarde, os quedais en la casa. La hora de la comida pasa amenamente, comeis una deliciosa comida servida por Ingrid, cuando estáis comiendoos el postre, el gato negro que está sentado en el regazo de Johan sale zumbando lanzando un prufundo bufido. Elijah dará un grito ahogado. Pálido, señala hacia el espejo que tiene frente a él, cuando mirais en esa dirección veis a la niña que os describió Elijah, parece que está corriendo, mira hacia atrás, grita y llora, se detiene, deja caer de sus brazos a un gato tuerto, es el mismo gato que hace unos segundos estaba en el regazo de Johan, el mismo que ha estado siguiendoos desde que llegasteis a la casa. El gato os mira tranquilamente, hay un brillo en sus ojos, como si fuera casi inteligente. La niña comienza a golpear el espejo.

Johan suelta un grito e Ingrid desmaya dejando caer la bandeja que tenía en sus manos. Johan intenta reanimar a Ingrid aunque solo musita:

- Erika...Erika... Eri...

El ambiente se carga y se hace casi irrespirable, se oye una respiración honda y enfurecida, la mesa comienza a moverse, los platos saltan y se estrellan contra el techo, los cajones salen volando esparciendo todo su contenido por la habitación, las ventanas estallan en mis pedazos saliendo los cristales hacia el exterior. La mesa se parte primero por la mitad, haciendo que os alejeis cayendoos de las sillas, después la mesa se agrieta por otros sitios y por último el espejo empieza a vibrar

Gracias a los calmantes de Jack había conseguido dormir aquella noche. Era una de las pocas veces que había conseguido dormir del tirón. Pero aún así, me sentía con una presión sobre el pecho. Había sido la primera vez en dos años que mencionaba el nombre de Wulf. Aquello era de locos.

La tormenta arreciaba, así que no pude salir a investigar los alrededores. Realmente me habría gustado. Se respiraba un ambiente tenso en la casa.

Cuando comenzaron los sucesos paranormales, casi sentí como si fuera salirme el corazón por la boca, pero respiré hondo y mantuve la calma. Corrí hacia el Elijah, apartándole de allí. El espejo parecía a punto de explotar.

-¡A cubierto!

Observo el espectáculo sin moverme del sitio. YA había tenido suficiente la noche anterior, y la tarde, y la mañana, así que sin pensármelo dos veces desenfundo el revólver y apunto al espejo y luego hacia todos lados:

-¿Pero que mierda es todo esto? ¡Al suelo, todo el mundo al suelo u os golpearán los objetos!

Nathan se acerca a Elijah y lo tira al suelo cubriendolo y cubriendose él tambien, Johan cubre a Ingrid con su propio cuerpo. Mientras Jack apunta al espejo, pero de pronto sus manos tiembla, cae al suelo de rodillas y empieza a gritar y llorar en un ataque de histeria.

Todo parece haberse calmado, menos el espejo que sigue teniendo la imagen de la niña en él, segundos más tarde tal como había dicho Nathan el espejo estalla y salen cristales por todos lados, algunos de los cristales se clavan en el bajo vientre de Jack haciendolo caer al suelo inconsciente.

Unos segundos después de que todo haya acabado en el lugar reina un sepulcral silencio, roto solo por los sollozos de la ama de llaves que ya está despierta y esta rozandole a Dios que los protega de esos demonios

Levanto la cabeza tras escuchar el ruido de los cristales. Todos parecían estar bien... Menos Jack. Me levanto corriendo y me acerco hasta él.

-¡Jack!

Le agarro con fuerza el hombro y le sacudo ligeramente para intentar que no se deje llevar por el pánico. Con cuidado, examino las heridas. Esperaba que no fueran profundas.

-Jack, ¿puedes oírme?

Respiro lentamente. Era necesario un plan de acción.

-Elijah, avisa a un médico. Ingrid, traiga agua y gasas. Quizás podamos ayudarle hasta que venga un médico. Johan, ayúdeme a llevarle a la habitación.

Le aparté la ropa, percibiendo mejor la herida. Los cristales estaban demasiado profundos. No podría quitarlos sin un fórceps. Di un gruñido grave.

-Elijah, ¿ese médico viene o no?

La mujer me trajo unas pinzas lavadas. Posiblemente de ellas. Tendrían que hacer el apaño. Respiré hondo mientras retiraba con cuidado los trozos del espejo. Notaba como caía el sudor por mi nuca.

-Jack, grandísimo idiota. Deberías haberte puesto a cubierto. 

Finalmente, los fragmentos habían sido retirados. Por suerte eran pocos, aunque grandes. Limpié con cuidado y desinfecté. Ahora, sólo me quedaba esperar y hacer algo de presión hasta que vinieran médicos.

-Johan... ¿De dónde salió ese gato tuerto? ¿Pasó algo con el otro gato?

No era el mejor momento, pero no habría otro mejor.

Entre Elijah y Nathan llevan a Jack a su habitación, Nathan revisa las heridas y ve que no son profundas, por lo que le dice a Ingrid que no hará falta medicos ya que él se encargará, empieza a extraer los cristales y a ponerle vendas, es una suerte que los cristales solo estuvieran superficialmente impactados en su vientre, cuando termina Jack está casi como nuevo, ha despertado y aunque siente dolor, puede moverse, aunque seguramente no debería correr hasta que no esté curado completamente, seguramente al dia siguiente

Le acerqué un par de analgésicos. Los iba a necesitar. Me cruzo de brazos con una mirada furiosa.

-Deberías haberte puesto a cubierto como todo el mundo. Un poco más profundo y esa niña te habría convertido en un jodido colador.

Me rasco la cabeza, pensativo.

-¿Qué crees que ha sido eso, Jack? ¿Una advertencia o simplemente ha intentado matarnos? -suspiro mientras me acaricio el mentón. Esos asuntos escapaban a lo que sabía del mundo.- Esa niña quería que Elijah viniera aquí. 

Me incorporé un poco con las manos en el abdomen:

-Joder, alguien se tenía que quedar de pie para verlo todo, y si hubiese visto a Eli en peligro me hubiese interpuesto ante cualquier cosa, para eso me entrenaron.

Puse un pie en el suelo y le dije:

-Y no corras tanto, lo primero es inspeccionar que sea una aparición real y no un gracioso poniendo petardos tras una pantalla ne forma de espejo, hay mucho listillo últimamente, y seguro que salisteis corriendo sin verificar y ahora todo estará bien limpio.

Me levanto la camiseta:

-vaya vendaje... y también habría que preguntar a la doncella si esto ocurre a menudo, o como  mínimo si pasan cosas raras por aquí.

Doy un largo y lento suspiro. Tenía razón. Me estaba dejando llevar por los nervios. Quizá fuera un montaje. Pero, ¿y los sueños de Elijah? Habría que examinarlo más detenidamente.

-No te puedes levantar en unas hora, Jack. 

Me senté a su lado. 

-Estoy cansado de esto. Es hora de hacer todas las preguntas incómodas, y van a tener que responder. Has salido herido por ello.

Suelto un gruñido bajo. Aun no había recuperado toda la paciencia que había perdido ayer.

-Descansa. Hablaremos en cuanto acabe de hablar con todo el mundo.

Saco el revólver y lo pongo debajo de mi almohada como siempre. Miro el teléfono y pongo la alarma:

-Una hora has dicho...

Igualmente, no iba a dormir, pero si descansar.

Cerré la puerta con cuidado. Me solté la coleta, intentando enfocar mis siguientes movimientos. De momento, nadie podía salir. Si había sido un engaño, debía seguir ahí.

Hablaría primero por Johan. Saqué una libreta del bolsillo de mi chaqueta. Sin duda lo necesitaria. Me percaté que la camisa estaba un poco manchada de sangre. Aunque me gustaba estar impecable, no era tiempo para eso.

Me senté en un sillón al lado de Johan.

-Vamos a empezar con esto. Voy a hacerle una serie de preguntas, y quiero que me las responda en orden, sin que falte una. Si no lo sabe o no lo recuerda, simplemente dígalo. Intente ser lo más exacto o conciso que pueda.

Saqué la pluma.

-¿Cuándo fue la última vez que fue vista la niña? ¿La gata salió aquel día de la casa? ¿Hay algún mapa que se pueda ojear? ¿Hubo algún lugar que no fue examinado por algún motivo en concreto? 

Le lancé una mirada adusta, esperando sus respuesta.

Buscas a Johan, pero lo encuentras en su habitación, está en estado catatonico, mirando a la nada, susurrando de vez en cuando el nombre de Erika, por más que lo intentas no consigues sacarle ni una palabra, parece que sigue en estado de shock

... Me da un tic en el ojo. De todos los momentos en los que podía pasar esto, tenía que ser ahora. Bien, vería si Ingrid o Elijah estaban bien... O al menos lo suficiente para poder responder a mis preguntas.

Ingrid y Elijah están en la sala, los dos están algo nerviosos, pero lo suficientemente bien como para responder

Gracias, Dios. Me acerqué a ellos y me senté en un sillón. Crucé las piernas por los tobillos y les lancé una mirada adusta. Estaba de peor humor que al principio.

-Necesito que respondáis a mis preguntas, ya que el señor Johan no puede hacerlo.