- Quisiera saber entonces si ya se encuentran listos para partir. Si no hay mucho que agregar, podríamos comenzar con la operación. ¿No les parece? - Nihela envuelve el pedazo de pergamino que contiene el plano incompleto del laberinto al cual se dirigen.
-Por mi está bien Nihela, tomemos el equipo, las provisiones y partamos en este mismo instante - Dijo Justin muy decidido - Que Fharlanghn nos ayude y nos guíe en nuestra misión!
Nihela mira a cada uno de los integrantes de la compañía de forma interrogativa. Espera que éstos le den una respuesta.
- ¿Qué dicen entonces? -.
Un breve cabeceo afirmativo fue la única respuesta de la elfa a la pregunta de Nihela. Se colgó el arco a la espalda y comprobó que todo estuviera en su sitio, especialmente el broche al que tanto cariño tenía y que ajustaba su capa por delante.
- Estupendo... saldremos de noche... a un lugar desconocido... sin saber a que nos enfrentamos... en un laberinto del que no tenemos plano alguno... sin estrategia... que puede salir mal? -
Me encamino hacia la puerta acomodandome dentro de mi tunica en espera de las inclemencias del tiempo que puedan esperarme al cruzar el umbral. Colocandome junto al picaporte lanzo una ultima mirada de complicidad en la seguridad del hogar a la elfa y al enano antes de, sujetando el pomo con intencion de abrirla...
- Vayamos pues, en busca de lo que nos depara ese... laberinto -
Yo sigo en mis trece de hacer una estrategia por nuestra cuenta en vista de la lluvia de nudillos que a buen seguro nos va a caer en esa cueva... estais conmigo?
El bárbaro enano está con el sombrío humano y con la despampanante elfa xD
Al ver que el hechicero se encamina hacia la puerta, Eliana se dirige a Nihela y le coloca suavemente la mano en el hombro.
Pese a que Eliana había visto la mirada cómplice de Eidos, no fue ésta el motivo de que la elfa saliera tras él al umbral de la casa de Nihela. La elfa necesitaba salir de allí, necesitaba el aire el exterior y confiaba en que el aire fresco le ayudara a recomponer sus ideas.
Creo que quedó claro, si nos separamos, por mi no hay problema en permanecer juntos, pero a mi me da que vamos a acabar llendo todos juntos al laberinto...
El aire del ocaso se introduce por los pliegues de mi tunica provocandome un escalofrio que recorre mi espina dorsal desde el sacro al atlas. De manera instintiva me arrebujo aun mas en la lana roja que cubre mi cuerpo. A mi espalda oigo el movimiento furtivo de unos pies ligeros que suplican un presagio a mi diose de la magia.
Tras oir la traduccion de la picara, no puedo evitar alzar la cabeza hacia el orbe nocturno y dibujar una extraña sonrisa con la comisura de los labios. En cierto modo, la presencia de la luz de la luna calienta mi cuerpo.
Noto como la elfa se acerca y me pregunta algo que llevo tiempo esperando. Algo que a todos los demas se les ha pasado por alto. Algo que, no obstante, no ha abandonado mis pensamientos desde los incidentes del dia anterior en el circo...
- La respuesta es sencilla, querida Eliana... Él es el Dragón... En el circo estaba preso, encadenado y esclavizado a manos de los enemigos de Ivellios... Yo le ayudé a escapar. -
Vuelvo la cabeza directamente hacia la elfa mirándola con mi extraña mueca maquiavélica
- A cambio él me mostró cosas... de su pasado... y seguramente de nuestro futuro. -
Aparto de nuevo la vista y vuelvo la mirada al cielo nocturno que comienza a poblarse de estrellas
- No obstante, y aunque comparto tu idea de que seguramente volveremos a verlo... no será esta noche... no será en el laberinto... al menos, no lo siento...-
Al internarse en los bosques que de colores diferentes tiñen el paisaje, la humedad del aire sube. Nihela los despide desde la cabaña y les desea éxitos en la misión. Su mirada se ve melancólica al ver partir a Donovan. Le asustaba no poder volver a verlo pero creía y tenía fe en el éxito de su misión, tal y como Eliana le dijo antes de partir.
Donovan liderando la expedición, los lleva a través de caminos oscuros y algo tétricos. Cuando en un momento, el camino se tiñe de pequeñas luciérnagas que muestran un sendero. Ante ustedes una enorme cueva se abre en el paisaje.
Daremos por hecho que todos se encuentran en disposición de viaje. Esta escena está cerrada.