Partida Rol por web

El pulso se le aceleró ante el desencadenamiento de los hechos, Karlack asió el a arma con fuerza ante lo que puediera llegar, y se dispuso a seguir las instrucciones de Evea y Theonil.

Si tenía que correr, correría. Si tenía que pelear, pelearía

Gaëlle llevaba un rato dándole vueltas a lo que había pasado desde que llegó allí. La visita de su hermano, la misión que le había encomendado, Theonil y su grupillo... ¿Por qué se había unido? ¡Ah, si! Por el pase al distrito élfico, casi lo había olvidado. A decir verdad hace un par de horas lo ultimo que esperaba era verse en aquel follón, ¡con lo bien que se lo había estado pasando! Además, aquellos contrabandistas parecían un tanto extraños ¿Desde cuando se hacían ritos para meter mercancía en la ciudad? ¿Y si no eran contrabandistas? ¿Tratarían de invocar a alguna terrible criatura mágica? Tambiém había visto a Pia en la ciudad, casi lo había olvidado... iba a tener que buscarla. ¿Era el festival de Zoquejo siempre algo tan complicado? 

De pronto Karlack desenvainó su espada y ella fue consciente de los ruidos que venían del interior. Se había distraído completamente. Todo lo rápido que su estado de ebriedad, su mal puesta armadura y su sorpresa le permitieron, desenvainó su estoque y se dispuso a correr hacia la puerta a ayudar a sus compañeros. 

Evea y Theonil retrocedieron hasta la puerta exterior, por suerte sus compañeros parecían haber escuchado el jaleo y pudieron ver a Karlack ya a éste lado de la esquina y a distancia para llegar hasta cualquiera que superara el bloqueo que los dos exploradores hacían en la puerta. Drieric estaba junto a él con sus armas listas y Gaëlle, aunque confusa, se mantenía a la expectativa justo detrás.

Sonó el ruido de la puerta interior al abrirse con fuerza y ambos pudieron ver al guerrero que montaba guardia corriendo hacia ellos con cara furiosa, detrás de él apareció lo justo un tipo, al que Evea reconoció de la caravana, gritando:

-"¡Alto ahí esto es propiedad privada!" - aunque tanto uno como el otro llevaban armas en la mano, el guardia espada y escudo además de sonar claramente una armadura debajo de su tabardo. Era obvio que se había apresurado todo lo posible detrás de los huidizos incursores. El segundo llevaba una espada corta y una daga de aspecto desagradable, llevaba puesta una armadura de cuero tachonado untada para quedar oscurecida y matar los brillos que no hablaba nada bien de sus costumbres.

Cuando vieron que la pareja se paraba terminaron su carrera, acercándose con desconfianza y las armas preparadas, aunque no de forma hostil.

-"¿Que demonios estáis haciendo en nuestro almacén? ¿Por qué os estabais colando a hurtadillas? Será mejor que habléis si no queréis problemas" - el que hablaba era el que iba detrás, el guardia le miró con desagrado soltando un gruñido, pero no dijo nada.

Theonil y Evea escucharon claramente dentro del almacén el sonido de una madera pesada cayendo al suelo y más allá de la esquina contraria donde esperaban sus amigos, el sonido de la pesada puerta carretera que se deslizaba sobre el suelo. También creyeron distinguir a lo lejos el sonido de otra puerta, mucho más ligera, al cerrarse; pero no podían precisar ni la distancia ni la posición de esa puerta, aunque la lógica dictaba que fuera la puerta interior del otro habitáculo o el portazgo de la puerta opuesta a la que ellos dos custodiaban.

Karlack se puso en guardia con su arma y esperó a que sus compañeros decidiaeran si hablar o atacar

Gaëlle se detuvo junto a Karlack, y esperó. No quería ser ella quien desencadenase el combate. ¿Tenían Theonil o Evea algo pensado para solucionar aquello? 

 Viendo que los segundos pasaban de formaa eterna y Theonil ni Gaëlle parecían dar muestras de querer hablar, lo hizo la joven de tez oscura.

 - Nos llegaron unos feos rumores de que algo desagradable se estaba urdiendo en este almacén. Entramos para ver si teníamos que darles crédito o no.- Dijo, sonando su voz más tensa de lo que le hubiera gustado. Normalmente nunca llevaba la voz cantante, dejándoselo a Tianna en su lugar. Pero ella no estaba.

Con un gesto algo más agradecido por que alguien rompiera el silencio me voy echando ligeramente hacia atrás para guardar distanciaas y añado:

Y más vale que obtengamos respuestas. Si nos dais lo que hemos venido a buscar me encargaré de que la teniente al cargo sólo os prohíba la entrada a Zoguejo. Si no... Podéis arriesgaros. Pero estáis en clara desventaja, y no es necesario que echéis vuestras vidas a perder sólo por un puñado de monedas que no llegaréis a disfrutar.

La situación estaba realmente tensa, los compañeros no tenían ninguna duda de que los tipos del almacén sabían de la presencia de Karlack, Theonil y Gaëlle cerca, probablemente eso les mantenía bajo control.
Por un momento las palabras de Evea parecieron tener un efecto relajante sobre la situación. Evea y Theonil que los tenían a la vista pudieron ver cómo se relajaban visiblemente, aunque no perdían su postura beligerante, el resto pudieron oír el tono más relajado del tipo que estaba más allá de la puerta al contestar.

-“Pero ¿qué está diciendo, señorita? Somos honrados comerciantes y estamos preparando el almacén para poner una tienda de joyas. Les avisaremos cuando esté abierta, pero aún quedan semanas de trabajo.” – no hacía falta el talento de Theonil para darse cuenta de que el tipo mentía miserablemente, su frase había sondado tan hueca que ninguno tuvo dudas de que la tenía aprendida de antemano para soltársela a cualquiera que le preguntase. En particular el aasimar notó claramente que la idea de Evea de registrar el local le había puesto extremadamente nervioso, al investigador no le cupo duda que presionar en ese tema provocaría una respuesta hostil.

El comentario de Theonil, no rompió la fachada de los tipos, de hecho incluso reforzó su credibilidad, dado que de forma mucho menos artificial añadió, siguiendo la historia:
-“No sé de que habla, caballero. Aquí no hay nada que pueda haber venido a buscar, como le digo aún no hemos abierto de modo que no tenemos género de ningún tipo aún. Si le han dicho que tenemos algo robado o ilegal, le engañan, porque el almacén aún está vacío.”

Pero en ese momento todo se complicó, en el momento nadie tuvo muy claro lo que pasó o como se lió la cosa, pero lo que parecía que podía resolverse con una conversación tensa se torció sin que nadie supiera muy bien cómo ni porqué. Aunque alguien en particular podía tener una pista más que el resto.
Todo empezó cuando, por sorpresa para Karlack, Gaëlle y Drieric, por el fondo giraron otros tres tipos, Theonil y Evea ahora sabían porqué sonaba como si estuvieran abriendo la puerta carretera. Nadie tuvo dudas de que habían oído la conversación, pero su actitud parecía similar a la que tenían los otros dos tipos, hosca y pendenciera pero no hostil. Dos de ellos iban parecidos al tunante que se escondía tras el guardia, con armadura de cuero, espada corta y daga aunque cada una de su padre y de su madre, dando más el aspecto de matones callejeros que de guardias profesionales. El tercero, con barba de tres días, aspecto más maduro y mirada ladina, tenía una pinta más peligrosa e inteligente, estaba detrás de los tunantes y llevaba un estoque tintado de negro bastante mejor que las armas de sus compañeros, una armadura tachonada bien engrasada y pintada de negro aunque gastada y un broquel pulido y oscurecido todo su equipo gritaba a distancia “maleante” pero difícilmente se podía considerar ilegal de por si.

Se aprestaron en el flanco de Evea y Theonil, justo al lado contrario de donde se habían posicionado Karlack, Gaëlle y Drieric, a quienes tenían perfectamente a la vista, dentro de lo oscuro que estaba todo, a diferencia de los tipos de dentro que aunque les hubieran oído no podían saber quienes eran ni, tal vez, cuántos.
Entonces uno de los navajeros de la primera fila pestañeó, mientras miraba fijamente a la hermosa Gaëlle, unos segundos después sus ojos se abrieron de sorpresa al reconocerla, muy excitado y nervioso gritó:

-“¡Maldición!, ¡Es Bellerose, y trae a los mercenarios de la caravana! ¡Traición! ¡Ese bastardo de Deveraux nos ha traicionado, os lo dije! ¡Sabía que no debíamos hacer caso a aquella puta!”.
Las palabras no tenían nada de sentido para la mayoría de los nuevos compañeros, y muy poco para la otra, pero aparentemente tenía mucho para los tipos del almacén, pues la actitud de todos ellos pasó dramáticamente de hosca y desconfiada a una hostilidad criminal cuando se aprestaron a atacar, y de forma peligrosamente letal. Sus aceros desenvainados pasaron de una posición defensiva a una ofensiva y su actitud cauta y preparada dio paso a posiciones de combate.

No sé de qué traición hablas...perro, pero te juro que si alzas el arma contra nosotros serás lo último que hagas.- el guerrero estaba acostumbrado a reaccionar rápido, así que en cuanto la situación se hizo preocupante decidió actuar....quien golpea primero, golpea dos veces.- pensó

Cuando Karlack colocó su espada con puntería entre Theonil y el quicio de la puerta pudo ver que el guardia mantenía elevado el escudo, encarando al aasimar, de modo que al bajar el tajo contra la pierna del hombre éste no pudo hacer nada por detener el golpe que hendió la cota de malla produciendo un grave tajo en la pierna del tipo. Herido y un poco tambaleante se rehizo, decidido a seguir dando batalla.

Con una expresión seria y concentrada Theonil apunta con su ballesta

¡Os lo advertí! ¡El que se rinda no sufrirá daño alguno!

Con una cuidada trayectoria la ballesta pesada lanza un virote destinado a ese hombre que parece ser el más importante. si cae él caerán todos...

Theonil se apresuró a retirarse un poco para evitar quedar al descubierto frente al guardia cuando se concentrase en disparar, las prisas por acabar el combate poniendo fuera de juego al que parecía el líder y la dificultad del disparo se conjugaron contra él y su virote salió demasiado alto.

El joven y apuesto humano se llevó una mano a la mejilla derecha, acariciando la cruz que formaba una cicatriz en ella. Gaëlle, que aún se encontraba justo detrás de él, pudo oír cómo rechinaba los dientes, con un movimiento tan veloz que pareció volar llegó junto a Gatuzzo rodeando al matón que estaba delante, sin importarle dejar su flanco descubierto y lanzó un tajo profundo con una de sus espadas, Gatuzzo no consiguió esquivarla, ni bloquearla con su broquel, pero la punta rechinó ruidosamente contra una de las tachuelas metálicas de su armadura y salió desviada.

Afortunadamente para Drieric su agresivo ataque había conseguido desequilibrar al contrabandista, que lanzó un tajo tan lejano que el humano no tuvo ni que apartarse y se aprestó a seguir luchando con Gatuzzo en un uno contra uno riendo mientras llevaba su segunda espada a su cicatriz.

"Te voy a hacer una de estas, como agradecimiento. En el corazón."

 La joven adoptó una postura de en guardia, separando levemente las piernas y centrando su peso en las puntas de los pies, manteniendo la distancia, con la punta de su lanza amenazando la entrada donde se encontraban los bribones se desplazó haciendo un leve arco, alejándose de los bribones del flanco, tras terminar el movimientó lanzó un empalamiento hacia el umbral.

 - Gaëlle, ve en busca de los guardias, corre.

La lanza de Evea se deslizó entre el guardia y el quicio de la puerta, buscando al escurridizo contrabandista situado detrás. Por desgracia el tipo hurtó el cuerpo hacia el interior del edificio y el lanzazo que podría haber sido certero golpeó con el marco de la puerta perdiendo la oportunidad de atravesar al pícaro.