Partida Rol por web

La elección de Theonil no había conseguido cuadrar del todo con lo dispuesto por Evea, ni con su propia previsión. La taberna estaba poco menos que abarrotada y un tanto ruidosa, el exterior distaba mucho de serlo menos. Por suerte consiguieron un rinconcito en el que refugiarse, el jolgorio general, aunque ligeramente molesto, les daba una inusitada privacidad, ya que nadie que no estuviera en el círculo que formaron los tres podría enterarse de lo que hablaban.

La prontitud con que la camarera se acercó a tomarles nota y traerles la comanda les sorprendió, la chica que se había presentado el día anterior como Trellana, conservaba su sonrisa y su simpatía al atender intactas, a pesar de que como pudieron comprobar, con la aglomeración sus notables habilidades para esquivar manos largas resultaban insuficientes.

Entre buen alcohol, música alegre de fondo y conversaciones un tanto sombrías avanzaron la tarde. Un tiempo después llevaban la segunda ronda trasegada y los temas que querían hablar casi tratados por completo cuando vieron llegar a Gaëlle, luciendo un llamativo vestido y muy arreglada; parecía venir con prisas y hasta que quedó claro que se dirigía hacia ellos, tuvo los mismos problemas para transitar el concurrido local que la camarera antes que ella, luego al ver que dirigía hacia el grupo de aspecto peligroso, parece que los manos largas se sintieron intimidados por sus compañeros y dejaron de sacar a paseo sus zarpas.
Lo cierto es que la bardo venía un poco sofocada puesto que tras retocarse después de su primera actuación y atravesar todo el mogollón de la Feria, llegaba con el tiempo justo de tener una conversación rápida en la taberna y llegar a su siguiente escenario con un poco más del tiempo imprescindible para subir a su actuación, con un suspiro pensó en la ordalía que le esperaba para atravesar de nuevo el Festival, de vuelta al escenario que estaba a apenas dos manzanas de la posada de Limyè Maten de donde venía justo ahora.

Antes de ir a buscarles, Gaëlle había tenido que hacer una visita a la posada donde se hospedaba para retocarse tras la ultima actuación, poner a buen recaudo la mayor parte del dinero obtenido, comerse un ligero tentempié, y buscar un vestido acorde con lo que le esperaba. Tras el espectáculo que había dado se había generado bastante expectación, y para cumplir con las expectativas la actuación en el escenario principal tenía que ser aun mejor en todos los aspectos. Quizá lo mejor hubiera sido que se hubiese descansado y se hubiese preparado con calma, pero en aquel momento su trabajo no era lo único que tenía en la cabeza.

Aun con la prisa no se olvidó de coger la poción que le quedaba. Confiaba en no necesitarla, pero prefería tenerla cerca en caso de necesitarla. También se aseguró varias veces de que el colgante que siempre la acompañaba descansaba sobre su pecho. 

Cuando entró en la posada podía reconocérsela al instante, sin siquiera necesidad de verle la cara. Su presencia llamaba la atención a leguas de distancia. Llevaba un vestido de corte asimétrico, de color turquesa oscuro, sujeto solo en uno de los hombros y de aspecto liviano. Sin ceñirse a su cuerpo, como lo había hecho el de la noche anterior, resaltaba igualmente las curvas de su figura, y su corta falda, acabada un palmo por encima de las rodillas, dejaba a la vista sus esbeltas piernas, que se apoyaban sobre unas sandalias de imposibles tacones. A la espalda llevaba cruzado el laúd, y aparentemente eso era todo.

Ignorando completamente al resto de los clientes, y las intenciones de sus largas manos, caminó con presteza hasta la mesa donde se encontraban, saludó a todo el mundo y tomó asiento.

Tras detenerse unos segundos a recobrar el aliento, fue al grano.

-¿Os ha contado Karlack ya lo que necesito? – preguntó, confiando en que el guerrero ya lo hubiese hecho. Ahora no iba a tener tiempo para volver a explicar sus motivo – Necesito darle un mensaje a la futura doncella del unicornio – explicó bajando la voz, para que solo le oyesen en la mesa, sin tener muy claro de si aquella medida era necesaria o no - ¿Creéis que habrá algún problema? ¿Me ayudareis?

 Tras saludar a la muchacha con un gesto la escuchó, directa al grano, al parecer el tiempo le era escaso. Ante sus palabras miró de forma inquisitiva al guerrero y luego de nuevo a Gaelle. Cerrando la boca en un rictus de negación reforzó el gesto con una muda negativa.

 - Mmmm, no, Karlack no me ha dicho nada... por lo menos a mi no. Por cierto, estás estupenda.

 Dice mirando con cierta envidia como le quedaba la ropa. Evea no era fea, ni mucho menos, pero su vida espartana, con más tiempo pasado en la intemperie que en un salón, habían hehco que el cuerpo se le endureciera y quizás estaba un poco demasiado musculado y fibrado. LE encantavan las curvas femeninas que dominaban el cuerpo de la juglar.

 Nada más llegar a la abarrotada posada, la joven dejó escapar una sonrisa en un leve bufido.

 - Tranquilos, tranquilos tal vez no sea la palabra.- Dice sonriendo.

 Una vez sentados en la mesa, antes de que llegue Trellana con la comanda le comenta a Theonil.

 - Ante las palabras de aquellos ancianos... no temas. O por lo menos no creo que debas temer por tu hija, tengo varios indicios de que a quienes se referían es a Tianna, la Sierva de la Diosa, el Caballero Rojo.- Tras una pausa, añade, con cierta congoja en la voz.- Pero... pero no todo es tan sencillo. Por lo que he podido atar de los ancianos, y la intervención que nos propició el padre Merryl, un peligro se acerca... un peligro ominoso Theonil. Varios siervos de Orkus se acercan. Lo peor es que algo o alguien les ha llamado.

 Entonces llega Trella con la comanda con lo que aprovecha para reclinarse en el asiento, dejando que Theonil digiera aquella información. Una vez la mesera se larga para hacer otros encargos, Evea alza las cejas en gesto interrogador.

 - Por cierto, ¿qué querías contarme?

En el fondo me lo temía, ¿sabes?  Dije mordiendo un labio. -El problema es que mi hija está en el centro de esos acontecimientos. Es la favorita para ser la elegida del unicornio, Evea. Y si algo viene hacia aquí, le afectará también a ella. No hace falta ser ningún detective del tres al cuarto para darse cuenta de que algo raro se está cociendo aquí en Zoguejo. -Pido escuetamente un vaso de té; llevaba demasiado alcohol estos días -Me lo dice mi intuición; algo raro ocurrirá, y puede que tenga que ver con mi hija. Lo mejor que podemos hacer es que echemos un vistazo por los alrededores del bosque, y luego seguirla desde lejos. Me apena pensar que quizá tire por la borda todo su esfuerzo. Pero me apena más verla muerta. Y si tenemos la mala suerte de que mis presagios se cumplan, quizás obtengamos alguna pista que nos conduzca a Tianna.

Cuando entra Evea abro los ojos como platos, y dándole un sigiloso codazo a Karlack escucho las palabras de la bardo.

-Claro, no hay problema, Gaëlle. conozco a su padre, se la daré en seguida. ¿De que se trata?

La bardo se quedó entonces boquiabierta, con los ojos como platos, mirando directamente a Theonil.

-Tu... conoces... – comenzó, totalmente descolocada – ¿Tu conoces a la futura doncella?

Gaëlle empezó a mostrar una mezcla entre confusión y alegría, que trataba de contener.

-Vaya, creía que... – se llevó la mano a la cabeza, revolviéndose con suavidad el flequillo - que sería más difícil... Bueno, el caso es que...

Cogió entonces el laud, y de la parte posterior, que quedaba oculta entre la madera y su espalda, despegó una pequeña bolsa, de la que sacó una pluma y un trozo de pergamino*, y comenzó a escribir, deprisa pero con elegante caligrafía. Tras unos segundos lo dobló, escribió Para Notcha, y se lo entregó a Theonil.

-Dile que le entregue esto a Notcha, si es que se cruzan...  fue elegida por el unicornio en el ultimo festival... creo que ella tendrá más posibilidades de verla que yo.  No pido que la busque, que intente convencerla de nada o cualquier cosa que pueda suponer un esfuerzo... solo que... - miró suplicante a Theonil -  si la ve, se lo entregue... o le pase el mensaje... Nada más. 

Ásvaldr te quiere, te ha buscado, y te esperará el tiempo que haga falta. Si aun te importa, por favor, trata de contactar con él. 

Ahora se encuentra en el norte, luchando en el Valle del Grito, pero volverá a Zoquejo, o irá a donde le digas que vaya.

Fdo: Gaëlle Bellerose - *hermanastra de Ásvalrd*

Me crucé de brazos, con una media sonrisa mientras Gaëlle escribía en el pergamino. Con un gesto ceñudo lo cojo, y le pregunto a la bardo:

Oye, Gaëlle... No me gusta meterme en tus cosas, pero, ¿que relación tenías tú con la anterior amazonas?

Los acontecimientos se sucedían y el pobre Karkack cada vez se enteraba menos...¿quién era ese tal Orcus que venía? ¿la princesa sólo era doncella? ¿pero no decía Theonil que el padre......?

Decidió no intervenir, total, a él le pagaban por trabajar, no por hablar y sobretodo, y por encima de todo, no estaba seguro de poder articular una frase estructurada después de ver lo bien que le quedaba ese vestido a la bruja- juro que la estrangularé con mis propias manos, por hechizarme.- pensó mientras contenía a duras penas sus ganas de levantarse y rebanar todas las manos que intentaban sobar el perfecto cuerpo de la bardo

Ante la mirada de Evea, Karlack se encojió de hombros, ya le dio el mensaje a Theonil, vale, puede que no fuera del todo exacto, pero se lo dijo, que es lo que cuenta.

Gaëlle no pudo evitar una expresión de sorpresa, seguida rápidamente por una de preocupación, al escuchar la pregunta de Theonil.

-¿Es que ha pasado algo? ¿Hay algún problema con... – preguntó, con genuina preocupación, señalando al trozo de pergamino 

Sin esperar respuesta agarró el vaso más cercano, bebió un trago, y comenzó a explicar lo que la relacionaba con la anterior amazona.

-A Notcha... nunca la conocí en persona... – explicó - Ella y mi hermano estuvieron enamorados, se separaron y ahora él la está buscando. Eso es todo lo que me relaciona con ella. No hay nada más. Por eso te pido que entregues ese mensaje - clavó la mirada en los ojos de Theonil, antes de preguntar, con un tono mucho más serio del habitual -  ¿Hay algún problema con eso?   

 La joven, pesar de no ser una estudiosa del tema, pues su vida no la llevó por esos derroteros, tampoco sabe gran cosa de esa deidad... y mejor que siga siendo así. Pero sí que tiene una noción de que es, pues durante el último año se enfrentó a su culto y pudo sufrir en sus carnes y en las de sus compañeros la ira y los estragos que causaban sus adeptos.

 - Bueno... para empezar Orkus es... es un diós. De los malos. Su dominio es sobre los no-muertos. Por lo menos encontramos a muchos entre sus filas, y su imagen es la de una especie de humanoide con cabeza de carnero, barrigudo y alas de murciélago. Bueno esta era la imagen que mostraban sus ídolos.- Centrando su mirada en Theonil añade.- Según pude sacar de los ancianos que me comentaste, es que Tianna tuvo éxito en su empresa, pero luego cayó bajo las garras de un... un siervo de Orkus. Es es el carcelero que nombró el padre Merryl. Y ahora se dirige hacia aquí, pero... no sé el por qué no viene por su voluntad, sinó que otros siervos lo traen. Respondiendo a una llamada hecha desde aquí.

 Con un suspiro profundo añade.

 - ¿Porqué serán tan enigmáticos y crípticos los divinos?

 Evea atendía a la conversación entre Gaëlle y la pareja de hombres, a pesar de escuchar lo que comentaban había muchos detalles que se le escapaban. En parte por tener sus propias preocupaciones, y en parte por no estar al corriente de esa historia de las doncellas del unicornio y demás.

le doy una palmadita en el hombro a Evea -La explicación del religioso es que no deben interceder por nosotros. La mía es que son todos una panda de hijos de puta. Muchos hechizos, enviados y ritos... pero los bebés siguen llorando de hambre. Ahora, que... No nos queda otra que buscarnos nuestro propio pan. Malgastamos saliva maldiciéndolos, al igual que alabándolos. 

Simplemente que  la próxima amazonas es mi hija. -Sonreí suavemente- Ando preocupado estos días por ella, cosas raras están ocurriendo en Zoguejo, y al rededor de este festival. Se la daré, descuida.

-Gracias, muchas gracias... - Gaëlle se relajó visiblemente tras la respuesta de Theonil - No sabes lo que esto significa para mi - le dedicó una dulce sonrisa - Aun me queda una cosa que intentar para hacer que llegue el mensaje, pero esta parece la mejor opción. 

Después, tras unos segundos en silencio, se levantó. Se la veía mucho más feliz que en cualquier momento en que la hubieran encontrado antes, emocionada. 

-Debería irme, mi público me espera y no quiero hacerles esperar - bromeó - Si os apeteciese ir a verlo... estaré en el escenario principal, durante la puesta de sol*, no es dificil de encontrar... va a ser algo muy especial... bueno, al menos espero que lo sea. Seguro que esta noche se hablará de ello, para bien o para mal... 

Retrocedió un par de pasos, alejándose de la mesa, mientras indicaba con un gesto de la mano la salida. 

-Muchas gracias a todos, de veras - dejó escapar una lágrima - Ahora estoy segura de que todo saldrá bien. Encontraros ayer fue una bendición. Espero veros esta noche, para celebrar... para celebrar cualquier cosa, con una copa. 

Tras despedirse con la mano se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida, con paso alegre, casi bailando entre la multitud, en dirección a la salida y después hacia el escenario principal. 

 A pesar de no ser muy devota, le soprendieron las palabras de Theonil, especialmente debido a su ascendencia. Finalmente la joven comenta.

 - Una amenaza real está a punto de caer en esta región... deberíamos avisara a alguien, a la autoridad. A pesar de que están desvordados con el tema del festival, deberían de poner algunos recursos para estar alerta. Creo que si logramos convencer al padre Merryl, si es que podemos acceder a él, tendremos mucho de ganado.

 Al verla partir, la joven motaraz se despide de ella diciendo.

 - Me gustaría poder celebrar cualquier cosa, la verdad es que sí.- Dice sonriendo.- Pero no prometo nada, a ver como estamos de liados para entonces.