Partida Rol por web

Recojo el frasco que me entrega aquel joven que, según lo que ha dicho antes su compañero, por descarte debe de ser el teniente. El tipo nos había pedido que buscásemos un frigorífico o nevera en la morgue para que guardásemos en él aquel frasco, aunque no entendía qué tenía de especial.

Dirigí una mirada desconcertada a Zach y después volví a mirar al teniente, extrañado por sus órdenes.

-¿Qué mierdas es esto, tío? -le espeté, frunciendo el ceño y observando el contenido del frasco.

Restos de un lobo gigante con quien nos encontramos hace un rato. El teniente médico, Roan, cree que puede servirle en su estudio de la infección. Yo no entiendo de esas cosas - me encogí de hombros. 

Mientras hablabais, Nikola empezó a moverse. A pesar de tener medio torso devorado, comenzó a levantarse sin dejar de gruñir. Impresionaba ver como una columna sosteniendo a duras penas unos cuantos órganos, podían comportarse como si estuvieran vivos. Podía verse el interior del cuerpo y algunas de sus vísceras, parte de sus intestinos y estómago, se deslizaron fuera al enderezarse.

Pero no importaba. Nikola ya no sentía nada... pero sí que provocaba en vosotros diferentes cosas. 

Observé los restos de aquel lobo con expresión asqueada. ¿De qué modo podía aquel objeto servir para investigar el virus zombie que se estaba extendiendo por todo el país?

-Es ese Roan quien está al mando, ¿no, teniente... Brannigan? -quise saber, intrigado. Apenas recordaba el nombre de aquel militar, por lo que no estaba seguro de cuál era el apellido con el que se había presentado. A juzgar por la verborrea que había mostrado antes Roan y las órdenes que había dado, habría dicho que él era el líder al mando de aquel pequeño escuadrón.

Antes de que Brannigan pudiera responderme, percibí que Nikola comenzaba a moverse, regresando a la vida, tal y como era de esperar.

-Ocúpense de él y de la otra chica antes de que sea un problema -dije, retrocediendo sobre mis pasos para alejarme. Suponía que los soldados se encargarían del zombie-. Voy a buscar un sitio donde guardar esta... cosa.

Estando en la morgue, lo mejor era guardar los restos del lobo en uno de aquellos "ataúdes metálicos", por lo que decidí depositarlo cuanto antes en el interior de aquel del que había salido la niña.

Sí, vale. Ese tío tenía más experiencia que yo, pero... ¿asfixiarla? Tragué saliva con dificultad y miré a Eve. Cogí su mano con las mías y me acerqué a ella.

-Supongo que es lo mejor, Eve. N-no lo pienses, ¿de acuerdo? Yo estaré aquí, contigo -le dije, reteniendo a duras penas las lágrimas.

Pero en cuanto a lo demás... a mí me parecía que todo lo que decía ese tal Roan, a pesar de lo mucho que sabía, eran un montón de chorradas. ¿Ocho meses? Pues no era eso lo que se nos había dicho a los demás. Además. Quién le había dicho que quería ser su maldita pupila. 

-No te adelantes demasiado, tío. A mí nadie me mete mano hasta que yo no se lo permito... y a tú aún no has llegado a esa base. Veamos que tal lo haces con ella y ya hablaremos.

Pero no hablamos.

Keira abrió un puto armario del cual empezaron a salir murciélagos como si estuviéramos en una jodida película de terror. 

-Pero qué coño... -protesté, mientras me agachaba, sin soltar las manos de Eve.

Me siento en el suelo, con la espalda apoyada en los armarios metálicos, mientras veo como se ponen todos de acuerdo. La verdad es que ahora mismo, solo puedo pensar en lo agotada que estoy. Quiero cerrar los ojos y al despertar, ver que todo es una pesadilla, pero sé que no es así. 

Sé que no.

Larry parece que se pone a hablar con los soldados, decidiendo qué van a hacer, cuando de repente, Nikola se mueve y empieza a ponerse en pie. Me pongo la mano en la boca para retener la arcada que me da al verle. Está... destrozado. No puedo mirarle... ni tampoco apartar la vista.

-¡No, no, no, no, no... !-digo, perdiendo el control y aplastándome contra el frío metal. Si hubiese podido retroceder a otra habitación, lo habría hecho -. ¡A-acabad con él, por dios!

Claire coge mi mano y la aprieta mientras habla con ese médico. Tengo miedo. Tiemblo y siento como el frío va extendiéndose por todo mi cuerpo y tengo muchísimo miedo. Además, están hablando de matarme y reanimarme. Eso es... una locura. ¡Una puta locura! Pero sé que no tengo remedio, que estoy más muerta que viva.

-Supongo que es lo mejor, Eve. N-no lo pienses, ¿de acuerdo? Yo estaré aquí, contigo 

Miro a Claire y no puedo sonreír. Siento mis lágrimas descendiendo a raudales por mi rostro y no sé ni que decir, así que simplemente asiento con la cabeza y aprieto todavía con más fuerza su mano. Hasta ese momento, nunca me había dado cuenta de lo dulce que podía ser. Hasta ahora solo me había parecido que era una maldita zorra y sin embargo, es mucho más que eso.

Un ruido me hace girarme. ¿Murciélagos? ¿De dónde han salido? Yo apenas puedo moverme, pero agacho la cabeza para ver si no me da ninguno de ellos. 

Así que restos de un lobo infectado, pienso.

-¿Y eso para qué coño nos sirve, si puede saberse? -le pregunto al teniente.

Entonces Larry hace una afirmación con la que estoy de acuerdo. El que está al mando no es él... sino ese Roan. Me río con una mueca burlona.

-Claro, el médico siempre manda. Después de todo, usted no parece tener mucha experiencia sobre el terreno, ¿verdad... Teniente? -le digo. A continuación, me vuelvo hacia el sargento -. Oiga, sargento. ¿Se fía usted de ese médico, porque a mí me parece que da demasiadas órdenes para ser solo eso? Creo que es un sabelotodo hijo de puta.

Y es entonces cuando se mueve Nikola. Nunca ha sido mi amigo, no realmente, pero no le deseo a nadie lo que ocurrido a él. Larry es rápido pidiendo que se encarguen de él y yo retrocedo. Ya no tengo disparos en mi rifle.

A mi espalda, Tess está asustada. No me extraña.

-Sargento... -le pido, sin necesidad de concretar más.

Los chicos daban por hecho que el que estaba al mando era Roan. Temía que eso terminaría ocurriendo viendo su actitud, y me preocupaba bastante que Tom y Keira hicieran piña con él. Llevaba poco tiempo con nosotros y su única motivación parecía investigar la infección, no sé con que finalidad. Incluso a consta de nuestra propia seguridad, como pude comprobar hace un rato con los lobos. 

Yo soy quien está al mand...

Un gruñido cercano no me dejó acabar la frase. El cuerpo mutilado de uno de esos jóvenes comenzó a moverse, arrastrándose hacia nosotros. Maldita sea, no pensaba que la transformación ocurriera tan rápido. Por suerte estaba muy dañado y a la velocidad a que se arrastraba parecía un blanco fácil. Me hubiera gustado ahorrarles esta escena a los jóvenes, pero ya era tarde. 

Apunté con mi rifle a la cabeza, y apreté el gatillo.  

La bandada de murciélagos desconcertó completamente a todos. Claire se agachó con rapidez mientras Eve, que estaba tumbada, simplemente se movía de un lado para otro, intentando que aquellos malditos bichos no le mordieran.

Roan no tuvo tanta suerte.

Varios de ellos se dirigieron directamente hacia él sin que le diese tiempo a esquivarlos, cayendo al suelo de espaldas y de mala manera, mientras sentía pellizcos por todo su cuerpo, sin duda, provocados por mordeduras de los animales.

Sobre su rostro se detuvieron algunos de ellos, mordiendo hambrientos en la carne del médico, que no parecía poder hacer nada para quitárselos de encima.

El médico rodó por el suelo tapándose la cara como podía, sobre todos los ojos, mientras gritaba y daba manotazos:

-¡Quitadmelos de encima,  joder!- sonaba muy desesperado mientras estaba en el suelo defendiéndose como podía. 

El tronco reptante dio con la cabeza contra el suelo y allí quedó inmóvil al recibir el disparo, formando un nuevo charco de sangre. Me fijé en la cadena de tripas que había ido dejando desparramadas al arrastrarse y me esforcé por no dejarme dominar por las poderosas arcadas que estaban golpeando mi estómago. 

Tenía que darme prisa, me giré hacia el otro amigo caído y le descerrajé otro tiro en la cabeza antes de que comenzara a moverse. 

El parloteo incesante de Roan me hizo desconectar de la conversación al poco tiempo al no entender de lo que estaba hablando. ¿Pero él lo sabía? No llevaba demasiado tiempo con nosotros y tampoco nos había contado qué es lo que había estado haciendo antes, no algo que explicase que podía saber qué hacía la infección y cómo tratarla. Eso hacía que me costase aún más confiar en él, dudando que sus palabras fueran de verdad o solo buscase darse una importancia de la que carecía simplemente para sobrevivir. En otro momento, fuera de aquí, le habría dicho algo… pero ahora mismo solo me dedicaba a buscar en los cajones y armarios.

Fue entonces cuando una bandada de murciélagos salió de uno de los armarios ya quebrados, topándose con mi cuerpo llevándome algunos golpes en el proceso antes de que pudiera conseguir agacharme y hacerme un ovillo ante esos animales. Cuando comencé a escuchar la voz del teniente, que se revolvía con algunos de ellos por encima buscando algo de alimento.

- ¡Me cago en la puta, joder! – intenté correr para ayudarle y quitarle de encima a esos sucios animales, pues lo único que nos faltaba es que encima nos pegasen la rabia a alguno.

Golpeé a un par de ellos, que se fueron volando por el primer agujero que encontraron marchándose de la habitación. Como si no estuviésemos ya lo suficientemente mal como para añadir esa mierda. Sabíamos de un marrón para meternos en otro aún peor.

¿Y se supone que querían que asfixiase a la joven?, no me pintaba bien, nada de esto lo hacía. Estaba débil y había empezado a temblar, lo que me hacía dudar que fuera a salir de esta. Seguramente si le quitaba el conocimiento a base de dejarla sin oxígeno no volvería a recuperarlo y moriría allí, igual que sus amigos. Pero incluso así, puede que esa fuera una muerte más piadosa que convertirse en uno de esos monstruos.

- Tenemos que hacerlo ya. Así que si vas a hacer algo Roan, hazlo de una vez, antes de que sea demasiado tarde - comenté mientras me colocaba a espaldas de la chica, tirando mi chaleco militar al suelo quedándome solo en un top lleno de sudor y sucio de polvo y tierra, aunque con la escopeta aún al hombro - Sujetadla bien, intentad que no se mueva, se va a resistir... - comenté a sus compañeros, mientras rodeaba el cuello de la joven agachándome un poco, en tensión haciendo que mis músculos y venas se marcasen, aún sin apretar hasta que Roan lo dijera.

Keira ayudó a Roan y los murciélagos desaparecieron rápidamente por el pasillo. Claro que el rostro del médico era todo un mapa de mordiscos y arañazos y dolía a rabiar.

Rápidamente se puso en pie y todos os mirasteis. Eve temblaba. Claire, no se fiaba. Y Donnie observaba la escena sin saber muy bien qué hacer. Era una situación única.

El peligro de los murciélagos pasa deprisa y de repente me encuentro de nuevo ante lo que más temo. La soldado se acerca a mí, por detrás, y pasa su brazo por mi cuello. Estoy temblando y sé que aunque una parte es debido a la infección, la otra es por puro miedo.

Aprieto la mano de Claire y la miro.

-N-no me sueltes, p-por favor -le suplico, llorando sin poder evitarlo. Después, miro a Keira y a Roan -. E-estoy lista.

Puede que esas sean mis últimas palabras, pero procuro hacer algo más que eso. Miro a Donnie y le sonrío. Parece estar más nervioso que yo, como un flan. Siempre ha sido un blando y ahora que voy a morir parece que me preocupe él más que yo misma. 

Por si acaso, me insuflo valor, el poco que me queda.

No voy a morir. No voy a morir. No voy a morir...

El médico se levanta con el rostro ensangrentado, no tiene mucho tiempo tampoco, así que coge el bote de desinfectante y se lo echa por la cara emitiendo un sonido poco masculino de dolor:

-¡Aaah! joder...-dijo mientras se ponía una pequeña venda en la frente para que la sangre no le llegara a los ojos durante la intervención. Luego se miraría las heridas mejor.

Miró a Eve y le mintió, probablemente, pero intentó darle ánimos:

-Todo va a salir bien, confía en mi-dijo con la mejor de sus sonrisas, que era buena, todo sea dicho.

Efectivamente, en cuanto le faltó el aire el corazón le falló y Eve quedó a peso muerto sobre la cabo:

-Ponla ahí, boca arriba mismo -era quizás donde mejor ángulo tenía. 

No había mentido, había hecho esto antes..con mucha rapidez abrió las incisiones y extrajo algo de ambos...sudaba..el tiempo corría y mucho estaba en su contra tanto si salía bien como mal.

-Listo, apartaos-colocó el respirador manual en la boca de Eve- Claire, cuando le de la descarga... insuflas aire, ok?-dijo mientras cargaba las palas reanimadoras.

-Vamos, despierta pequeña, no te me mueras tu también -el tu también era demoledor...es decir, ya se le había muerto más de un paciente así.Soltó la descarga y ya estaba la suerte echada.