Partida Rol por web

 Cameron había aparecido, lo que hizo que Staci guardara el aliento por un momento. No sabía de que forma iba a reaccionar al ver aquella reunión a sus espaldas. Pareció no tomarlo mal, pero la razón era porque él también tenía que revelar algo que estaba oculto para la mayoría de la gente en la mansión: los recursos se iban a agotar y no había mucho más en toda la ciudad para re-abastecerse. Según su padre, la única salida era seguir moviéndose.

 Era desesperante. Luego de finalmente haber encontrado un lugar estable y tranquilo, tener que dejarlo porque no había recursos.

- Pero Papá... ¿que hay de toda la demás gente en la mansión? ¿Qué pasará con ellos?

Diana no se lo podía creer, ella que estaba pensando en abandonar al grupo y quedarse en aquella mansión ahora tenía que escuchar que todo era un espejismo. Las lágrimas casi comienzan a escapar de sus ojos, que quedan rojos de angustia. Parecía que otra vez se quedaban a la deriva sin esperanzas y sin comida. Por suerte la tranquilizó poder estar junto al resto del grupo, eran gente de fiar y estaba segura a su lado. No volvería a abandonarles tan rápido si volvieran a encontrar la misma situación, se prometió. - Entonces sí que tendremos que asaltar el puerto llenos de zombies, al final la diferencia es que seremos más para el intento. - No sabía si eso era bueno o malo. - Espero que al menos tengan armas y municiones que repartir para todos, yo sólo tengo un cuchillo - Dice algo asustada, aunque con él había dado 

Cameron se volvió hacia Staci.

-No podemos salvarlos a todos. Lo he intentado, hija. De verdad. Pero llegó un momento en el cual tuve que tomar una decisión y la familia siempre será lo primero. 

Entonces, miró a Diana.

-Tengo algunas armas guardadas, pero si no queremos despertar sospechas, será mejor que no vayamos a la armería. Se darían cuenta de lo que intentamos... y nos detendrían.

Cameron sabía lo que estaba haciendo y había sido previsor.

-Vuestras madres están avisadas -les dijo a Claire, Larry y James -. Están esperándonos en sus habitaciones.

Me quedé expectante ante lo que iba a escuchar de Cameron. Había acertado en mis sospechas sobre él, me había mentido. Empezó a hablar.

-"Dices que tenías pensado 'venir con nosotros', pero también que te querías quedar con el stryker. Dices que vas a dejar a su suerte a toda la gente que se encuentra aquí y ha confiado en ti. Ni siquiera les has dicho cómo está la situación. Pienso que querías coger el stryker y a tu familia y dejar este lugar furtivamente, sin importarte nadie más. Tú no dejas de ser peor que los tipos que nos encontramos en una granja y quisieron matarnos. Los muertos, por lo menos no son tan viles. Me ha mentido y quería dejarnos tirados aquí. Por mi parte, no tiene ni mi amistad ni mi confianza. Si quiere salir esta noche hacia su bote salvavidas, no va a contar conmigo. Y que sepa que el único que sabe manejar el stryker soy yo y nunca le daría las llaves, ni le enseñaría a manejarlo."

Miré a todos muy seriamente.

-"Ya habéis oído chic@s. Ahora elegir qué queréis hacer a partir de ahora. Yo, como dije, mañana a primera hora saldré a investigar el puerto junto a Jack. Creo que sigue siendo la mejor opción para todo el mundo. Si alguien tiene pensado acompañarnos, que se acostumbre a seguir nuestras instrucciones. Somos militares y sabemos actuar en estas situaciones. Esto no va a ser una democracia, que lo sepáis, pero desde luego no dejaremos a nadie atrás. Vosotros sois libres de elegir. Me voy a descansar."

Terminé mi discurso y salí de la habitación. Estaba bastante cabreado por todo esto. Ya juré que no volvería a caer en otra trampa, como en la granja, y había vuelto a pasar. Era sargento, militar de vocación, estaba acostumbrado a instruir a jóvenes reclutas. Si tenía que convertirme en el Rick Grames de este grupo, no dudaría ni un ápice. Podría enseñarles a sobrevivir, a ser fuertes e independientes...

La reunión se disolvió igual que se había formado, poco a poco, y cuando os quisisteis daros cuenta, ya estabais cada uno en vuestras habitaciones. Había mucho que pensar y muy poco tiempo para decidir.

Para cuando el sol apareció en el horizonte, vuestro tiempo ya se había acabado.

Había bastante gente en el salón y la madre de Staci y de Claire se acercaron a vosotros.

-Cameron nos ha dicho que no tenemos recursos para subsistir y que hay que salir de aquí, pero eso no es todo. Hemos captado una señal del gobierno. Van a bombardear la ciudad para erradicar la infección. Dicen que está contenida, pero que no pueden permitirse correr riesgos. La hora cero será dentro de una hora.

Cameron se subió a una mesa. Había mucha gente, demasiada. Pero ahora no disponían de más opciones.

-Está bien, escuchadme. Niños, mujeres y enfermos, a retaguardia. Los hombres y las mujeres que dispongan de armas, a los lados y protegiendo la zona trasera. El resto de nosotros, delante.

Después, miró con severidad a Tom y bajó a hablar con él.

-Puede quedarse con su Stryker. Nosotros iremos por nuestro propio pie. Si ayer no quiso salvar a mi familia, ahora tampoco lo necesitamos para sobrevivir.

Las escenas que se sucedían eran de confusión y algo de caos. Claire se acercó a hablar con su madre, junto a Keira, mientras James lo hacía con Kate. Carla abrazó a Staci al comprender que sí o sí, ahora tendrían que arriesgarse.

Era una situación desesperada y no podíais perder tiempo.

 Y así se acababa la paz. El refugio iba a quedar atrás de ellos, ante la nueva noticia de los bombardeos, que hacían que la falta de recursos fuera la menor de sus preocupaciones. Staci, abrazada a su hermana, veía con tristeza como su padre organizaba a todo el mundo para empezar el peregrinaje para dejar a la ciudad. Acercándose a Cameron, Staci quiso preguntarle por el destino que tendrían.

- Papa... ¿iremos al puerto, cierto?

 No quería escuchar un no. No quería que su padre dijera que eran demasiados. Por un momento, le gustaba pensar que todos podrían caber en un barco y salir de la ciudad sin inconvenientes.

Cameron se acercó a su hija y le dio un fuerte abrazo.

-Sí, hija. Ahora es nuestra única oportunidad. Envié a tu hermano para que intentara conseguir un barco. Esperemos que lo haya logrado.

Cameron parecía preocupado. Había que moverse deprisa y ahora, completamente expuestos. Habría que arriesgarse.

La madre de Claire buscó a esta entre la gente. Cuando la encontró, se fundió con ella en un abrazo.

-Hija, yo no puedo ir contigo -le comunicó. La respuesta de Claire no se hizo esperar -. Escucha. Escúchame bien. No voy a dejar a Ian. Él no puede moverse y... no me lo perdonaría nunca. No es el único. Hay más heridos aquí, además de él. Si ninguno de ellos puede abandonar el recinto... yo me niego a hacerlo. Quizás tengamos suerte y no nos afecten las bombas tanto como creen, pero si no, soy feliz solo con haberte encontrado y saber que estás viva. Sigue viviendo, por favor.

La doctora miró entonces a Keira y agarró también su mano.

-Seguid las dos y vivir por todos nosotros. 

Después volvió a abrazarla y desapareció entre la gente, intentando no cambiar de opinión en el último momento y que su hija no viese sus lágrimas. Ella había llegado al final de su camino pero su hija lo seguiría en su lugar.

Me sorprendió la llegada de mi madre. La había estado buscando entre todo el gentío y cuando por fin nos encontramos, ambas nos fundimos en un abrazo que pareció eterno.

-Mamá, te estaba buscando. Tenemos que salir de aquí. Será mejor que...

Y entonces, cayó la bomba. Mi madre empezó a decirme que no podía ir conmigo, que se quedaba allí. 

-¡P-pero qué estás diciendo! ¡Si te quedas aquí, morirás! ¡Claro que vienes!

Sin embargo, ella estaba decidida. Mientras me cogía la mano, sentía como empezaba a llorar descontroladamente y no era capaz de articular palabra. No podía creerlo. Ahora que por fin había hecho las paces con ella... ¿se quedaba allí?

En parte la comprendía. La medicina era su vida, más que yo incluso, y si aquel pobre niño y cualquier otro no iba a poder marcharse de allí y seguirnos, ella no era capaz, moralmente, de abandonarles. La entendía perfectamente. Pero es que... no podía soportarlo.

-No, mamá, por favor. Por favor, por favor...

Cuando ella se dio la vuelta y se marchó, me dejé caer sobre el suelo. Lloraba desconsoladamente y Keira, a mi lado, no era suficiente para recomponer mi corazón. Quizás con el tiempo, fuese capaz de recordar las buenas cosas de ella y sonreír, pero en aquellos instantes, solo podía pensar en que ya no la vería más, que ella y los demás morirían en cuanto la primera bomba cayese allí, y que sus ojos se cerrarían para no abrirse jamás. No podía soportarlo.

Sentí como Keira me ayudaba a levantarme, como le decía algo como que "cuidaría de mí", pero ya era tarde. En mi interior, había muerto ya tantas veces, que dudaba que pudiese volver a sentirme de nuevo viva.

Cuando la perdí de vista entre la gente, me volví y abracé con fuerza a Keira, dejándome arrastrar por sollozos desconsolados. Aquello era el final para mi madre, pero quizás también lo fuese para mí.

Diana escuchó todo aquello conmocionada, era una ratonera y se habían metido. Ahora iban a tener que llevar a más gente junto a ellos y meterse en un barco. Diana se sorprendió en su propia cabeza los pensamientos que circulaban. Así que viendo un poco todo más claro tomó una decisión, sólo una persona parecía más fiable de todos, Tom. Siguiendo su instinto decidió seguir a los militares. - Yo sigo a Tom, serán militares pero no nos han mentido hasta ahora. - Y se fiaba mucho más de ellos que de aquel hombre que iba a dejar tirados a gente con la que había convivido tanto tiempo. Ahora necesitaba un arma así que decidió utilizar el tiempo que le quedaba para encontrar algo más útil en la casa. Desde un bate hasta un arma de fuego, cualquier cosa sería mejor que el cuchillo de cocina que llevaba. Aunque no se desharía de él, pues le había salvado ya la vida. 

Aquello empezaba a ser terreno pantanoso. Nadie sabía de quién podía fiarse y de quien no pero las palabras del sargento eran bastante sabias. El padre de Staci haría lo que fuera para proteger a su familia y ya había dado muestras de ello. John estaba seguro que ni él ni el resto del grupo entraban en esos planes.

El plan de los militares tampoco era oro puro pero era lo mejor. Y hasta entonces no tenía motivos para desconfiar de ellos.

Así que cuando Tom salió de la habitación el sacerdote le acompañó.

- Sargento - llamó saliendo detrás. - Espero que cuando ha dicho que Jack y usted irían al puerto por la mañana no se estuviera refiriendo a que irían solos, ¿verdad?

Sabía que sería más un estorbo que otra cosa pero tampoco quería quedarse atrás. Además, aún tenía en el bolsillo las llaves del Stryler pero no sabía si se las reclamaría o no.

Total, si la solución es un barco el Stryker ya no vale de nada.

Al salir de la habitación y dirigirme a la mía, John me alcanzó.

-"No te preocupes John, no dejaré aquí a nadie que no se quiera quedar. Estate preparado para partir mañana por la mañana, ahora descansa."

Seguí mi camino...

A la mañana siguiente, fui a despertar a la doble J para ir a almorzar y preparar la marcha. Cuál fue mi sorpresa, que Cameron había convocado a todo el mundo en el salón. Lo que oi me produjo estupor. Así que ahora había cambiado de opinión e iba a ayudar a todos los presentes. Qué casualidad... después de la charla de anoche, ahora el puerto era la mejor solución. ¿Y el bombardeo? Cuando se lo referí anteriormente, me contó lo del submarino. Nada tenía sentido y según el comunicado del Gobierno (¿había un Gobierno?) sólo teníamos una hora. ¿Cómo iban a avisar del bombardeo y dejar sólo una hora para huir? Cuando Cameron terminó su discursito, se bajó de la mesa y me escupió unas palabras.

-" Yo no soy un desalmado, no dejaría a nadie atrás, ni siquiera a su familia. Si quiere mi ayuda bien, sino buena suerte. Le recomiendo que la gente más capacitada vaya por delante eliminando todo peligro para vuestro contingente y se quede un pequeño grupo para cubrir a los más indefensos. Y si me permite una pregunta, ¿por qué me mintió ayer? ¿Qué sucedió de verdad en el puerto durante la evacuación?"

Al lado mía escuchaba lamentos y caras pesarosas. Me fijé en Staci, en la triste despedida de la madre de Claire...

Cameron miró con severidad a Tom.

-No mentí. Lo ocurrido en el puerto fue real. No quieren que salgamos de aquí. ¿Por qué cree que van a bombardearnos? La infección estará así controlada. Somos... daños colaterales perfectamente asumidos.

El padre de Staci lanzó un sonoro suspiro.

-Está bien. Oiga, es culpa mía. Mi familia es lo primero para mí, y por encima de todo, era a ellos a quien quería salvar. No a mí, sino a ellos. Ahora nos necesitaremos todos. Si está dispuesto a trabajar conmigo, estoy seguro de que lo lograremos -le dijo a Tom, ofreciéndole su mano como gesto de compromiso.

Escucho a Cameron mientras miro cómo la gente se empieza a preparar para la partida.

-"Está bien, lo entiendo. Se que quería proteger a su familia. Trabajemos juntos para salvar a toda esta gente. ¡Y no vamos a dejar a nadie! Le propongo, ya que trajimos un bús, meter en él a los ancianos, niños y heridos. Los que puedan usar un arma que vayan por delante matando a los muertos o quitando cualquier impedimento que haya para el tránsito del bús. Yo iré con el stryker por delante de todos para intentar limpiar el camino. Me dirigiré al puerto e intentaré sacar de allí a toda la muchedumbre que allí se encuentra. Necesito que me proporciones algunos radiocassetes que tengan pilas para poder hacer bastante ruido y que me sigan los muertos. Cuando de la señal bajaréis todos hacia el puerto y buscaréis un barco que esté en condiciones. ¿Qué te parece el plan?"

Extiendo la mano hacia él, esperando una respuesta positiva.

Cameron escuchó a Tom atentamente y su plan. La gente al autobús, el Stryker por delante y todos hacia delante. Asintiendo con la cabeza, le estrechó la mano con fuerza.

-Tenemos un plan. Venga conmigo. Le conseguiré todo el ruido que quiera -le dijo, conduciéndole a una sala en donde había varios altavoces, además de varias radios -. Esto es todo lo que tenemos. Espero que sea suficiente.

Al acercarte, viste que había discos y cintas muy variadas, incluso uno que no conocías.

Diana aprovechó la noche para  buscar algún arma aunque fuera improvisada, su cuchillo no iba a servir para poder avanzar frente a muchos zombies rodeandoles. 

Una sonrisa maliciosa se me dibuja en los labios. Al final, todo indicaba que el padre de Staci tenía sus propios planes: venir con nosotros en el Stryker y dirigirnos de vuelta hacia el puerto. De un modo u otro, parecía que todo estaba dicho de antemano, puesto que los recursos se estaban acabando y, a pesar de su seguridad, aquel refugio pronto tendría claras desventajas debido al nulo alimento que los supervivientes habían podido encontrar en la ciudad.

Podía hacer como si todo eso no importara y arriesgarme a quedarme en el refugio, junto a Tessa, mantenernos allí todo el tiempo que fuera necesario hasta que los víveres de agotaran y tuviéramos que salir a buscar más. Sin embargo, la revelación de que la ciudad sería bombardeada agotaba toda esperanza de poder seguir viviendo en ese idilio. Teníamos que ir al puerto y tomar uno de los barcos para escapar. No había otra...

-James, mamá, vosotros id en el autobús. Estaréis más seguros -dije, no queriendo que la poca familia que me quedaba corriera riesgo alguno-. Llevad a Hazel con vosotros. Tess -miré a mi novia, lamentando que apenas habíamos tenido tiempo de descanso-, tú quédate con ellos en el bus. No quiero perderte. Sargento, señor Phillipi, donde necesiten un par de manos para sostener un arma, ahí estaré yo. En el stryker, en el bus, en el otro coche... Donde sea -En esos instantes, no me importaba demasiado qué pudiera sucederme. Solo quería ayudar y que mis seres queridos estuvieran lo más a salvo posible-. Puedo encargarme de esos putos zombies.