Partida Rol por web

Diana entró en el Stryker en la parte de detrás, aquella tanqueta era grande, cabrían algunos más pero supuso que la mayoría prefirió la seguridad de la masa. Aceptando las órdenes de Tom Diana comenzó a moverse. - Xira ven!- Agarró del collar a la perra, indicándola que se colocara sobre el asiento y la ajustó el cinturón a su arnés. Tom había sido muy previsor y había arramplado con todo lo que había en aquella tienda para perros. - Vale, apoyo donde más haga falta. - Asintió, estaba seria, consciente de la importancia y el riesgo que iban a tener. Con la escopeta a su lado, se puso a acariciar con una mano a la perra para tranquilizarla, iba a ser un viaje algo movido si algo salía mal. 

Al momento cogió el walky-talky y lo conectó. - ¡Hola! ¿me escucháis? - Intentó ajustar el volumen para ver si salía alguna voz. - Contacto desde el Stryker, ¿recibís bien? - Iba a ser esencial la coordinación por lo que aquellos contactos serían esenciales. 

El convoy salió de la casa de Staci, moviéndose lentamente para que la gente que rodeaba el autobús pudiese seguir el ritmo, y siguiendo al Stryker, que parecía avanzar con precaución a la vista de lo que pudiera encontrar.

Cuando llegaron a la calle que daba al puerto, vieron, de nuevo, la enorme horda de zombies que rodeaba el lugar y la entrada, gruñendo e intentando escalar la valla y entrar de cualquier manera. Estaba claro que solo había una manera de atravesar aquella barrera no humana, y no era precisamente por las buenas, sino todo lo contrario.

Atravesándolos como el Stryker fuese un cuchillo y aquella masa que gruñía y sangraba vísceras, el corazón de la bestia.

Lo que quería hacer Directora, era acercarme con la música a todo trapo mientras los demás esperan mi señal. Tipo flautista de Hamelin. Los alejo del puerto a los muertos y aviso para que los otros entren y encuentren barco. Después, si nos da tiempo, hago un rodeo a toda velocidad y vuelvo al puerto. Justo para embarcar y pirarnos.

El stryker avanzó a gran velocidad por las calles, arrasando con los muertos que se cruzaban en su camino. Al llegar al puerto, a cierta distancia, volví a ver la dimensión de la manada.

-"Está bien chic@s, ha llegado el momento. Esta es la hora de la verdad, así que ser valientes y confiad en vuestras habilidades. Y si queréis rezar, es el momento." Miré a John...

Dejé un par de minutos para que cada uno hablara con uno mismo e hiciera las paces con su alma. Di la vuelta al vehículo y di marcha atrás despacio, acercándome al rebaño de muertos.

-"John, dale cera a la música y ponla a todo volumen. Jack, encárgate de la ametralladora y dispara una ráfaga contra los muertos. Si alguno se acerca lo suficiente, ya sabes qué hacer. Diana, avisa por el walky al resto y diles lo que vamos a hacer. Que paren y esperen nuestra señal. Cuando hayamos sacado el rebaño de aquí y lo alejemos, les darás el aviso de que avancen. Cada uno ya sabe lo que tiene que hacer. De nosotros depende la supervivencia de los demás, pensad en ello."

Me fui acercando muy despacio, esperando que sonara la música y al movimiento de los zombis, para volver a avanzar hacia adelante y sacar de allí a toda la marabunta de zombis.

Contemplé en silencio como nos acercábamos a la marabunta que teníamos que despejar, con un codo apoyado en el chasis del stryker y sujetando mi cabeza con un par de dedos a la altura de la sien. Una vez penetráramos allí cualquier percance que inmovilizara el stryker nos obligaría a abrirnos paso a pie, una situación letal que solo podíamos evitar Tom y yo si hacíamos bien nuestra parte. 

A esta altura de la pesadilla era muy improbable que Claire, mis padres y mi hermana siguieran con vida. No sin ayuda y con un ejército más dispuesto a la masacre que a combatir con orden y eficacia esta crisis. Por eso pese al horror de imaginar como sería morir desmembrado por una turba de monstruos hambrientos, pensar que alguno de ellos ya podía haber sufrido ese destino por culpa de no estar allí para protegerlos me hacía aceptar el mismo final. Estaba preparado. 

Jack, encárgate de la ametralladora y dispara una ráfaga contra los muertos. Si alguno se acerca lo suficiente, ya sabes qué hacer.

- Lo sé, Tom. Tú ten cuidado de no bloquear las ruedas del stryker, pero mantén una velocidad suficiente para dificultarles que empiecen a trepar. Intentaré abatir los que pueda al frente para abrir camino sin descuidar los flancos. 

Dicho esto, me levanté con la cabeza gacha dispuesto a abrir la escotilla para ocupar mi puesto allí arriba. Pero antes me detuve al mirar de frente a John, Diana y Xira, a la que acaricié sin poder reprimir una leve sonrisa al verla recostada en el sillón con el arnés de seguridad puesto. 

- John, eres una buena persona. En este mundo harán falta personas como tú para recuperarlo. Y Diana, no te conozco mucho pero que estés aquí dice mucho sobre tu valentía. Tom y yo no dejaremos que os pase nada a ninguno, lo conseguiremos. No tengo duda de que también haréis bien vuestra parte. 

Terminado de hablar, me aupé hacia arriba y me puse a los mandos de la ametralladora, abriendo la primera ráfaga. 

El optimismo que había mostrado abajo no reflejaba mi estado de ánimo, pero sí que me había reavivado un poco las ganas de luchar entre tanto derrotismo. 

John se persignó. No recordaba en aquel momento ningún texto bíblico más adecuado así que, aunque no fuera del todo apropiado... ¡qué demonios!

- Y se airaron las naciones. Y tu ira ha venido. Y el tiempo de juzgar a los muertos. Y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes. Y de destruir a los que destruyen la tierra.

Dicho esto activó la música pero sus labios continuaron murmurando palabras inaudibles.

Diana estaba metida en la parte de atrás a los pies de Jack, que estaba subido en la torreta. Acariciaba mecánicamente al perro mientras rememoraba en su mente los últimos días buenos que había vivido en su vida. Ahora estaba en una pesadilla que se volvía realidad. Diana rezó un poco en silencio al escuchar a John, ya no se acordaba ni cuando había sido la última vez que lo había hecho. Aún así era reconfortante pensar que hubiera un mundo después por si te comían aquellos monstruos. La música retumbó, la ametralladora inició el traqueteo de muerte y el stryker comenzó a moverse marcha atrás. Parecía que comenzaba la parte difícil del plan. 

Diana pulsó el walky-talky para hablar con el resto de autos.- Aquí el Stryker, vamos a comenzar a llevarnos a los zombies con la música, estad atentos para pasar cuando el camino se haya despejado. Os avisaremos cuando nos hayamos alejado bastante con todos los posibles. Os deseamos suerte y nos vemos en un rato. Cambio. - Esperó a que hubiera contestación del otro grupo. 

Inmediatamente, el Stryker se puso en marcha, avanzando lentamente al principio, más deprisa después, hacia los zombies que se agolpaban en la valla, envuelto en la estridente música que el sargento había escogido y alejándose del autobús y el resto de la caravana.

La estridente música alertó a los zombies, que empezaron a girarse y alargar sus brazos en la dirección que se acercaba el vehículo, entre gruñidos y empujones.

 El plan se había puesto en marcha, y ahora el Stryker estaba en marcha con la música a tope, intentando sacar del medio a aquella horda de zombies. Parecía funcionar, pues por el momento casi todas esas criaturas se encontraban llamadas por el ruido. Pero Staci no quería arriesgarse hasta tener un camino visible por el cual pasar. Tomó el walkie para comunicarse con el equipo de distracción.

- Entendido. Recibimos bien los mensajes. Nosotros... nosotros avanzaremos hasta el puerto cuando veamos una ruta clara. Por el momento todavía hay muchos zombies. Cambio.

 No sabía si debía decir "cambio" o no. Se sintió bien, como si fuera parte de un escuadrón o algo así. En parte lo era.

 Staci quería evitar tener que empujar a la gente que estaba fuera de los vehículos a luchar contra los zombies, pero no podrían esperar para siempre.

Roan se acercó a Staci para hablarle entre susurro, le comentó: - Staci me di cuenta en el puerto que está rodeado de una valla de bastante grosor, salvo la puerta aunque también vi otro lugar que se podía echar abajo previamente para entrar, podíamos intentar ir por ese lugar, yo te indico, no sé si el striker debería de ir por delante o quitarnos a los zombis mientras nosotros intentamos pasar... pero sería menos arriesgado si fuera el striker el que se llevara el impacto principal, ¿qué opinas? Le comentaba ahora mientras se agarraba a una de las barras del autobús la que estaba al lado del conductor mientras le susurraba a la mujer que por ahora se había mostrado esquiva.

¡OH! Qué épico está quedando y cada uno con su parte del plan. Me está encantando, xD!

Respecto a la dirección del stryker: posteé que me acercaba lo suficiente, daba la vuelta al stryker y salía de allí con el rebaño pegado a mi culo.

Dejo tirada, por si la necesita. Un saludo

El Stryker encaró a los zombies y cuando se encontraba a unos pocos metros de ellos... giró 90º para dirigirse en otra dirección, paralela a la valla, pero lejos de lo que se suponía era la entrada.

Los zombies vieron aquel vehículo en movimiento y la mayoría de ellos, empezó a desplazarse siguiendo su estela, apartándose unos a otros, empujándose, y lentamente, apartándose de la zona central. Pero no todos, por supuesto. Todavía había una pequeña masa delante, intentando echarla abajo.

Al mismo tiempo, en el interior del Stryker, el éxito de la estrategia hizo que todos se miraran y felicitaran entre ellos. Ahora solo debían no correr demasiado y después, apretar el acelerador todo lo que pudieran.

 Viendo que el Stryker cumplía su misión con éxito y el camino empezaba a despejarse, en cualquier momento deberían comenzar la marcha nuevamente. Sin embargo, alguien le trajo nueva información a Staci de la que no estaba al tanto, haciendo que la chica prodigio antes de tomar decisiones aceleradas tomara el walkie-talkie y se pusiera en contacto con todos.

- Atención a todos... aquí me comenta Roan que el puerto está rodeado por una valla de un gran grosor. Y que solamente en la entrada podemos pasar por una zona sin valla. Pero hay otro lugar más lejos de la puerta por el cual podríamos pasar; posiblemente tenga menos zombies y sea más seguro para los que están yendo a pie. De tomar esa ruta, necesitaríamos que el Stryker se ponga delante del autobús y lideré el camino.

 Staci intentó reproducir lo más fielmente la información que le había pasado el médico, aunque era algo difícil de hacer debido a que se acababa de enterar de todo ello. Para evitar que todo quedase demasiado confuso, la chica prodigio le ofrece el walkie-talkie a Roan.

- ¿Algo más para agregar?

Me había quedado fuera, avanzando junto con el grueso del grupo para ir limpiando la zona de los zombies que no lograse arrollar y aplastar el Stryker. Llevaba entre mis manos una escopeta con la que podía disparar contra los infectados que se nos acercaran, aunque seguía conservando el hacha que había obtenido en el apartamento donde había encontrado a Diana, para poder defenderme en las distancias cortas.

En esos momentos, mi mente sólo tenía una motivación: matar a todos los zombies posibles si con ello conseguía que todos los ocupantes del bus lograsen salvarse. Mi madre, mi hermano, Hazel... Aunque Tessa permanecía también a mi lado, armada y preparada para abrir fuego contra los infectados que se acercasen. Haría lo posible para que ella saliera con vida de aquella situación. Habíamos luchado mucho juntos para caer ahora. Lo lograríamos, de eso estaba seguro.

-Por aquí aún no tenemos problemas -dije, comunicándome con el walkie talkie al oír las palabras de Staci-. Pero como dice Staci, puede que necesitemos que el Stryker vaya delante del bus.

Quedaba una pequeña parte del amplio número de zombies que habían decidido seguir al Stryker, por lo que tomando la escopeta decidí disparar sobre uno de ellos para comenzar a reducir el número de infectados que nos separaban de los barcos del puerto. El disparo de escopeta había sido bastante certero.

Tras efectuar el disparo, dirigí una mirada a Tessa. Lo cierto es que disparar juntos contra un grupo de infectados era, sin lugar a dudas, la última de una larga lista de cosas en pareja que pensé que haríamos juntos. Pero aun así, tenía que reconocer que me encantaba saber que estaba a mi lado, combatiendo como una auténtica guerrera.

-Dentro de poco, no tendremos que preocuparnos de esos malditos zombies -le dije a la pelirrosa, divertido por la adrenalina del momento mientras abría fuego sobre los infectados-. Tú y yo juntos en uno de esos barcos de ricos, en alta mar, sin tener que pensar en infectados. No suena nada mal, ¿eh?

La cadencia del movimiento de caderas de Tessa se acompasaba con mis embestidas de una forma que resultaba perfecta en medio de aquellos momentos de placer. Nos encontrábamos tan entregados a la pasión que poco nos importaba que los gemidos pudieran llegar a ser escuchados más allá del sonido del chorro de agua que sigue cayendo y mojando nuestros desnudos cuerpos. Pero no sólo era pasión, deseo y lujuria, sino también amor y la conexión que se había formado entre nosotros, encendiéndolo todo.

Aquella sensación me resultaba perfecta, extasiante y daría lo que fuera por quedarme allí, bajo ese chorro, apoyados contra esa pared, haciendo el amor con Tessa.

Siento los labios de Tessa besando los míos, mientras mis manos recorren el abdomen de la joven, ascendiendo por sus pechos voluptuosos que invitan a tocar o morder con cada gemido que escucha y con cara una de sus embestidas. La pelirrosa acelera el ritmo, y hago lo mismo, a la vez que nuestros ojos se cruzan, cargados de lujuria. El primer orgasmo de Tessa se produce, y percibo cómo la chica queda entregada totalmente, alrededor de esa calidez tan fascinante. Noto sus manos aferrándose a mi cuerpo mientras escucho sus gemidos y nos acercábamos al clímax.

Escuchar aquellas palabras de Tessa en medio de sus gemidos, envuelta en placer, hace que se dibuje una sonrisa de satisfacción en los labios, puesto que lo que dice es también lo que yo mismo siento. Busco los labios de la pelirrosa y luego le doy un suave beso en el cuello.

-Te quiero -le digo, en medio de esos instantes de pasión-. No dejaré que nada me separe de ti...

Y allí estoy con el arma en mano, siendo support de mi novio mientras una confianza que jamás creí tener, ahora se impregna en mi cuerpo y toma sentido. Cada paso, disparo y la precisión con la que intento hacerlo habla de determinación, de una seguridad que ahora se afianza al contar con la compañía de mi novio. Siento que puedo con ello cuando el Striker avanza, haciendo espacio y el bus sigue sus pasos. Hay formas para cruzar ese posible obstáculo y la novedad de Staci me resulta interesante, es momento de tomar decisiones y ahí es cuando vuelvo a la mirada de mi novio. 

- Lo dicho, vamos por el lugar menos complicado para pasar. Entre todos podremos contener los zombies que pululen y no nos topamos con algo mayor. De última hacer una exploración previa, adelantarse un grupo, pero sería muy arriesgado. - respondo, quizás pensando en voz alta mientras disparo a diestra y siniestra. Me siento poderosa, eso no lo puedo evitar y con solo pensar que era una chica que amaba el arte, pacifista y completamente superficial.¿En donde ha quedado aquella Tess que era? 

Pero en medio de mis cavilaciones personales, es Larry quien me ilumina un poco más. Esas palabras, sus gestos e incluso la situación en la que estamos, termina siendo perfecta. Él lo es para mi. - Para nada mal, ya muero de ganas por cumplirlo. Necesito un rato más largo contigo, estoy echándote de menos. - confieso dulce, pero atenta al entorno, disparando y pensando que no estamos lejos de lograrlo, aunque la diosa fortuna siempre puede dar el brazo a torcer. 

Mientras en el interior de los vehículos se decidía qué camino debíais seguir, el resto de la caravana avanzó con seguridad hacia la puerta. Tess y Larry, entre otros, disparaban a su alrededor, creando un cordón de seguridad alrededor de todos. Staci avanzaba con seguridad y en conjunto, daba la impresión de que el plan estaba saliendo bien.

Pero la puerta aún estaba allí y no estaba vacía de zombies. 

Por otro lado, al ver como os acercabais, una parte de ellos no siguieron al Stryker sino que se volvieron para acercarse a vosotros.

Cameron debía reconocer que la táctica estaba saliendo bien, pero todavía había mucho que hacer, así que decidió tomar la delantera.

-¡Adelante! ¡Acabemos con todos esos zombies y salgamos de aquí!

Cameron lideró al resto de hombres y mujeres que se encontraron de pronto atacando la puerta por la que debían entrar, en medio de gritos de ánimo y rabia.

Por desgracia, los zombies eran resistentes. Cualquier disparo que impactara sobre ellos no servía de nada si no acertaban de lleno en su cabeza y era difícil acertar a aquellas distancias. 

Sin embargo, dentro de pocos segundos, estarían justo al alcance de sus manos y entonces.... no podían fallar. Era la única posibilidad para Cameron de atravesar aquella puerta.